Detalle de San Mateo y un angel (1640).Guido Reni.Galería Vaticana. Roma.Óleo sobre lienzo. 85 x 68 cm.
 

 

 

 

Resumen

Este trabajo continúa el estudio del formulismo de la cuaderna vía, utilizando el método aplicado a la poesía de Berceo y a los poemas del Mester de clerecía del siglo XIII. Se alcanzan tres conclusiones. En primer lugar, todo el mester de clerecía utiliza el mismo sistema formular; en segundo lugar, el mester de clerecía marca el final de sus poemas con construcciones formulares y utiliza menos el formulismo nominal; finalmente, este formulismo del final de la estrofa es mayor en el siglo XIII que en el siglo XIV.

 

Palabras clave: Formulismo, cuaderna vía, Mester de clerecía, Retórica.

 

Abstract

In this article the study of formulisms in the cuaderna via is continued using the same method applied to the poems of Gonzalo de Berceo and 13th-century Mester de Clerecía. Three conclusions are reached. First, the same formulaic system is used in all the Mester de Clerecía; second, Mester de Clerecía practitioners mark the very end of their poems with formulaic constructions and use noun-phrase formulas in a lesser degree; and finally, these end-of-stanza formulisms are more frequently used in the 13th century than in the 14th.

 

Keywords: Formulism, cuaderna via, Mester de Clerecia, rhetorical.

 

 

 

 

 

Desde que Marden señalase las coincidencias textuales entre algunos de los versos del Libro de Apolonio 1 y el Libro de Alexandre se vienen estudiando las fórmulas expresivas propias del Mester de clerecía, con ejemplares acercamientos críticos como el clásico trabajo sobre las fórmulas de recepción realizado por Gybbon-Monypenny2 o el más reciente de Harriet Goldberg3. Junto a estos trabajos se ha atendido, desde los estudios del formulismo épico, la presencia de esta elocutio en ciertas expresiones del Mester del XIII. Ian Michael estudió el epíteto épico en el Libro de Alexandre4; Brian Dutton señaló tópicos épicos en su ejemplar edición del San Millán5; J. Geary comparó el formulismo del Poema Fernán González y a las Mocedades6.

A analizar la tópica expresiva del mester vinculándola a su marco métrico, siguiendo la línea abierta por Dana Nelson7, venimos dedicando varios trabajos en los últimos años8. En esta línea se inscribe el presente artículo dedicado a analizar los fenómenos formulares con los que se cierra la cuaderna vía del XIII y el XIV. La función de cierre de la cuaderna vía tiende a marcar estilísticamente su final como señaló Francisco Ynduráin9 y como hemos estudiado en otro lugar10. Entre los recursos estilísticos advertidos hay un amplio conjunto de expresiones que, con un mayor o menor grado de lexicalización, subrayan el final de la estrofa en nuestro corpus11. Como ya vimos en el caso de la Vida de san Millán de la Cogolla de Gonzalo de Berceo, la marca estilística de cierre es muy alta en la cuaderna vía. De hecho, en esta hagiografía hemos advertido marca estilística de cierre en 389 estrofas, con lo que el 79,5% del poema marcaba su final12. No obstante, en el análisis de sus fórmulas finales sólo reconocíamos en esa obra un 10,6%13. En la actualidad, tras diversos estudios sobre el formulismo del Mester, y desde un planteamiento analítico que no sólo atiende a expresiones de naturaleza nominal, sino también a construcciones formulares esticomíticas encabezadas por verbos o nexos lexicalizados por su reiteración, los resultados han de revisarse hasta llegar a advertir expresiones de tipo formular en cerca de un 35%, menor que el observado en el inicio de la estrofa, cercano al 60%14, y próximo al 40% advertido en su interior15. En estos estudios exigimos a una expresión para computarla como formulismo unos requisitos métricos que consisten en presentar «una lexicalización de su régimen y elementos», una repetición mínima (al menos tres presencias en el corpus) y un «formato previo a su uso» que ha de coincidir con la esticomitia del verso16. Entendemos, por tanto, como formulismo un conjunto de procedimientos expresivos insertos en un contexto métrico prefijado con tendencia a la lexicalización.

La función de cierre afecta al último verso de la estrofa, por lo que en su segundo hemistiquio se desarrolla el mismo principio constructivo del resto de los hemistiquios interiores de la cuaderna vía. En su estilística no hemos advertido diferencias significativas en este formulismo de naturaleza sintáctica nominal que denominamos hemistiquios formulares. Ejemplos de ellos pueden ser los Sintagmas Nominales que identifican a los personajes: «niña de gran beldat» (so 30), «pueblos muy venturados» (fg 16); a los motivos de la acción: «muy grant destruimiento» (RP 74), «esta chica çentella» (RP 80); o, en muy reducidas ocasiones, los elementos del marco: «esa cibdat nombrada» (VSI 1). Idénticas funciones se advierten en los Sintagmas Preposicionales esticomíticos, donde dominan los subrayados del marco de la acción: «a la sied obispal» (mns 57), «en ninguna vegada» (mns 80), «fuera de la freilía» (mns 81). Estilística exclusiva de estos sintagmas preposicionales es subrayar la acción mediante complementos regidos aislados por la métrica: «predigan/ del omne pecador» (mns 860), «maravillóse [...]/ de tan buena egualadera» (lba 87), o mediante complementos de causa y modo: «de toda voluntat» (mns 59), «por la su grand locura» (mns 72); y crear fórmulas nominales incompletas en el cierre de la estrofa mediante los complementos del nombre: «día sancto/ de la Natividat» (mns 62). Frente a esta similitud estilística, se advierte un ligero aumento de estas expresiones formulares en el final de la cuaderna vía, pues encontramos un 25,9% cuando en el interior de la estrofa sólo advertíamos un 16,6%17. Este incremento estadístico quizás sugiera una tendencia a subrayar el cierre mediante una mayor frecuencia de la esticomitia de su hemistiquio final.

 

El formulismo nominal del verso de cierre, como se señala en la tabla i, afecta al 7,8% del corpus, ligeramente superior al 6,4% del formulismo del interior de la estrofa y muy próximo al 7,6% del formulismo de apertura. Como en el caso del inicio de la cuaderna vía, en su final dominan las perífrasis nominales (5,9%) a las fórmulas nominales (1,9%). En ambos casos, destaca el elevado uso que de ambos recursos formulares realiza Gonzalo de Berceo, quizás por la especialización que tiene el recurso para presentar a sus personajes:

 

«a la Virgo María, Madre del Criador» (mns 31)

«el Cuerpo de don Christo, mi Señor natural» (so 193).

 

 

El resto de obras también utiliza este recurso de caracterización:

 

«del buen rëy de Greçia, señor de Babilonia» (Alex 2669).

«Ysydro en Sevylla, arçobysp' e señor» (fg 26).

 

 

Aunque también se utiliza en ocasiones para destacar motivos del relato:

 

«con su niño en brazos, la su dulz creatura» (mns 879).

 

 

Similar es la función de las perífrasis nominales que utilizan la amplificación semántica de su adjetiva para reforzar la caracterización de personajes, marcos y motivos:

 

«El que de los cuitados es carrera e puerto» (Apo 73).

«a la luz verdadera con la qual vençerá» (RP 2076).

 

 

Tabla I. Formulismos expresivos en el cierre de la cuaderna vía
  L. Alex Milagros S. Oria L. Apol. F. Gonz. S. Rdef. L.B. Amor Miseria Rimado Total
% % % % % % % % % %

Form. Nominal

2 1,3 9 6,0 2 1,3 2 1,3 3 2,0 1 0,7 3 2,0 0 0,0 0 0,0 22 1,6

Períf. Nominal

6 4,0 20 13,3 17 11,3 8 5,3 5 3,3 6 4,0 2 1,3 6 4,0 10 6,7 80 5,9

Formulismo Nominal

8 5,3 29 19,3 19 12,7 10 6,7 8 5,3 7 4,7 5 3,3 6 4,0 10 6,7 102 7,6

Verbo Inicial

33 22,0 20 13,3 31 20,7 27 18,0 32 21,3 33 22,0 16 10,7 11 7,3 6 4,0 209 15,5

Nexo formular

53 35,3 41 27,3 41 27,3 48 32,0 36 24,0 42 28,0 49 32,7 49 32,7 40 26,7 399 29,6

Construcción Formular

86 57,3 61 40,7 72 48,0 75 50,0 68 45,3 75 50,0 65 43,3 60 40,0 46 30,7 608 45,0

TOTAL

94 62,7 90 60,0 91 60,7 85 56,7 76 50,7 82 54,7 70 46,7 66 44,0 56 37,3 710 52,6

 

En su construcción hay perífrasis completas que presentan al antecedente ya la adjetiva en el mismo verso o que está compuesta por una adjetiva sustantivada:

 

• «quien ansí me feziese de escarnio magadaña» (LBA 122).

• «las cosas d'aqueste mundo que fueron, son e [h]an d'estar» (MO 17).

 

 

Estas perífrasis son las menos numerosas, pues dominan las perífrasis encabalgadas en las que el antecedente está en el verso anterior:

 

• «la Gloriosa/ que fue mucho más bella que nin lilio nin rosa» (so 31).

• «don Rodrigo [...]/ el que perdió la tierra por su desaventura» (fg 84).

 

 

Más abundante que el formulismo nominal es el caso de las construcciones formulares con regente formular18. En nuestros análisis hemos considerado dos tipos19:

 

1) Construcciones formulares regidas por verbos en inicio absoluto de la estrofa con construcciones sintácticas estereotipadas y reconocibles:

 

• «dióla a comer Âdam por nuestro mal pecado» (MO 44).

 

 

2) Construcciones formulares regidas por nexos tópicos con desarrollo esticomítico (en verso) y tendencia a estereotipos sintácticos:

 

• «ca por todo el mundo se usa e se faz» (lBa 14).

 

 

Frente a la tendencia advertida en el inicio de la estrofa, en la que las fórmulas de verbo inicial eran superiores (26,9%), en el cierre estas expresiones decaen y sólo llegan al 15,5%. Este fenómeno es similar al advertido en el interior de la estrofa, en el que este formulismo sólo afecta al 5,7%. Por el contrario, las construcciones de nexo formular tienen en el cierre de la estrofa una presencia estadística muy marcada, pues asciende al 29,6%, muy superior al 11,5% del interior de la estrofa y más intenso que el 17,8% que marca su inicio. Quizás hay un interés funcional de cerrar la estrofa con construcciones sintácticas reconocibles por su formulismo por el receptor, con lo que puede subrayarse la interpretación del contenido codificado en esa cuaderna vía.

 

Tabla II. Hemistiquios formulares en hemistiquio final
  L. Alex Milagros S. Oria L. Apol. F.Gonz. S. Edef. L.B.Amor Miseria Rimado Total %

Binas

3 10 6 6 8 7 9 13 4 66 4,9

SSNN

9 15 24 8 5 12 3 10 10 96 7,1

SSPrp.

8 28 19 9 13 25 10 4 11 127 9,4

Perífrasis en H

2 4 4 5 3 15 10 13 4 60 4,4

TOTAL

22 57 53 28 29 59 32 40 29 349 25,9

%

14,7 38,0 35,3 18,7 19,3 39,3 21,3 26,7 19,3 25,9  

 

El verbo «ser» es el más empleado en las construcciones formulares de verbo inicial. En su uso ya reconocíamos en el inicio de la estrofa dos tipos de estructuras estereotipadas puestas al servicio de la descripción interna de personajes o del subrayado de ciertos motivos que se mantienen en su cierre:

 

a) Las estructuras de pasiva, con una fuerte tendencia al hipérbaton que inicia el verso con el verbo «ser» y disloca el participio al final o, en menor medida, lo sitúa en otro lugar del verso:

 

«fue 'l pueblo con el rey alegre e pagado» (Apo 614).

 

Así se nos presenta a Alexandre, «era por Alexandre todo'esto demostrado» (Alex 10), o a Santa Oria, por quien «sedién marabilladas ende todas las gentes» (so 17). La misma estructura subraya motivos centrales del relato como la locura sacrílega de Siagrio, quien «fue luego enfogado por la su gran locura» (mns 72).

 

b) Estructuras atributivas iniciadas por el verbo.

 

«eran por' en vatalla pueblos muy venturados» (fg 16).

 

También el «ser» atributivo sirve para subrayar la presentación de personajes, como Voxmea por quien «e serié tal mercado que serié por fabliella» (so 82), o para subrayar motivos, como la muerte de Santa Oria cuya inminencia se certifica con el verso «es de las sus jornadas ésta la postremera» (so 171).

El verbo ser en el verso final es resumen semántico de la estrofa o valoración de su relato. Por ello, en la estrofa 701 del Fernán González el rápido cerco de Sahagún se condensa en su verso final: «fue luego este día la vylla descercada» (fg 701); por ello, el Beneficiado al advertir la locura del soberbio sucesor de san Ildefonso comenta: «e fuera muy mejor que non fuese levado» (VSI 254), «e fue con gran derecho d'ella desamparado» (VSI 259). Incluso permite al emisor enlazar con sus receptores en deseos o imprecaciones propias de exordios o de cierres de episodios. Así ocurre en el inicio del Libro de buen amor, donde se desea que Jesús «sea de nuestras almas cobertura e manto» (LBA 11), y en su final en el que valora su libro desde la utilidad para su receptores a quienes pretende que «séavos chica fabla, solaz e letuario» (LBA 1632).

Como en la función de apertura, el cierre utiliza, aunque de forma mucho más reducida, un diálogo introducido por un verbum dicendi, a menudo recogido en estilo indirecto:

«dizié que tal justicia nunqua non fue oída» (mns 894).

 

Tabla III. Formulismos de verbos iniciales en posición de cierre
  L. Alex Milagros S. Oria L. Apol. F.Gonz. S. Edef. L.B.Amor Miseria Rimado Total %

Verbo Ser

2 2 7 4 6 7 2 1 0 31 2,3

Verba Dicendi

4 2 4 3 4 4 4 3 0 28 2,1

Verbo Haber

6 2 1 2 9 1 0 0 1 22 1,6

V. de Acción

10 10 13 14 11 18 8 5 3 92 6,8

V. Pensamiento

11 4 6 4 2 3 2 2 2 36 2,7

TOTAL

33 20 31 27 32 33 16 11 6 209 15,5

%

22,0 13,3 20,7 18,0 21,3 22,0 10,7 7,3 4,0 15,5  

 

 

 

Sus valores son múltiples. Servirá para que los personajes ponderen algún motivo de la caracterización del personaje, como hace san Eugenio con san Ildefonso de quien «deciá que nunca viera un par en aprender» (VSI 18). También servirá para subrayar los principales motivos dinámicos del relato, como ocurre en la resolución de la adivinanza con la que inicia sus peripecias Apolonio: «dió a la pregunta buen responso complido» (Apo 23); o con el relato de los trabajos pasados por Tarsiana: «dixo todas las cuitas por ó era passada» (Apo 608). Entre ellos cabe la directa apelación que al receptor realiza Juan Ruiz con una petición juglaresca vuelta a lo divino: «digades un paternóster por mí e avemaria» (lba 1633).

Mucho más reducidos son los usos de «decir» como inicio de estilo directo o de forma parentética en mitad de un diálogo iniciado de forma abrupta:

 

«dizién: ¡Dios lo confonda a tan loco varón!» (mns 899).

«Fijo» —dixo su padre—, «Dios te dexe vevir» (Alex 20).

 

En estos casos, el autor puede utilizar el diálogo para cerrar su estrofa mediante un refrán popular, como realiza Juan Ruiz: «diz la dueña: "Los novios non dan quanto prometen"» (lba 95). En la mayoría de los casos el estilo directo subraya con su dramatismo la inmediatez de la acción, transformando al receptor en testigo directo de lo actuado, como en la queja ante la pérdida de España: «dezién: "¡Mal syeglo ayan tales consejadores!"» (fg 69) o en el reto que el conde dirige al rey García antes de matarlo en lid campal: «diz: "Pártase el campo por nós amos, hermano"» (fg 690).

Un uso especial del verbo «decir» en estilo indirecto es su valor de fórmula de cita, que refuerza la veracidad del contenido predicado en la estrofa: «dícelo que así el rey sabio Salamón» (MO 20).

El verbo «haber» presenta dos tipos de construcciones formulares. En primer lugar, se utiliza en la lexicalización de sus perífrasis. Así ocurre en:

 

«ovieron a partirse tristes de la vatalla» (mns 87).

 

Sus valores de obligación se aprovechan para motivar el acercamiento del receptor al contenido de la estrofa y del poema, como realiza el autor del Alexandre al indicar que «haverlo han por ello muchos a conoscer» (Alex 3). También se utiliza para destacar motivos que hacen avanzar la acción como es la obligación de parias que han de pagarse a Darío («havién ge lo a dar que quisiessen o non», Alex 22). Otros motivos menores, pero muy significativos para la mentalidad medieval, también ocupan estas fórmulas, como es la reivindicación que del honor hace Alexandre en el largo sermón en el que se despide ejemplarmente de sus huestes: «havrié todo mi precio en non ren a tornar» (Alex 2629). El humillante tributo de las cien doncellas, que suscitará el inicio de la Reconquista, se presenta desde la obligación perifrástica:

«avyenlo de cunplir, pero con grand pesar» (fg 104). Similar obligación se reitera en don Pelayo: «óvolo resçebyr, pero non de su grado» (fg 116).

En otras ocasiones el verbo «haber» se utiliza en su significado léxico de posesión con complementos directos que subrayan especiales características de los personajes:

 

«ovo luego por ello onrado gualardón» (mns 56).

«aurá buena ventura, quien fiziere el castigo» (RP 52).

 

En muchas ocasiones el verso final se inicia con un verbo de acción. La directa posibilidad de «hacer» se matiza en expresiones formulares que resumen el comportamiento de los protagonistas al tiempo que permiten su valoración:

 

«fazién grand sacrilegio por ganancia delgada» (mns 877).

«fáganle lo que fazen al traydor enemigo» (fg 66).

«fícol' creyer la dueña que non era culpada» (Apo 8).

«faze como la tierra quando estava finchada» (lba 97).

 

También el autor tiene su protagonismo en el «hacer» del poeta, como testimonia Berceo al querer «fer unos pocos viessos, amigos y señores» (mns 44) o el autor de Miseria d'omne al advertir que no puede engañar porque «fa-ría muy grand pecado, [ca] sé que vos mentiría» (MO 61). E incluso, en su intención devocional, invita al receptor mediante la acción de sus santos: «fáganos Dios por ella merced e caridat» (so 183).

El protagonismo de los personajes o de ciertos lugares se subraya a menudo con fórmulas conclusivas iniciadas por «poder» o por «deber» de valor ponderativo:

 

«deviélo ir el mundo todo a adorar» (Alex 2667).

«podryen a grand mijero byen los golpes oyr» (fg 689).

«debe tener su loa demientre que visquiere» (Apo 77).

«pueda por la tu gracia, en la tu gloria morar» (RP 63).

 

En ocasiones estas ponderaciones se refuerzan mediante la comparación valorativa:

 

«podrién pocos dineros valer los sus peaños» (so 19).

 

 

También se utilizan ambos verbos para fórmulas generales de valor sapiencial:

 

«pued' en grant ocasión caer muy de rafez» (Alex 54).

«debiémos tal señor [Dios] laudar e bendezir» (Apo 61).

 

 

Otros verbos iniciales destacan la auctoritas de los personajes como son «dar» y «mandar»:

 

«dio-l gran onra al cuerpo, al alma muy mejor» (mns 66).

«mandó matar al toro, que podriá abastar» (lba 83).

 

 

El interior de los personajes o el mensaje moral se resaltan en fórmulas de verbos como «penar» y «plogar»:

 

«penará en podredura penas de muy grand fedor» (MO 487).

«e pénalo grauemente si se non arrepienta» (RP 88).

«plogo-l a Illefonso de toda voluntat» (mns 59).

 

 

Los verbos de movimiento presentan escasas reiteraciones en el corpus, aunque éstas se advierten en verbos generales del tipo «Ir», «Tornar» o «Venir», usado en sus sentidos rectos y figurados:

 

«fue para la iglesia con muy grant alegría» (VSI 102).

«tornaron en el canpo ellos otra vegada» (fg 80).

«verná gracia e honra por cuanto vos confío» (VSI 46).

«veniám a don Alfonso a servir e guardar» (VSI 65).

 

 

De interés es la reiteración de «comenzar», pues su valor incoativo subraya la función de tránsito narrativo del final de su estrofa. Así se marca el comienzo del diálogo de signos de la disputa de griegos y romanos: «e comencó sus señas como era tratado» (lba 54) o el inicio de la batalla de Valpirre entre castellanos y navarros: «comencaron entramos un torneo pesado» (fg 683).

Dos verbos de movimiento implican el traslado de objetos, como son «traer» y «sacar». En sus usos el autor puede matizar, mediante comparaciones o complementos, las motivaciones de los personajes como ejemplifican los versos siguientes:

 

«tráennos commo lovos a corderos rezientes» (fg 99).

«saca a nós e líbranos de tan cruel presyón» (fg 107).

«sacólo a consejo a lugar apartado» (Apo 80).

 

 

En ocasiones estos verbos pueden utilizarse en fórmulas de cita: «traye mucho enxemplo d'esto la escriptura» (Apo 52),

De los verbos de estado sólo destacan las reiteraciones del verbo «poner» y «meter». En ellos, fuera de los usos propios de sus lexemas, destacan los valores lexicalizados como fórmulas de cita:

 

«e meta en escripto todo mi testamento» (Alex 2637).

«puso y muchas razones como flores en el [prado]» (MO 2).

 

 

Los verbos de pensamiento y voluntad tienen una significativa presencia en el corpus pues sirven para realizar valoraciones sobre el actuar de los personajes, como realiza el verbo «ver»:

 

«veo que la promesa salió vien verdadera» (VSI 62).

«veyense en grand miedo la gent' descreyda» (fg 102).

«vémoslo muchas vezes tod'esto abenir» (Alex 56).

«pensando cómo podiese [bevir] todo día malo» (MO 73).

 

 

El verbo «querer» suele utilizarse para explicitar el deseo interior de los personajes, no señalando en el corpus la presencia activa del narrador como solía ocurrir en el comienzo de la estrofa. Sirvan de ejemplos:

 

«quísolo por su boca al clérigo vencer» (mns 901).

«quieren con una tinta, teñir quatro colores» (RP 81).

 

Muchas de las fórmulas de verbos de entendimiento se utilizan para realizar imprecaciones directas al receptor de la obra o del diálogo de los personajes, como ocurre en el abundante uso del verbo «saber»:

 

«sepas que habrán todos contigo gran placer» (Apo 99) [diálogo].

«sepas bien que te tengas por nuestra compañera» (so 35) [diálogo].

«sabet que en las pajas el cuer non tenié» (Alex 18) [narrador].

«sabrá dexar abolezas muchas que trae consigo (MO 1) [narrador].

 

 

El verbo «entender» crea fórmulas expresivas para subrayar motivos fundamentales en el desarrollo del relato, como acontece a Alexandre ante la humillante situación de Grecia tributaria de Persia: «entendió sus avuelos cual cueita passavan» (Alex 21). El Arciprestre concluye irónicamente la sentencia del docto teólogo griego con esta fórmula: «entendí que merescién de leyes certenidad» (lba 60). Con idéntica parodia subraya estrofas más abajo la utilidad erótica de su exemplo ex contrario: «entiende bien mi dicho e avrás dueña garrida» (lba 64).

Por último, el verbo «tener» se utiliza en la construcción lexicalizada «tenerse por» para valorar la imagen que de sí mismos tienen los protagonistas, los receptores o el propio autor:

 

«terném, si lo cumpliere, por non mal escrivano» (Alex 5).

«terrédeslo en cabo por bueno verament» (mns 1).

«teniése por guarida e por muy confortada» (so 188).

 

 

 

 

 

Los formulismos regidos por nexos tópicos son los más abundantes en el cierre (29,6%). Hemos clasificado los nexos en seis tipos, según sus funciones sintácticas y semánticas. Cinco de ellos son nexos subordinantes y sólo uno coordinante (los adversativos), aunque en este caso se incluye también una abundante construcción yuxtapuesta encabezada por «non» que se opone semánticamente al resto de las proposiciones con las que se relaciona.

El cierre de la estrofa no es tan propicio como su inicio a subrayar las coordenadas cronológicas del proceso narrativo mediante nexos formulares temporales. De hecho, la construcción que más domina es la yuxtaposición o coordinación de proposiciones iniciadas por el adverbio de tiempo «nunca». Estas estructuras vienen a ponderar el relato o la moralización de su cuaderna vía, al igual que realizan, en menor medida, los inicios con el adverbio «siempre»:

 

«nunca con avol home ovo su atenencia» (Alex 6).

«nunca veyeron omnes toca tan querellada» (mns 882).

«siempre aquestos dos días ayunava mi andador» (lba 1621).

«e siempre te acuerda que eres omne mortal» (RP 48).

 

 

En otras ocasiones, las proposiciones temporales se reiteran y concluyen en el cierre estrófico la enumeración desarrollada a lo largo de la estrofa, destacando en este uso los nexos «desend» y «después»:

 

«desende pasan la mar en que sufren muchos males» (MO 88).

«después en los sus bienes, rricamente dotaron» (RP 33).

 

 

Sin la frecuencia mostrada al comienzo de la cuaderna vía, se mantiene con cierta abundancia el uso de «Quando» en su último verso, con los valores estilísticos de subrayar ciertos momentos significativos del relato, bien complementen a una principal de versos anteriores o del hemistiquio final:

 

«cuand' entran en el campo non se quieren rancar» (Alex 61).

«cuando tal rey perdemos nunca bien nos fallamos» (Apo 47).

«quan' dixéredes misa en las solemnidades» (VSI 222).

«quando demandó Roma a Grecia la çïençia» (lba 46).

«quando bien [h]an studïado nada pueden acabar» (MO 77).

 

 

 

Tabla iv. Formulismos de nexo inicial en posición de cierre
  L. Alex Milagros S. Oria L. Apol. F.Gonz. S. Edef. L.B.Amor Miseria Rimado Total %
Temporales 11 6 1 5 1 4 3 9 4 44 3,3
Modo 1 1 5 4 3 4 15 4 2 39 2,9
Causativos 16 18 18 18 13 19 15 17 23 157 11,6
Condicionales 10 2 1 6 2 3 4 4 6 38 2,8
Adversativos 14 12 14 11 14 10 11 12 5 103 7,6
Que completivo 1 2 2 4 3 2 1 3 0 18 1,3
TOTAL 53 41 41 48 36 42 49 49 40 399 29,6
% 35,3 27,3 27,3 32,0 24,0 28,0 32,7 32,7 26,7 29,6  

 

 

 

Los nexos de modo aumentan su presencia en el final de la estrofa porque en ellos se recoge uno de los recursos estilísticos destacados por Francisco Yndurain20: las comparaciones. Sirvan algunos ejemplos, alguno reforzado con el adverbio «bien»:

 

«como si lo hobiese por su ojo probado» (Apo 22).

«como si el tercero fuese religïoso» (VSI 117).

«bien como la raposa en agena mollera» (lba 81).

«como pella las dueñas, tómelo quien quisiere» (lba 1629).

 

 

Junto a estos valores comparativos, «como» presenta también unos usos especializados como fórmula de cita, al igual que otras estructuras de modo:

 

«com'diz la escrytura, don Çindus le llamaron» (fg 25).

«como dize el poeta que [Horacio] es llamado» (MO 70).

«así lo diz Salamón, el que lo quiso provar» (MO 78).

 

 

Así mismo, advertimos en el corpus la utilización de construcciones comparativas en sus versos finales iniciadas por el adverbio «así», por otro tipo de nexos o que desarrollan en el verso final el término de la comparación iniciada en versos anteriores:

 

«más valié esso solo que un rico regnado» (so 47).

«mejor paresçen estos que las flores de mayo» (so 56).

«qual nunca por mi mérito non podría ganar» (so 201).

«querían más [...]/ que tal vida vesquir fanvryentos e lazdrados» (fg 96).

«tal débelo creer qui el romance reza» (VSI 2).

«ansí en feo libro está saber non feo» (lba 16).

«más mucho que non guardan los jodíos la Tora» (lba 78).

«más que yo podría ser d'ello trobador» (lba 92).

«bien atal es la dueña pequeña con amor» (lba 1615).

«mejor es en la prueva que en la salutaçión» (lba 1616).

«tales obras faz la fija quales demuestra su ama» (MO 15).

 

 

La función conclusiva que adquiere el verso final en muchas de las cuadernas vías explica por qué los nexos causativos son los más abundantes en el formulismo de cierre. Por clara influencia de la retórica escolar de la disputatio, los autores clericales cierran el discurso argumentativo de su «razón» rimada21 subrayando las causas, consecuencias o condiciones de los contenidos de su elocución. Por ello, abundan los cierres causales dominados por la conjunción «ca»:

 

«ca convien que passemos a la mejor razón» (Alex 14).

«ca cadié en mal precio por esto el logar» (mns 84).

«ca nos quanto dezimos escripto lo fallamos» (so 6).

«ca habrié ante todos la verdat a dezir» (Apo 609).

«ca seryerdes por ello traydores conoscidos» (fg 687).

«ca sabed que me pesa d'esta despedición» (VSI 47).

«ca lo poco e bien dicho finca en el coraçón» (LBA 1606).

«ca quanto que nós fazemos todo es polvo e nada» (MO 74).

«ca mucho mal meresco e mucha crüeldat» (RP 35).

 

 

A finales del XIV es más abundante el nexo «porque»:

 

«porque el alma mesquina siempre aya todo mal» (MO 498).

«porque pueda saluarme con tus apartados» (RP 49).

«por que aquí digamos que sería condenado» (RP 2067).

 

 

Junto a estas formas dominantes, destaca la constante aparición del «que» causal:

 

«que lo meten los sabios luego en escriptura» (Alex 2668).

«que compliré su ruego de toda voluntat» (VSI 33).

«que irá en el infierno e terná y mal disanto» (MO 457).

«que Tú eres Jüez justo e verdadero» (RP 6).

 

 

Y del «que» final que, en ocasiones, suele reproducir fórmulas propias de la oración:

 

«que las almas en cabo ayan buena essida» (mn 911).

«que non fuesse la alma del dïablo vençida» (so 21).

«que podamos con ellos en el cielo rogar» (VSI 265).

«que a Ti pueda seruir e a Ti solo loar» (RP 19).

 

 

Juan Ruiz utiliza el «que» final para desarrollar la tópica sobre la utilidad de la obra literaria:

 

«que los que lo oyeren puedan solaz tomar» (LBA 12).

«que los cuerpos alegre e a las almas preste» (LBA 13).

 

 

Una última construcción causal se repite con cierta frecuencia en los versos finales: la construcción inicial de «por» más infinitivo. Así se advierte en estos ejemplos que subrayan la causa de la acción destacada al inicio del verso final:

 

«por consentir al cuerpo nunca soltó la rienda» (so 16).

«por facer a Dios servicio e las penas [e]scusar» (MO 495).

 

 

Con esta expresión formular cerrará el Arciprestre su libro, subrayando el móvil estético de su creación: «e por mostrar a los sinples fablas y versos estraños» (LBA 1634).

En menos ocasiones la cuaderna vía se cierra con construcciones consecutivas intensivas que se desarrollan en el verso final o que sólo acogen en él a la proposición subordinada:

 

«por mejor lo tenié cuanto más lo catava» (Alex 98).

«tant era de enfiesta que avés la catava» (so 41).

«tal cosa [...]/ que non podrié comprarla toda alfoz de Lara» (MO 81).

«tanto que se quería por su amor perder» (Apo 6).

«en tal logar [...]/ que de mí lo defienda desierto nin poblado» (Apo49).

«Cuanto más le honraban, tanto s' faziá menor» (VSI 66).

«atal [...] / que ante que faga yerro ante es d[e] él ligado» (MO 31).

 

 

En ocasiones estas intensivas se ligan al tópico de lo indefable:

 

«tantas diversidades/ que non las contarién priores nin abades» (mns 10).

«tanto llevavan d'ello que non seryé contado» (fg 702).

 

 

Otros nexos, entre los que destacan «onde» y «por ende», son utilizados en estas construcciones que hacen que el significado de la cuaderna vía se cierre desde la consecuencia de su relato:

 

«por end'han en los çielos todos sus heredades» (fg 13).

«por ende de las mugeres la mejor es la menor» (LBA 1617).

«por ende me confieso luego, Señor, a Ti» (RP 18).

«por ond ganó en cabo de Dios rica soldada» (so 20).

«ond dubdamos que es —¡mal pecado!— perdido» (mns 70).

«ond' non pesó a muchos, nin havián ende cura» (VSI 256).

«ond guardémonos, amigos, si tan mal fuego esperamos» (MO 474).

 

 

Frente al uso claramente argumentativo de las fórmulas condicionales en el inicio de la estrofa, su uso en el cierre de la cuaderna vía sirve para matizar el desarrollo del relato desde la presentación de ciertas condiciones que valoran la realización de las acciones siguientes. Estas acciones pueden ser del propio autor:

 

«si non, podrié en culpa e en riebto caer» (Alex 1).

«si non dirán algunos que nada non sabemos» (Apo 628).

«si de tan grand escarnio yo non trobase burla» (lBa 114).

 

 

O pueden ser de sus receptores:

 

«si vien lo comidiéremos, fizo grand cortesía» (mns 54).

«si su vida leyerdes assí lo probaredes» (so 24).

«si vamos al convivio de Dios en que creyemos?» (Apo 655).

«si me puntar sopieres, siempre me avrás en miente» (lBa 70).

«e si non aven mortajas, manda que ge las compremos» (mo 501).

«si te saluar cobdiçias, dello te guardarás» (RP 50).

 

 

En ocasiones la estructura condicional se pone en boca de sus personajes:

 

«si de premia de Dario non saco yo a Greçia» (Alex 46).

«si el tu mal supieses, debiés haber dolor!» (Apo 69).

«si yo non le ayudo non sería bondat» (VSI 24).

 

 

En muchas ocasiones, la estructura condicional sirve de marco para cerrar el verso con comparaciones o valoraciones que refuerzan su carácter conclusivo:

 

«si levarlo quisierdes com lo has compeçado» (Alex 51).

«si aquesto non fazes, non valdrás un dinero» (Alex 58).

«si ha a enflaqueçer más te valdrié morrer» (Alex 78).

«si oir ella non fuesse, era en negro día» (mns 97).

«sy non de mí non fýes sy fuesse can» (fg 44).

«si para bien no fuera, tan noble non saliera» (LBA 109).

 

 

Los nexos adversativos muestran, en su reiteración, una voluntad estilística de cerrar la estrofa con una antítesis entre su cierre y el contenido desplegado en la estrofa o semiestrofa anterior. Ello es muy claro en la reiterada construcción yuxtapuesta mediante un inicio abrupto del adverbio «non» que no opone el significado de su oración al significado que se deduce o afirma en los versos anteriores, sino que suele ser refuerzo ponderativo de lo dicho anteriormente:

 

«non sé al manto dar preçio por nula guisa» (Alex 90).

«non perdié la verdura por nulla tempestat» (mns 11).

«non las podrién contar palabras nin sermones» (so 27).

«non daba nul cosa por todo lo pasado» (Apo 644).

«non podryé ningún omne quántos eran asmar» (fg 72).

«non á plazer del mundo que en ella non sienta» (LBA 1611).

«non es dolor segund ése de mal nin de feridura» (MO 45).

 

 

Aunque menos intenso, el valor ponderativo también se puede advertir en la coordinación copulativa de una proposición negativa mediante «ni»:

 

«nin fueron nin serán tales guerreadores» (Alex 2626).

«nin que formar pudiessen sones más acordados» (mns 7).

«nin será, como yo cuido, quanto el mundo durar» (MO 75).

«nin nunca ouo el dueño de mí la su valía» (RP 51).

 

 

A veces se subrayan las antítesis con el complemento de comparaciones o imágenes en el final del verso:

 

«non me podriá çelar cuanto val' un açento» (Alex 45).

«nin tomarién tal daño Eva ni so marido» (mns 15).

«nin con clavo que fuesse con martiello calcado» (mns 883).

«non querría del oro tornar a la escoria» (so 99).

«non es agora tiempo por en naves entrar» (so 162).

«non val' toda mi vida cuanto val' un zapato» (VSI 83).

«non se podriá vençer por pintada moneda» (LBA 79).

«nin el leal amigo non es en toda plaç (LBA 94).

«nin las verças non se crían tan bien sin la nora» (LBA 111).

 

 

Si la antítesis mediante un «no» inicial o coordinación copulativa negativa tiene más valor ponderativo que de oposición al significado anterior, no ocurre lo mismo con las estructuras de coordinación adversativa en las que, bien mediante «mas» o mediante «pero», el verso final se utiliza para cerrar la estrofa con una idea que se opone a los versos anteriores. Así se advierte en los ejemplos siguientes:

 

«mas todo lo olvido, ¡tan'he fiera rencura!» (Alex 40).

«mas de lo que sopiéremos seed nuestros pagados» (mns 100).

«mas aguisó la cosa Dios en otra manera» (Apo 60).

«mas fue por el buen rey la pelea partida» (fg 713).

«mas acorriólos Dios en esta quejedat» (VSI 241).

«mas dúrale poco tiempo con coita e con ardura» (MO 64).

 

«pero tenién por todo todos una creencia» (mns 27).

«pero nunca de cosa ovo tal pagamiento» (so 68).

«pero todos asmaban que dixera verdat» (Apo 27).

«pero si él quisiere consejo nos pornía» (VSI 267).

«pero muchos de aquestos dan en tierra de palmas» (LBA 126).

 

 

Muy característica de las expresiones formulares de cierre es la utilización de proposiciones subordinadas sustantivas introducidas por la conjunción «que» que vienen a subrayar la enunciación realizada en esta proposición final:

 

«les fue [...] demostrado/ que no fuesse nul home de vestirlo osado» (Alex 93).

«mando [...]/ que le den tal justicia como traydor provado» (fg 68).

«nuestra creyença [.es]/ que la tu providencia, nunca será mesquina» (Apo 647).

• «díxome [...]/ que me daría gran palmada en los oídos retinientes» (LBA 62).

 

 

* * *

 

 

Tras la rápida revisión de estas estructuras de cierre se advierten las siguientes conclusiones:

 

1. Frente a lo que indicamos en anteriores ocasiones, la estilística de cierre también genera una amplia gama de expresiones formulares, incluso en un porcentaje mayor que las advertidas en la función de apertura. No obstante, se advierte en el final de estrofa una menor lexicalización de sus estructuras, una menor presencia del formalismo nominal de esticomitia plena y, sobre todo, un mayor dominio del formulismo de nexos iniciales, lo que viene a destacar su función de cierre elocutivo de la estrofa que marca con su sintaxis esticomítica la conclusión de su mensaje. Junto a ello, la estilística de muchos de estos formulismos muestra cómo el autor aprovecha el cierre de la estrofa para deslizar a menudo valoraciones y comparaciones que hacen que el final de la estrofa sea el lugar métrico donde más se advierte la presencia directa del emisor.

 

2. Como venimos observando en los formulismos de apertura e interior de la estrofa, el conjunto de recursos expresivos que utilizan los autores para responder a las presiones constructivas de su métrica son aprendidos y forman parte de un elenco escolar común, ya que hemos podido ejemplificar en todas las obras los recursos analizados22. Sin embargo, frente al resto de formulismo que se presenta con índices muy similares entre el mester del xiII y el XIV, en el formulismo del cierre advertimos una tendencia progresiva a su desaparición desde la primera mitad del XIII, con altos niveles de formulismo (del 62,7 al 56,7%), a la evolución del mester del XIV que descenderá del 46,7 al 37,3%. En medio quedan el Fernán González, con sólo un 50,7% quizás debido a su transmisión deturpada del XV o a influencia de sus modelos épicos, y la Vida de san Ildefonso, claramente vinculada a las formas métricas del XIII como muestra su 54,7% de formulismo.

 

3. Por último, como ya hemos señalado en la conclusión del estudio del formulismo en el interior de la estrofa, la explicación de esta generalizada reiteración de estructuras formulares en los finales estróficos, que en ocasiones coincide con la reiteración formular de sus inicios y parte de su desarrollo interno, es un recurso retórico defendido por algunos tratadistas del XII. Geoffroi de Vinasauf y Jean de Garlande proponen un nuevo procedimiento expresivo que ha de utilizarse dentro del estilo simple, que es el más apropiado para el «román paladino». Se trata de la determinatio, descrita por Edmund Faral en los siguientes términos:

 

ils appellent ainsi l'opération par laquelle on adjoint au nom soit un verbe, soit un adjetif, soit un autre nom que lui sert de complément; ou pour laquelle on adjoint soit à l'adjetif, soit au verbe l'un des compléments qu'ols ont l'habitude d'admettre. En soi la détermination n'est pas un ornement; mais elle devient un lorsqu'on accumule un certain nombre de groupes pareillement constitués23.

 

Los autores del mester inscriben su producción voluntariamente en estas corrientes poéticas y retóricas propias de la escuela medieval. La conciencia de pertenecer a este sistema poético que arranca del xin permanece viva en López de Ayala, el viejo, cuando en el Cancionero de Baena se excusa por usar:

 

versetes algunos de antigo rimar,

de los quales luego mucho me pagué, (vv. 73-74)24.

 

 

Este «antigo rimar» del XIV, que se agota en Ayala, es la «nueva maestría» elogiada por el Apolonio que tanto él, como el resto de los clérigos del mester, aprendieron en los saberes escolares que les hacen «bien dictar y versificar» (Alex 40b), para, en palabras finales del Arcipreste, «mostrar a los simples fablas e versos estraños» (1634d).

 

 

 

 

 

NOTAS

1 I, Baltimore-Paris, 1917 (corrected 1937); ii, Pricenton-Paris, 1922 (Kraus Reprint, 1976).

2 «The Spanish Mester de clerecía and its Intended Public: concerning the validity as evidence of passages of direct addres to the audience», en Medieval Miscellany presented to Eugene Vinaver, Manchester, 1965, págs. 230-244.

3 En «The Voice of the Author in the Works of Gonzalo de Berceo and in the Libro de Alexandre and the Poema de Fernán González», La Corónica 8 (1979-1980), págs. 100-112.

4 «A Comparison of the Use of Epic Epithets in the Poema de Mio Cid and the Libro de Alexandre», Bulletin of Hispanic Studies 38 (1961), págs. 32-41.

5 La «Vida de San Millán de la Cogolla» de Gonzalo de Berceo. Estudio y edición crítica, Londres, Támesis Books, 1967, segunda edición corregida y ampliada en 1984.

6 Formulaic Diction in the «Poema de Fernán González» and the «Mocedades de Rodrigo», Maryland, 1980.

7 Se trata de sus artículos «Nunca devriés nacer: Clave de la creatividad de Berceo» (Boletín de la Real Academia Española lvi, 1976, págs. 23-82) y «Generic vs. Individual Style: The Presence of Berceo in the Alexandre» (Romance Philology xxix, 1975, págs. 143-184). Se incluyen actualizados en el libro Gonzalo de Berceo y el «Alixandre»: Vindicación de un estilo, Madison, HSMS, 1991.

8 «Orígenes del castellano literario: testimonios formulares de la composición y difusión en Gonzalo de Berceo», en Actas del iv Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española, Logroño, Universidad de la Rioja, 1998, págs. 485-495; «Formulismos en Berceo: materia épica y métrica clerical», Anuario de Estudios Filológicos xxiii (2000), págs. 205-228; El formulismo expresivo en Gonzalo de Berceo, Cáceres, UEx, 2001; «Formulismos expresivos en el Mester de clerecía del siglo xiii: Estructuras de apertura», en Actas ix Congreso Internacional de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval, La Coruña, Universidad de la Coruña-Ed. Toxosoutos, 2005, ii, págs. 451-474, y «Tipología del formulismo expresivo en el mester de clerecía: Formulismo nominal», en Actes X Congrés Internacional de l'Associació Hispánica de Literatura Medieval, Alacant, Institut Interuniversitari de Filología Valenciana, 2005, II, págs. 819-836.

9 «Un artificio narrativo en Juan Ruiz», en De lector a lector, Madrid, Escélicer, 1973, págs. 5-23.

10 Ritmo y sintaxis en Gonzalo de Berceo, Cáceres, UEx, 2001.

11 Estudiamos un corpus de 1.320 versos finales de las cien primeras estrofas y las cincuenta últimas (sustituyendo las irregulares o incompletas por las correlativas) de los siguientes textos que trazan la evolución del mester: Alex: Libro de Alexandre (ed. Jesús Cañas Murillo, Madrid, Cátedra, 1989); mns: Milagros de Nuestra Señora (ed. Fernando Baños, Barcelona, Crítica, 1997) y so: Poema de Santa Oria (ed. Isabel Uría, Madrid, Castalia, 1981) de Gonzalo de Berceo; Apo: Libro de Apolonio (ed. Manuel Alvar, Barcelona, Planeta, 1984); fg: Libro de Fernán González (ed. Itzíar López Guil, Madrid, Biblioteca Nueva, 2001); vsi: Vida de San Ildefonso del Beneficiado de Úbeda (edición reconstruida por Manuel Alvar Ezquerra, en Concordancias e índices léxicos de la Vida de San Ildefonso, Universidad de Málaga, 1980); lba: Libro de buen amor (ed. Jesús Cañas y Francisco Javier Grande Quejigo, Barcelona, Debolsillo, 2002) del Arcipreste de Hita; mo: Libro de miseria d'omne (ed. de Jane E. Connolly, en Translation and Poetization in the Quaderna Vía, Madison, HSMS, 1987); y rp: Rimado de Palacio (ed. Germán Orduna, Madrid, Castalia, 1987) del Canciller Ayala.

12 Vid. Ritmo y sintaxis..., pág. 153.

13 El formulismo expresivo..., pág. 64.

14 Vid. tabla I de «Formulismos expresivos en el Mester de clerecía...».

15 Vid. tabla de resultados en «Tipología del formulismo expresivo...».

16 Fco. Javier Grande Quejigo, El formulismo expresivo..., pág. 39.

17 Vid. la tabla II de «Tipología del formulismo...».

18 Vid. Grande Quejigo, El formulismo expresivo, pág. 40.

19 Vid. en tabla II.

20 Vid. «Un artifìcio narrativo en Juan Ruiz».

21 Para el significado retórico de «razón» como composición literaria y cultural vid. nuestro artículo «Huellas textuales indirectas sobre la difusión oral de la literatura en el Libro de Alexandre», Anuario de Estudios Filológicos, 20 (1997), págs. 169-190.

22 Evidentemente, la limitación de espacio nos ha obligado a seleccionar los ejemplos, cuya presencia en cada poema se cuantifica en las tablas.

23 E. Faral, Les Arts poétiques du XIIe et du XIIIe siècle, Genève-Paris, Slatkine-Champion, 1982 [1924], pág. 97.

24 Cancionero de Baena, ed. Brian Dutton y Joaquín González Cuenca, Madrid, Visor, 1993, comp. 518, pág. 368

 

 

 

 

FORMULISMOS EXPRESIVOS
EN EL CIERRE DE LA CUADERNA VÍA

 

 

FCO. Javier Grande Quejigo

Universidad de Extremadura

Anuario de Estudios Filológicos,
ISSN 0210-8178, vol. XXIX, 119-140