Historia

  El cultivo de la vid en La Rioja hunde sus raíces en una historia milenaria de la que son testigos numerosos lagares y restos de cerámicas de la época romana. Gonzalo de Berceo, primer poeta castellano, inmortalizaría en sus versos al vino de Rioja, que ya desde la Alta Edad Media constituye una parte importante de la actividad económica de la región, como ponen de manifiesto numerosos documentos oficiales, "Ordenanzas Municipales", etc. En el año 1.102, el Rey Sancho de Navarra reconocía jurídicamente nuestros vinos y en 1.635 el alcalde de Logroño prohibía el paso de carruajes por las calles contiguas a las bodegas "por el temor de que la vibración de estos vehículos pudiese alterar los mostos". Otro documento de 1.650 representa la primera referencia en relación con la protección de la calidad y garantía de los vinos de Rioja.

  En 1.787 se creó la Real Sociedad Económica de Cosecheros de La Rioja Castellana, cuyo objetivo era el fomento del cultivo de la vid, la elaboración del vino y el desarrollo de su comercio. Ya en pleno siglo XX, en 1.902, se promulgaría una Real Orden que definía el "origen" para su aplicación a los vinos de Rioja, culminandose esta iniciativa con la aparición en 1.926 de Decreto de creación de un Consejo Regulador cuya misión sería delimitar la zona del Rioja, controlar la expedición de la "precinta de garantía", y recomendar las medidas legales a tomar contra la usurpación y falsificación del nombre.

  Por último, el 3 de abril de 1.991 una Orden Ministerial otorgó el carácter de Calificada a la Denominación de Origen "Rioja", primera y única en España que posee este rango.