La cantina  getafeña 

la taberna del bieldero

la taberna del bieldero de Getafe

  La fotografía muestra una atmósfera de convivencia y cordialidad en el Getafe laborioso y agrario de hace varias décadas. El reloj marca las 2 horas menos cinco del mediodía. Por las ropas de todos sabemos que era invierno. Por la edad de la niña deducimos que la fotografía fue tomada en los últimos meses del año 1934. Ajenos a la tragedia que vendría dos años después este grupo de buenas gentes de Getafe nos ofrece un brindis desde la Historia. 

 

LA VIEJA MEMORIA

   La Plaza del General Palacio era, y lo es hoy todavía, el corazón de Getafe. En tomo a ella se sentía el palpitar ritmico y pausado de su actividad agraria y poco a poco, el de un creciente movimiento industrial que terminó acelerando su pulso. El sonar del yunque y del martillo que partía del herredero de Don Amalio, el veterinario, eran el ritmo y el compás de la actividad de la plaza y fue pautando el transcurrir de muchas vidas. La fuente de un verde broncineo que representaba una alegoria de la libertad daba bebida y frescor a los vecinos y su agua sobrante caía sobre un pilón de gruesa piedra caliza, blanca y de un tacto suave como el alabastro. Allí abrevaban las caballerias en su ir o venir de los campos de labranza. Frente a la fuente, en la calle Madrid, estaba la taberna del Bieldero que aparece en esta fotografía: En ella se ve el mostrador finamente labrado con su limpio fregadero de estaño y en torno a él una serie de personajes que eran muy representativos del paisaje humano del antiguo Getafe.

 

LOS PERSONAJES

   Delante del mostrador a la izquierda con boina y bufanda está "El Machaca", inolvidable personaje que junto con "El Pijín", formaban una popular pareja de alegres frecuentadores de tabernas y que aunque sociológicamente marginados encontraron su lugar en el ambiente acogedor y laborioso de Getafe. Tenían siempre eventuales empleos como guardas de viñas o de melonares, vendían setas o cardillos o ayudaban en las tareas agricolas. "El Machaca" (no hay constancia de su nombre, tal vez él mismo lo había olvidado) murió al final de la década de los 40 acogido en el Hospitalillo de San José donde recibió los últimos cuidados.    
     Detrás del mostrador se ven dos hombres y entre ellos una niña. El de la izquierda es Narciso, mozo de taberna, que por muchos años prestó sus servicios en casa del Bieldero. El de la derecha con gorra es Julián Mejías que durante mucho tiempo ejerció en Getafe su oficio de albañil. A su lado está el padre de la niña cuyo nombre era Francisco Rodríguez Merlo. En la fotografía pueden apreciarse sus botas militares. Era maestro herrador en el Cuartel de Artillería. Muríó en el año 37 de una crísis cardiaca, poco tiempo después de que un obús matara a tres compañeros que estaban con él.
     A su lado con gorra ladeada está Saturnino Martín, "El Bieldero". Era llamado así por su antiguo oficio. De joven hacía bieldos u horcas de labranza para aventar la paja. Cuando se casó con Feliciana se instalaron en la taberna detrás de la cual tenían su vivienda. El propietarío de la casa era Don Felipe de Francisco que quiso agradecer los servicios de Feliciana que había criado a sus hijos, cediéndoles con carácter vitalicio la taberna y la vivienda que construyó en el lugar donde habían estado las antiguas cuadras de la casa de labor. A la muerte de Don Felipe habitaron la casa su hija Lolín y su yerno Don Martín, el médico.
     En penúltimo lugar está el Sr. Segundo que durante aquellos años regentaba el bar del baile que se conocía "EL RESTREGON". El último de la derecha es Pedro, el guarnicionero, que durante muchos años practicó este oficio. El personaje central es la niña y es la única que vive todavia. Sigue siendo vecina de nuestro pueblo donde nació. Se trata de Dña. Pilar Rodríguez Butragueño que casi de la pubertad fue novia de Carlos Gutiérrez Garcés, con quien hoy vive en feliz matrímonio, rodeada de hijos y nietos. Carlos Gutiérrez fue el mejor cicilista que hubo nunca en Getafe. En una ocasión y con motivo de una apuesta logró entrar en el Casino, situado en un prímer piso del Edificio de los Almacenes Cervera, sin bajar de la bicicleta.


     

                                                              (CESAR NAVARRO DE FRANCISCO de Accion Getafense de 5 octubre de 1995)

 

volver