Biblioteca Gonzalo de Berceo  

    Detalles de la iglesia de San Martín en Fonzaleche, La Rioja.
   Ábside románico de finales del siglo XI o comienzos del XII.
   A la izquierda capitel cuyo fuste desapreció en una restauración y representa una máscara separada por aves que apresan con sus garras animales .
Los canecillos representan imágenes del sol y la luna con rasgos humanos. Mientras que el canecillo del inferior puede representar una figura femenina cubierta con toca.

 

Biblioteca   Gonzalo de Berceo

 

 

      

    NOTA INTRODUCTORIA 

 

El texto de los Himnos se reproduce aquí a partir de la versión publicada por Brian Dutton en las Obras Completas, III, la del manuscrito I que es copia de Q. Las versiones contenidas en el ms. 13149 de la Biblioteca Nacional de Madrid (dos para el Veni Creator y el Christe qui lux, y una para el Ave maris stella) son inferiores, por tratarse de una reproducción del ms. F.

Las normas de transcripción son las mismas que las adoptadas para la edición de los Signos. En muy escasas ocasiones me separo de la transcripción de B. Dutton, señalándolo debidamente en las notas.

Aun tratándose de una edición para un amplio público de lectores, me ha parecido conveniente reproducir la fuente latina de los himnos frente al texto. La comparación entre una y otro, hasta para los menos expertos latinistas, resultará más esclarecedora que muchas explicaciones que, de todos modos, no cabrían en tan poco espacio como el que corresponde al comentario. Se observará cómo, al seguir fielmente su fuente, Berceo se muestra más latinizante que en otros de sus poemas. En ciertos casos, como en las fórmulas iniciales, retoma el texto mismo del modelo ( Veni Creator Spiritus o Ave Sancta María), o utiliza un romance calcado en el latín (Tú Christe que luz eres) I demostrando así la gran facultad de adaptación de la lengua que usaba. También muestra preferencia por la forma latina Virgo en lugar de la forma romance Virgen, que bien supo utilizar en otras ocasiones.

Cada Himno contiene siete coplas, aun si el modelo consta de ocho, como es el caso para Christe qui lux es, lo que demuestra que el poeta concebía esos tres poemas como un conjunto homogéneo. Por eso vienen siempre juntos en los manuscritos que los conservan.

La técnica de adaptación aplicada por Berceo se deriva, lógicamente, de la doble necesidad de sujetarse al marco de siete coplas preestablecido y de respetar lo más posible la letra por definición inmutable de los himnos latinos. En efecto, hubiera sido inconcebible que el adaptador no se atuviera con la mayor fidelidad posible al texto de unas oraciones que los creyentes oían y cantaban a lo largo del año.

Berceo lo consigue utilizando la técnica de la amplificación, reservando, en el mejor de los casos, un verso de copla cuaderna a cada hemistiquio de la fuente. Véase, por ejemplo, la primera copla del Himno II:

 

«Ave Sancta María, estrella de la mar» I «A ve maris stella»
«Madre del Rey de Gloria» I «Dei Mater alma»

«Virgo todas saçones» I «atque semper Virgo»

«puerta de peccadores» I «felix caeli porta».

 

En tres de los cuatro versos, la adaptación se limita al primer hemistiquio, lo cual es una constante en el mester de clerecía, ya que el segundo hemistiquio es de más difícil manejo por estar sometido a las restricciones que supone la vuelta de la rima.

En otros casos, la adaptación sigue muy de lejos el modelo, como ocurre en la copla 5 del mismo Himno donde sólo se reproduce literalmente el primer hemistiquio de la fuente («Virgo... singular»). En este caso, parece ser que pudo más el deseo de alcanzar el número de coplas preestablecido que la propia voluntad adaptadora.

Tanto San Agustín como Isidoro de Sevilla definen el himno como un cántico de loor a Dios. El Veni Creator y el Ave maris stella figuran entre los himnos más cantados en la liturgia cristiana. El primero corresponde al domingo de Pentecostés y se canta para anunciar la venida del Señor entre los discípulos reunidos. El Ave maris stella se canta en la fiesta de la Asunción de María y en las demás fiestas de la Virgen. La fórmula para designar a la Virgen se deriva de la traducción por San Jerónimo del hebreo mar yam en stilla maris ( «gota de mar»), expresión que, al leerse stella maris, dio lugar a la interpretación «estrella de la mar», ya generalizada. Este himno contiene dos figuras o anticipaciones de la Virgen contenidas, según la exégesis, en varios libros bíblicos: id «<puerta del cielo»); 2d (Eva-Ave).

El himno Christe qui lux se cantaba el domingo a completas (véase Dutton, OC., III, pág. 66). Parece haber desaparecido de la liturgia, donde le ha sustituido el Te lucis ante terminum, que sirve también para ahuyentar las angustias de la noche.

   Queda sin aclarar por qué Berceo, a la hora de adaptar himnos en romance, se limitó a éstos. Las preferencias personales del poeta pueden constituir una explicación, pero no deja de sorprender que, si ha querido realmente formar un corpus de textos similares como parece demostrarlo el que cada adaptación sea de la misma longitud, no haya optado por un número tan significativo como siete, el mismo que el de las coplas de sendos poemas. Verdad es que tres remiten a la Trinidad, y que este tema tan fundamental ocupa la copla final de cada uno de esos tres himnos. Puede que en eso esté la clave de la elección de Berceo.

 

 

EDICIÓN Y COMENTARIO en formato PDF

NORMAS DE TRANSCRIPCIÓN Y ABREVIATURAS

 

 

Gonzalo de Berceo
OBRA COMPLETA
Edición y estudios de varios autores
Coordinado por Isabel Uría

CLÁSICOS CASTELLANOS
ESPASA-CALPE
MADRID 1992
Edición patrocinada por el Gobierno de La Rioja  

 

 

 

 

 

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