Historia

jera es una ciudad de origen prehistórico. Tierra de paso, situada en lugar estratégico, vivió diferentes culturas y coloniaciones: íberos, celtas, pelendones, autrigones, vascones, berones, romanos, suevos, árabes ... Desde principios del siglo X se menciona Nájera en las narraciones sobre las continuas luchas entre moros y cristianos. A la población le dieron los árabes el nombre de Náxara ("lugar entre peñas" o "lugar al mediodía") ya su río Naila le llamaron Naxarilla. Fue reconquistada definitivamente por Ordoño II de león el año 923, en colaboración con Sancho Garcés I de Navarra (905-925).
Este la incorporó a su reino, junto con el Ducado de Cantabria, donándola a su hijo García Sánchez I (925-970), con la denominación de "Reino de Nájera". Posteriormente, a lo largo de los siglos X y XI, se convirtió en la capital efectiva del extenso reino de Nájera-Pamplona. En ella reinaron sucesivamente Sancho Garcés II Abarca (970-994), García Sánchez II el Temblón (994-1004) y Sancho Garcés III el Mayor (10041035). Con este monarca, denominado "Rex Hispaniarum", alcanzó Nájera la cima de su fama y esplendor, como capital de un gran imperio que abarcaba todas las tierras reconquistadas hasta el momento, y se extendía desde las costas de Galicia hasta el Condado de Barcelona y más allá de los Pirineos hasta Toulouse.

En aquella época Nájera fue escenario de trascendentales acontecimientos en la historia de España. Aquí Sancho III celebró Cortes y otorgó el famoso Fuero de Nájera, origen de la legislación navarra y base del derecho nacional. Durante su reinado se acuñó en Nájera la primera moneda de la Reconquista. Favoreció las peregrinaciones a Santiago de Compostela, estableciendo alberguería y hospitales, y convirtiendo a la ciudad en punto clave de la ruta jacobea. A la muerte de Sancho el Mayor, el vasto imperio se repartió entre sus hijos García, Fernando, Ramiro y Gonzalo, convirtiéndose Nájera en cuna de los reinos de Navarra, Castilla y Aragón. En Nájera se quedó su primogénito, el rey Don García (1035-1054), apodado "el de Nájera", porque nació, vivió y fue enterrado en esta ciudad. Fue un gran rey, típico representante de los monarcas medievales.

Conquistó Calahorra a los moros, y entre sus grandes obras figura la fundación del monasterio de Santa María la Real de Nájera, de originario estilo románico-visigótico, y el primitivo monasterio de San Millán de Yuso. También instituyó la Orden Militar de los Caballeros de la Terraza o de la Jarra, primera que se fundó en España. Murió en la batalla de Atapuerca (Burgos) en lucha contra su hermano Fernando, rey de Castilla, el1 de septiembre de 1054. Le sucedió su hijo Sancho Garcés IV el Noble o el de Peñalén. Murió en Peñalén -actual Funes (Navarra)-, despeñado por su hermano bastardo Ramón. A su muerte, la parte navarra del reino quedó anexionada a la corona de Aragón; y Nájera, Calahorra y otras plazas fronterizas fueron incorporadas al reino de Castilla por Alfonso VI, que alegaba derechos hereditarios.
A partir de entonces, habiendo declinado su esplendor, Nájera pasó a convertirse en residencia preferida de monarcas y nobles castellanos, y en testigo de sus disputas, intrigas y batallas. En 1136 Alfonso VII el Emperador estableció en ella su corte, convocando en Nájera las Cortes del Reino dos años después. Finalmente, dona el Reino de Nájera a su hijo Sancho III el Deseado. Alfonso VIII, el de las Navas, hijo del anterior y de Doña Blanca de Navarra, también nacido en Nájera, anexiona definitivamente La Rioja a Castilla.
La ciudad aún fue testigo de hechos notables, como la proclamación de Fernando III el Santo como Rey de Castilla el1 de mayo de 1217, o la célebre Batalla de Nájera en 1367 entre las tropas de Pedro I el Cruel y su hermano bastardo Enrique de Trastámara. Juan lila honró con el título de Ciudad en 1438, y Enrique IV le concedió los apelativos de "Muy Noble y Muy Leal" en 1454. En 1465 donó la ciudad a D. Pedro Manrique de Lara, a quien los Reyes Católicos confirmaron en esta donación en 1482, otorgándole, además, el título de Duque de Nájera ("Duque Forte"). El emperador Carlos I visitó Nájera tres veces y Felipe II una vez, de paso para las Cortes de Tarazona. Durante la guerra de la Independencia contra las tropas de Napoleón fue ocupada por los franceses, que confiscaron bienes e impusieron fuertes contribuciones a los najerinos, saqueando cuanto de valor material y artístico hallaron en la ciudad.