Fotografía de José Ortíz Echagüe.Sacristía mayor de la iglesia del Monasterio de San Millán de Yuso. Pertenece a la obra LA ESPAÑA MÍSTICA, 1943.
 

 

 

NOTICIAS EMILIANENSES

 

En el manuscrito del P. Alonso del Corral, Istoria de la Vida y milagros del glorioso Sto. Domingo Abbad de Silos, acabado de escribir en 1649 y del cual se hace mención en otro lugar de este mismo Boletín (1), contiénense, además de las noticias de carácter biográfico que hemos transcrito, otras varias relativas al Monasterio de San Millán de la Cogolla, que merecen consignarse. Las agrupamos según su respectivo asunto:

Monasterio de Suso. Tenía, en la época en que escribía Fr. Alonso, una comunidad de solos tres monjes; «S. millAn de suso, que es el Conuento superior que aora se conserva con tres monges». (fol. 24).

Monasterio de Yuso. (Fol. 65 v° al 67 r°). «Y quando en los Pressentes (tiempos) goçaba el Conuento de S. millan el Real de la cogolla de sumo goço, por ver ya acabada la fabrica de su ygla. que vna Ruyna había dado con toda la naue del septentrión en el suelo, y que a costa de mucho gasto había llegado la obra a su vltima perfección, quando el contento ocupaba el coraçon de todos, quisso la magde dios templarle con vn auísso que nos envió por medio de vn Rayo misterioso que a otro día de la traslaçión milagrosa del gloriosso Patrón S. millan, que como dicho es se zelebra a los 26 de Sepe . aora por el Año de 1645 cayo a las 4 de la mañana sobre la torre de la ygla del Couento. que por ser tan inmediato el sucesso a la dicha traslación le contare. Passo desta manera aunque nos diuirtamos algo de la istoria.

«De un Rayo misteriosso que cayo a otro día de la translación del gloriosso S. millán en la torre de su yglessia en este año de 1645.»

«Como por toda la noche siguiente a los 27 de sepe se oyessen vnos truenos sordos con Relámpagos de notable claridad, diuirtieron el temor que pudieran caussar por ser de noche, pero a las 4 de la mañana al despuntar el alba, dio vn tan gran trueno que hico temblar toda esta montaña, y a este punto cayo un Rayo sobre la torre de las campanas que demoliendo la cornisa y frisso de vn Arco del ochabo superior, arranco dos sillares de notable peso; el vno bajo al suelo, y el otro quedo sobre la cumbre del tejado de la nave de en medio que fue maravilla no aundirla con la capilla mayor, y en el quadro de la torre, en la esquina que cae al claustro, desencasso el frisso y cornisa con un pedaço de) paño que mira al occidente que teniendo como tiene el gruesso nuebe tercios Reales en tosca sillería, lo taladro y se entro por el a la Capilla mayor, y discurriendo por todo el Retablo del Altar le dejo aumado. principalmte vn Arco dorado que con galana architectura rreçibe en ssi al sagrario que frissa con el trono o nicho de la ymagen de chapa de oro que el Rey D. Sancho el noble dio a esta Cassa en dicha traslación: y como el Rayo de ordinario acude a lo mas fuerte, dio en las rrejas doradas de yerro que cierran los cuerpos santos, y las abrió de par en par y aunque no yrio dentro de la caja donde esta el ssmo. no perdono los estremos del Sagrario, pues rompió algunas ventanas del, que las çierran vnos tableros de porfido y jaspe en que hiço algún estrago.

«Y como si el Rayo tubiera atención a la estimación grande que el hijo de dios hace de su Preciosa madre, la hiço el Rayo de su ymagen pues la cubrió toda con su manto, arrancando para esto las tachuellas que prendían las presillas de sus cabos, para que descubierta se goçasse mejor, y cubierta el Rayo no la ofendiesse.

«A este alboroto, vajo a la yglesia el Rdo. Pe . Abbad con todo su Conuento. allandose presientes los alcalcaldes, escriuanos y notario con otras personas de la villa de S. millan. Mando su Paternidad cantar la salue y al tiempo que se llego a estas palabras eya ergo aduocata nostra,quando todos entendiamos ver la sta. ymagen buelta en zeniça por el estrago que el Rayo prometia, a este punto la descubrió el sacristán de su manto con que la había cubierto el Rayo, y es assi que a todos nos pareció descubierta, mas ermossa mas clara mas rresplandeciente y serena, sin que los effectos del Rayo la ofendiessen en cossa alguna»...

...y si a la nuestra [torre] traspasso [el rayo] por tres partes con ser tan gruesso el paredón como hemos dicho, no ofendió en cossa sagrada, ni hiço estrago que fuesse de consideraçion aunque el amago fue grande. A otro día el Rdo. Pe Abbad junto su Conuento y de este auisso que nos envió Dios por instrumento de este Rayo, tomo su Paternidad ocassion para hacçer vna platica spiritual al Conuento y de ella resulto una solemne Procesión que se hiço el dia del Arcangel S. Miguel en açimiento de gracias, a que concurrieron todos los cauildos y pueblos del Valle de S. millan por ser tan intessados todos en los fabores y mercedes que reciuen de la magd. de dios por intercession de nuestro glorioso Pe. S millan Patron de espana. Ytem se acordo con todo el conuento se digesse cada año a los 27 de se. vna  missa cantada solemne de N. Sra. en acabando la contemplaçion a que acuden todos los monges y frayles  legos con que se echo otro fiador a la obseruançia de la Religión  de esta Cassa de S. millan el Real».

La Virgen de las batallas. A esta antiquisima imagen (mencionaba en el anterior párrafo). llamada también de la «chapa de oro», que fué robada en el año 1809 por la soldadera francesa, se refiere otro fragmento del capitulo 14 (fol. 61 v°) del manuscrito:

...«ofrecieron el Rey D. Sancho, la Reyna D. Estefanía su madre, y la Reyna D. Plaçençia su muger otro tessoro de inestimable rriqueça. que fue la ymagen de nra. sra. con su preçiosso hijo en los vraços. que por ser de mas de vna bara en alto de Rostro ermosso y de cuerpo proporçionado, toda de chapa de oro. sembrados los estremos de su manto y rropa del niño de piedras preçiossisimas de sumo valor, con muchas rreliquias suyas de su vestido y cabellos que guarda en su pecho, excede a la mayor rriqueça del mundo, y assi por ser imagen de la madre de dios, por sus rreliquias y ser ella tan devota esta colocada sobre el sagrario del altar mayor».

«Tíenese por tradición que el Rey D. García Pe del Rey D. Sancho el noble (que ofreció esta ymagen) la traya en las vatallas»...

Arquetas de S. Millán y S. Felices y otros relicarios. (Fol 13 v°). «Le guarda (al cuerpo de San Millán] como digo, vna Riquissima Arca de oro y marfil sembrada por la orla de inestimables piedras preçiossas dignissimo deposito de tan soberanas y celestiales rreliquias; está colocada en el altar mayor al lado del euang° inmediata al sagrario, con el cuerpo de San feliçes su maestro que al lado de la epistola esta en otra Arca de plata, marfil y piedras preçiosas, no menos venerado por su rrara santidad que lo es el discipo.En otras dos Arcas de plata que hacen lados a estos dos santos en el mismo altar mayor están çinco cuerpos stos , en la vna están los de los tres discípulos de n. glorioso Pe San millan S. geronçio; S. Sofronio y S. Zitonato, y en la otra están dos Virgines, Sta Auria y Sta Potamia, ytem dos cabeças cada una de por si, la vna de los stos mártires de Cardeña, la otra del gloriosso S. Sigismundo enperador y martir en sus medallas de plata; ytem el vraço de S. Jorge martir enbuelto en su vanda pagiça vañada en su propia sangre todo guardado en vn gruesso braço de plata guarnecido de piedras preçiossas de diuersos colores y de inestimable valor; esta vn huesso del braço de nuestro gloriosso Padre Sar Benito que en la blancura que muestra compite con la de la niebe, presagio cierto de la blancura y candidez de su dichossa alma. Dejo otras rreliquias que solas ellas con dichos cuerpos stos vastaran para que sin contradición ninguna todos juzgassen a nuestra Rioja por la tierra más dichossa que el mundo tiene».

(Fol. 28 v°). «Y aunque no se diçe en su istoria que S. Domingo haya tenido este oficio [de Maestro de novicios], colligese de la antigua tradición y de algunas pinturas que en los rretablos antiguos de ambas a dos yglas superior e inferior se han visto. Pintando a Sto Domingo ya sentado con baras en las manos y mongeçicos de rodillas a sus pies con un rretulo que dice Santo Domingo maestro de nouiçios. Pero oy dia se ve esta figura en el Arca de S. millan en vna de las chapas de oro que la adornan en lo superior, y alli esta esculpido n. sto. en pie con sus varas en la mano y vn mongeçito postrado a los suyos como que le castiga, con vn Retulo que dice Dominicus infantium magister. Esta letra da a entender que n. sto  fue maestro de nouiçios de s. millán a quienes antiguamte llamábamos infantes; assi lo siente Sandobal obpo. de Pamplona en el lib. que haçe de las fundaciones de españa, fol. 26, donde dice que n. sto. con currio con su limosna para la fabrica de la Arca del sagrado cuerpo del glorioso s. millan, y assi lo pusieron en ella como a los demás monges q. daban para ella, señalandole con titulo de maestro de nouiçios q. en aquellos tiempos se llamaban infantes»...

Archivo. Son de notar las palabras casi idénticas con que tanto Fr. Plácido Romero, archivero de San Millán. como Fr. Alonso del Corral se refieren a un mismo libro del Archivo de aquel Monasterio. Dice aquél, según lo trae Don Constantino Garran (1): «Libro tiene esta Casa, que se escribió treinta años después del Santo muerto, (que al presente ha más de mil), y en él está escrita su vida y milagros como la escribió San Braulio».

El P. Alonso del Corral escribe, a su vez: «Tiene S. Millán en su Archivo Real, vn libro antiquissimo que se escriuio 30 Años después que murió el glorioso S. Millan que al pressente ha mas de 1040 años y en el esta escrita su vida y milagros como la escribio S. Braulio obpo. de Zaragoza con otras y otras noticias que ayudan a la verdad de nuestra istoria». (fol. 65 v°).

La redacción de estas dos frases parece significar la existencia en el Monasterio de San Millán (en la época en que escribían estos dos autores) de un códice «antiquísimo», contemporáneo tal vez o poco posterior a San Braulio, más bien que la de un ejemplar tardío de la Vida de San Millán. escrita por el Santo Obispo de Zaragoza. No pretendo, sin embargo, sentar ninguna conclusión a este respecto, sino simplemente dejar anotada esta singular coincidencia de expresiones.

CESAREO GOICOECHEA

(1) San Millán de la Cogolla y sus dos insignes Monasterios. Logroño, 1929, pág. 7.

 

 

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