CAPITULO VI

REVELASE A NUÑO EL LUGAR
donde estaba oculta la Santa Imagen de Maria Santisima.

Obedece el mandato de los Cielos, y logra el feliz Hallazgo.

     Como se llegase yá la plenitud del tiempo en que Dios quiso hacer el favor de decubrir á esta tierra el tesoro infinito de su Santisima Madre, escogió para Colones de esta empresa á los dos Compañeros Nuño y Domingo. Y acaeciendo, que un dia estuviese solo Nuño en Oracion en su Cueva, la ilustró una luz del Cielo, en la que se le anunció la invencion de nuestra Reyna. Hablóle interiormente un Angel, y le dixo : "Dexa estos riscos, sal de esta estrechura, y sube por lo aspero, y oculto de estos Montes Rio arriba, hasta llegar al Valle, que llaman de la Venas. En él cerca de un Peñasco, al Mediodia, hallarás un Roble, que en la corpulencia de su tronco, y ramas excede a todos. De su raiz , verás que nace una Fuente cristalina, y el hueco de su tronco hace enjambre un exercito de Avejas, que con su labor ostentan mil panales de dulzura. Sobre él admirarás un hermoso simulacro de la Reyna de los Cielos, tan parecido á su Original, tan prodigioso, y bello, que juzgues ser el mismo: tan portentoso, y tan afable, hermoso, y resplandeciente, que con solo él se ilustran estas Sierra, y exceden en riquezas á todo el mundo. La Divina Providencia, quiere que se descubra este Tesoro escondido, para refugio, y socorro de esta tierra. No te detengas, parte á gozar de esta dicha, y dar un feliz dia á tus Paysanos. Despues se te dirá lo que resta hasta que veas logrados todos los fines que Dios tiene en hacer tan singular favor á esta Comarca".

     Escuchó Nuño atento estas voces en el oido interior de su alma, y obedeciente á su impulso, sin poner algun reparo se levantó del sitio donde oraba, no esperando á su amdo Compañero, para consultar con él la revelacion Divina; se salió de la Cueva, pasó el Rio Naxerilla, y puesto yá en el principio de la senda que habia de seguir para llegar al termino de su dichosa jornada, se puso de rodillas y encomendó al Señor dirigiese sus pasos. Prosiguió su camino, que aunque lleno de malezas, é impenetrable, no le desanimó ni acobardó su espiritu. Venció riscos, y estorvos, en que se ocupó ocho dias hasta llegar al sitio; siendo asi, que no dista sino tres cortas leguas. Llegó al fin, á donde llaman el Prado del Arvejal, de donde aun con dificultad, se divisba el Peñasco, y el Roble, que le dieron por señales del hallazgo. El Peñasco erizado, horrendo, y ostentoso, y alegre en el verdor de sus hojas.

     No pudo contener el impetuoso mar de su ternura, y devocion de su espiritu al vér aquella planta tan hermosa, tan ufana, y tan alegre; y puesto de rodillas con lagrimas en sus ojos exclamó: "O Arbol de la vida, que este debe ser tu nombre, pues tienes en tus entrañas la Madre de la Gracia! O Planta felicisima, que tal fruto produces! O Gloria mia, y centro de mis dichas! Facilitad Dios mio, los medios, para que yo goce de tan dulce sombra." Previnose Devoto, y poniendose en pie, empezó á trepar las Cuesta, que hay desde el Arvejal hasta donde estaba el Roble. No es mucha la distancia, pero como todo estaba tan cerrado con la espesura de malezas, y zarzales, era casi intratable la subida, y que podia desalentar aun al mas animoso. Nada acobardó a Nuño, antes cobró mas fuerzas, al vér las dificultades; y sin ningun temor emprendió la subida, hasta legar á abrazarse con el tronco del Roble.

     Aqui fueron sus suspiros, y coloquios afectuosos. Todo su corazon se derritia en obsequiosos respetos de aquella dichosa planta. En ellos, y en sus deseos encendidos de verse yá tan cerca de la planta se empleó hasta la noche, que luego que llegó la ocupó toda en oracion, y en dár algun alivio y sustento á su cuerpo. Tambien la pasó gustoso en idear como habia de desentrañar el Roble, y sacar de él la Imagen de Maria. Muchas veces la acusó de tarda, y perezozsa, deseando viniese el dia, para vér en él a su Aurora. Llegó despues de ser bien deseada; y al instante empezó á poner manos á la obra de su encomendada empresa. Subió al tronco del Roble: pero con qué respeto? con qué amor? con qué cariño? Registrole sus senos, y vió que que era imposible con sus manos abrir puerta donde poder sacar la Imagen. Empezó á lamentarse, y afligirse, despues de bien fatigado, y á discurrir el arbitrio, que podria tomar para logar su intento.

     Ocurrió Dios, disponiendo por su alta Providencia, que el Sacerdote Domingo su compañero, quien como yá queda dicho, se ausentó de la Cueva, quando á nuño se le hizo la revelacion del hallazgo de la Imagen : habiendo vuelto á ella, no hallandole, anduvo otros tantos dias desvelado por los montes, y los riscos, hasta que dió con la huella, y señales, que dexó Nuño, al subir valle arriba. Siguió sus pasos, y llegó hsta el sitio en que pudo vér tambien el Roble hermoso, y su amigo: Dióle quexas amorosas de haberse ausentado de él, sin darle noticia de su fuga. Correspondióle Nuño con disculpas afectuosas, y le dió entera noticia del favor que le habia hecho el Cielo en la revelacion del hallazgo de la Imagen de Maria.Comunicaron el modo del feliz descubrimiento, el que intentaron, subiendo sobre el tronco del Arbol, y advirtiendo impedia el sacar la Imagen el Enjambre de Avejas, y la obra de sus panales; los quitaron, y registrando el hueco, salió un resplandor de luz, que los bañó en dulzuras, y deseos encendidos de llegar á sacar la Santa Imagen.

     Detuvieronse un poco en oracion, suplicando humildes á la Reyna del Cielo, se dignase permitirles sacar su sagrado Vulto de aquel hueco. Emprendieron su obra, y Nuño suplicó á Domingo, que él por ser Sacerdote, llegase á tocar la Imagen, y sacarla de aquel encerramiento. Executólo Domingo, y sin afan, ni trabajo, asiendo el sagrado Vulto, le sacó sin molestia, para que conociese no era peso material, sino peso de Gloria el de la Santa Imagen. Fuera yá este tesoro, le puso en un descanso que hacian las ramas, y hojas del Roble, y haciendole mil obsequios, loaron su piedad, hermosura, y belleza con ternuras, y cariños de oraciones devotas.

     Baxaronla del Roble , y colocandola á la raiz con la mayor decencia, dispusieron un dosel de ramas del Roble, que le sirviese de Trono; y en él la veneraron todo el dia, hasta que dispusieron colocarla en un seno de la Cueva, que oy es la Hermita del devoto Crucifixo, y dista como cien pasos de donde estaba el Roble. Pasaron aquella noche en oracion, y asistencia de la Imagen, y en ella reveló un Angel á Nuño, que al otro dia volviese a registrar el Roble, pues aun guardaba en sus senos otras preciosidades. Executólo asi, y hallo en él una Urna, que ocultaba muy preciososas Reliquias. No se atrevió él á abrirla sino que reverente se la llevó á Domingo para que la registrase, y el ella se halló un pedazo de la Cruz, en que Christo redimió la linage humano. Un trozo de la Mesa en que Christo instituyó el augusto Sacramento del Altar, y cenó con sus Discipulos. Cabellos de la Cabeza de Maria Santisima: y leche virginal de sus sagrados pechos, Reliquias todas, que hoy se conservan en este Santuario.

      Veneraron devotos tan inestimables prendas, y despues de adorarlas, las volvieron á poner, y colocar en la Urna, conforme las hallaron, y pusieron la Arca á los pies de la Imagen. Qué afectos! qué devocion! y alegrias no tendrian estos dos Hermitaños! ¿con qué temor y respeto mirarina el rostro dela Imagen, quando aun hoy los que estamos viendola cada dia, y por continuados años nos admira, y acobarda? ¿Qué consuelo no tendrian viendose en su presencai, quando aun hoy á quantos llegan, les infunde una confianza, un agrado, un cariño, que todos saben sentir, y nadie puede explicar? Non se falla Imagen de tal fechura (dice una memoria antigua) á que todas personas canten tanta vergüenza. Nadie, sino quien la viere, puede creer los afectos, que causa quien la mira. Y para que en algo conste esta verdad, que confiesan todos quantos la visitan, interin se le dispone su hospedage, su Palacio, y su Trono, para los que no la han visto, ni acaso podrán vér, quiero informar de su belleza, con el siguiente bosquexo de su amable presencia.