románico riojano

 Santa María de la Piscina 

-Peciña-
San Vicente de la Sonsierra

     

               El conjunto arqueológico

     El conjunto arqueológico está formado por la ermita de Santa María de la Piscina , una necrópolis de repoblación, un poblado con viviendas semirupestres y restos de fortificaciones o atalayas. Tras las obras de restauración de la ermita en la década de los setenta  se realizaron excavaciones  alrededor de la misma que descubrieron la existencia de un poblado medieval de los siglos X al XIV.

 

               Ermita de Santa María de la Piscina

     La ermita está ubicada en una colina que domina el valle del río Ebro, en la ladera sur de la sierra de Cantabria, a un kilómetro de Peciña y Ábalos y a tres de San Vicente de la Sonsierra, a cuya jurisdicción pertenece.

     Es una de la pocas iglesias románicas riojanas de las que se sabe con cierta exactitud la fecha de su fundación. Según la tradición,  esta fue debida al infante Don Ramiro Sánchez de Navarra, que al volver de la Primera Cruzada se retiró al Monasterio de San Pedro de Cardeña donde otorgó testamento el 13 de Noviembre de 1110, en el cual ordenó fundar una iglesia y una casa que fuera Solar y Divisa de sus descendientes. El templo fue finalmente consagrado el 1 de Agosto de 1137 por Don Sancho de Funes obispo de Calahorra. 

     Basílica y Divisa han permanecido unidas a durante más de ocho siglos. A mediados del XVIII prácticamente dejó de existir, sin que en ningún momento se perdieran su memoria y tradición familiar.. Sus causahabientes lograron la restauración del templo en 1974 y, al año siguiente, la Divisa, Solar y Casa Real como “Cofradía Divisa”, respetando el Patronato de sangre del Marqués de Legarda. Actualmente ostenta el cargo de Alcalde Mayor Don Pelayo de la Mata, Marqués de Vargas. Los diviseros después de tantos siglos, continúan reuniéndose en su basílica-casa solar, el 15 de agosto de cada año, festividad de la Virgen de Agosto.

     El templo románico consta de una sola nave de cuatro tramos iguales, presbiterio y ábside; bóveda de medio cañón sobre arcos fajones doblados y ábside con bóveda de horno. Los muros son de sillería y tienen contrafuertes rectos exteriores que se corresponden en el interior con columnas adosadas. Sobre el último tramo de la nave hay una torre cuadrada, que se apoya sobre el muro de los pies de la basílica y sobre el último arco de la nave, abierta en cuatro tramos de medio punto con dinteles apeados por capiteles que han perdido fustes y basas. Sobre los dinteles había tímpanos macizos de los que se conserva la huella. 

     Las portadas, impostas, cornisas y ventanas quedan bien definidas. Entre ellas se apreciaban, antes de la restauración, las bárbaras destrucciones y robos sufridos, como fueron el arranque de los fajones para sacar los capiteles, que más tarde fueron recuperados todos, excepto uno.

     Los capiteles son excepcionales por su calidad, superiores a los de las iglesias de su entorno. Hay un capitel de cestería, sobre el que asoman unas cabezas y con cimacio de entrelazo, que recuerda a los de Santo Domingo de Silos. Otro capitel muestra varios guerreros encadenados y en un cuarto unos monstruos contrapuestos. Adornan el último, gruesas pencas sumariamente traducidas en palmetas.

     La fachada principal de la basílica, orientada al mediodía, tiene portada en arco románico abocinado, con triple archivolta, que se apoya en cornisa baja sobre canastillos.

     En la parte inferior, en vez de columnas, se apoya en sencillos estribos rectangulares; y en la parte superior tiene una cornisa de rosetones al mismo nivel que los canecillos, subsistentes en su casi totalidad.

 

 

               Necrópolis

       Durante las excavaciones se han hallado 49 tumbas labradas en la roca caliza de la ladera y 4 al lado de la iglesia en el lado este, muy cerca del ábside.Algunas de las tumbas halladas son de la segunda mitad del siglo X, de lo que se deduce que hubo una población anterior a la fundación del infante  Don Ramiro Sánchez, quizá producto de la repoblación. Hacia el siglo XIV se despobló por la guerra civil castellana y sus habitantes formaron después la cercana aldea de Peciña, nombre derivado, por corrupción, de Piscina.

Panorámica de l ermita desde la necrópolis.

 

 

               El Dolmen de la Cascaja  

     El poblamiento de la zona de la Sonsierra se remonta a tiempos prehistóricos como lo atestigua el dolmen de Peciña.Se trata de una manifestación más de un foco dolménico riojano-alavés existente en la zona. Estas contrucciones datan del Neolítico (quizá anteriores al 3000 a.C.) y responden al tipo de "Sepulcro Comedor" . Son tumbas colectivas y lugares de culto a los antepasados.

     El Dolmen de la Cascaja  está ubicado a 500 metros de Peciña. Fue decubierto en 1953 por D. Domingo Fernández de Medrano que lo adquirió en el mismo año salvándolo de la destrucción. Consta de cámara poligonal con losas de arenisca, como la roca del subsuelo de la que parte un corredor, de unos dos metros de longuitud en dirección sureste, hasta el borde del tumulo, que se halla dividido en dos compartimentos. Contenía craneos y restos de 31 sujetos, restos óseos de animales, además de abundante material entre el que cabe destacar unas láminas de pedernal, fragmentos de cerámica pertenecientes a dos vasijas y una punta de flecha de bronce en forma de hoja y de poco grosor.

(Incluimos aquí este apunte sobre la Cascaja dada la proximidad con el resto de los yacimientos arqueológicos, que conforman un entorno único habitado desde hace miles de años)

Al fondo Peciña Dolmen de la Cascaja

 

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(Los textos  provienen de la información que se ofrece al visitante  al pie del conjunto arqueológico; también hemos utilizado datos de la página oficial  "Divisa, Solar y Casa Real de la Piscina" )