16. EL NIÑO JUDÍO


352 Enna villa de Borges, una cibdat estraña,
cuntió en essi tiempo una buena hazaña;
sonada es en Francia, sí faz en Alemaña,
bien es de los miraclos semejant e calaña.

353 Un monge la escripso, omne bien verdadero,
de Sant Migael era de la Clusa claustero,
era en essi tiempo en Borges ostalero;
Peidro era su nomne, só ende bien certero.

354 Tenié en essa villa, ca era menester,
un clérigo escuela de cantar e leer;
tenié muchos criados a letras aprender,
fijos de bonos omnes que querién más valer.

355 Venié un iüdezno, natural del logar,
por savor de los niños, por con ellos jogar;
acogiénlo los otros, no li fazién pesar,
avién con elli todos savor de deportar.

356 En el día de Pascua, domingo grand mañana,
cuando van Corpus Domini prender la yent christiana,
príso·l al iüdezno de comulgar grand gana,
comulgó con los otros el cordero sin lana.

357 Mientre que comulgavan a muÿ grande presura,
el niño iüdezno alzó la catadura;
vïo sobre’l altar una bella figura,
una fermosa dueña con genta creatura.

358 Vïo que esta dueña que posada estava,
a grandes e a chicos ella los comulgava;
pagose d’ella mucho, cuanto más la catava
de la su fermosura más se enamorava.

359 Issió de la eglesia alegre e pagado,
fue luego a su casa como era vezado;
menazolo el padre porque avié tardado,
que mereciente era de seer fostigado.

360 «Padre —dixo el niño—, non vos negaré nada,
ca con los christianiellos fuï grand madurgada;
con ellos odí missa ricamientre cantada,
e comulgué con ellos de la ostia sagrada».

361 Pesoli esto mucho al malaventurado,
como si lo toviesse muerto o degollado;
non sabié con grand ira qué fer el dïablado,
fazié figuras malas como demonïado.

362 Avié dentro en casa esti can traïdor
un forno grand e fiero que fazié grand pavor;
fízolo encender el loco pecador
de guisa que echava sovejo grand calor.

363 Priso esti niñuelo el falso descreído
asín como estava, calzado e vestido;
dio con él en el fuego bravament encendido:
¡mal venga a tal padre que tal faze a fijo!

364 Metió la madre vozes e grandes carpellidas,
tenié con sus oncejas las massiellas rompidas;
ovo muchas de yentes en un rato venidas,
de atan fiera quexa estavan estordidas.

365 El fuego, porque bravo, fue de grand cosiment:
no li nuzió nin punto, mostroli buen talent;
el niñuelo del fuego estorció bien e gent:
fizo un grand miraclo el Rey Omnipotent.

366 Yazié en paz el niño en media la fornaz,
en brazos de su madre non yazrié más en paz;
non preciava el fuego más que a un rapaz,
ca·l fazié la Gloriosa compaña e solaz.

367 Issió de la foguera sin toda lissïón,
non sintió calentura más que otra sazón;
non priso nulla tacha, nulla tribulación,
ca pusiera en elli Dios la su bendición.

368 Preguntáronli todos, judíos e christianos,
cómo podió venzer fuegos tan sobranzanos
cuando él non mandava los piedes ni las manos;
quí lo cabtenié entro fiziésselos certanos.

369 Recudiolis el niño palavra señalada:
«La dueña que estaba enna siella orada
con su fijo en brazos sobre’l altar posada,
éssa me defendié que non sintía nada».

370 Entendieron que era Sancta María ésta,
que lo defendió Ella de tan fiera tempesta;
cantaron grandes laudes, fizieron rica festa,
metieron est miraclo entre la otra gesta.

371 Prisieron al judío, al falso desleal,
al que a su fijuelo fiziera tan grand mal;
legáronli las manos con un fuerte dogal,
dieron con elli entro en el fuego cabdal.

372 Cuanto contarié omne pocos de pipïones,
en tanto fo tornado cenisa e carbones;
non dizién por su alma salmos ni oraciones,
mas dizién denosteos e grandes maldiziones.

373 Dizienli mal oficio, facienli mal ofrenda,
dizién por Pater noster «Cual fizo, atal prendas».
De la comunicanda Domni Dios nos defenda,
pora’l dïablo sea tan maleíta renda.

374 Tal es Sancta María, que es de gracia plena,
por servicio da gloria, por deservicio pena;
a los bonos da trigo, a los malos avena,
los unos van en gloria, los otros en cadena.

375 Qui servicio li faze es de buena ventura,
qui·l fizo deservicio nació en ora dura;
los unos ganan gracia e los otros rencura,
a bonos e a malos so fecho los mestura.

376 Los que tuerto li tienen o que la desirvieron,
d’Ella mercet ganaron si bien gela pidieron;
nunca repoyó Ella a los que la quisieron,
ni lis dio en refierta el mal que li fizieron.

377 Por provar esta cosa que dicha vos avemos,
digamos un exiemplo fermoso que leemos;
cuando fuere contado, mejor lo creeremos,
de buscarli pesar más nos aguardaremos.
 

 

   
    Grabado de Ascensión Biosca