CAPITULO VIII

 EN QUE SE PONE LA FABRICA Y

primera Fundacion del Santuario de Nuestra Señora de Valvanera.

 

     Oficiosos y Devotos quedaron Nuño y Domingo en la veneracion de la Soberana Imagen : procurando disponerla un Oratorio, y Trono, con la mayor decencia que pudieron. El sitio en que fabricaron trono, y Altar á la Imagen, es tan estrecho, que pudieron extender poco su alvergue : pero en lo dilatado de los senos de su amor le dispusieron magnifico. No se extiende el natural á mas, que un seno exterior, que tiene una Roca inmensa, en el que colocaron en su Altar la Santa Imagen, en que pudiese decir Misa Domingo. En otro interior, que hay, y es una Cueva horrorosa, hicieron su habitacion, para asistir prontamente al culto de la Imagen. Esta peña, ó esta roca, esta Cueva, es la Casa y el Solar originario de Valvanera. Este es el primer Palacio de la Emperatriz del Cielo, que empezó en los dos valerosos Solitarios Nuño, y Domingo. Por entonces los dos solos fueron Maestros de la Obra; pues nadie sino ellos habitaban el Desierto, y sabian del hallazgo de la Soberana Imagen. Procuraron divulgar en toda la Comarca, y era bendicion de Dios vér la gente de ella como enjambre venir á vistarla.

      La primera que vino fué Coloma ó Columba hermana de nuestro Nuño, que sabiendo la maerced, que Dios le habia hecho, trepando por la aspereza del Camino, que hay de Montenegro á Valvanera, llegó exalada por vér la Imagen, y su hermano. Pero tuvo el acaso de que llegando á vista del Santuario, ocupada de las sombras de la noche, al querer tomar la senda, que á él guiaba, y pasar el arroyo, que llaman el Bañadero, sintió un grave dolor de ojos, y conoció ciertamente haber quedado ciega. A la fuerza del dolor, y sentimiento de verse ciega, quedó inmoble, y afligida, poblando el ayre de ayes, y lastimosos gemidos. Pero Dios que disponia para devocion de su Madre el suceso de Coloma, providenció que al tiempo, que ella se lamentaba, estuvise Domingo fuera del Oratorio de la Virgen, oyese sus lamentos : y aunque por ser mugeriles receló algun engaño en el comun enemigo; temiendose algun trabajo de alguna persona humana, confiado en Dios, y su Madre, salió de su retiro, y llegó hasta la orilla del arroyo, en la que al lado opuesto divisó un vulto humano envuelto en lagrimas tiernas y suspiros. Revistióse del valor de fé, y confianza en Dios; y le conjuró diciendo : "De parte de Dios te mando, que me digas quien eres; y en el nombre de Jesus, digas : qué buscas en esta soledad?"

     O! Palabras del Cielo, de consolacion y alivio de un corazon lastimado ! Exclamó con ternura la afligida Coloma : "Por las entrañas de Dios , y la Virgen Maria mi Abogada y amparo te ruego, quien quiera seas, tengas compasion de mi y me socorras. Llegate á mi por Jesus, si tienes caridad y compasion: y ampara á una muger, que no puede dár paso por estar ciega y doliente de los ojos con ansias intolerables." Conoció Domingo no era ilusion el suceso que palpaba, ni engaño del Demonio, pues oyó pronunciar los nombres de Jesus, y de Maria. Pasó á la otra parte del Arroyo; y diciendole Coloma era hermana de Nuño, natural de Montenegro, que venia a buscarle, porque habia sabido vivia en aquel Desierto haciendo penitencia, y que nuestro Señor le habia hecho la gracia de que se le apareciese, y decubriese una Imagen de Maria Santisima, á quien venia Devota á visitar con deseos de ofrecerse por su Esclava, prorrumpió en lagrimas tiernas, suspiros y sollozos.

     Consolóla Domingo comapsivo, y ella tomando alientos, prosiguió en informarle de su viage, diciendo: "Llegué á este sitio en donde me hallo, y en él por ignorar las sendas, me cogieron las sombras de la noche; y queriendo pasar este Arroyuelo, me asaltó un dolor de ojos tan vehemente, que juzgué que me moria. Recobreme quanto pude del insulto; pero advertí que no solo era dolor, sino verme privada de la vista, sin poder ni saber como menearme. No sé quien eres, mas creo seas Angel del Cielo, que la piedad de mi Dios, y su Santisima Madre para mi socorro envia. Ruegote, pues, que si puedes me ayudes y consueles."

     Baste, Coloma, baste, respondió Domingo. "No soy Angel del Cielo, sino hombre y pecador vilisimo; pero para que conozcas que la Divina piedad ha guiado tus pasos; sabe que aqui está tu hermano y mi Compañero, que en este Desierto hacemos vida solitaria, y como Capellanes de la Reyna del Cielo la Soberana Imagen, que halló Nuño, tu hermano. Vén conmigo, y te pondré en su presencia." Tomóla de la mano y la guió al Oratorio en el que estaba Nuño ocupado en oracion, delante de la Santa Imagen. Y como Nuño oyese voces deDomingo, y Coloma, dexó la oracion y salió á vér, y oirlo que era. Sorprendióse con la vista de su hermana, que luego la conoció : saludóla amoroso, advirtiendo estaba ciega, procuró consolarla con expresiones de afecto y compasion de hermano. Entraron en el Oratorio, y puestos todos tres en presencia de la Imagen, le rogaron consolase á aquella pobre enferma : Coloma mas fervorosa como mas necesitada, empezó en esta forma á implorar el amparo de Maria : "Benignisima Señora, y piadosisima Madre, consuelo, y amparo sois de todos los Pecadores : medicina , y alivio de todos los afligidos : los rodeos por donde he merecido llegar á vuestras plantas, por medios, segun creo, de lograr vuestras piedades. Aqui teneis, Señora, esta ciega afligida. Compadeceos de mi, y dad vista a mis ojos; y ellos sean los primeros en que empeceis á mostrar vuestras misericordias. Merezca yo, Señora, mirar vuestra hermosura, para que con su vista os alabe Bendita, os reconozca Benigna por mi siempre Bienhechora, mi amparo, mi consuelo y medicina."

     Aun no huvo bien acabado con esta Oracion Coloma, quando Nuño, y Domingo advirtieron se desprendia del rostro de la Imagen un resplandor lucidisimo, que llegó hasta los ojos de la ciega; y al instante se sintió restituida á su vista perdida con la perfeccion que antes. Empezó alborozada á dar voces de placer, y de alabanza por la merced recibida. "O belleza de los Cielos, y belleza de la Gloria (exclamó agradecida) ¿Quién sino Vos puede hacer de estos prodigios? ¿Quién sino Vos puede apiadarse de los pobles afligidos, y socorrer sus males? Quién sino Vos, dar vista á quien no la merece para veros? Bendita y alabada seais, Princesa del Cielo, de todos sus Moradores, yá que como indigna pecadora, no puedo bendeciros y alabaros, como vuestra misericordia se merece."

     No se expresaron menos que Coloma, Nuño, y Domingo en dár rendidas gracias á la Madre de Dios por el favor recibido; antes bien, Nuño engolfado en agradecimientos, se postró humilde en el suelo, hecho un rio de lagrimas de alegria, sin querer levantarse, hasta que su Compañero le precisó, persuadiendole, era forzoso tener caridad con la Hermana, que como de camino afligida y trabajosa tendria necesidad de algun sustento y alivio. Levantóse , y los tres llorando de alegria se salieron del retrete en que estaba la Imagen, se entraron en su alvergue que era lo mas interior. Poco tiempo gozó Coloma de la salud dé la vista; porque le sobrevino muy en breve aquella misma noche un ardiente calentura, con que ella fatigada, y Nuño cuydadoso quedaron desconsolados. Con este susto Nuño se volvió al Oratorio, y postrado a los pies de la Reyna del Cielo, invocó su proteccion y alivio en la enfermedad de Coloma, y recogido en espiritu, le habló Dios, manifestandole era su disposicion que su Hermana, no saliese de aquel sitio y que dentro de tres dias moriria. Alegre por una parte, y cuydadoso por otra, dió noticia á Coloma del estado, en que estaba, y la voluntad de Dios en quererla sacar del trabajo de este mundo. Animose Coloma, procurando conformarse con la voluntad Divina, y haciendo las diligencias propias de una alma Christiana, al fin de los tres dias dió el alma á su Criador en manos de su Hermano; la que piadosamente podemos creer fué á gozar de la Bienaventuranza :" Cuius animam (dice la Historia) pie ereditur ab Angelis susceptam incoelesti Patria locum aptissimum obtinere."

      Este fué el fin de Coloma, con que quiso Dios premiar sus trabajos de esta vida; y la Reyna del Cielo pagarle su devocion en venir á visitarla en su Soberana Imagen. Exercitando á Nuño en paciencia y sufrimiento, para que asi mas, y mas se encendiese su Espiritu en el amor Divino. Y fué assi; porque al vér, que la Cueva de Trombalos le quitó Dios el hijo, y en Valvanera la hermana, espanta las penitencias, y continua oracion, á que se dió abrasado en amor de las cosas celestiales, como se dirá despues, qando se retiró á la Cueva de los Alambres. Sepultaron el cuerpo de Coloma á los pies del Altar, en que la Reyna del Cielo presidia, y alli yace esperando la Resurreccion futura, como tambien su Hermano.

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