Introducción

 

En el siglo XIII realiza su mester poético el clérigo riojano Gonzalo de Berceo. Su obra nos refleja una concepción de la vida donde se encuentra presente el optimismo plenomedieval, pero además existe una motivación propagandística, para atraer donativos hacia su monasterio, aunque también le mueve una profunda devoción y, sobre todo, el realizar una catequesis, para un público iletrado, que sólo puede ser educado a través de la imagen, o escuchando los versos que él escribe.

Sus escritos se dividen en obras hagiográficas, obras marianas (entre las que se encuentran Los Milagros de Nuestra Señora o los Loores de Nuestra Señora, que ha sido considerada un "Compendium Historiae Salutis" 1 y obras doctrinales.

Este contexto será nuestro punto de partida, para analizar cómo plantea el tema del Nacimiento de Cristo este autor, quien obviamente utiliza como fuente principal para sus escritos, en este caso, los Evangelios. No podemos olvidar que gran parte del conocimiento bíblico que tiene nuestro autor proviene de la liturgia y, mientras que en el año litúrgico, el Evangelio de Mateo es el preferido, el de Juan adquiere preeminencia en el tiempo pascual.2

 

 

La Anunciación-Encarnación

 

Este pasaje es narrado por Lucas 3 y por Mateo.4 Berceo se basa funda­mentalmente en el texto de San Lucas, que es mucho más completo. Es esencial para el cristiano, ya que en él se anuncia la Salvación del género humano, haciéndose partícipe y corredentora de la misma a la Virgen María. Además, es la primera aparición de la Gloriosa, y el texto nos habla de la virginidad.

Gonzalo de Berceo lo cita tanto en sus obras marianas, como hagiografías y doctrinales.

Escribe nuestro autor en Loores:5 "Gabriel fue embiado con la mensagería/ en la cibdat de Náçareth a ti, Señora mía;/ en ciella te trobó, sin carnal compañía, /dulzment' te saludó. Dixo"¡Ave María!"/.../concebist' por virtut e pariste sin pena/.../Mensage recebiste con muy grant umildat,/ lo que diz' conociste que era la verdat;/ la maña preguntaste de la tu preñedat;/ respondió e te dixo toda certenidat".

Obsérvese el climax tan positivo que impone el riojano en su obra. El saludo es dulce, la Virgen responde con humildad. Es un pasaje, y de eso se trata, que resalta la actitud de María y que demuestra que para Dios nada es imposible.6 Resulta muy interesante que en el mismo verso nos resalte el hecho que la Virgen concibiera debido a su virtud, a que es la elegida, pero esto tendrá como consecuencia que parirá al Mesías, que se convertirá en la Madre de Dios, el día de Navidad, pero durante el nacimiento de Jesús ella no sentirá dolor.

Hay que tener presente que cuando nuestros primeros padres son expulsados del Paraíso, Dios le advierte a Eva:"Mucho te haré sufrir en tu embarazo, parirás hijos con dolor".7 Nuestro autor nos indica que María es la antítesis de Eva, precisamente en Himnos escribe:8 "A Ti fue dicho "Ave" del ángel Gabriel/.../tornó en Ave Eva, la madre de Abel".

Esta última cita es bastante importante porque María, madre del Redentor, nos libera de la culpa del pecado original cometido por otra mujer, Eva. María aparece como la segunda Eva, resaltando el hecho de que si por mujer caímos en pecado, también gracias a una mujer somos redimidos del mismo9. Resulta curioso, como se señala que Eva es la madre de Abel, obviándose a Caín, esto lo hace nuestro autor porque Abel va a ser una clara prefiguración de Cristo, como señala el propio Berceo en El Sacrificio de la Misa, obra, en la que tras hablar de la lanzada que sufrió Cristo en la cruz, señala:10 "De este sacrificio que sea tan pagado, / como con el que fizo Abel, el buen mallado". No olvidemos que mallado significa asesinado, y que Cristo también sufrirá una muerte violenta, que posibilita la redención del género humano.

 La analogía Eva/María, tendrá un gran auge en el Plenomedievo y es un matiz de religiosidad popular. El temor que puede suscitar lo femenino y la necesidad de defenderse de él, hará que la mujer se demonice, ella es convertida en realidad intrínsecamente mala, en inductora del pecado, en causa de todas las culpas, en Eva pecadora, en bruja, en esclava, en marginada social,....Después todo se acalla, hay un mecanismo de compensación exaltando a otra mujer: a María,11 la Madre del Salvador.

Muy interesante resultará el Evangelio Armenio de la infancia de Jesús, que relata cómo cuando José buscaba una comadrona, para auxiliar a la Virgen en el parto, encontró a Eva, que será testigo de su propia redención.12

Hay otros muchos versos que nos hablan de la Encarnación, a modo de ejemplo señalaremos los siguientes:

En Milagros:13 "Señor, que encarnesti enna Virgo Gloriosa/.../Por el so sancto fructo que Ella concibió"

En Loores:14 "La tu figura, Madre, traié el vellocino/en qui nuevo miraglo por Gedeón avino;/en essi vino pluvia, en ti el rey divino;/por vencer la batalla, Tú abrist el camino". En estos versos la Encarnación se compara con el pasaje del vellocino, contado en el libro de Jueces.15

Por último, sólo decir que el texto de la Anunciación es uno de los favoritos del hombre medieval, encontrándose en multitud de obras de la literatura castellana, como por ejemplo en el Cantar del Cid:16 "Prisist encarnación en sancta María Madre".

También en Las Cantigas de Santa María, obra posterior a nuestro autor, se nos habla en siete ocasiones de la Anunciación, así en la Cantiga I escribe Alfonso X:17 "E poren quero començar/como foy saludada/ de Gabriel, u lle chamar/ foy: "Benaventurada/Virgen, de Deus amada que o mundo a de salvar/ fincas ora prennada".

En el Libro del Buen Amor, en el siglo XIV, escribe Juan Ruiz:18 "En çibdat de Galilea,/Nazarec creo que sea,/oviste mensajería/ del ángel que a ti vino,/ Gabïel santo e digno;/tróxote mendaz divino,/díxote"Ave María".


 

 

El nacimiento de Cristo

 

El nacimiento de Cristo se narra en Mateo 19 y Lucas 20, siendo este último mucho más explícito.

Gonzalo de Berceo nos da muchos detalles de este magno acontecimiento en Loores:21 "Parist' fijo precioso en tu entegredat,/.../El tu fruto bendicto, Jesuchristo clamado,/el regno de David a Él fue otorgado;/.../Nueve meses folgó en el tu sancto seno/fasta que el tïempo de la pariçón veno;/quand' se llegó la hora e el cuento fue lleno,/ fijo parist' e padre sobre lecho de feno/ Santo fue el tu parto, santo lo que pariste;/virgo fust' ant' el parto, virgo remaneciste/.../ Falliéronte lugares, ovist' grant angostura,/en pesebre de bestias posiste la criatura".

Muchas son las ideas que, siguiendo fielmente el relato bíblico, refleja para la formación de su público Gonzalo de Berceo:

-    La virginidad de María

-    Cristo como descendiente de David.

-    La naturaleza divina de Jesucristo.22

Existe un detalle, que no se encuentra en el texto bíblico, ni tampoco en los Evangelios Apócrifos, y que sin embargo está versificado por nuestro autor, y es que se nos dice que el lecho donde colocan al Niño es de heno. Berceo lo que está haciendo es recogiendo una serie de leyendas piadosas que corren a lo largo y ancho de todo el occidente medieval, y que se encuentran, por ejemplo, en la Historia Escolástica, que es una fuente para Berceo y para Santiago de la Vorágine, quien escribe en la Leyenda Dorada, con posterioridad a la obra del clérigo riojano, lo siguiente:23 "La Bienaventurada Virgen dio a luz a su Hijo, y lo reclinó sobre el heno del pesebre. Dice la Historia Escolástica que el buey y el asno respetaron el heno en que el Hijo de Dios estuvo reclinado, que se abstuvieron de comerlo y que años después fue llevado a Roma, reverentemente, por Santa Elena".

En realidad, estos dos animales cumplen la profecía de Isaías interpretada por Orígenes:"El buey conocerá su dueño y el asno el pesebre del Señor", pero también están relacionados con el mundo de los gentiles y judíos, entre los que nació Cristo. Así unos interpretaron que el buey representaba al pueblo judío sujeto a la Torah pero, cuando el cristianismo se separó del judaísmo, los judíos pasan a ser representados por un asno o una mula; en el medioevo así se representaba a la Sinagoga, con un animal "impuro".

Y siguiendo esa idea, la mula se come la paja del pesebre mientras el buey daba calor al niño. Así aparece en el códice escurialense de La Grand e General Estoria, de Alfonso X, en el que se ve a la mula asomada al pesebre y mordiendo las fajas del Niño Jesús. Estas tradiciones arraigaron en el pueblo e hicieron achacar la esterilidad de la mula a su perversidad.24

Otras leyendas, ya en el siglo XIV,25 continúan con estas ideas, y así, hablando de la mula y el buey, dicen que: "Ambos calentaban con su aliento a Jesús; la mula, ávida, se comía la paja del pesebre y por esta razón, el Niño Dios la maldijo y desde entonces este animal es híbrido, como castigo de su hambre y de su gula, no pudiendo tener descendencia".

Algunos sostienen que el asno y el buey realizaban el camino con José y María, así, en la Leyenda Dorada se escribe:26 "En su viaje a Belén con María encinta llevó consigo José un asno, para que la Virgen hiciera el trayecto montada en él; y además, un buey para venderlo, así se supone, en el mercado, y obtener recursos para pagar el censo y hacer frente a otras necesidades. Pues bien, el buey y el asno, dándose milagrosamente cuenta de la calidad del recién nacido, se arrodillaron y le rindieron adoración".

Además, según diversas tradiciones piadosas, cuando nace Cristo se sucederán una serie de hechos maravillosos, algunos de ellos son versificados en Loores 27: "Otros signos cuntieron assaz de marabella:/olio manó de piedra, nasció nueva estrella;/el templo fue destructor, quand' parió la puncella;/paz fue por tod' el mundo qual non fue ante d'Ella".

Según la Leyenda Dorada,26 y tomando como fuente a San Juan Crisóstomo: "La noche del domingo en que Cristo nació,..., las aguas de una fuente que había en Roma se convirtieron en aceite, que fluía a chorros, se desbordó, formó arroyos por las calles y desembocó en el Tíber; el fenómeno no fue momentáneo, sino que duró todo el día siguiente. Ya la Sibila había anunciado que cuando una fuente de Roma brotara óleo en vez de agua, nacería el Salvador".

La aparición de la estrella se encuentra narrada en los Evangelios, incluido en los Apócrifos.29

El templo que se destruyó, según se recogerá en la Leyenda Dorada 30, era el templo de la paz eterna, que según Apolo iba a durar hasta que una virgen diera a luz, por lo que todos pensaron que iba a durar eternamente, al ser algo totalmente imposible: "Pero durante la noche en que la Virgen dio a luz a su hijo, el templo misteriosamente se derrumbó. Sobre su antiguo solar se alza actualmente la iglesia de Santa María la Nueva".

El nacimiento de Cristo también se encuentra en otras obras de la literatura medieval castellana, así en el Cantar del Cid: 31" En Belleem apareciste, commo fo tu voluntade".

En Las Cantigas se escribe: "Ontr' as outras molleres tu/ es beeita porque Jesu/ Cristo parist'..".32 Sin embargo, más curioso que el texto son las miniaturas que acompañan a la cantiga, se contrapone el nacimiento de María y el de Jesús. Santa Ana dará a luz en un confortable interior, en un gran lecho, siendo atendida por diligentes parteras, mientras que María da a luz en una pequeña gruta,33 porque como escribía Berceo en Loores:34 "Falliéronte lugares, ovist' grant angostura".

Juan Ruiz escribe:35 "En Belem acaesçió/ el segundo cuando nasçió/ e sin dolor aparesçió/ de ti, Virgen, el Mexía". Obsérvese cómo se destaca que el parto fue sin dolor porque María es la antítesis de Eva y no sufre la "maldición" de todas las demás mujeres.

 

 

La adoración de los pastores

 

La adoración de los pastores se encuentra narrada por Lucas.36 Está versificada en Loores:37 "Pastores que velavan nuevas lumbres vidieron, /de gozo e de paz nuevos cantos oyeron". También en El Sacrificio de la Misa:38 "El imno representa e la gloria tanta/qual la ovieron ellos por la navidat sancta".

Dos interesantes ideas se encuentran en la versificación de nuestro autor.39 La importancia de la fiesta de la Navidad en el siglo XIII. Fiesta que está atestiguada ya desde el siglo IV mediante un documento del 336, la Depositio Martyrum, donde se lee: "VIII kan Ian natus Christus in Betleem Iudeae".40

Además debemos recordar el interés que despiertan los pastores en Berceo, quien realiza en la Vida de Santo Domingo, un censo de los más ilustres y un elogio de este oficio. Dos de los santos, a los que él realiza su hagiografía, San Millán y Santo Domingo eran pastores. Además, entre su público lector-oyente y entre sus paisanos habrá un gran número de pastores quienes, en cierta manera, se identificarían con el pasaje bíblico. Jesucristo también será el Buen Pastor, y así aparece citado en la Vida de Santo Domingo:41 "El Pastor que non duerme en ninguna sazón/...dixo que pastor era, e bueno de verdad".

El interés por este fragmento bíblico está presente en otras obras, como en el Cantar del Cid:42 "Pastores te glorificaron., ovieron te a laudare".

 

 

La adoración de los Reyes

 

La adoración de los Reyes nos es contada por Mateo.43 Berceo nos la versifica en Loores:44 "Nueva 'strella paresco estonce en Oriente;/Balaam dixo d'ella, maguer non fue creyente./Sopieron qu' era signo del Rey omnipotente,/ a buscarlo vinieron, trayéronli presente./ Tres dones l'ofrecieron, cad' ún con su figura:/ oro, porqu' era rey e de real natura;/ a Dios davan encienso, qu' assi es derechura;/e mirra por condir la mortal catadura".

La referencia a Balaam, proviene del libro de Números.45 Resulta curioso el señalar que ni él ni los Reyes Magos son israelitas, sino extranjeros, gentiles, como el público de Berceo, ya que el nacimiento de Cristo, tempranamente anunciado, viene a liberar a toda la humanidad de la opresión, del pecado.46

El número exacto de los Reyes Magos proviene del Evangelio Armenio de la Infancia. San Beda, en el siglo VII, los identificó en edad y etnia, así, Melchor es viejo, Gaspar es joven y Baltasar es negro.

Respecto al significado de los dones que ofrecieron al Niño, ésta es una de las múltiples versiones que circulan en la época, así Santiago de la Vorágine, nos ofrece hasta cinco versiones distintas (en una de las cuales coincide con Berceo). El oro es el metal perfecto y es el símbolo de Jesús, luz, sol, oriente. El incienso es un emblema de la función sacerdotal 47, y la mirra sirvió para ungir a los muertos, y por eso recuerda la naturaleza mortal de Cristo.48

Este texto bíblico gozaba de un gran interés en la Edad Media castellana, encontrándose en otras obras como en el Cantar del Cid:49 "Tres reyes de Arabia te vinieron adorare,/Melchior e Gaspar e Baltasare/ oro e tus e mirra te offreçieron de veluntade".

También debemos citar el Auto de los Reyes Magos, donde los tres reyes se percatan, al ver la estrella que ha nacido el Salvador: "Dios criador, ¡cuál maravilla!/ ¡No sé cuál es aquesta estrella!/ Agora primas la he veida./Poco tiempo ha que es nacida/. /¿Nacido es el Criador/que es de las gentes señor?"

Alfonso X recoge este pasaje en la cantiga primera: "Nen como a contrada/ aos tres Reis en Ultramar/ouv' a strella mostrada/ por que sen demorada/ veeron sa offerta dar/ estranna e preçada". Obsérvese cómo la Virgen no entiende el significado de la ofrenda de los magos, aunque sabe que es de gran valor. Incluso podría pensarse que nuestro rey se identificaría con ellos,50 por eso es muy interesante la miniatura de la Estrella en esta cantiga, recordemos que entre sus obras destaca El libro del saber de astrología o Tablas alfonsíes, que gozarán de amplia difusión por toda Europa.

Por último, Juan Ruiz nos cuenta:51 "El terçero cuentan las Leyes/quando venieron los reyes/ e adoraron al que veyes/en tu braço do yazía./ Ofreçiol mirra Gaspar,/Melchior fue ençiensso dar,/oro ofreçió Baltasar/ al que Dios e omne seía".

 

 

 

 

NOTAS

 

 

(1)  GARCÍA DE LA CONCHA, V.: "Los Loores de Nuestra Sennora. Un Compendium Historia Salutis". En Berceo, n° 94-95. Logroño. Instituto de Estudios Riojanos, 1978, pp 133-189.

(2)  LAPPLE, A.: El mensaje bíblico en nuestro tiempo, 1-111. Madrid. Paulinas, 1967.

(3)  Lucas 1, 26-36

(4)  Mateo, 1-18.

(5)  V 21 A-D 22 B y 24 A-D. Para todas las citas utilizamos la edición de las obras completas, realizadas por Espasa Calpe y Gobierno de la Rioja, Madrid, 1992.

(6)  RUIZ DOMÍNGUEZ, J.A.: La Historia de la Salvación en la obra de Gonzalo de Berceo. Logroño. Instituto de Estudios Riojanos, 1990, p 87.

(7)  Génesis, 3,16. La Biblia. Cristiandad. Madrid, 1975.

(8) 77, 2 A y D.

(9) RUIZ DOMÍNGUEZ, J.A.:       p 88.

(10) V 195 C-D.

(11)  MALDONADO: Sal Terrae, Santander, 1985, pp 70-80.

(12)  ÁLVAREZ DÍAZ, C.: "La doctrina inmaculista en las Cantigas de Alfonso X el Sabio". En Real Centro Universitario Escorial-M Cristina, Madrid, 2009 : 1229.

(13)  457 C y 622 A.

(14)  V 11 A-D.

(15)  6, 36-40.

(16)  ANÓNIMO: Cantar del Cid. Madrid. Espasa-Calpe, 1980, p 333

(17)  METTMANN, W.: Cantigas de Santa María. I. Madrid. Castalia, 1986

(18)  BLECUA, A.: Libro del Buen Amor. Madrid,. Cátedra. V 22B-23 D.

(19)  Maíeo, 1-18, 25.

(20)  Lucas 2,1-7.

(21)  V 1C, 23 A-B, 25 A-26 B y 27 A-B.

(22)  RUIZ DOMÍNGUEZ, J.A.: Op cit, p 90.

(23)  VORÁGINE (DE LA), S.: La Leyenda Dorada. Madrid. Alianza, 1982, p 53.

(24)  FERNÁNDEZ PEÑA, M.R.: "Miniaturas de la Navidad en las Cantigas a Santa María, de Alfonso X el Sabio". En La natívídad: Arte, Religiosidad y tradiciones populares. Real Centro Universitario Escorial-M" Cristina. Madrid, 2009,p 443.

(25)  LUJÁN, N.:"El Nacimiento en los Evangelios Apócrifos". En Historia y Vida, extra 27. Barcelona, 1982, p 10.

(26)  VORÁGINE (DE LA), S.: Op cit, p 56

(27)  V 29 A-D.

(28)  VORÁGINE (DE LA), S.:, p 53.

(29)  SANTOS OTERO (DE), A.: Los Evangelios Apócrifos. Madrid. BAC, 1979.

(30)  VORÁGINE (DE LA), S.: Op cit p 54.

(31)  V 334.

(32)  Cantiga 80.

(33)  FERNÁNDEZ PEÑA. M.R.: Op cit, p 443.

(34)  V 27 A.

(35)  V 25 A-D.

(36)  Lucas 2,8-20.

(37)  V 28 B-C.

(38)  V 38 C-D.

(39)  RUIZ DOMÍNGUEZ, J.A.: Op cit, p 91.

(40)  SÁNCHEZ HERRERO, J.: Pregón de la Navidad. Sevilla. Monte de Piedad y Cajas de Ahorros de Sevilla. Gráficas del Sur, 1986, p 15. BOTTE, B.: Les origines de la Noel et de l'Epiphanie, Louven, 1932.

(41)  V 24 A y 30 B.

(42)  V 335.

(43)   2,1-12.

(44)  V 31 A- 32 D.

(45)  Números  24

(46)  RUIZ DOMÍNGUEZ, J.A.: Op cit, p 54.

(47)  CHEVALIER, J. y GHEERBRANT, A.: Diccionario de los símbolos. Barcelona. Herder, 1986, pp 591, 784 y 786.

(48)  VORÁGINE (DE LA), S.: Op cit, p 86.

(49)  V 336-338.

(50)  FERNÁNDEZ PEÑA. M.R.: Op cit, p 445

(51)  V 26 A- 27 D.

 

 

 
 
 

 

El nacimiento de Cristo en la obra de Gonzalo de Berceo

 

Juan Antonio Ruiz Domínguez
Universidad Pablo de Olavide de Sevilla

BIBLIOTECA GONZALO DE BERCEO, Diciembre 2011