Peñas de Islallana (La Rioja)

 

 

 

RESUMEN

La estructura socioeconómica de las comarcas serranas de las actuales provincias de Soria y Rioja durante los siglos XVI y XVII difería bastante de la actual, debido al notable desarrollo que entonces alcanzaron las actividades de la ganadería trashumante y la fabricación de paños. Esta circunstancia favoreció las relaciones económicas entre los Cameros y Soria, y en este artículo se trata de poner de manifiesto cómo el comercio de lana en sus diferentes vertientes, fue uno de los factores que más contribuyó a la intensificación de dichas relaciones. Se constata que Soria fue un importante centro proveedor de lana para la fábrica de paños de Cameros, por lo que muchos mercaderes cameranos acudieron a comprarla a la ciudad y a las aldeas de su entorno. Se analizan los procedimientos de comercialización de esta lana, el papel desempeñado por sorianos y cameranos en dicho comercio, y los conflictos surgidos entre ellos en relación al mismo. También se da cuenta del papel de los cameranos como promotores de la fabricación de paños en la ciudad de Soria, y como exportadores de lanas "estremeñas" fuera de la península.

Palabras clave:. Edad Moderna. Comercio de lanas. Industria pañera. Cameros. Soria.

The social and economic structure of the mountain areas of Soria and Rioja differed during the sixteenth and seventeenth centuries considerably from the present one, because of the high level of development then attained by the economic activities of transhumant sheepbreeding and dothmaking. That is why the economic relationships between Cameros and Rioja were more intense during these centuries than today. And in this article the author tries to prove that the wool trade made a major contribution to the intensification of these relationships. He proves that Soria was a main wool provider for the cloth industry in Cameros, and that many merchants from this region came to Soria and to the villages that surrounded the town in order to buy wool. The different procedures of commercialisation of this wool are analyzed, paying attention to the role played in this trade by merchants from Cameros and from Soria, and to the conflicts that took place between them. The author gives also account of the role played by merchants from Cameros in Soria as promoters of the cloth industry, and as wool exporters.

Key words: Modern Age. Wool trade. Cloth industry. Cameros. Soria.

 

 

El actual trazado del mapa de las autonomías en España, que en muchos aspectos es heredero directo del que impuso en el siglo XIX Javier de Burgos, por más que se haya querido apelar a tradiciones de identidad histórica para justificarlo, ha impuesto una frontera entre Soria y Rioja en el sector serrano de ambos ámbitos, que puede contribuir a hacer olvidar incluso a la escasa población que todavía hoy reside en estas comarcas serranas que en el pasado todas estas tierras conformaban una unidad con unos rasgos diferenciadores indiscutibles frente a las comarcas de su entorno.

En efecto, tanto lugares sorianos como riojanos se integraban en los dos grandes estados señoriales que en la Baja Edad Media se consolidaron en esta zona, el de los duques de Nájera y el de los condes de Aguilar1. Y por su parte algunos importantes monasterios riojanos, como San Millán de la Cogolla y Valvanera, tuvieron una fuerte proyección en tierras sorianas, que fue especialmente intensa en los siglos plenomedievales2. Mientras que en contrapartida algunos enclaves de las sierras cameranas, hoy pertenecientes a la Rioja, estuvieron integrados en el señorío de destacados representantes de la alta nobleza soriana, como el duque de Medinaceli, que fue señor de Enciso desde mediados del siglo XV.

La representación en Cortes de un amplio sector del territorio de la actual comunidad autónoma riojana que asumió la ciudad de Soria desde que en el siglo XV se redujo el número de ciudades con voto en Cortes a diecisiete, también contribuyó decisivamente a reforzar los vínculos políticos, y por derivación económicos y sociales, entre las tierras sorianas y riojanas, sobre todo del sector camerano y de la Rioja Baja.

Y en el ámbito de la jurisdicción eclesiástica la integración de un amplio sector de la sierra soriana, que comprendía las Tierras de Yanguas y de San Pedro Manrique y varios lugares del partido de Magaña, en el obispado de Calahorra, aportó un elemento añadido al reforzamiento de las relaciones entre estas comarcas serranas y la Rioja Baja.

Pero, al margen de estos vínculos político-jurisdiccionales, la común dedicación de amplios sectores de las tierras sorianas y riojanas que hoy están separadas por la frontera provincial y de comunidad autónoma a unas mismas actividades económicas favoreció por muchas vías los contactos entre todas ellas, confiriéndoles unos indiscutibles rasgos de unidad, que en la actualidad resultan irreconocibles, debido a que las referidas actividades económicas entraron en un proceso de fatal decadencia en el siglo XIX.

La ganadería trashumante fue probablemente la más destacada entre estas actividades, y su contribución al reforzamiento de los contactos entre Soria y La Rioja fue intensa, y se tradujo en muchos terrenos. Así por ejemplo, en primer lugar, los señores de ganados trashumantes de varios lugares de la comunidad riojana se integraron en la cuadrilla mesteña de Soria, si bien es cierto que la mayoría formaron parte de la llamada cuadrilla de León, que a pesar de su desorientador nombre, integraba ganaderos de muy diversas procedencias, aunque sin duda los más numerosos entre ellos eran los riojanos. En cualquier caso el hecho de estar integrados en dos cuadrillas mesteñas distintas no impidió que las relaciones entre los ganaderos de los lugares serranos de las actuales circunscripciones de Soria y Rioja fuesen muy intensas, sobre todo en el siglo XVII, cuando la reiterada concertación de matrimonios entre miembros de reconocidas familias ganaderas de lugares como las Viniegras, Montenegro, Anguiano, Vinuesa, y las aldeas de la Tierra de Yanguas propició que las principales familias ganaderas trashumantes de estas comarcas constituyesen un bloque familiar muy compacto, en el seno del cual se terminó imponiendo una tendencia a los matrimonios endogámicos3.

Otra actividad económica muy ligada a la ganadería trashumante que contribuyó decisivamente a dinamizar la vida económica de las comarcas objeto de nuestra consideración durante los siglos XVI y XVII fue la del comercio de lanas. Y por supuesto también su contribución fue decisiva para la intensificación de las relaciones entre las sierras cameranas y Soria, de manera que fueron muchos los mercaderes que desde la Rioja y los Cameros acudieron a adquirir lanas a las tierras sorianas, y también los ganaderos sorianos que utilizaron los centros de contratación lanera de la Rioja, principalmente las ferias de Nájera.

Hay que advertir, no obstante, que aunque las lanas del ganado trashumante fueron las más apreciadas y demandadas por el mercado internacional, no fueron las únicas objeto de comercialización en estas comarcas, y ni siquiera las que más contribuyeron a intensificar y proporcionar continuidad a las relaciones económicas entre Soria y las villas pañeras de Cameros desde el siglo XV hasta el siglo XVII. Por el contrario, según demostraremos a lo largo del presente trabajo, el intercambio de las lanas delganado estante y del trasterminante, es decir el que pasaba a invernar a las tierras bajas del Valle del Ebro en Aragón y Navarra, fue el que más contribuyó a alimentar los flujos comerciales de corto radio establecidos entre Soria y Cameros hasta el fin del Antiguo Régimen. Y este hecho fue consecuencia del desarrollo en las comarcas serranas cameranas durante los siglos XVI y XVII de una pujante actividad de fabricación de paños de lana de modesta calidad, que utilizaba preferentemente como materia prima la lana del ganado estante antes que la del trashumante.

Pero también en la ciudad de Soria y en su ámbito rural circundante tuvo lugar en esta misma época el despegue de una industria pañera de características muy similares a la de las camerana, que llegó a competir con ésta por la captación de la lana de ganado estante y trasterminante producida en la región. Entre los promotores de esta industria en Soria hubo, sin embargo, individuos de origen camerano que llegaron a esta ciudad como mercaderes laneros. Y toda esta conjunción de circunstancias nos da idea por lo tanto de hasta qué punto la lana llegó a convertirse en elemento reforzador de la unidad que desde el punto de vista económico conformaron las tierras de Cameros y Soria durante el Antiguo Régimen.

 

1. EL INTERCAMBIO DE PERSONAS: INSTALACIÓN DE CAMERANOS EN SORIA DURANTE EL SIGLO XVI.

La intensidad de los contactos mercantiles establecidos ya desde la segunda mitad del siglo XV entre los Cameros y Soria propició en el transcurso del siglo XVI un singular fenómeno, que indiscutiblemente contribuyó a la dinamización de la vida económica soriana en este siglo, que con toda probabilidad fue uno de los más "prósperos" de su historia. En efecto, aunque se ha afirmado que la expulsión de los judíos del reino de Castilla en 1492 asestó un duro golpe a la estructura socioeconómica soriana, y puso en marcha el proceso de decadencia de esta ciudad4, en el que aparentemente todavía sigue inmersa, lo cierto es que el análisis de las fuentes documentales disponibles pone de manifiesto que Soria durante el siglo XVI experimentó un indiscutible proceso de expansión demográfica, sustentado en gran medida sobre un paralelo proceso de expansión de las actividades artesanales y de intensificación del papel de la ciudad como centro mercantil. Y sólo fue en las últimas décadas del siglo XVI cuando se impuso un cambio de tendencia hacia la recesión, tanto en el terreno económico como en el demográfico, por lo que no parece del todo acertado responsabilizar de ésta a la expulsión de los judíos, que habría privado a la sociedad soriana de sus clases medias más dinámicas.

De hecho resulta difícil determinar con precisión cuántos fueron los judíos que efectivamente abandonaron para siempre Soria en 1492, y por el contrario hemos podido comprobar que fueron bastantes los hombres de negocios sorianos de esta religión que ante la alternativa de la expulsión o la conversión optaron por esta última, y contribuyeron después decisivamente, tanto ellos como sus descendientes, a dinamizar la vida económica de la ciudad a través del ejercicio del comercio y de la promoción de las actividades artesanales5. En cualquier caso, no obstante, resulta innegable que la expulsión debió dejar un cierto vacío que propició la instalación en Soria de individuos emprendedores, atraídos por las buenas perspectivas que para el negocio ofrecía esta ciudad debido a la disponibilidad en su entorno de una importante materia prima, la lana.

Y en este contexto hay que inscribir la instalación en la ciudad del Duero de varias familias estrechamente emparentadas entre sí, procedentes de las villas pañeras de Cameros, y más en concreto de Torrecilla y Lumbreras, que tuvieron un destacado protagonismo en dos de las actividades económicas con mayor desarrollo en Soria durante el siglo XVI: el comercio lanero en todas sus vertientes, y la fabricación de paños.

De Torrecilla de Cameros procedían los hermanos Pedro y García Larios, quienes en las décadas centrales del siglo XVI desplegaron una intensísima actividad como tratantes de lana churra, la obtenida del esquileo de los ganados estantes, que pasaban el invierno en la Tierra de Soria. Se trataba de un tipo de lana de calidad y precio muy inferiores a los de las lanas finas del ganado trashumante soriano, que había de ser adquirida en pequeñas partidas de multitud de pequeños propietarios dispersos por las numerosas aldeas de la Tierra de Soria y de otras jurisdicciones próximas, como por ejemplo la Tierra de Almazán. Pero, como veremos en detalle más adelante, era esta lana y la procedente del esquileo de los ganados trasterminantes, que pasaban los inviernos en Aragón y Navarra, la materia prima preferida para los paños que se fabricaban tanto en la ciudad de Soria como en las sierras que se extendían al norte de ésta, incluyendo los Cameros, que sin duda albergaban a los núcleos pañeros más dinámicos. Demanera que para los mercaderes que actuaban como intermediarios entre los pequeños propietarios ganaderos y los modestos fabricantes pañeros la negociación con lanas churras ofrecía interesantes perspectivas, aunque el margen de ganancias fuese mucho más estrecho que en el comercio de exportación de la lana del ganado trashumante, la que en las fuentes documentales se denomina lana estremeña6.

Los hermanos Larios que al proceder de Torrecilla de Cameros conocían muy bien las necesidades de la industria pañera camerana, una vez instalados en Soria se erigieron en principales proveedores de lana churra para esta industria. Y lo hicieron a través de múltiples procedimientos. En primer lugar hay que destacar su actividad como revendedores de lanas churras y riberiegas a fabricantes pañeros instalados en diversos lugares de Cameros, tales como Villoslada, Lumbreras, Torrecilla, Ortigosa, Gallinero, Nieva, Anguiano, Laguna, Viniegras o Pedroso, entre otros, aunque también entre sus clientes figuraron modestos fabricantes de las aldeas de la Tierra de Yanguas, e incluso de las aldeas serranas de la Tierra de Soria 7. Pero, circunscribiéndonos al ámbito estrictamente camerano, advertimos que la clientela que adquiría lanas de los hermanos Larios era relativamente variada, aunque predominaban los modestos fabricantes que compraban por regla general cantidades inferiores a cincuenta arrobas por contrato, y en muchos casos incluso inferiores a diez, si bien podía darse el caso de que en algunos contratos se negociasen cantidades mucho más elevadas, cuando varios vecinos se agrupaban para negociar conjuntamente la compra de la materia prima que necesitaban para sus modestas fábricas8.

Por otra parte los hermanos Larios y otros miembros de su familia instalados en Soria no se limitaron a proveer de lana a los fabricantes pañeros de los Cameros sino que también gestionaron directamente empresas de fabricación de paños, poniendo a su servicio tanto a vecinos de Soria como a campesinos de las aldeas cameranas. En efecto, algunos contratos conservados en los protocolos notariales sorianos revelan que Pedro Larios en su calidad de mercader fabricante recurrió a los servicios de campesinos cameranos para que realizasen algunas de las tareas que formaban parte del complejo proceso de fabricación de paños, según el procedimiento característico del llamado "Verlagsystem" o "putting out system". En concreto en octubre de 1553 se concertó con un vecino de Ajamil, Martín de Elgueta, para que junto con otros tres miembros varones de su familia- su hermano, su primo y su tío- efectuase las labores de cardado en 50 paños pardos catorcenos berbíes, para lo cual Pedro Larios le proporcionaba la lana necesaria emborrada de primera carda, y al mismo tiempo le adelantaba 10 ducados a cuenta de la cantidad que finalmente le correspondiese cobrar por el trabajo realizado en la fábrica de los paños9.

No hay que descartar que Pedro Larios también concertase este tipo de contratos convecinos de la ciudad de Soria, pero de momento no hemos localizado ninguno. Sí hemos podido comprobar, sin embargo, que dos cuñados suyos, Bartolomé y Mateo Sanz, hermanos de su mujer Catalina Sanz, desarrollaron una notable actividad como fabricantes pañeros en esta ciudad, y recurrieron a prácticas del Verlagsystem para poner a su servicio a varios vecinos de lamisma10, sin descuidar tampoco sus relaciones con los Cameros11. Consta que poseían obradores donde empleaban personal asalariado, y al mismo tiempo contrataban los servicios de tejedores vecinos de Soria, a quienes adelantaban dinero a cambio de que tejiesen para ellos en los telares de sus casas cierto número de paños. Y por fin también se involucraban en empresas de tintura de paños ya acabados, por todo lo cual se les puede calificar sin inconveniente como auténticos mercaderes- empresarios12.

Este interés por la fábrica de paños fue compartido por otros miembros de la familia, que se repartieron entre Torrecilla de Cameros y Soria. Y así por ejemplo sabemos que una de las hijas de Pedro Larios, María Larios, casada en primeras nupcias con el mercader y fabricante pañero Andrés Martínez, originario de Lumbreras y avecindado en Soria en 1550 13, tuvo de este matrimonio un hijo llamado Francisco Martínez, que terminó fijando su residencia en Torrecilla de Cameros. Tras la muerte de su primer marido ella volvió a casar con su pariente García Larios, y a la muerte de éste tuvo que hacerse cargo de la dirección de sus negocios, que según su declaración consistían preferentemente en trato de lanas y paños. Pero dado que las mujeres en esta época no solían estar adecuadamente preparadas para asumir la dirección efectiva de empresas mercantiles, en muchos casos porque, según se puede comprobar a través de protocolos notariales, incluso cuando se trataba de esposas de mercaderes ni siquiera sabían escribir, aceptó el ofrecimiento de su hijo residente en Torrecilla para vender, beneficiar y administrar sus lanas y vender sus paños14. Y pudo hacerlo porque él también estaba dedicado a esta actividad, de manera que por ejemplo en 1578 las 600 arrobas de lana pertenecientes a su madre que sacó de Soria las exportó ya lavadas fuera de Castilla junto con otras sacas que eran propiedad suya.

Esta noticia nos pone de manifiesto por su parte también que, en efecto, la compra de lanas para su exportación fuera de la Península figuró igualmente en lugar destacado entre las siempre diversificadas actividades que desarrollaron los hombres de negocios cameranos instalados en Soria durante el siglo XVI. Y así lo confirman además varias noticias referentes a Pedro Larios15.

Los Larios y los Sanz no fueron en cualquier caso los únicos cameranos dedicados al comercio lanero y a la fabricación de paños que decidieron instalarse en Soria durante el siglo XVI, sino que además de sus casos la documentación utilizada nos ha permitido conocer con desigual detalle algunos otros, que probablemente se podrían multiplicar a través de investigaciones más pormenorizadas. Un ejemplo notable es el de la familia Lumbreras, que llegó a ocupar una escribanía del número de Soria, y al mismo tiempo desplegó una notable actividad en el terreno mercantil y empresarial 16. Ciertamente no disponemos de datos concluyentes que prueben que esta familia procediese de la villa camerana de Lumbreras, pero es muy probable que así fuese, máxime cuando se da la coincidencia de que los hermanos Larios mostraron una indiscutible preferencia por realizar sus contratos ante el notario Hernando de Lumbreras17, y además consta que éste era pariente dentro del cuarto grado de Bartolomé Sanz 18.

Y otro caso mejor documentado, aunque referente a un individuo de más modesta posición, es el del fabricante pañero Francisco de Torremuña, originario de Torrecilla de Cameros, villa en la que todavía residía en 1563 un hermano suyo 19.

En conclusión por lo tanto se puede comprobar que la afluencia de mercaderes y fabricantes pañeros cameranos a Soria durante la primera mitad del siglo XVI contribuyó notablemente al desarrollo económico de la ciudad, sobre todo porque los mismos impulsaron la actividad de la fabricación de paños, que en las décadas centrales de este siglo alcanzó allí su momento de máxima expansión. Pero la aportación de estas familias cameranas al desarrollo económico soriano fue, sin embargo, pasajera, puesto que en su proceso de renovación generacional éstas optaron finalmente por un abandono de los negocios, o, en aquellos casos en que éste no se produjo, por un abandono de la ciudad de Soria para regresar a los Cameros de origen.

Y el análisis del caso de la familia de Pedro Larios puede servirnos para ilustrar este cambio de tendencia. En efecto, en primer lugar ya él mismo comenzó invirtiendo una parte importante de las ganancias acumuladas con sus tratos en lanas y paños en la adquisición de tierras y fincas urbanas y en operaciones de préstamo20. Pero por si esto no fuera poco, además destinó a su único hijo varón a la carrera eclesiástica, lo que le permitió en cierta medida ascender en la escala social soriana, ya que llegó a ser canónigo de la colegiata de San Pedro de Soria, aunque a costa de abandonar casi totalmente los negocios familiares. Su hermana María, al contraer sus dos matrimonios con mercaderes, continuó estando vinculada como hemos visto al mundo de los negocios, pero finalmente, al quedar viuda, la defensa de sus intereses tuvo que ser asumida por su único hijo varón, que ya no tenía fijada la residencia en Soria sino en Torrecilla.Y la otra hija de Pedro, Juana, tampoco dejó ningún descendiente en Soria que se mostrase dispuesto a tomar el relevo en la dirección de los negocios familiares.

 

2. MERCADERES CAMERANOS EN LA EXPORTACIÓN DE LANAS SORIANAS: EL CASO DE LUMBRERAS

La presencia de mercaderes procedentes de lugares de la actual comunidad autónoma riojana como compradores de lanas estremeñas sorianas destinadas a la exportación se puede constatar desde el primer momento en que comenzamos a disponer de noticias documentales suficientes para el análisis de esta actividad mercantil, es decir desde las últimas décadas del siglo XV21. Y éstos continuaron estando muy presentes en el mercado lanero soriano en los siglos XVI y XVII, aunque su actividad se intensificó a partir de las últimas décadas del siglo XVI, a medida que los mercaderes burgaleses fueron desapareciendo de un escenario que antes habían dominado indiscutiblemente. La mayoría de estos mercaderes procedían, no obstante, de los más reputados centros mercantiles de la región, es decir Nájera durante el siglo XVI22 y Logroño durante el siglo XVII 23. Y en menor medida también actuaron en tierras sorianas en la segunda mitad del siglo XVI mercaderes procedentes de otras ciudades de la ribera del Ebro, como por ejemplo Haro, donde se instalaron a fines del siglo XVI varios mercaderes portugueses24,Calahorra y Alfaro25

En la primera mitad del siglo XVII, sin embargo, tuvo lugar un curioso y singular fenómeno al incorporarse al mercado de exportación de lanas estremeñas de las sierras sorianas varios mercaderes asentados en ámbitos rurales de estas mismas sierras y de las vecinas sierras cameranas, que consiguieron captar grandes partidas de lanas, contratando con algunos de los principales señores de ganados del ámbito. La mayoría de estos mercaderes estuvieron avecindados en pequeñas aldeas de la Tierra de Yanguas que hoy se encuentran totalmente despobladas, como es el caso de Valdecantos, Diustes y Camporredondo, o en vías de despoblarse, como ocurre con Vizmanos, lugar en el que ni siquiera se mantiene en pie en la actualidad su iglesia.

Pero, además de estas aldeas yangüesas, otro lugar serrano que proporcionó al ámbito soriano en esta época dinámicos y emprendedores mercaderes laneros involucrados en empresas de exportación fue la villa de Lumbreras de Cameros, muy cercana a aquéllas, aunque situada al otro lado de la línea de cumbres donde se ubica el puerto de Piqueras.

Allí estuvieron avecindados en las primeras décadas del siglo XVII los hermanos Diego y Francisco de Almarza, quienes en varios ejercicios declararon haber adquirido en la Tierra de Soria en torno a 10.000 arrobas de lana por año para exportar, las cuales acondicionaban también en lavaderos sorianos, en concreto en el de Cardos, situado en las proximidades de Almarza, aldea de la Tierra de Soria ciertamente no muy alejada de Lumbreras26. Además de ellos otros varios vecinos de esta villa camerana desplegaron una intensa actividad en el ámbito soriano como compradores de lana estremeña destinada a la exportación, y entre ellos hay que destacar a Juan Ibáñez Ocerín de Guevara, que trabajó en ocasiones con mercaderes yangüeses 27, y sirvió también como factor a grandes mercaderes exportadores madrileños28, Francisco de Isunza y Pedro Sánchez Salvador29. Estos tres mercaderes negociaron en la región soriana con lanas estremeñas, unas veces formando compañía y otras por separado, y consiguieron captar tanto grandes pilas de algunos de los principales ganaderos sorianos, como partidas más modestas de medianos y pequeños ganaderos trashumantes, a los que solían adelantar dinero en otoño a cambio del compromiso de la entrega de sus lanas.

De los tres, el que realizó mayor número de operaciones de compra adelantada de lanas estremeñas en la región soriana, a juzgar por las noticias que hemos logrado reunir, fue Pedro Sánchez Salvador30, quien de esta manera se acercó bastante al modo de proceder de otros paisanos suyos que acudieron a las sierras sorianas a proveerse de materia prima para destinarla a la fábrica de paños en Cameros. Probablemente él también destinaría una parte de las lanas que adquiría en Soria a la fabricación de paños en Lumbreras o en su entorno, al igual que otros de sus paisanos y colegas que hicieron incursiones en los negocios de exportación lanera, como por ejemplo Francisco de Isunza, identificado en ocasiones como fabricante pañero. Pero, por la envergadura de sus negocios, a estos mercaderes de Lumbreras de los que estamos hablando hay que diferenciarlos claramente de los más modestos tratantes de lanas paisanos suyos, de los que trataremos más adelante, que siempre que acudían a adquirir lanas a la región soriana lo hacían con los ojos puestos en los talleres pañeros cameranos, o a lo sumo con el objetivo de revenderlas in situ a otros mercaderes que por su cuenta las destinasen a la exportación.

Por lo demás la figura de Pedro Sánchez Salvador nos ofrece un ejemplo paradigmático de los efectos que el interés que en Cameros despertaron las lanas sorianas tuvo sobre el reforzamiento de los vínculos políticos y sociales entre los dos ámbitos, que, aunque en la actualidad se encuentran escindidos, en el pasado conformaron desde muchas perspectivas una indisoluble unidad. En efecto, por vía que de momento desconocemos, la familia de los Sánchez Salvador consiguió entrar en uno de los doce linajes de caballeros hidalgos en que se distribuían los miembros del estamento privilegiado de la ciudad y Tierra de Soria, el de los Salvadores Someros31. Y un descendiente homónimo de Pedro Sánchez Salvador, también avecindado en Lumbreras, nos consta que había llegado a convertirse a finales del siglo XVII en regidor perpetuo de la ciudad de Soria 32.

De manera que el hecho de que una de estas familias de mercaderes laneros de Lumbreras llegase a ocupar un oficio como el de regidor perpetuo de Soria nos pone de manifiesto hasta qué punto la comunidad de mercaderes que albergó esta villa camerana durante el siglo XVII contó con individuos de indiscutible rango, que, a pesar de residir en ámbitos plenamente rurales, podían codearse sin complejos con los más dinámicos hombres de negocios de las metrópolis mercantiles del reino de Castilla, tales como Madrid o Bilbao. Y, dado que no se trató de un caso aislado, pues, como hemos avanzado, también en la Tierra de Yanguas despuntaron durante el siglo XVII algunos mercaderes laneros que gracias al éxito cosechado en sus negocios consiguieron entroncar incluso con algunas de las más reputadas familias de la oligarquía noble soriana, convendría detenerse en el futuro a reflexionar sobre este fenómeno, para replantear nuestra percepción tanto de la estructura sociopolítica de la Castilla del siglo XVII como del papel que en la historia han desempeñado estas hermosas tierras altas de los Cameros y Soria que en la actualidad se están quedando despobladas, olvidadas de todos.

Por fin, para terminar con este panorama relativo a los grandes mercaderes exportadores de Lumbreras, hay que hacer constar también que los vínculos sociales establecidos por éstos con la ciudad de Soria tuvieron a su vez traducción en la elección de conventos sorianos para las hijas que quisieron destinar a la vida contemplativa. Y como ejemplo ilustrativo sirva recordar la entrada en el monasterio de Santa Clara de Soria en 1678 de Mariana de Almarza, hija de Francisco de Almarza y Josefa Sánchez Salvador, vecinos de Lumbreras y miembros de dos de las principales familias de mercaderes de la villa, que le entregaron en dote 1.300 ducados33.

 

3. PAPEL DE LA REGIÓN SORIANA EN EL APROVISIONAMIENTO LANERO DE LA INDUSTRIA PAÑERA CAMERANA

Aunque los casos que hasta ahora hemos analizado ponen bien de manifiesto que desde Cameros se supo sacar partido del escaso desarrollo alcanzado por la clase mercantil soriana durante los siglos XVI y XVII, puesto que gentes procedentes de este ámbito consiguieron participar en el lucrativo negocio de la exportación de la lana del ganado trashumante soriano, no cabe duda de que la actividad de estos mercaderes exportadores cameranos tuvo una importancia marginal. Y ello porque en primer lugar éstos sólo consiguieron captar una pequeña fracción del total de lana estremeña producida en el ámbito soriano, y además durante un período de tiempomuy restringido, que sólo abarca varios años de la primera mitad del siglo XVII. Y en segundo lugar porque constituyeron una exigua minoría si se compara su número con el de los mercaderes cameranos que en el transcurso de los siglos XVI y XVII se pueden identificar a través de los protocolos notariales sorianos como compradores de lanas destinadas a la fábrica de paños en Cameros.

El número de estos últimos fue ciertamente muy elevado, y además, a diferencia de los mercaderes exportadores, que se concentraban en muy pocos lugares y con preferencia en Lumbreras, estaban distribuidos por toda la geografía camerana y riojana, en los múltiples núcleos en que se trabajaban paños34.

La distinción entre mercaderes exportadores y mercaderes especializados en el aprovisionamiento de la industria pañera camerana no resulta, sin embargo, fácil de establecer, porque hubo bastantes individuos que combinaron ambas facetas, o que por lo menos negociaron como intermediarios con muy diversos tipos de lanas y clientela también muy diversificada. Y así nos lo pone de manifiesto por ejemplo la figura de Andrés Martínez, mercader vecino de Lumbreras, que en la primera mitad del siglo XVII negoció con cantidades relativamente importantes de lana estremeña, y en su mayor parte no las destinó a la fábrica de paños ni tampoco las exportó por su cuenta, optando por el contrario por revenderlas a arrieros de la Tierra de Yanguas, quienes a su vez las llevaban a revender a los puertos cantábricos35.

En otros muchos casos no conocemos con suficiente detalle cuál fue el destino que dieron alas lanas adquiridas en el territorio soriano individuos avecindados en Cameros que negociaron con medianos y pequeños propietarios ganaderos, adelantándoles en ocasiones importantes cantidades de dinero a cuenta de la entrega de las lanas del siguiente esquileo de sus rebaños36. Pero hay motivos para sospechar que en su caso se trataba de auténticos mercaderes intermediarios, que buscarían el beneficio en las operaciones de compra y reventa, ya que habitualmente quienes adquirían lana para el propio consumo en su fábrica de paños no tenían capacidad financiera suficiente como para adelantar dinero a los ganaderos a cuenta de las lanas. Lo cual no excluye que estos mercaderes cameranos de mayor capacidad financiera, que efectuaban importantes adelantos de dinero a los pequeños y medianos ganaderos trashumantes sorianos, fuesen además empresarios textiles, que destinasen parte de la lana adquirida a la fabricación de paños por cuenta suya, a través del conocido "putting out system", y otra parte la revendiesen a otros fabricantes cameranos o la desviasen hacia los puertos cantábricos para revenderla a mercaderes exportadores.

En cualquier caso, sea como fuese, lo cierto es que, al margen de que una parte de la lana adquirida por cameranos en las tierras sorianas fuese destinada directa o indirectamente a la exportación fuera de la Península, otra parte sin duda mayor tuvo por destino los talleres textiles de las propias villas y aldeas cameranas, si bien llegó a éstos por muy diversas vías, que no siempre resulta fácil identificar con la precisión deseable. Y fue la demanda de lanas que generaron estos talleres textiles la que más contribuyó a despertar el interés entre los hombres de negocios cameranos por las tierras sorianas, que llevó en el siglo XVI incluso a varios de ellos a instalarse de forma permanente en ellas, según ya hemos dado cuenta con anterioridad.

En la región soriana, no obstante, se produjeron y comercializaron durante los siglos XVI yXVII muy diversos tipos de lanas, de diferentes precios y calidades, que fueron demandadas por una clientela también muy diversificada, que comprendía desde los grandes mercaderes extranjeros que la adquirían para exportarla en grandes cantidades a países europeos como Francia, Flandes, Holanda, Inglaterra o Italia, hasta los fabricantes de paños más modestos de las aldeas serranas del ámbito soriano. Los distintos tipos de demandantes solían mostrar preferencia por la adquisición de una determinada clase de lana, pero no siempre se daba una correlación absoluta, y con frecuencia a un determinado tipo de demandante lo podemos encontrar adquiriendo en distintas ocasiones variadas clases de lanas.

Y éste es el caso en concreto de la mayoría de los compradores procedentes de Cameros que negociaron en el ámbito soriano durante los siglos XVI y XVII, considerados no tanto a título individual sino como colectivo. Y la razón que explica esta circunstancia estriba en que la industria textil camerana utilizó como materia prima una amplia gama de tipos de lana, aunque en términos porcentuales las más empleadas fuesen las churras, obtenidas del esquileo del ganado estante, y las riberiegas.

Lanas de ganado trashumante para la industria camerana

La llamada lana estremeña, obtenida del esquileo de los rebaños trashumantes, era la fibra de mayor calidad producida en el ámbito soriano, y también se contaba entre las más apreciadas del reino de Castilla, por detrás de las llamadas lanas segovianas y leonesas. No todas las lanas del ganado trashumante soriano presentaban, sin embargo, un grado de calidad semejante, sino que se llegaron a establecer grandes diferencias entre unas pilas y otras, de manera que las de los rebaños de los grandes propietarios alcanzaron una mayor reputación, por lo que se cotizaron a precios mucho más altos, al margen de que algunos de estos grandes propietarios adquirieron también por compra rebaños de raza segoviana, de los que se obtenía una fibra que se llegó a cotizar un tercio más cara que la procedente de los rebaños de raza soriana. Pero siempre esta lana de los rebaños de mayor reputación era la preferida por los mercaderes exportadores, dispuestos a pagar unos precios un poco más altos cuando eran conscientes de que la calidad de las lanas les permitiría poder revenderlas en los países europeos de destino a precios también muy remuneradores.

Consiguientemente estas pilas de gran reputación estuvieron fuera del alcance de los fabricantes pañeros cameranos, incluso de los que estaban respaldados por una mayor capacidad financiera, que en caso de estar interesados en adquirir una parte de las mismas no tenían otra alternativa que hacer uso del derecho de tanteo, que les reconocía la legislación vigente. Y excepcionalmente se constata que algunos pañeros cameranos lo ejercieron, como por ejemplo en1590 Francisco Martínez de Palacio, vecino de Torrecilla, que pretendió adquirir por esta vía la mitad de las 3.000 arrobas de lana que el mercader de Nájera Francisco de Coello había comprado a un vecino de Diustes, aldea de la Tierra de Yanguas, del esquileo de ese año 37.

Pero en la documentación consultada no hemos encontrado más noticias referentes a tanteos de esta envergadura, y presumimos que no debieron practicarse apenas porque para los fabricantes pañeros cameranos debía resultar muy difícil financiar operaciones de este tipo, y además los precios concertados por los grandes ganaderos sorianos con los mercaderes exportadores que adquirían sus lanas debían resultarles prohibitivos, sobre todo durante las décadas centrales del siglo XVI, cuando las grandes facilidades de pago que dichos ganaderos concedieron a los mercaderes tuvieron como contrapartida un incremento significativo de los precios exigidos.

En contrapartida, sin embargo, estos mismos grandes ganaderos que destinaban las lanas blancas de sus rebaños trashumantes a la exportación disponían también de otras fibras para las que no existía una fuerte demanda fuera de la Península, y que por consiguiente debían vender a precios más bajos, resultando por ello más asequibles para los fabricantes pañeros cameranos.

Era el caso en primer lugar de los añinos, obtenidos del esquileo de los corderos, que durante el siglo XVI se cotizaron a unos precios muy inferiores a los de las lanas, por lo que con bastante frecuencia en dicho siglo los grandes ganaderos sorianos los vendieron por separado de aquéllas, y a otros destinatarios, entre los que significativamente predominaron los vecinos de lugares de Cameros. En efecto, dado que los añinos estremeños eran durante el siglo XVI mucho más baratos que las lanas, los empresarios pañeros de capacidad financiera más modesta los utilizaban como sustituto de aquéllas para la fabricación de paños de cierta calidad. Y así nos lo ponen de manifiesto por ejemplo unos capítulos presentados por los "fabricadores y hazedores de paños" de Soria al corregidor para que se incluyesen en las instrucciones que habían de llevar los procuradores de la ciudad a una reunión de Cortes, de la que desconocemos la fecha exacta, aun-que presumimos que corresponde al reinado de Carlos I. Según dichos capítulos el rey había ordenado por su pragmática que ningún fabricante de paños pudiese tener en su casa añinos ni peladas si fabricaba paños de calidad de dieciochenos para arriba, y los fabricantes sorianos entendían que esta prohibición causaba gran perjuicio a los pobres tratantes, que no podían alcanzar a fabricar paños mayores "porque los más no alcanzan más de hasta quinze o veynte arrobas de lana y destas han de hazer un Contray o veyntidoseno o veynteno y la resta dieziocheno o catorzeno, y estas suertes menores suelenles hechar aninos, y sy por no lo poder hazer ovieren de vender las suertes menores no las pueden vender sino a menos precio"38.

Teniendo en cuenta este tipo de prácticas se explica por lo tanto el interés demostrado por los modestos hombres de negocios cameranos en la adquisición de importantes partidas de añinos estremeños sorianos durante el siglo XVI, que muy probablemente no destinarían en su integridad a sus propios talleres en el caso de que fuesen fabricantes, sino que en parte también revenderían. En efecto, a veces las cantidades adquiridas eran relativamente elevadas, en particular cuando se concertaban operaciones directamente con grandes propietarios ganaderos, como por ejemplo Cristóbal de Salazar, a quien en el verano de1551 compró Martín de Arenzana, vecino de Villanueva de Cameros, 400 arrobas de añinos39, Iñigo López de Salcedo, que en 1587 vendió otras 400 arrobas a varios vecinos de Lumbreras40, o Catalina de Morales, que en 1590 vendió la cantidad más modesta de 144 arrobas a un vecino de Pedroso 41.

Estos contratos a los que nos acabamos de referir nos ponen de manifiesto por lo demás la frecuencia con que los grandes propietarios ganaderos de Soria vendieron sus añinos en Cameros, pero además otros indicios nos confirman que era el añino el producto que preferentemente vendían a esta clientela, mientras que a las lanas, que representaban el grueso de la producción de sus rebaños, les daban otros destinos 42. Y del mismo modo otras fuentes nos confirman que los grandes ganaderos de Agreda practicaron una idéntica política, vendiendo sus lanas a mercaderes exportadores mientras que destinaban los añinos a fabricantes pañeros cameranos, de lugares como Viguera, Soto o Laguna de Cameros 43.

Durante el siglo XVII las distancias entre los precios de lanas y añinos del ganado trashumante se acortaron drásticamente, hasta el punto de que pronto estos últimos llegaron a alcanzar precios incluso bastante superiores a los de aquéllas. Y esta circunstancia no podemos dejar de ponerla en relación con el hecho de que las noticias de operaciones de venta de añinos  estremeños sorianos a vecinos de Cameros prácticamente desaparezcan de la documentación, y en cambio se multipliquen las referentes a operaciones de venta de lana.

Antes de referirnos a éstas hay que precisar, no obstante, que los rebaños trashumantes sorianos producían en su mayor parte lana blanca, que era la verdaderamente apreciada por los mercaderes exportadores, pero en pequeñas cantidades también se obtenía de su esquileo la llamada lana negra o morena, considerada de calidad muy inferior. Y por esta razón los mercaderes exportadores que adquirían las pilas de mayor reputación a veces imponían a los propietarios de éstas la condición de que no les entregasen las lanas negras, al no estar dispuestos a pagar por éstas los elevados precios que ofrecían por las blancas. Y consiguientemente, al igual que ocurrió durante el siglo XVI con los añinos, en más de una ocasión los grandes propietarios ganaderos sorianos destinaron las pequeñas partidas de lana negra de que disponían a los talleres cameranos44.

Pero al margen de estas operaciones con lana negra, en el transcurso del siglo XVII cada vez se fueron haciendo más frecuentes las ventas de lana estremeña blanca concertadas directamente por señores de ganados del ámbito soriano con fabricantes pañeros de Cameros. Ciertamente los ganaderos propietarios de las pilas de mayor reputación continuaron manteniéndose al margen de estas operaciones, y no dejaron en ningún momento de destinar el grueso de sus pilas fuera de la Península, en ocasiones incluso asumiendo el riesgo de exportarlas por su propia cuenta. Y por el contrario los ganaderos de posición más modesta, que necesitaban que se les efectuasen adelantos de dinero varios meses antes de la entrega de las lanas para sacar adelante sus explotaciones ganaderas, tampoco pudieron recurrir a dar salida a su producción por esta vía del concierto directo con los fabricantes pañeros, ya que éstos no disponían de medios para adelantarles dinero, sino que más bien al contrario necesitaban que se les entregase por adelantado la lana y se les concediesen a ellos aplazamientos de pago. De manera que en aquellos casos en que las lanas de estos ganaderos trashumantes más modestos fueron a parar a los talleres textiles cameranos fue a través de la intermediación de los mercaderes revendedores, la mayoría avecindados en Soria aunque algunos también en los núcleos serranos de los Cameros, que sehabían especializado en el negocio de comprar por adelantado a los ganaderos, y vender "alfiado", es decir concediendo aplazamientos de pago, a los fabricantes pañeros. Pero sobre la actividad de estos mercaderes intermediarios trataremos más por extenso al referirnos al comercio de las lanas churras y riberiegas, ya que fue con éstas con las que efectuaron el grueso de sus tratos en Cameros, mientras que por el contrario la mayoría de las lanas estremeñas adquiridas por ellos las revendían a mercaderes exportadores, aunque quizás en mayor proporción durante el siglo XVI y primeras décadas del siglo XVII que a partir de las décadas centrales de este siglo, durante las que se produjo un descenso de la demanda internacional de lanas castellanas.

Precisamente este descenso de la demanda internacional entendemos que fue uno de losf actores determinantes que llevó a determinados ganaderos trashumantes del ámbito soriano a destinar una parte importante de su producción lanera a fabricantes pañeros, en su mayoría avecindados en los Cameros, conforme fue avanzando el siglo XVII. Fueron en su mayoría medianos propietarios, que se encontraban en una situación financiera suficientemente desahogada como para poder conceder aplazamientos de pago a los pañeros que adquirían sus lanas, a los cuales en contrapartida exigían unos precios bastante altos, pero probablemente inferiores a los que éstos tendrían que haber pagado a los mercaderes revendedores sorianos a los que de lo contrario tenían que recurrir para proveerse de la materia prima que necesitaban 45.

Estos ganaderos trashumantes que concertaron la venta de sus lanas con pañeros durante el siglo XVII fueron muy numerosos en la Tierra de Yanguas, dándose el caso de que algunos de ellos habían sido en su momento mercaderes, e incluso exportadores que habían llevado a vender lanas a Francia, a la región de Bayona. Y así lo testimonia la trayectoria de la familia Duro, avecindada en Vizmanos, la cual, habiendo estado dedicada en la primera mitad del siglo XVII al comercio de exportación de lanas, abandonó de forma prácticamente radical los negocios mercantiles a partir de las décadas centrales del siglo para pasar a limitarse a vender las lanas de sus propios ganados bien a mercaderes exportadores o bien a fabricantes pañeros, según las circunstancias46.

Otros ganaderos de esta circunscripción comenzaron en fechas mucho más tempranas a concertar la venta del grueso de su producción lanera con fabricantes pañeros, según testimonia el caso de otro vecino de Vizmanos, Juan de Mozún, quien en 1604 concertó con diferentes vecinos de Viguera 3 contratos de venta de lanas de 55, 80 y 38 arrobas cada uno, y por su parte con un vecino de Yanguas otro de 20 arrobas, en todos los cuales consiguió fijar un precio de 19 reales por arroba, que era relativamente alto porque coincidía con el precio al que aquel año había revendido lanas estremeñas un conocido intermediario soriano, el licenciado Juan García, médico, y superaba en dos reales por arroba al que había obtenido Alonso de Río, uno de los principales ganaderos de la ciudad de Soria, sumido entonces, no obstante, en una situación de grave crisis financiera 47.

Los pañeros que adquirieron lanas directamente de ganaderos de la Tierra de Yanguas durante el siglo XVII estaban avecindados en lugares muy diversos de la geografía riojana, tales como Villanueva, Viguera, Pedroso, Soto, La Riba, Munilla y Enciso, si bien llama la atención el elevado número de contratos concertados por vecinos de Zarzosa que se conservan en los protocolos notariales yangüeses, explicable en cierta medida por la proximidad del lugar a la Tierra de Yanguas48. Y por supuesto no hay que olvidar que entre la clientela de estos ganaderos ocuparon también un destacado lugar los fabricantes pañeros avecindados en la propia villa de Yanguas y en las aldeas de su Tierra.

Por qué los ganaderos de las aldeas de la Tierra de Yanguas recurrieron con más frecuencia que los de otras comarcas de la región soriana a contratar directamente la venta de sus lanas blancas estremeñas, o al menos una parte de las mismas, con fabricantes pañeros y no con mercaderes exportadores, es una cuestión a la que no podemos entrar aquí a tratar de dar respuesta. Pero es un hecho constatable, y que puede ser puesto en relación con la mayor vinculación con las actividades comerciales que caracterizó a estos ganaderos yangüeses durante el siglo XVII.

En cualquier caso, no obstante, no fueron los únicos sino que también propietarios de cierto relieve de aldeas de la Tierra de Soria recurrieron de vez en cuando a dar salida a parte de sus lanas por esta vía, y como ejemplo ilustrativo citaremos el caso de Iusepe Casado, de Almajano, que vendió a un pañero de Villanueva de Cameros, Bartolomé Pérez, en 1637 y 1638 pequeñas cantidades de lana y añinos49.

Por fin, para terminar de dar cuenta de la utilización de lanas procedentes del ganado trashumante soriano en los talleres textiles cameranos hay que hacer referencia a aquellas lanas que no eran vendidas directamente por los ganaderos, es decir las que procedían de desechos de tenerías y lavaderos.

En efecto, la especialización de la industria pañera en Soria y Cameros en la producción de paños de baja calidad propició que estas lanas de desechos encontrasen una óptima salida en dicha industria. Y en concreto ya durante la segunda mitad del siglo XVI los protocolos notariales sorianos y yangüeses testimonian que una parte importante de las lanas arrancadas de los pellejos trabajados en las tenerías de la ciudad de Soria fueron destinadas a campesinos de la Tierra de Yanguas, fabricantes de paños de muy baja calidad, que las adquirían "al fiado" de los baldreseros sorianos. Pero excepcionalmente entre los clientes de estos baldreseros también hubo campesinos del otro lado de la sierra, que adquirieron de ellos la lana de tenerías, a veces con unas condiciones más bien propias del Verlagsystem. Y en efecto así nos lo pone de manifiesto un contrato firmado en 1571 por el baldresero soriano Diego López con Juan Rodríguez el menor, a quien había entregado 24 arrobas de rebol común, 10 de rebol redondo y 2 de común negro, a diferentes precios, y efectuado un pequeño préstamo de 60 reales, con condición de que a cambio en concepto de pago le entregase cuatro paños para venderlos en la feria de Torija50.

Del mismo modo que la lana de tenerías, la de los desechos de lavadero también fue muy demandada tanto en la Tierra de Yanguas como en los Cameros, aunque por una clientela algo más diversificada, en la que figuraban junto a fabricantes pañeros de cierta talla, que compraban cantidades de mediana envergadura51, otros humildes campesinos que sólo alcanzaban a fabricar unos pocos paños, con los que apuntalar su precaria existencia durante los meses de invierno. Yel ejemplo más notorio entre estos últimos nos lo proporcionan varios vecinos de Enciso y de otras aldeas de su entorno, que habitualmente se ganaban el sustento durante los meses de verano trabajando como operarios en los lavaderos de Soria y su Tierra, y adquirían de los mercaderes que organizaban estos lavaderos pequeñas cantidades de lanas de desecho, probablemente para utilizarla en la fabricación de paños de baja calidad, actividad a la que dedicarían su tiempo en el invierno, para complementar los cortos ingresos obtenidos durante el verano con su trabajo en los lavaderos.

El consumo de lana churra y riberiega del ámbito soriano por la industria pañera camerana

Aunque la documentación utilizada no es la más adecuada para hacer estimaciones sobre la proporción en que los distintos tipos de lanas comercializadas en el ámbito soriano contribuyeron a proveer de materia prima a la industria textil camerana, ofrece suficientes indicios como para permitir aventurar que fueron muchas más las lanas churras y riberiegas consumidas por esta industria que las propiamente estremeñas.

En efecto, ya hemos visto cómo los principales mercaderes cameranos que se instalaron en Soria durante el siglo XVI hicieron de la compra de lana churra y riberiega para su reventa a fabricantes cameranos una de sus principales actividades. Y, aunque ciertamente también trataron con lana estremeña, las cantidades que de ésta vendieron en Cameros fueron muy pequeñas, tratándose además en muchos casos de añinos, y el destino preferente que le dieron fue la exportación. Pero además de ellos otros muchos individuos de muy diverso rango se dedicaron en Soria durante los siglos XVI y XVII a esta actividad, desde mercaderes con cierta proyección internacional, que llegaron a involucrarse en empresas de exportación lanera, como Domingo del Aguila o diversos miembros de la familia García de Tardajos, hasta modestos tratantes, que además de negociar con lanas a pequeña escala ejercían otros variados oficios como los de platero, boticario, barbero, oculista, cirujano, médico, u otros más relacionados con el trabajo del cuero, como el de baldresero, o con la actividad textil, como los de cordonero, sastre o sombrerero, entre otros.

De hecho, mientras que el número de tratantes en lana estremeña en Soria fue tanto durante el siglo XVI como durante el XVII relativamente reducido, los tratantes de lana churra fueron numerosísimos en esta ciudad en ambos siglos, aunque en su mayoría se trataba de hombres de negocios de muy modesto rango. Y prácticamente todos ellos contaron con vecinos de Cameros entre los clientes que les adquirían lanas.

Su negocio se basaba en comenzar a contratar a partir de los últimos meses del verano la compra de las lanas del próximo esquileo con los pequeños propietarios de ganado estante y trasterminante dispersos por los pueblos de las tierras llanas de la geografía soriana52, a los que efectuaban para ello importantes adelantos de dinero. Una vez recogidas las lanas durante el mes de junio procedían a revenderlas a fabricantes pañeros de la ciudad de Soria, de diversos lugares de su Tierra, de Yanguas y de las aldeas de su Tierra, y por supuesto siempre también de los Cameros. Y a estos compradores siempre les concedían aplazamientos de pago del valor de la mercancía entregada, dándose el caso a veces de que por dificultades en sus negocios no entregaron las cantidades comprometidas en los plazos estipulados53.

Las cantidades adquiridas por estos fabricantes pañeros de los intermediarios sorianos eran de muy diversa envergadura, y a veces en los encargos se mezclaban lanas churras y riberiegas con unas pocas lanas o añinos estremeños, pero no resultaba muy frecuente que se superaran las 100 arrobas por contrato54. Todo dependía de la talla del fabricante pañero, y también de que los contratos se realizasen por individuos aislados o por compañías que se constituían para la adquisición conjunta de lanas, y no sabemos si también para que por su cuenta se efectuase todo el proceso de fabricación de los paños. En cualquier caso las mayores partidas solían adquirirse en los núcleos pañeros más consolidados, en los que se fabricaba una tipología más variada de paños, como por ejemplo Torrecilla, Lumbreras o Villoslada, mientras que en otros lugares en los que la industria textil estaba menos desarrollada se adquirían cantidades más pequeñas de lanas por contrato, y sobre todo era más frecuente que entre las fibras adquiridas hubiese lanas de peor calidad.

De cualquier modo el recurso de la compra a los mercaderes intermediarios no fue la única vía que tuvieron abierta los fabricantes cameranos para proveerse de lanas churras y riberiegas en la región soriana, sino que al igual que vimos que algunos de ellos se concertaron directamente con ganaderos trashumantes sorianos para adquirirles una parte de sus pilas, generalmente exigua, también proliferaron durante los siglos XVI y XVII, y en muy mayor número, los contratos de obligación de compraventa de lanas y añinos concertados directamente entre cameranos y propietarios de ganado estante y trasterminante sorianos.

Ciertamente, aunque entre los señores de ganado estante predominaron de forma abrumadora los pequeños propietarios, que con frecuencia apenas disponían de unas pocas arrobas para vender, en bastantes casos menos de diez por ejercicio, también hubo algunos que consiguieron reunir rebaños de cierto tamaño, aunque por supuesto nunca tan grandes como los trashumantes. Y fue con estos propietarios de mayor número de cabezas, habitualmente miembros de la oligarquía soriana, con los que en principio los cameranos prefirieron concertarse para adquirir sus lanas, por razones comprensibles, ya que para compensar los gastos que para ellos conllevaba el negociar fuera de sus lugares de vecindad les interesaba al menos adquirir partidas importantes55.

Además de los señores de grandes rebaños churros avecindados en la ciudad de Soria, y que en varios casos eran miembros de su oligarquía, también los propietarios de rebaños trasterminantes, que se diferenciaban de los churros en que pasaban a invernar al valle del Ebro, a los reinos de Aragón y Navarra, solían disponer de cantidades de lana de cierta envergadura para vender, puesto que el tamaño medio de estos rebaños era muy superior al de los rebaños estantes, ya que era necesario disponer de un mínimo de cabezas para que el traslado a los pastos del Ebro resultase factible y rentable. Consiguientemente esta mayor concentración de la propiedad de los ganados trasterminantes permitía que las cantidades de lana concertadas por contrato fuesen mucho más altas, y se situasen en muchos casos por encima de las 100 arrobas56. Pero además los propietarios de ganado trasterminante estaban mucho más concentrados geográficamente que los de churro, en su mayoría en los lugares de la geografía soriana más próximos a la frontera aragonesa y navarra, y este hecho también ahorraba gastos a los mercaderes interesados en adquirir sus lanas. Por todo lo cual resulta fácilmente explicable que los cameranos también mostrasen preferencia por concertarse con estos propietarios de ganado trasterminante a la hora de adquirir lanas en el ámbito geográfico soriano, aunque la lana que éstos vendían, llamada riberiega, alcanzaba un precio algo superior al de la churra, que sin duda también traducía diferencias de calidad.

La negociación directa con los pequeños propietarios de ganado estante, dispersos por multitud de diminutas aldeas, y que sólo disponían de ínfimas cantidades de lana, en muchos casos quizás no de muy buena calidad, debió por el contrario presentar muchas más dificultades e inconvenientes para los hombres de negocios cameranos interesados en la adquisición de lanas sorianas para la fábrica de paños. Y en este terreno debió resultar muy fuerte la competencia que les hacían los mercaderes intermediarios de Soria y Almazán, núcleos urbanos mucho más próximos a los pueblos de las tierras llanas y cerealeras donde se concentraba el ganado estante. Pero, con todo, a pesar de las dificultades también con estos pequeños propietarios de ganado estante llegaron a contactar algunos de los cameranos que actuaron en tierras sorianas, como bien testimonian las actuaciones de varios vecinos de Lumbreras en las últimas décadas del siglo XVI 57. Aunque, como ya hemos adelantado, lo más frecuente fue que la lana de estos pequeños propietarios llegase a los talleres pañeros cameranos a través de los numerosos mercaderes intermediarios, tratantes de lana churra, que hubo en Soria y en otros núcleos urbanos de su entorno en los siglos XVI y XVII.

Las referencias de que disponemos para la caracterización del perfil socioeconómico de estos cameranos que concertaron directamente con ganaderos sorianos la compra de sus lanas churras y riberiegas son muy escasas, y no nos permiten determinar en qué medida se trataba de fabricantes pañeros propiamente dichos, que buscaban las lanas para su propia fábrica de paños, o más bien mercaderes intermediarios, que buscaban el beneficio en las operaciones de reventa de las lanas entre los pequeños artesanos cameranos. Sin duda se daría una amplia gama de situaciones, y muchos de ellos participarían a la vez en negocios mercantiles y de fabricación de paños. Pero en cualquier caso en su faceta de fabricantes pañeros difícilmente pueden ser equiparables a aquellos paisanos suyos que adquirían lanas a través de intermediarios sorianos o directamente de ganaderos, pero siempre al fiado, es decir, recibiendo por adelantado la lana, y pagándola a plazos. En efecto estos mercaderes cameranos que adquirieron directamente lana churra y riberiega de pequeños y medianos señores de ganados sorianos debieron en la práctica totalidad de los casos de los que tenemos constancia documental adelantar dinero, y en ocasiones cantidades relativamente importantes, de manera que debían contar con un cierto respaldo financiero, del que carecían los otros fabricantes de paños paisanos suyos.

Por fin para terminar con estas referencias generales al comercio de lana churra entre Soria y Cameros hay que hacer constar, en honor a la precisión, que no toda la lana churra fluyó en esta región desde el sur hacia el norte, es decir desde Soria hacia Cameros y Rioja, sino que también se puede constatar a través de la lectura de los protocolos notariales yangüeses un flujo, ciertamente a menor escala, de lana churra desde las comarcas riojanas en que no se practicaba la trashumancia hacia la Tierra de Yanguas y la de San Pedro Manrique, ámbitos que exportaban la práctica totalidad de la lana estremeña que allí se producía en cantidades relativamente importantes, y en contrapartida necesitaban importar lana churra, por ser la que utilizaba preferentemente la industria pañera allí desarrollada58.

 

4. COMPETENCIA ENTRE LAS INDUSTRIAS PAÑERAS SORIANA Y CAME-RANA POR LA CAPTACIÓN DE LAS LANAS CHURRAS Y RIBERIEGAS

Mucho se ha escrito y especulado sobre los efectos perniciosos que la exportación masiva de las lanas del ganado trashumante castellano durante los siglos bajomedievales y modernos tuvo para la economía de la Corona de Castilla, por haber dejado desabastecida a la industria pañera autóctona, que quedó así condenada al subdesarrollo59. No es éste el lugar para entrar a debatir esta cuestión, pero al menos sí queremos llamar la atención sobre un hecho que no ha sido tenido apenas en cuenta por todos los que han culpado a la exportación lanera de los supuestos problemas de desabastecimiento de las industrias pañeras castellanas. Y es que, paradójicamente, se puede constatar que en algunas de las regiones en que se produjeron mayores cantidades de lana estremeña, que era la destinada de forma preferente a la exportación, se desarrolló paralelamente una industria pañera de cierta importancia cuyos promotores, sin embargo, nunca denunciaron problemas de desabastecimiento de este tipo de lana en concreto, porque de hecho preferían trabajar con lanas churras y riberiegas, que eran mucho más baratas.

Un ejemplo extremo de esta paradójica situación nos lo proporciona la Tierra de Yanguas, donde prácticamente todo el ganado ovino era trashumante y la lana que se obtenía del mismo se destinaba a la exportación60, mientras que en contrapartida los numerosos fabricantes pañeros que había en los siglos XVI y XVII tanto en la villa como en las aldeas se especializaron en el trabajo con lana churra, que había de ser traída en su totalidad de fuera, y con desechos de lana estremeña que no eran aptos para la exportación.

Ciertamente se podría pensar que esta situación era resultado de la indisposición de los señores de ganados trashumantes yangüeses a vender su lana a sus paisanos pañeros, pero la verdad es que éstos si lo deseaban podían adquirir hasta la mitad de las lanas vendidas a exportadores, ejerciendo el derecho de tanteo 61, y no tenemos constancia de que en ninguna ocasión lo hiciesen, por lo que presumimos que no les interesaba adquirirlas.

De hecho, por el contrario, cuando la documentación consultada nos ha puesto de manifiesto la presencia de un cierto malestar entre los fabricantes pañeros de la región soriana por la existencia de dificultades en el aprovisionamiento de lana, los motivos de queja de éstos no estaban relacionados con el abastecimiento de lanas estremeñas, sino que más bien sus denuncias se dirigían contra el desarrollo de unas prácticas de comercialización de las lanas churras y riberiegas que contribuían a encarecerlas considerablemente e incluso podían generar problemas de desabastecimiento para la fábrica de paños de la propia ciudad de Soria.

En efecto, aunque en Soria y en Cameros se producía mucha lana estremeña, las circunstancias en que tuvo lugar el desarrollo de la industria pañera en esta región serrana propiciaron que allí se prefiriese trabajar con lanas de inferior calidad y precio, para que los paños producidos pudiesen resultar competitivos en el mercado. Y por esta razón cuando allí la competencia entre varias instancias por la adquisición de lanas para la fábrica de paños generó conflictos, éstos no se centraron en torno a la adquisición de las lanas estremeñas sino por el contrario en torno a la de las churras y riberiegas62.

No deja de llamar la atención sin embargo que no haya testimonios sobre la existencia de este tipo de conflictos durante el siglo XVI, cuando la fabricación de paños en la ciudad de Soria y su entorno alcanzó su momento de máxima expansión, y consiguientemente la demanda de lanas debía ser mayor, mientras que en contrapartida éstos comienzan a multiplicarse en la primera mitad del siglo XVII, precisamente cuando esta actividad se encontraba en Soria en una situación de grave postración, según se reconocía en un memorial enviado por el concejo soriano en 1624 a los órganos de gobierno central de la monarquía63.

El fenómeno tiene fácil explicación, no obstante, si se tiene en cuenta que quienes en la primera mitad del siglo XVII denunciaron la situación de postración a la que había llegado la industria pañera soriana consideraron responsable de la misma no tanto a la falta de materia prima para trabajar, sino más bien a los elevados precios que ésta alcanzaba debido a que la lana utilizada por la pañería soriana era también muy demandada en jurisdicciones próximas, y muy concretamente en los Cameros, y la existencia de esta demanda contribuía a elevar artificialmente su precio, para provecho de los mercaderes intermediarios que la revendían tanto a pañeros de Soria como a otros de fuera de la jurisdicción.

Los primeros indicios de la existencia de este conflicto se manifiestan en 1614, cuando el concejo de Soria aprobó una ordenanza disponiendo que los fabricantes pañeros de la ciudad pudiesen adquirir por derecho de tanteo las lanas vendidas a fabricantes  pañeros de Cameros64. En aplicación de lo dispuesto en esta ordenanza el corregidor ordenó el embargo de importantes cantidades de lanas churras, estremeñas y riberiegas que diversos mercaderes y fabricantes de paños de Lumbreras, Villoslada y otros lugares habían comprado por adelantado a vecinos de aldeas de la Tierra de Soria, a los cuales ya les habían pagado de contado gran parte del valor de las mismas, si no todo, para que los mercaderes y fabricantes de paños de Soria pudiesen adquirirlas por el derecho de tanteo.

Los propietarios de ganados de la Tierra de Soria que habían contratado con cameranos la venta por adelantado de sus lanas, en algunos casos desde hacía ya casi un año, reaccionaron inmediatamente elevando una airada protesta, por considerar que esta medida sólo favorecía a los mercaderes de Soria, garantizándoles de hecho el poder adquirir las lanas producidas en la Tierraen régimen de monopolio, y consiguientemente pagar por ellas precios inferiores e imponer a los ganaderos condiciones más onerosas en la contratación. Además alegaron que no se podía ejercer el derecho de tanteo cuando ya habían pasado más de nueve días, e incluso en muchos casos cerca de un año, desde el momento de la concertación de las ventas, y manifestaron que había todavía mucha lana disponible en el mercado, pero que los mercaderes de Soria no la querían comprar porque su objetivo era el de hacerse con el monopolio de la compra de lanas en la Tierra de Soria, de manera que, una vez que se hubiese excluido del mercado a los mercaderes extranjeros, ellos por común acuerdo procederían a comprar las lanas a los ganaderos a precios más bajos que los que éstos conseguirían en un libre mercado.

Si se reconocía en aquel verano a los mercaderes de Soria el derecho a adquirir por tanteo las lanas cuya venta se había concertado a fines del verano o en el otoño anteriores se causaba además un grave agravio comparativo a los mercaderes cameranos que habían empleado grandes cantidades de dinero en efectuar adelantos a los campesinos de la Tierra de Soria, porque durante todos estos meses los mercaderes sorianos habían podido disponer de su dinero para emplearlo en otros negocios. Y temían por consiguiente los campesinos sorianos que, al sufrir tan grave perjuicio los mercaderes cameranos en ese ejercicio, perderían la confianza y no volverían a arriesgarse a concertar con ellos operaciones de compra adelantada de lanas, de las cuales dependían muchos de los pequeños propietarios ganaderos para sacar adelante sus economías domésticas.

Dado que la ordenanza no había sido sometida a la aprobación del Consejo de Castilla, antela denuncia presentada por los representantes de la Universidad de la Tierra de Soria, que abogaron abiertamente por que se suprimiese y no se impusiese ninguna restricción al libre comercio de lanas, el rey ordenó la suspensión de su aplicación hasta que el Consejo de Castilla la hubiese examinado. Y todo parece indicar que esta alta instancia de gobierno del reino no la confirmó. Por lo cual en los años siguientes los fabricantes pañeros de Soria continuaron insistiendo repetidamente en la necesidad de aplicar medidas proteccionistas que asegurasen el aprovisionamiento de lanas baratas para la industria pañera local, a fin de sacarla del estado de postración en el que se encontraba.

Un problema que se plantea al analizar esta cuestión radica, no obstante, en determinar si los hombres de negocios sorianos buscaban el desplazamiento de los cameranos del mercado de lanas de Soria y su Tierra simplemente para que en esta jurisdicción se dispusiese de lanas más baratas para la fabricación de paños, o por el contrario su principal objetivo era el de llegar a controlar este mercado en régimen de monopolio, para comprar barato a los ganaderos y revender caro no sólo a los fabricantes pañeros de Soria y su Tierra sino también a los de fuera de la jurisdicción, y muy en particular a los de Cameros. Porque de hecho resulta fácil comprobar que algunos de estos mercaderes sorianos diversificaban en tal grado sus negocios que además de promover la fabricación de paños a través del "putting out system", realizaban muchos contratos de reventa de lanas a fabricantes pañeros sorianos y cameranos, además de participar a veces en empresas de exportación de lanas estremeñas fuera de la Península. Y si tan interesados estaban en garantizar el aprovisionamiento lanero de la industria pañera local no se explica por qué vendían tantas lanas fuera de la jurisdicción.

Por lo cual consideramos más acertado interpretar este intento de los mercaderes sorianos de reservarse la capacidad de adquirir las lanas producidas en la Tierra de Soria mediante el ejercicio del derecho de tanteo como un procedimiento para eliminar una competencia incómoda, que es la que les hacían los mercaderes cameranos. En cualquier caso no deja de llamar la atención que, siendo tantas las lanas disponibles cada año en el mercado soriano y tantas las que se exportaban fuera de la península, se insistiese precisamente en poder ejercer el derecho de tanteo sobre las partidas más pequeñas, de peor calidad y de precio más bajo, que eran las que adquirían los cameranos de los campesinos de la Tierra. Por supuesto la razón principal que explica este hecho estriba en que tanto la industria pañera camerana como la soriana empleaban preferentemente lana churra y riberiega, y por consiguiente la rivalidad entre sorianos y cameranos resultaba más intensa porque ambos se disputaban la adquisición de un mismo tipo de lana. Pero más que un problema de abastecimiento era un problema de competencia con repercusiones en los precios el que más contribuía a alimentar esta rivalidad, ya que tanto unos como otros solían recurrir a las compras adelantadas de lanas a pequeños productores para asegurarse la adquisición de este producto a precios bastante bajos. Y si los mercaderes sorianos deseaban ejercer el derecho de tanteo sobre las partidas de lanas adquiridas por los cameranos a campesinos de la Tierra y no sobre otras partidas era porque aquéllas habían sido adquiridas aprecios muy bajos, como consecuencia de haberse efectuado importantes adelantos de dinero a los ganaderos.

No habiendo conseguido los mercaderes y fabricantes pañeros sorianos que se les concediese el derecho a adquirir por tanteo las lanas de ganaderos de la Tierra que se vendiesen fuera de la jurisdicción, en 1624 las autoridades sorianas, consultadas por las instituciones centrales de la monarquía sobre la situación económica de la ciudad y su Tierra, lanzaron otra propuesta para tratar de sacar a la industria pañera local del estado de postración en que se encontraba, del cual hacían responsables a los mercaderes que se dedicaban a comprar las lanas churras y riberiegas anticipadamente y a "hacer estanco y represa de ellas" para revenderlas a los fabricantes pañeros por precios muy superiores a los que ellos habían pagado a los ganaderos. Y por ello la propuesta se concretaba en solicitar que en adelante se prohibiese la concertación de compras anticipadas de lanas a todos aquellos que no las fuesen a destinar a la fabricación de paños por cuenta propia65.

Ciertamente esta medida no respondía directamente a los intereses de los numerosos tratantes de lana churra de la ciudad de Soria, que se veían mucho mejor salvaguardados con la ordenanza de 1614 sobre los tanteos, ya que por un lado imponía un fuerte freno a su actividad, mientras que por otro dejaba abierta la puerta a los pañeros cameranos para que pudiesen adquirir lanas en la Tierra de Soria. Pero hay que tener en cuenta que estas propuestas del memorial de 1624 no fueron enviadas a las autoridades de Madrid como consecuencia de haberse movilizado algún sector concreto de la sociedad soriana en defensa de sus intereses, sino que simplemente se enviaron en respuesta a una consulta previa de dichas autoridades, y quizás por ello no se afinó mucho en su formulación, por considerar que se trataba de un mero trámite administrativo del que no se esperaban muchos resultados concretos.

Por supuesto a muchos vecinos de la ciudad de Soria les interesaba que se pusiese freno a los procedimientos de los que se valían los mercaderes laneros para aumentar sus beneficios a costa de encarecer los precios que tenían que pagar los fabricantes pañeros por las lanas. Pero éste no podía representar el objetivo principal que consiguiese aglutinar los dispares intereses existentes en el seno del heterogéneo grupo de personas que en Soria trataban en paños y lanas, en el que se incluían varios destacados hombres de negocios que combinaban las facetas de mercaderes laneros y fabricantes de paños. Por el contrario el objetivo de anular la competencia de los cameranos sí era susceptible de conseguir adhesiones más generalizadas, entre los mercaderes intermediarios porque determinados mercaderes de Cameros podían hacerles competencia en la captación de las lanas de los campesinos sorianos, y entre los pañeros porque la demanda de lanas desde Cameros contribuía al encarecimiento de éstas, en particular de las churras y riberiegas.

Y así se demostró en 1628, una vez que por real pragmática publicada en 162766 había quedado prohibida en Castilla la actividad de la reventa de lanas y por consiguiente se había puesto en práctica lo propuesto en el memorial que el concejo de Soria había dirigido a las autoridades de Madrid en 1624. En efecto, en mayo de 1628 cerca de cuarenta fabricantes de paños, bayetas, rajas, rajetas y sayales de la ciudad de Soria se movilizaron para presentar una propuesta ante el Consejo de Castilla, que trataba de resucitar el viejo proyecto proteccionista de1614, incluso en una versión todavía más radical. En concreto propusieron estos fabricantes que en adelante no se permitiese a ningún forastero, aunque fuese fabricante de paños, sacar ningún tipo de lana, ni churra ni estremeña, de Soria y su Tierra, sin que previamente se hubiese hecho pregonar públicamente la venta para que si algún fabricante pañero de la jurisdicción deseaba tomar la lana para su fábrica pudiese hacerlo pagando el precio por el que se hubiese vendido67.

Sin duda esta medida tenía como principal objetivo cerrar el mercado de la lana soriana, y en especial el de la churra y riberiega, a los fabricantes pañeros cameranos que, a pesar de las medidas aprobadas por la monarquía contra los revendedores en 1627, seguían teniendo un fácil acceso a dicho mercado, puesto que los vecinos de Soria que antes de 1627 les habían proporcionado la lana en calidad de mercaderes revendedores, a partir del momento de la publicación de la pragmática continuaron desarrollando sus negocios bajo el disfraz de encomenderos de fabricantes pañeros foráneos, que para esto les otorgaban cartas de poder.

Y, en efecto, los protocolos notariales sorianos nos proporcionan pruebas de que los mismos individuos que hasta 1627 habían estado revendiendo lana churra y riberiega a vecinos de distintos lugares de los Cameros, en 1628 recibieron cartas de poder de fabricantes pañeros de estos mismos lugares para que en su nombre adquiriesen lanas para sus fábricas de paños. Un ejemplo notable nos lo proporciona Juan Melendo, barbero y cirujano vecino de Soria, a quien el6 de julio de 1628 otorgaron carta de poder Martín y Francisco de Ysunça, fabricantes de paños de Lumbreras, autorizándole a comprar y "señalar" lana churra, estremeña y riberiega para su fábrica, en la cantidad que estimase oportuna, hasta en cantidad de 1.500 arrobas de lana y añinos. Para ello le entregaron cierta cantidad de dinero, pero al mismo tiempo le dieron atribuciones para que pudiese emplear también en las contrataciones su propio capital, comprometiéndose a que se lo restituirían antes de sacar la lana de su poder, puesto que todas las lanas que adquiriese habrían de ser para ellos68. Y usando de estas atribuciones ya en el propio mes de julio de 1628 Juan Melendo comenzó a firmar contratos con campesinos de muy diversas aldeas de la Tierra de Soria, propietarios de pequeños rebaños de ganado estante, adelantándoles dinero a cuenta del valor de las lanas churras que le entregarían el próximo verano de 1629, a un precio que habitualmente se fijó en un real y medio menos por arroba respecto al precio que se fijase en pragmática. Pero en todos los contratos se hizo constar que el dinero con el que se pagaban los adelantos era del propio Juan Melendo, y que en el caso de que él no llegase a fabricar paños, las lanas se destinarían a Martín y Francisco de Isunça, quienes le habían dado poder para comprar69. Y dado que no consta que este individuo se dedicase por cuenta propia a la fabricación de paños, hemos de presumir que la inclusión de todas estas cláusulas en los contratos concertados con los pequeños ganaderos simplemente tendría por objeto evitar posibles penalizaciones por incumplimiento de la pragmática sobre reventas.

Ciertamente cabe preguntarse por qué los dos fabricantes de Lumbreras que dieron poder a Juan Melendo para que les adquiriese lanas en la Tierra de Soria no recurrieron a concertarse directamente con los propietarios ganaderos. Y el hecho de que no lo hiciesen podría en principio hacernos sospechar que era un simple agente a su servicio, pero en tal caso no tendría sentido el que le diesen atribuciones para emplear su propio dinero en las contrataciones de lanas. Por ello más bien nos inclinamos a pensar que los tratantes de lana churra de la ciudad de Soria de los que Juan Melendo nos ofrece un ejemplo paradigmático, gracias a que disponían de capital para invertir en operaciones de adelanto de dinero y de más oportunidades de entrar en contacto con los campesinos de la Tierra de Soria, que por múltiples razones acudían con frecuencia a la ciudad, habían conseguido hacerse con el control de una parte importante del mercado de lana churra producida en este ámbito jurisdiccional. Y por esta razón los fabricantes pañeros cameranos no podían prescindir de ellos en la mayoría de los casos a la hora de proveerse de materia prima para sus fábricas, como confirman otras varias noticias proporcionadas por los protocolos notariales relativas a adquisiciones de lanas para estos fabricantes realizadas en el año 1628 por vecinos de Soria, que hasta entonces habían sido revendedores de lanas, como Pedro Ochoa de Ureta 70 o Baltasar de Oporto 71.

Contra estas operaciones fue, como hemos adelantado, contra las que se movilizaron los fabricantes de paños de la ciudad de Soria. Pero resulta significativo constatar que éstos no sólo solicitaron que se prohibiesen las actuaciones de los encomenderos, por entender que éstos eran unos revendedores camuflados, sino que también exigieron que los fabricantes de paños de fuera de la jurisdicción no pudiesen sacar lanas de Soria y su Tierra sin que antes se brindase la oportunidad a los fabricantes pañeros locales de quedarse por el tanto las partidas por ellos contratadas. Y esta exigencia es la que nos pone de manifiesto cómo las movilizaciones que en estos años tuvieron lugar en Soria en defensa de la fábrica de paños local iban dirigidas más que contra los mercaderes laneros sorianos, que a veces tenían también intereses en la fábrica de paños, contra los mercaderes y fabricantes cameranos que competían con los fabricantes locales por la adquisición de las lanas churras y riberiegas.

Las reivindicaciones de los fabricantes pañeros sorianos del año 1628 no parece sin embargo que fuesen atendidas por el Consejo de Castilla, pues no tenemos constancia de que se impusiese ninguna restricción a la libre exportación de lanas a Cameros a partir de esa fecha. Sería preciso, no obstante, profundizar en el estudio de la documentación para determinar cómo evolucionaron las actitudes de unos y otros en este conflicto. Se trata sin duda de una tarea compleja, que requerirá de varias aproximaciones parciales a través de trabajos monográficos centrados en el aprovechamiento intensivo de determinadas fuentes documentales. Por el momento, nosotros a través del presente trabajo hemos querido realizar una primera contribución en este sentido, que esperamos pueda tener continuidad en un futuro más o menos próximo. En juego está la clarificación de uno de los aspectos más interesantes de la historia moderna de las tierras de Cameros y Soria.

 

 

NOTAS

(1) Sobre el señorío de los Arellano, condes de Aguilar, vid. Miguel Angel MORENO RAMÍREZ DE ARELLANO, Señorío de Cameros y Condado de Aguilar. Cuatro siglos de régimen señorial en la Rioja (1366-1733), Instituto de Estudios Riojanos, Logroño, 1992. Los lugares que formaron parte de este señorío se reparten hoy entre las provincias de Rioja, Soria y Burgos, a la que pertenece Monterrubio. Sobre el señorío de los duques de Nájera vid. la reciente tesis doctoral de Rosa María MONTERO TEJADA, Los Manrique: linaje noble, sociedad y política en la Baja Edad Media, UNED, Madrid, 1994.

(2) Algunas referencias a esta cuestión en nuestro artículo "Repoblación e integración política en el reino de Castilla del ámbito de la Tierra de Soria", Celtiberia, XI, 3 (1991- 1992), pp. 39 y ss.

(3) Un primer indicio revelador de esta realidad nos lo proporciona la existencia en Montenegro y las Viniegras de muchos ganaderos con los mismos apellidos que los principales de Vinuesa, como eran por ejemplo Carrillo, Montenegro y Calderón. Por su parte otra de las principales familias ganaderas de Montenegro, la de los Rojo, enlazó por matrimonio con los Hidalgo y De la Puente, destacados mercaderes y ganaderos de Valdecantos y Diustes, aldeas hoy despobladas de la Tierra de Yanguas. Descendientes de estos matrimonios entroncaron por su parte con reconocidas familias ganaderas de Anguiano y Villoslada. En concreto Domingo Hidalgo de Torres, caballero de Santiago, hijo de Juan Hidalgo de la Puente, ganadero de Diustes, y sobrino de Juan Hidalgo de Pereda, maestrescuela de La Calzada, casó en 1699 con María Thomé Dávalos, hija de Andrés Thomé Dávalos, familiar del Santo Oficio, vecino de Anguiano. AHPS,(= Archivo Histórico Provincial de Soria), PN (=Protocolos Notariales), 2844- 4885- 46 (Indicamos siempre, separados por guiones, el número de caja, de expediente, y de primer folio del documento), Diustes, 22- IX- 1699. Por su parte una hermana de este Domingo Hidalgo de Torres, Doña Isabel Antonia Hidalgo de Torres, estaba casada con D. Bernardo López Izquierdo Montenegro, ganadero de Villoslada. Noticia en AHPS, PN , 2844- 4886- 61.

(4) Sostiene esta tesis por ejemplo L. TORRES BALBÁS, "Soria: Interpretación de sus orígenes y evolución urbana", Celtiberia, 3 (1952), pp. 7- 31.

(5) Vid. nuestros artículos "Los judeoconversos en Soria después de 1492", Sefarad, 51, fasc. 2 (1991), pp. 259- 297. Y"El ascenso sociopolítico de los judeoconversos en la Castilla del siglo XVI. El ejemplo de la familia Beltrán en Soria",Sefarad, 56, fasc. 2 (1996), pp. 227- 250.

(6) Para más detalles vid. nuestro artículo "El comercio de las lanas churras en el ámbito soriano durante el siglo XVI", Chronica Nova, 19 (1991), pp. 87- 111.

(7) Los protocolos del escribano Hernando de Lumbreras contienen innumerables contratos de compra y reventa de lanas churras por Pedro y García Larios, correspondientes a las décadas de 1560 y 1570, en AHPS.

(8) Por ejemplo en 1561 cinco vecinos de Laguna de Cameros se concertaron conjuntamente con Pedro Larios para adquirirle 196 arrobas de lana churra negra. AHPS, PN, 35- 93, Soria, 11- IV- 1561.

(9) AHPS, PN, 28- 71- 116, Soria 26- X- 1553. Según las condiciones concertadas en este contrato Pedro Larios le pagaría a Martín de Elgueta por emborrar y emprimar a razón de 27 mrs. por cada libra de berbí, y de 21 mrs. por cada libra de trama para los paños. Además por las tareas de tejer y urdir le pagaría 7 reales por cada paño.

(10) El origen camerano de estos dos hermanos es también indiscutible. Por ejemplo al redactar su testamento Mateo Sanz en 1561 mandó que se diesen a su sobrino Bartolomé Sanz, que residía en Lumbreras, 10 ducados. Copia de este testamento en AchV (= Archivo Chancillería de Valladolid), P.C. (=Pleitos Civiles), Fernando Alonso, F.(= Fenecidos), C.176- 5.

(11) Así por ejemplo consta que hacia 1571 Bartolomé Sanz tenía en su poder varios paños que había fabricado Juan Rodríguez el menor, vecino de Lumbreras. Noticia en AHPS, PN, 78- 176- 210.

(12) Para la caracterización de los hermanos Mateo y Bartolomé Sanz como fabricantes pañeros Vid. nuestro artículo "Desarrollo de la industria pañera en Soria en el siglo XVI", Celtiberia, 87- 88 (1994), pp. 110115. Mateo Sanz estuvo casado con Francisca García de Tardajos, perteneciente a una de las más destacadas familias de mercaderes laneros y fabricantes de paños de la ciudad de Soria, de posible origen judeoconverso.

(13) AMSo (=Archivo Municipal de Soria), libros de actas de concejo, sesión de 24- V- 1550. Andrés Martínez solicitó poder avecindarse en Soria, y presentó como fiador a Pedro Larios, que ya era vecino de la ciudad.

(14) Según declaraciones de María Larios en su testamento, redactado en Soria, 10- X- 1579. AHPS, PN, 49- 119- 357. Hace constar que su hijo por los ingresos obtenidos de la gestión de su hacienda le deberá unos 3.000 ducados.

(15) Vid. AHPS, PN, 44- 110, Soria, 25- IV- 1574. Carta de poder de los herederos de Pedro Larios a Diego de Vallejo de Santa Cruz para cobrar ante el prior y cónsules de la Universidad de Burgos las deudas "de cualesquier sacas de lanas que se hayan embarcado de Pero Larios en los puertos de Santander y Bilbao y en otros puertos para los estados de Flandes y otras partes".

(16) El interés de Hernando de Lumbreras por la fabricación de paños queda puesto de manifiesto en que adquirió cantidades relativamente importantes de lanas estremeñas destinadas originariamente a la exportación a través del derecho de tanteo. Referencias a tanteos practicados en las ventas de lanas de Juan de Vinuesa en AChV, P.C. Z. y Walls, F. C. 585- 1.

(17) La mujer de Pedro Larios, Catalina Sanz, debía ser hermana o cuñada de Hernando de Lumbreras, según consta por capitulaciones matrimoniales de una hija de Hernando de Lumbreras, en Soria 22- VI- 1561, AHPS, PN, 64- 145.

(18) Según declaraciones de testigos tomadas en 1563 en AChV, P.C. Moreno, F. C.888- 5. Bartolomé Sanz tenía entonces 43 años de edad.

(19) Vid. AHPS, PN, 39- 101- 52. También está constatado que este individuo adquirió lanas estremeñas en ejercicio del derecho de tanteo.

(20) Adquirió por ejemplo por compra a unos hidalgos de Medinaceli 6 yuntas de heredad en Rabanera, aldea de la Tierra de Soria. El testamento de Pedro Larios de 14- III- 1571 en AMSo, Linajes, 93.

(21) Algunas noticias sobre mercaderes riojanos que adquirieron lanas estremeñas en el ámbito soriano durante el reinado de los Reyes Católicos en nuestro artículo "El comercio de lanas en Soria en época de los Reyes Católicos", Celtiberia, 78 (1989), pp. 25- 75.

(22) En Nájera hubo en la segunda mitad del siglo XVI mercaderes exportadores laneros de cierto relieve, que desplegaron una intensa actividad en el ámbito soriano. Entre ellos hay que destacar a los hermanos Hernán y Leonis Martínez, quienes por ejemplo en 1581 adquirieron en Vinuesa 6.800 arrobas. AHN, Clero, libro 5932. Pedro García delValle, quien en 1597 hizo lavadero en la ciudad de Soria. Vid. AHPS, PN, 284563, contratos de 21- VI- 1597 y 27- VI- 1597.Por fin sobre la actividad en tierras sorianas de Francisco Coello, mercader, que exportó tanto a Francia como a Italia, varias noticias en AHPS, PN, 243- 48. En el siglo XVII, sin embargo, los mercaderes de Nájera desaparecieron prácticamente del escenario soriano. Vid. también Francis BRUMONT, "La laine dans la région de Nájera (Deuxième moitié du XVIe.siècle)", Actas del II Coloquio de Metodología Histórica Aplicada. La documentación notarial y la historia, Universidad deSantiago, 1984, t. II, pp. 317- 22.

(23) La presencia de mercaderes laneros logroñeses se puede constatar desde el siglo XV hasta el XVII, pero es en este último siglo cuando se hace más intensa, en parte como resultado del avecindamiento en Logroño de mercaderes originarios de Yanguas o aldeas de su Tierra, que continuaron desarrollando notable actividad en sus lugares de origen y en el ámbito soriano en general. Un ejemplo notable nos lo proporciona Gil Blázquez, el menor, hijo de un mercader del mismo nombre de Santa Cecilia, aldea de Yanguas. Tras la muerte de su padre, hacia 1644, pasó a avecindarse en Logroño, ciudad en la que adquirió un regimiento perpetuo. Pero continuó negociando con lanas en el ámbito soriano, y conservó la propiedad de un lavadero en la villa de Yanguas. Algunos otros mercaderes avecindados en Logroño que procedían de la Tierra de Yanguas, y conservaron en sus lugares de origen parientes dedicados al comercio, fueron Pedro de las Heras, Francisco del Río y Andrés de la Vega.

(24) Caso por ejemplo de Marcos y Pedro Rodríguez, que realizaron diversas adquisiciones en aldeas sorianas en 1594 y en 1595. Vid. AHPS, PN, 243- 487 y 243- 488.

(25) Francisco de Elsao, regidor perpetuo de Calahorra, compró 300 arrobas a un vecino de Omeñaca en 1596. Entre los mercaderes de Alfaro hay que destacar a Diego de Viana Beaumont, que adquirió lanas de ganaderos tan importantes como el alférez Francisco López de Río hacia 1589 (Vid. AHPS, PN, 145- 303- 75), y Francisco Pérez de Barayz, a quien encontramos negociando en torno a 1600. Vid. AHPS, PN, 137- 287- 29 y 30.

(26) Según los registros efectuados ante los notarios sorianos en 1619 adquirieron 10.000 arrobas de lana para exportar,y en 1621 9.000 arrobas. En 1624 declararon haber lavado en Cardos 4.000 arrobas. Adquirían grandes partidas de los mayores propietarios sorianos, como por ejemplo Francisco de Salcedo, señor de la torre de Aldealseñor, a quien en 1633compraron 2.925,5 arrobas de lana, según contrato firmado en el lavadero de Cardos el 14 de septiembre. AHPS, PN, 549- 930- 114. En 1634 adquirieron las lanas del alférez, el mayor propietario ganadero de Soria, que hicieron llevar para lavar allavadero de Cardos. AHPS, PN, 460800- 193.

(27) Por ejemplo en 1636 hizo transportar lanas a los puertos cantábricos junto con Diego Viejo, vecino de Camporredondo. AHPS, PN, 255- 520- 116.

(28) Por ejemplo en 1655 efectuó registros de lanas en nombre del célebre judeoconverso portugués Sebastián Cortizos de Villasante, para el que había adquirido en Soria y su región varias partidas que sumaban másde 7.800 arrobas. AHPS, PN, 602- 1024- 66.

(29) Registro de la adquisición en nombre de estos tres mercaderes de múltiples partidas que sumaron 4.160 arrobas en 1634, todas al precio de 22 reales por arroba, en AHPS, PN, 255- 518- 192. Sobre la adquisición de una partida de más de 7.000 arrobas en 1641 a la familia Salcedo, una de las principales propietarias ganaderas de la Soria del momento, AHPS, PN, 464- 806- 124.

(30) También aparece con relativa frecuencia efectuando compras, a veces de grandes ganaderos, Don Antonio Sánchez Salvador, probablemente hijo de Pedro Sánchez Salvador el mayor. Vid. por ejemplo el contrato de compra adelantada de las lanas de la viuda de D. Gaspar de Salcedo y Fuenmayor del esquileo de 1677, en Soria, 30- IX- 1676, en AHPS, PN, 718- 1178- 466.

(31) Vid. carta de poder de Antonio Sánchez Salvador, de 15- X- 1631, delegando el voto en Francisco Sánchez Salvador, su hermano, Juan Sánchez Salvador, su tío, y Francisco de Solier, regidor de Soria, para la próxima elección de procurador a Cortes que se había de realizar en el seno del linaje. AHPS, PN, 457- 797570.

(32) Noticia referente a 1693 en AHPS, PN, 799- 1290- 231. Representa un fenómeno singular del siglo XVII que vecinos de lugares más o menos próximos a Soria, como Agreda, Almazán, Lumbreras o incluso aldeas de la Tierra de Yanguas, llegasen a ocupar oficios de regidores de esta ciudad, sin perder el derecho de vecindad en su lugar de origen. Esta paradójica situación se explica por el hecho de que eran oficios de regidores perpetuos puestos a la venta por la monarquía. Y, dado que Soria era la capital de la provincia, las familias con posibilidades financieras avecindadas en villas de menor rango político, habitualmente sometidas a régimen señorial, estimarían como una buena inversión para mejorar su status la compra de un regimiento en dicha ciudad, al margen de la influencia política que pudiera reportarles. Lumbreras, sin embargo, como lugar del señorío del duque de Nájera, no formaba parte de la provincia de Soria sino de la de Burgos.

(33) AHPS, PN, 720- 1180- 702.

(34) El estudio en profundidad de la industria pañera camerana durante los siglos XVI y XVII todavía no ha sido acometido. Aporta referencias de interés sobre esta cuestión, Francis BRUMONT, en Paysans de Vieille Castille aux XVIe. et XVIIe. siècles, Casa de Velázquez, Madrid, 1993.

(35) En el verano de 1605 vendió a varios arrieros de las Villasecas 800 arrobas de lana a 20 reales, que éstos le habían de pagar en varios plazos que finalizaban el 1- V- 1606. AHPS, PN, 2769- 4725- 448.

(36) Así por ejemplo María Sanz de Islas Tejas, vecina de Torrecilla, concertó en octubre de 1621 con dos ganaderosde Castilfrío, aldea de la Tierra de Soria, la compra de 530 arrobas de lana estremeña del próximo esquileo, adelantándoles todo el dinero que importaban. AHPS, PN, 269- 542- 397.

(37) Vid. AHPS, PN, 243- 486, Almarza, 3- VII- 1590. Al parecer la operación del tanteo no se pudo llevar a efecto porque Francisco Coello dio fianzas de seguridad de que no exportaría las lanas.

(38) AMSo, documentos sueltos.

(39) AChV, P.C. Pérez Alonso, F. C. 1033- 2. Contrato en Aldealseñor, 24- IX- 1551. Se fijó un precio de 20 reales la arroba, que se había de pagar en dos plazos en las ferias de octubre de Medina del Campo de 1551 y 1552

(40) AHPS, PN, 55- 128- 98.

(41) AHPS, PN, 113- 241- 197.

(42) Por ejemplo nos consta que de un total de 72.994.851 mrs. obtenidos por el regidor soriano Juan de Vinuesa de la venta de sus lanas y añinos en diversos años de las décadas de 1540 y 1550 nada menos que 62.730.776 mrs. procedieron de ventas de lanas efectuadas a mercaderes burgaleses. En contrapartida de las ventas efectuadas en Cameros obtuvo sólo 304.937 mrs., correspondientes a una partida de añinos que vendió a tres vecinos de Lumbreras por 269.250 mrs. y a otra pequeña partida de lanas y añinos que vendió a tres vecinos de Torrecilla por 35.687 mrs. Datos tomados de AChV, P.C. Z. y Walls, F. C. 585- 1.

(43) Hernando de Fuenmayor vendió en 1564 213,5 arrobas de añinos a vecinos de Laguna de Cameros a 21 reales. Y Miguel Díaz de Fuenmayor vendió en 1546 a un vecino de Viguera 89,5 arrobas de añinos, en 1567 a un vecino de Nalda 103arrobas de lana a 26 reales y 188 de añinos y lana negra a 23 reales, y en1574 a un vecino de Soto 257 arrobas de añinos a 20 reales. Según memoriales en AHPS, PN, 1495- 2238- 444 y 1602-2409-374

(44) Iñigo López de Salcedo, uno de los mayores propietarios ganaderos sorianos en la primera mitad del siglo XVII, vendió en 1624 30 arrobas de lana negra a 27 reales por arroba a un vecino de Lumbreras. AHPS, PN, 492- 861- 146. En 1651 un pañero de Zarzosa adquirió de Alonso de Torres, otro destacado ganadero soriano, 50 arrobas de lana negra estremeña a 40 reales. AHPS, PN, 660- 1095- 8. 

(45) Por ejemplo Miguel García de Tejada, "hacedor de paños" de Viguera, en 12- X- 1626 se obligó a pagar a Pedro Ponce de Contreras, hidalgo vecino de Soria, 4.555 reales para San Martín por 95 arrobas de lana estremeña a 41 reales y 20de churra a 33 reales que le había comprado. AHPS, PN, 452- 792- 627. Eran precios bastantealtos, porque por ejemplo aquel año el mercader soriano Julián Martínez revendió lana a exportadores a 40 reales por arroba.

(46) El capitán Juan Duro de Velasco realizó diversas operaciones de venta a vecinos de Zarzosa. En 1639 vendió 236 arrobas. AHPS, PN, 2791- 4764- 181. En 1645 50 arrobas de lanas y añinos. AHPS, PN, 2793- 4771278. En 1653 535 arrobas de lana y 65 de añinos. Su hermano Luis Duro de Velasco por su parte vendió ese año a tres vecinos de Pedroso 440 arrobas de lana. AHPS, PN, 2820- 4832- 115 y 122. Y de nuevo en 1662 a vecinos de Zarzosa 185,5 arrobas de añinos y lana parda estremeña. AHPS, PN, 2813- 4816- 92. En abril de 1648 Diego Duro de la Plaza y Velasco, se comprometió a entregar al licenciado Juan Fernández del Corral, de Zarzosa, 3.000 reales en lana, al precio que vendiese la suya otro vecino de Vizmanos. Los 3.000 reales los había recibido en dinero y paños. AHPS, PN, 2794- 4774- 11.

(47) AHPS, PN, 2769- 4725- 414, 415 y 438.

(48) Numerosos contratos concertados por vecinos de estos lugares con ganaderos de aldeas de la Tierra de Yanguas como Vizmanos, Verguizas, Aldealcardo, Ledrado y Bretún, en los protocolos notariales yangüeses, conservados en AHPS.

(49) En 1637 le vendió 200 arrobas de lana a 17 reales, que el pañero le pagó a plazos. AHPS, PN, 564975- 490. El 9- IV- 1638 concertó con él la venta de 82 arrobas de añinos a 25 reales y 8 arrobas de lana al precio al que la vendiese en San Juan al contado. AHPS, PN, 565- 976- 155.

(50) AHPS, PN, 78- 176- 210, Soria, 7- IX- 1571. En un principio se había acordado que los 661 reales que importaban los reboles y el dinero adelantado se los haría efectivos mediante la entrega de tres paños aderezados que estaban en poder de Bartolomé Sanz en Soria, y de otro paño en jerga que tenía ya en su poder el propio Diego López baldresero, con condición de que si el valor de estos paños no alcanzaba a 661 reales el resto se lo pagaría al contado en la feria de Torija, donde presumiblemente el de Lumbreras tendría previsto vender otros paños. Este acuerdo, sin embargo, no se pudo cumplir porque Bartolomé Sanz no quiso entregar los paños, y consiguientemente el camerano tuvo que firmar nuevo compromiso obligándose a enviar al baldresero a Soria tres paños palmillas catorcenos, ya aderezados, para que los pudiese vender en la feria de Torija.

(51) Caso por ejemplo de varios vecinos de Anguiano que en 1645 adquirieron en Soria de un mercader logroñés de origen yangüés, Pedro Viejo, 46 arrobas de lana lavada de tercero a 32 reales y 20 de lana "bastos" lavada a 12 reales. AHPS, PN, 572- 983- 400. Otro ejemplo nos lo proporciona un vecino de Laguna de Cameros que en 1661 adquirió al mercader yangüés Diego López de Chávarri 30 arrobas de lana de tercerillo en sucio a 21 reales. AHPS, PN, 2813- 4815- 291.

(52) En el caso de los señores de ganado trasterminante era habitual que el tamaño de sus rebaños fuese mucho más grande que el de los estantes, y por ello las cantidades de lana adquiridas por contrato eran también mucho mayores.

(53) Por ejemplo Juan de Escalada, vecino de Torrecilla, se obligó por contrato de 31- XII- 1574 a pagar a Juan Sotillo, mercader de Soria, 2.016 reales en dos plazos (San Bartolomé de 1575 y San Matías de 1576) por 126 arrobas de lana blanca y negra a 16 reales. Y de nuevo por contrato de 5- III- 1576 otros 1.725 reales en dos plazos (San Lucas y San Andrés), por 100 arrobas de lana churra a 17,25 reales. Por impago de parte de estas cantidades adeudadas se siguió pleito entre ambos apartir de 1578, que llegó hasta la Chancillería de Valladolid. AChV, P.C. Pérez Alonso, F. C. 422- 4.

(54) A título ilustrativo sirva indicar que, según los datos de un protocolo notarial soriano correspondientes a octubre de 1592, la compañía formada por el licenciado Juan García, médico, y el escribano Juan García de Tardajos concertó en ese mes tres contratos de obligación de lanas con diversos vecinos de Torrecilla de Cameros. Uno se refiere a la venta de 136 arrobas de lana churra blanca a 14 reales y 10 de lana churra negra a 15 reales. El segundo alude a la venta de 70 arrobas de lana churra a 14 reales, y 50 de lana estremeña a 16,5 reales. Y el tercero por fin a la venta de 50 arrobas de lana blanca a 14 reales. AHPS, PN, 198- 405.

(55) El regidor Antonio Beltrán vendió en 1- VII- 1621 a Sebastián Martínez, vecino de Lumbreras, toda la lana blanca y negra del esquileo de su rebaño de ese año, a 15,5 reales por arroba. El precio se había de pagar parte en plata y parte en vellón, lo que representaba una condición excepcional en contratos de lana churra, pues ésta se solía pagar en vellón. AHPS,PN, 446- 786- 126. En VII- 1640 el regidor soriano Francisco de Salazar, caballero de Calatrava, vendió por adelantado a dos vecinos de Villoslada 100 arrobas de lana churra que entregaría en junio de 1641. Recibió un adelanto de 1.000 reales de vellón. AHPS, PN, 567- 978- 177. Otros miembros de la oligarquía soriana que tuvieron rebaños trashumantes y estantes también nos consta que vendieron sus lanas churras a cameranos. Por ejemplo Francisco Yáñez de Barnuevo Zapata en 1668a Lucas García, vecino de Lumbreras. AHPS, PN, C. 652, fol. 682. En 1653 por su parte el ganadero Bernardo de Medrano vendió a Blas Navarro, vecino de Villoslada, 40 arrobas de lana churra y estremeña. AHPS, PN, 6621097- 196, Soria, 14- III- 1653.

(56) Por ejemplo en octubre de 1622 un vecino de Noviercas se obligó a entregar a Juan Romero, vecino de Lumbreras, en el mes de junio siguiente 150 arrobas de lana riberiega. AHPS, PN, 507- 881- 38.

(57) Por ejemplo en 1578 Antón García, de Lumbreras, adquirió partidas de 63, 40, y 35 arrobas de lana churra a varios grupos de vecinos de Villaciervos, y 26 a varios vecinos de Izana, pagándoles precios que oscilaron entre 8 y 8,5 reales por arroba. AHPS, PN, 111- 238.

(58) Vid. nuestro artículo "El comercio de las lanas churras..." pp. 89 y ss.

(59) Un interesante replanteamiento de esta cuestión en Ángel GARCÍA SANZ "Competitivos en lanas pero no enpaños: Lana para la exportación y lana para los telares nacionales en la España del Antiguo Régimen", Revista de Historia Económica, 12, n°. 2 (1994), pp. 397- 434.

(60) Así se reconoció en la averiguación del licenciado Lorca de 1560, en que se afirma que en la villa y Tierra de Yanguas había entonces en torno a 57.000 cabezas de ganado ovino, las lanas de las cuales en su mayor parte se vendían fuera de la Tierra. Vid. Miguel A. MORENO RAMÍREZ DE ARELLANO, Señorío de Cameros y Condado de Aguilar. Cuatro siglos de régimen señorial en La Rioja (1366-1733), Instituto de Estudios Riojanos, Logroño, 1992, pp. 130 y ss.

(61) Sobre la evolución de la legislación relacionada con el derecho de tanteo Vid. Ángel GARCÍA SANZ, art. cit. pp. 404- 7.

 (62) En un memorial del año 1624 dirigido por el concejo de Soria al rey se hizo constar expresamente que la lana del ganado trashumante, que era la más fina, no se labraba en Soria. Su transcripción, con algunos errores, en Victor HIGES,"Soria y su Tierra en 1624", Celtiberia, 35 (1968), p. 121.

(63) Cfr. nota anterior. En dicho memorial se manifestaba que en Soria "se solía labrar por muchas personas gran cantidad de paños, en que se ocupaban todo el año mucho número de hombres y mujeres pobres, y ahora ha cesado casi totalmente el labrarse los dichos paños".

(64) Para todo lo que sigue nos basamos en dos provisiones de Felipe III de Madrid 16- VII- 1614 y 31- VII- 1614, en AHPS, UT, 3437- 13- 23 y 72.

(65) Vid. Victor HIGES, art. cit.

(66) Sobre las pragmáticas de regulación de precios de 1627 y 1628 vid. Carmelo VIÑAS Y MEY, "Cuadro económico- social de la España de 1627- 28: Pragmáticas sobre tasas de las mercaderías y mantenimientos, jornales y salarios", Anuario de Historia Económica y Social, I (1968), pp. 715-772.

(67) Según una carta de poder otorgada por 38 fabricantes de paños de Soria en 1- V- 1628, en AHPS, PN, 454- 794- 474.

(68) AHPS, PN, 454- 794- 474.

(69) Múltiples contratos a partir del 25- VII- 1628 en AHPS, PN, 454- 794- 555v. y ss.

(70) Por escritura otorgada en Soria, 3- VIII- 1628, Martín Pérez, vecino de Nieva, manifestó en su propio nombre y en el de Juan de Codes, también vecino de Nieva, que había recibido de Pedro Ochoa de Ureta 525 arrobas de lana churra que éste en su nombre había comprado en Soria y su Tierra para destinarlas a la fábrica de paños. AHPS, PN, 454 -794 -199. Pocos meses antes, el 9 -I -1628, Juan de Codes se había obligado a pagar para el 1 de mayo siguiente al mismo Pedro Ochoa de Ureta 2.000 reales que le debía de resto de 150 arrobas de lana churra y riberiega que le había vendido a 18 reales por arroba, y habían montado 2.700 reales. AHPS, PN, 489- 857- 14.

(71) AHPS, PN, 489- 857- 62, Soria, 25- II- 1628. Carta de poder otorgada por varios vecinos de Viguera a Baltasar de Oporto para que en su nombre "como laborantes que somos de paños" pudiese comprar en Soria y su Tierra hasta 400 arrobas de lana churra o riberiega del esquileo de 1628 a los precios a los que se concertare, no excediendo de los de la pragmática.

 

 

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EL PAPEL DE LA LANA EN LAS RELACIONES ECONÓMICAS
ENTRE SORIA Y LAS VILLAS PAÑERAS CAMERANAS
EN LOS SIGLOS XVI Y XVII

 

Máximo Diago Hernando

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