Los tejedores

Otras de las artesanías tradicionales riojanas son las propias de las comarcas de tierras altas desde Ezcaray a Enciso, de dedicación principalmente ganadera, donde la lana de las ovejas merinas propició una industria de paños de gran importancia en los siglos XVI y XVII. Los centros textiles estaban en Ezcaray, en Anguiano, T orrecilla en Carneros, Soto de Carneros, Munilla y Enciso. Artesanos manipuladores de la lana crearon una escuela riojana del tejer. Cardas, ruecas y husos preparaban las madejas y en los telares se urdía la pieza para tintarla. Los batan es para la fabricación de telas de abrigo eran parte del paisaje de los pueblos serranos. Estameñas, paños y bayetas salían al mercado nacional con el sello inconfundible de La Rioja y la manta camerana dio la vuelta al mundo. Sólo quedan hoy dos talleres de labores textiles tradicionales que trabajan en Ezcaray y Enciso. Aunque ambas fábricas han modernizado la producción mecanizando el sistema, en Ezcaray siguen utilizando telares manuales y en Enciso conservan el diseño y hechuras tradicionales de la famosa manta camerana. Labor artesanal propiamente dicha son las que realizan dos tejedores en Trevijano de Carneros y varias hiladoras en Cornago. y una artesanía que va cobrando fuerza es la de los bordados, muy cotizados en la capital, junto con los encajes de bolillos y el ganchillo, que donde las religiosas son especialistas en los bordados de prendas eclesiásticas.