Biblioteca Gonzalo de Berceo La Virgen con el Niño, imagen gótica muy repintada de comienzos del siglo XIV. Se halla en el muro norte del presbiterio de la Parroquia de San Esteban en Galbárruli (La Rioja).  

NUESTRA SEÑORA DE LA ANTIGUA  DE GALBÁRRULI

 

 

 

 

El testimonio de los lexicógrafos

 

 

La Vida o Poema de Santa Oria ha requerido la atención de dos investigadoras modernas (1) y, ciertamente, si la crítica textual ha progresado no poco, la interpretación de las cuartetas no ha ganado en la misma medida.

 

En la cuaderna 104 se lee :

 

 

Los cielos son much altos, yo pecadriz mezquina

Sj vna vez tornaro en la mi calabrina,

Non fallaré en mundo señora nin madrina,

Por qui yo esto cobre, nin tardi nin ajna (2).

 

 

 

 

 

Voy a considerar la voz calabrina. En el Vocabulario de Sánchez-Janer con que se acompaña el volumen de Poetas castellanos anteriores al siglo XV (3) se dice textualmente: "Calabrina. Casilla o choza de Calabria. Acaso el poeta quiso significar metafóricamente el cuerpo, en cuanto es como habitación del alma. S. Or. 104". Lanchetas se atiene a lo ya sabido y aun añade precisiones de su propia minerva ("Casita, celdita (S. Or., 104) La calabrina es la celda estrecha donde vivía emparedada Santa Oria" (4) ), y siguiendo en esta línea, el Diccionario histórico de la Academia [1936] insistió en las acepciones de 'celdilla, casita, chozuela', referidas, por supuesto, al texto que nos ha servido de punto de partida. Para Oelschläger -y siempre con referencia a nuestro pasaje- es 'celdita' (5), más o menos como para Boggs (6). Cejador había dado la acepción de 'hedor' para un verso del Alexandre (2264 d) y la inevitable de 'celdita' para el de Berceo (7), pero una y otra son inconvenientes (8).

Tan larga serie de inexactitudes en los pocos diccionarios medievales que poseemos y el silencio en obras que específicamente atañen al problema, me hacen llamar la atención sobre el asunto a la vez que trato de puntualizar unas cuantas precisiones. En 1913, García de Diego propuso como étimo de calavera la forma * c a I a v e r (por c a d a v e r) (9) y su hipótesis se amplió en las Etimologías españolas de 1920 (10). Aquí rechazó el étimon del REWb (c ǎ l v a r i a) recordando las formas románicas con l, a partir de cadaver, y en la doble serie a que dan lugar los derivados de su étimon: 'cadáver', de una parte; 'cabeza o calavera', de otra (11). Lógicamente, entre los primeros coloca el anticuado calabrina 'cadáver y hedor' (12) y para él supone un * c ǎ I a v ě r i n ǎ, que pudo ser forma del latín español (13), mientras que c a d a v e r i n u s, -a se atestigua en Tertuliano y en San Agustín (14) y en algún glosario inglés de alrededor del año 700 ( 15), Está claro, pues, que el étimon de calabrina ha de ser un cruce de c a d a v e r + c a l va r i a, o la forma, románica ya, calavera. Cierto que la etimología, con un afinamiento mayor o menor, resultaba muy fácil: lo que más sorprende es que no se hubiera tenido en cuenta cualquiera de las dos posibilidades ('calavera' o, como creo, 'cadáver') para resolver el problema del sentido. Estamos ante un caso evidente en el que el significado se condiciona por el significante; o dicho de otro modo, calabrina está vinculada a la idea de 'cuerpo muerto', por tanto, poco caben en ese significante las celdillas, chozuelas, casitas, etc., que se han aducido. Tiene razón Corominas cuando escribe: "calabrina 'cuerpo separado del alma' (Berceo, S. Or., 104; desde T. A. Sánchez se viene entendiendo erradamente 'celda, choza')" (17). Estas palabras sitúan la cuestión en su posición histórica en cuanto al étimo; en su punto justo, con referencia al significado.

 

 

 

El texto de Berceo

 

Lo que ocurre es que el bello poema sobre la serraniella había sido muy mal leído, Corominas acredita ser un lector atento, aunque en la interpretación correcta se le hubieran adelantado. He tenido que referirme a García de Diego porque en él significante y significado son totalmente solidarios, pero antes que nadie, si no estoy equivocado, fue Morel-Fatio quien, en 1875, explicó las cosas de manera conveniente: "Le sens est ici [S, Or., 104 b] clairement le corps, la dépouille charnelle", ce qui convient aussi au passage de notre poème [Alexandre]" (18). En efecto, la cuaderna 104 de Santa Oria hace referencia a la visión de Aurea, cuando fue transportada al cielo, conducida por Agatha, Eolalia y Cecilia: las tres santas la convidan a ver el mundo celestial (estr. 33); Eulalia le da una paloma (estr. 37), que comienza a volar hacia el cielo (estr. 40); las vírgenes ascienden y Oria las sigue (estr. 41). En el cielo había un hermoso árbol al cual

 

Estas quatro donzellas, ligeras mas que biento

                  Obieron con est arbol plazer e pagamiento;

Subieron en él todas, todas de buen taliento

Ca abién en él folgura, en él grant complimjento.

(estr. 45)

 

Después, tres ángeles las elevaron a más altas regiones (estr. 48), aunque Oria -siguiendo los consejos de Eulalia- las siguió sin perder de vista a la paloma que le servía de guía (estr. 49), pues ella "puyava a los çielos sin ayuda ninguna" (estr. 50). En el cielo, la serranilla tiene la visión de la silla que Voxmea le guarda (estr. 77-79) y cuyo secreto le comunica: es el premio que alcanzará Oria de seguir su vida de santificación (estr. 95-96). Por eso la muchachita se quiere -ya- quedar en el cielo (estr. 97), pero

Respondioli la otra, como bien razonada:

"Non puede seer esso. Oria, esta uegada.

De tornar as al cuerpo, yazer enparedada

Pasta que sea toda tu vida acabada".

(estr.98)

 

Oria insiste con sus compañeras para que intercedan ante Dios y pueda quedarse en el cielo (estr. 100-101), pero oyeron la voz del Señor, aunque no vieron su rostro, que

Dixolis: "Piense Oria de ir a su logar,

Non vino aún tiempo de aquí habitar;

Aún ave un poco el cuerpo a lazrar,

Después verná el tiempo de la siella cobrar

(estr. 102) (19)

 

Suplica la niña y teme no poder conseguir tanta gracia (estr. 103) si vuelve a su calabrina (es decir, al cuerpo deshabitado del alma, que había ascendido a la gloria). El Señor le asegura la salvación eterna (estr. 105-106) y la hace reintegrarse a su casiella a rezar los maitines (estr. 107-108) (20):

 

Tomáronla las mártires que ante la guiaron,

 Por essa escalera por la que la levaron,

En muy poquillo rato al cuerpo la tornaron,

Espertó ella luego que ellas la dexaron.

Abrió ella los ojos, cató en derredor,

Non vido a las mártires, ovo muy mal sabor;

Vídose alongada de muy grande dulçor.

(estr. 108-109)

 

Está claro: en la visión, el alma de Oria ha subido al cielo, en tanto quedaba en su celda el cuerpo perecedero (calabrina); después, el alma se instaura -de nuevo- en lo que no era sino cadáver, y la vida vuelve con ese recuperar de los sentidos.

 

 

Otras documentaciones

 

Calabrina no es una lectura aislada en el siglo XIII. A lo largo de estas líneas he aducido textos que otros investigadores habían allegado; ahora puedo aumentar las referencias que he aducido de manera dispersa. Estudiando la Biblia de Ferrera, Leo Wiener dio el valor exacto de 'cuerpo muerto' y, más aún, adujo el verso 2264 d del Libro de Alexandre (21); es éste un camino que ahora debemos trillar: Max Leopold Wagner en su "Espiguero judeo-español" (22) adujo algunas referencias, pero se desentendió de la documentación en ladino. Blondheim cita cadaverina como palabra de la Vetus latina utilizada en las versiones judías del texto sagrado (23) y muestra sus relaciones con el mundo románico (24); de esa cadaverina salieron las muchas calabrinas del ladino, según podemos comprobar (25) en las notas que siguen. El manuscrito escurialense I-j-6 pertenece a la mitad del siglo XIII (26) ; es, pues, coetáneo de Berceo y el Alexandre; de ahí su importancia para ilustrar la lengua poética de la época y para explicar tantos hechos de la alfonsí. En el Deuteronomio (XXVIII, 26) aparece la voz: "sea la tu calabrina vianda de todas las aues del cielo e de las bestias fieras de la tierra" (27). Posterior a este manuscrito es otro, el I-j-3, utilizado por los mismos editores en otra parte del Pentateuco, y que "representa la prosa hebraizante tan difundida por la Biblia de Ferrara" (28); también ahora encontramos la palabra con inequívoco sentido (29) :

 

O persona que tannere en toda cosa suzia, o en calabrina de animalia suzia, o en calabrina de quatropea suzia, o en calabrina de serpençia suzia, o se le oluido, e el es suzio, e errare (Levítico, V, 2) (30).

 

La Biblia de Ferrara, en efecto, utiliza la voz con frecuencia, confirmando lo que dice Américo Castro y lo que, en otro sentido, había señalado Blondhein. En Levítico (VIl, 24; f. 48 v.), el texto ferrarense dice "seuo de calabrina", donde el Pentateuco bonaerense "grossura de carniça mortecina" ; en Deuteronomio (XXI, 24; f. 91 v), "no marirá. su calabrina sobre el palo [de la horca]", por "non dure el cuerpo deill en el madero" (XXI, 23) ; en Reyes I (XIII, 22, f. 162 v = III Reyes en la Vulgata), "no entrará tu calabrina a sepultura de tus padres" y en Josué (VIII, 29; f. 102 v.), "fizieron descender a su calabrina de la horca" (31).

He cotejado todos estos pasajes con otras versiones: la Biblia de Alba (32), la de Basilea (33) y la de Amsterdam {34). Las equivalencias de la voz calabrina son:

 

cuerpo muerto en Alba, Basilea, Amsterdam: Lev., V, 2.

rres mortezina en Alba: Lev., VII, 24.

animal mortezino en Basilea, Amsterdam: Lev., VII, 24.

cuerpo en Alba, Basilea, Amsterdam: Deut., XXI, 23; Josué, VIII, 29; en Basilea: Deut., XXVIII, 26; en Amsterdam: III Reyes, 22.

cuerpo muerto en Alba, Amsterdam: Deut., XXVIII; 26 (35).

cadauera en Alba: III Reyes XIII, 22.

 

Para completar la exposición, hemos de anotar la existencia: de calabre en la literatura antigua, según señalaron Wiener (36), García de Diego (37), Wagner (38), etc., o podemos añadir (39). Hoy caláver se documenta en la Puebla de Híjar (Teruel), pero resulta difícil pensar que se trate de una conservación etimológica de las formas antiguas (40).

 

 

Conclusiones

 

Un pasaje muy traído y muy llevado de la Vida de Santa Oria nos plantea, inicialmente, dos problemas distintos (etimología y significado) que si no son nuevos, sí requieren una breve nota para poner las cosas en orden; después, exige que atendamos a otras vinculaciones. En resumen podríamos establecer los siguientes puntos :

1.0 Calabrina significa 'cadáver' o 'cuerpo sin alma', cuando el éxtasis o el ensueño transportan al iniciado hasta las regiones celestiales. Nunca 'celda, choza' o cosa parecida.

2.0 De acuerdo con el apartado precedente, el texto de Santa Oria (104 b) es muy claro y los pasos marcados por el poeta no permiten abrigar ninguna duda acerca del significado.

3.0 El valor de la palabra quedó establecido por Morel-Fatio en 1875, por más que una larga tradición de lexicógrafos no se hubiera enterado de la respuesta y repitiera, desde el siglo XVIII hasta 1976, valores totalmente inexactos o imprecisos.

4.0 La etimología de la voz es, evidentemente, el latín c a d a v e r i n u s, documentado en Tertuliano y San Agustín, pero la forma sufrió algún cambio antes de tomar la forma actual.

5.0 No sería imposible que c a d a v e r  pasara a  * c a l a v e r  en época latina, pues d > l se atestigua en la Península Itálica (sabino, la propia lengua de Roma). De esta presunta forma saldría * c a l a b e r ī n a, forma alternante con c a d a v e r ī n a.

6.0 Cadaverina se recoge en escritores cristianos, según se dice en el punto 4, y fue una de esas formas alternantes en el latín bíblico, pues servía tanto en la Vetus latina como en las traducciones judeo-españolas. Esto permitió la documentación del vulgar calabrina por cuanto se sentía equivalente, y próximo, del término latino eclesiástico cadaverina.

7.0 De este modo, calabrina fue la voz vulgar que emplearon los traductores (cultos, precisamente porque sabían verter al romance) de los textos sagrados y que conocían los poetas del mester de clerecía (escuela de Alfonso el Sabio en la prosa; Berceo, Alexandre, en el verso).

8.0 La documentación que poseemos hace pensar en el empleo restringido de la palabra en algo que sería oficio de traductores y hombres cultos, lo que llevaría a la voz a dos posibilidades: su desaparición del "román paladino" (no es frecuente su documentación fuera de los contextos aducidos y falta en los dialectos) o su fosilización en una lengua religiosa (presencia en el ladino).

9.0 En el siglo XVI, el uso de la voz por los traductores judíos parece responder a un arcaísmo medieval: aparece en la Biblia de Ferrara, de acuerdo con la tradición alfonsí, mientras que -en los pasajes cotejados- no se da en ninguna de las versiones independientes: Biblias de Alba, de Basilea y de Amsterdam (41).

10.0 La tradición no alfonsí se acredita por la presencia de palabras como mortecino, -a, cuerpo muerto, cadauera que, en los pasajes utilizados en este trabajo, no hacen sino traducir los términos de la Vulgata (42):


Leviticus V, 2: occisum, mortuum.
Leviticus VII, 24: cadaveris, morticini.
Deuteronomium XXI, 23, y XXVIII, 26: cadaver.
Iosue VIII, 29: cadaver.
III Regum XIII, 22: cadaver (43).

 


 

 

 

 

 

 

NOTAS

(1) Me refiero a las ediciones de Giovanna Maritano (Varese-Milano, 1964) y de Isabel Uría (Logroño, 1976). Citaré siempre por la última.

(2) En el primer verso, el manuscrito trae mucho, pero hay que leer much, según se hace en 114 c y había señalado F. HANSSEN: "De los adverbios mucho. mui i much en antiguo castellano" (Anales Univ. Chile, XXX, 1905, pág. 89). El propio Hanssen había aventurado la apócope en la cuaderna 104 b (ib., pág. 90).

(3) "Biblíoteca de Autores Españoles", t. 57, pág. 229 a.

(4) Gramática y vocabulario de las obras de Gonzalo de Berceo. Madrid, 1900, s. v.

(5) A Medieval Spanish Word-List. Madison, 1940, s.v.

(6) R. S. BOGGS, L. KASTEN, H. KENISTON, H. B. RICHARDSON: Tentative Dictionary of Medieval Spanish. Chapell Hill, 1946, s.v.

(7) Vocabulario medieval castellano [1929], s.v.

(8) La lectura del Alexandre pertenece al ms. O y su valor inequívoco es 'cadáver'. Julia Keller [1932], en su vocabulario del poema, no recogió la voz, mientras que Louis F. Sas, en el suyo [1976], da una sarta de significados, lo que asegura su propia incertidumbre: 'fetidez, hedor, carroña' (pág. 110). Sin embargo, en 1896, Leo Wiener ya dio el valor exacto de este verso, así como del de Santa Oria (vid. nota 21).

(9) "Sobre el español calavera" (Modern Language Notes, XXXIV, páginas 375-376).

(10) "Revista de Filología Española", VII, páginas 129-132.

(11) En la tercera edición del REW, Meyer-Lübke no cree aceptable la etimología a causa del sufijo, aunque estima que sobre  c a I v a r i a  pudo influir  c a d a v e r, de donde saldría la calavera del español (núm. 1529). Las razones de Meyer-Lübke no invalidan la propuesta de García de Diego.

(12) Página 130. Posiblemente, 'hedor' deba ser retirado. Nuestro gran etimologista se apoya, para tal acepción, en unos versos de la Revelación de un ermitaño (ZRPh, II, 1878, pág. 66):

 

O cuerpo maldito, vil, enconado,

lleno de fedor e de gran calabrina,

metiéronte en foyo, cubriéronte ayna,

dexáronte dentro anual de tu grado.

 

Calabrina será aquí 'carroña', pues 'hedor' está bien expIícito en el fedor de ese mismo verso.

 

(13) No son rigurosas las especificaciones que formula en la pág. 131 : c a I a v er i n a calaverna = 'cadáver', c a I a v er i na calabrina = 'calavera'. Los textos antiguos impugnan tan rigurosa repartición, que pugna con lo que se ha dicho unas líneas antes en esa misma página. Todo esto aparece abreviado en la Contribución al diccionario hispánico etimológico. Madrid, 1943, s,v. cadaver, cadaverinus.

(14) Son las dos únicas autoridades que figuran en el Thesaurus Linguall

l"atinae, III, s, v,

(15) "Of or for a dead body" (J. H BAXTER, Ch. JOHNSON: Medieval Latin Word-List from Britixt and lrish Sources, Londres, 1962), s.v, cadaver.

(16)  Nota inexistente en el original.

(17) DCELC, s.v, calavera.

(18) "Recherches sur le texte et les sources du Libro de Alexandre" (Romanía. IV, pág. 42). El investigador francés aduce este pasaje de ]a Conquista de Ultramar (pág. 432): "so medio muerto tal como la calambrina podrida, que non se puede mover ni ayudar".

(19) Cito siempre por la edición crítica de Isabel Uría. Los subrayados -es obvio decirlo- son míos.

(20) Oria se siente desdoblada en alma (que quiere gozar la gloria eterna) y calabrina 'cuerpo sin espíritu'; el Creador quiere que siga viviendo, por eso hace que vuelva a su casiella, a su celda, para rezar: ser vivo en el que alma y cuerpo están unidos para cumplir sus quehaceres -y su destino- terrenos (estr. 107). Véase más adelante como casiella es inequívocamente 'celda': "En cuita yazié Oria, dentro en su casiella, / Sedié un grant convento de fuera de la ciella, / Rezando su salterio cascuno en su siella" (137).

(21) "The Ferrara Bible", apud. Modern Languages Notes, XI, 1896, col. 84.

(22) Revista de Filología Española, XXXIV, 1950, pág. 63.

(23) Les parlers judéo-romans et la "Vetus Latina". París, 1925, páginas CXXIV -CXXV .

(24) Página 32, número 30.

(25) La voz no pasó, como señala Wagner, de la lengua religiosa; en el muy reciente Dictionnaire du judéo-espagnol, de Joseph NEHAMA (Madrid, 1977), kalavrina se da como voz arcaica ('carroña, cadáver') y kadávre ('cadáver'), como moderna.

(26) Biblia medieval romanceada. I, Pentateuco, edic. A. CASTRO, A. MILLARES, A. I. BATTISTESSA. Buenos Aires, 1927, pág. XVII.

(27) La obra maestra de las versiones latinas es la llamada de Ferrara; manejo el ejemplar de la Biblioteca Nacional de Madrid: Biblia en lengua española traduzida palabra por palabra de la verdad Hebrayca por muy excelentes letrados vista y examinada por el officio de la lnquisición. Ferrara, 1553. El párrafo que aduzco en el texto se vierte así: "y sera tu calabrina por comida a toda ave de los cielos ya quatropea de la tierra" (f. 94 r).

(28) Pentateuco, bonaerense, pág. IX.

(29) Algunos de estos ejemplos ya fueron señalados por García de Diego (Modern Languages Notes, XXXIV, 375).

(30) .El pasaje correspondiente a la Biblia de Ferrara lee como sigue: "et alma que toccare en toda cosa enconada o en calabrina de animalia enconada o en calabrina de quatropea enconada o en calabrina de serpible enconado" (f. 47 v).

(31) El P. José Llamas publicó un texto bíblico del siglo XIV (Madrid 1950) en el que pueden verse las correspondencias léxicas que ahora comento: calabre en ambos pasajes (págs. 501 y 312, respectivamente).

(32) Biblia (Antiguo testamento) traducida del hebreo al castelláno por Rabi Mose Arragel de Guadalfajara (1422-1433?) y publicada por el Duque de Berwick y de Alba. Madrid, 1920-1922.

(33) La Biblia. que es los sacros libros del vieio y nuevo testamento. Trasladada en español [Basilea], 1569.

(34) La Biblia, que es los sacros libros del vieio y nuevo testamento. Segunda edición. Revista y conferida con los textos hebreos y griegos y con diversas translaciones, por Cipriano de Valera. Amsterdam, 1602. Coincide, salvo alguna variante gráfica, con la de Basilea.

(35) Hay una nota al margen que dice: Esp.v. tu calabrina.

(36) En las ya citadas Modern Languages Notes, XI, 1896, col. 84.

(37) Modern Languages Notes. XXXIV, cols. 375-376, y Revista de Filología Española, VIl, 1920, pág. 129. ,

(38) Revista de Filología Española, XXXIV , 1950, pág. 63.

(39) En la Biiblia editada por Lamas, páginas 153, 159, 410, amén de las dos referencias que he puesto en colación con la deFerrara (vid: nota 30); también en la Sevillana medicina, de Juan DE AVIÑÓN (1545), f. 124. .vo.

(40) Félix MoONJE: "El habla de la Puebla de Híjar" (Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, VIl, 1951, pág. 202). El. autor apunta la equivalencia d=l o el cruce de  cadáver con calavera.

(41) "La Biblia de Alba se caracteriza por un vocabulario heterogéneo y entre las traducciones hechas por judíos representa el grado más alto de imitación del latín" (Margherita MORREALE: "El glosario de Rabí Mosé Arragel en la Biblia de Alba" (Bulletin of Hispanic Studies, XXXVIII, 1961, pág. 151).

(42) Utilizo la Biblia Sacra iuxta Vulgatam Clementinam, edic. Colunga-Turrado {4ª. edic.). Madrid, 1965.

(43) Margherita Morreale ha dedicado muchos estudios para aclarar los problemas que plantean las traducciones bíblicas. En relación con lo que hemos estudiado aquí se pueden ver los que siguen: "Alcuni aspettí filologici della storia della volgarizzazioni castigliani medioevali della Biblia" (Saggio e ricerche in memoria di Ettore Li Gotti. Palermo, 1962, págs. 321-337), "Latín eclesiástíco en los libros sapienciales y romanceamientos bíblicos" (Boletín Real Academia Española, XLII, 1962, págs. 461-477), "Biblia romanceada y diccionario histórico" (Studia Philologica, Hom. a Dámaso Alonso. Madrid, II, 1961, págs. 509.536).

 

 

 

 

 

EN TORNO A CALABRINA (S. Or., 104 b)

Manuel Alvar

 

 

II JORNADAS DE ESTUDIOS BERCEANOS

ACTAS

INSTITUTO DE ESTUDIOS RIOJANOS

ENERO-DICIEMBRE 1978

N.os 94-95

LOGROÑO

 

 

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