I

introducción

1. En 1950 ha publicado Manuel Lucas Alvarez la colección documental conocida por Becerro o Libro Gótico de Valbanera1. En las páginas que siguen voy a reseñar esta edición y expondré algunas consideraciones lingüísticas que me sugieren los textos. Quiero llamar la atención de los filólogos hacia estas publicaciones que, aparecidas en revistas poco frecuentadas por ellos, encierran, sin embargo, materiales del mayor interés. La publicación de los documentos del valle del Ebro 2 creo que hará cambiar totalmente el aspecto de los estudios sobre el dialecto aragonés y a probarlo me dedico desde hace algún tiempo. Pues bien, el Libro becerro del monasterio de Valbanera aparece en la misma colección y suscita valiosas cuestiones en torno al antiguo dialecto riojano. Ojalá podamos ver pronto las ediciones de los becerros de Leire e Irache, tan importantes para el dialecto navarro antiguo, y que el profesor José María Lacarra prepara.

2. Los 139 folios de que consta el códice fueron copiados por varios escribas. La letra usada es, en general, la visigótica; aunque se han añadido, con posterioridad a la primera copia, varias cartas en letra Carolina. La fecha de la recopilación parece ser la primera decena del siglo XII; en todo caso, los últimos años del XI o los primeros del siglo siguiente convienen con las manifestaciones de la escritura (vid. las págs. 452-458).

Aparte estas consideraciones, el autor estudia la datación de los documentos (págs. 458-465) en unas páginas que sirven de introducción a los textos. Estos son 212 en total; el más antiguo fechado el 20 de octubre de 1035 y el último en 1264, sin otras indicaciones. Aunque este documento es una adición muy tardía. Las 30 cartas últimas pertenecen a las fechas siguientes:

1089, la 182

1091, la 183

1092, la 184

1101, la 185

1102, la 186

1103, la 187

1107, las 188 y 189

1108, la 190

1109, las 191-194

1110, las 195-197

1113, las 198 y 199

fecha extrema en 1117 tienen los documentos 200-208 h. 1140, la carta .209 1140, la 210 1158, la 211 y 1264, la 212

 

 

 

NOTAS A LA EDICIÓN

 

3. La transcripción de los textos parece cuidada; sin embargo, encuentro las siguientes erratas:

p. 482, n.° 26: Benabata (en el índice, p. 616, se lee Bernabata).

p. 494, n.° 44: García Sabatian por G. Sabastian (en el índice onomástico, p. 637 a, la falta está corregida).

p. 499, n.° 52: Eita Fabibi por E. Fabiri, según se lee en el índice, p. 633 b3.

p. 507, n.° 64: soncti Petri, por sancti P.

p. 553, n.° 127: argeços, por argenços.

p. 563, n.° 141: cambeta, por cambeata.

p. 580, n.° 165: Blako, por Blasko.

 

En los encabezamientos que el autor pone a cada doc. advierto también alguna errata, fácilmente salvable. Hubiera sido de desear un criterio uniforme para la redacción de estas introducciones; por ejemplo, al describir el contenido de las cartas con frecuencia queda inadvertido parte de él 4:

p. 470, n.° 8: donación de dos viñas, dos tierras [y una ferragine 'campo con cultivo forrajero'],

p. 506, n.° 61: donación de una serna, de un campo [una ferragine, dos cerezos, un peral, una viña y otro campo],

p. 506, n.° 62: donación de una tierra, una viña [otra viña y un campo].

p. 514, n.° 77: donación de una viña [y una tierra].

p. 518, n.° 82: venta de una tierra por precio de una vaca preñada [con su cría].

p. 559, n.° 135: venta de una pieza por un eral, tres sueldos [y açuteiçi de ordio].

En ocasiones, una misma voz es aducida en formas diferentes sin que se aclare el contenido del texto o induciendo, acaso, a error:

p. 502, n.° 58: anolio (el texto dice annollio = 'añojo, cordero de un año'); p. 519, n.° 83: emolios (t: anolios)5; p. 524, n.° 89: ternero (t: anolio, el significado que da el autor es el correcto en este caso); p. 528, n.° 94: anolios (t: annolios); p. 534, n.° 102 (vid. página 524, n.° 89); p. 536, n.° .104: anolios (t: annolios, vid. p. 528, n.° 94), anolios (p. 547, n.° 120, como el anterior); p. 557, n.° 132: anolio (t: anolio, vid. nota anterior); anolios (p. 563, n.° 141, vid. anterior); p. 564, n.° 143: anogos (t: anogos, vid. anterior); p. 565, n.° 145: anogos (t:annogos, vid. anterior); p. 571, n.° 153: anogo\ (t: annogo,vid. anterior) y esta misma forma otras varias veces. Las explicaciones preliminares del autor deben intentar aclarar el sentido de la carta; han de redactarse por tanto en lengua moderna, y no tienen por qué respetar la diversidad de soluciones de los textos. Además, en nuestro caso, tampoco se ha seguido con escrupulosidad las transcripciones de los documentos 6.

Este mismo criterio debería seguirse al indicar nombres de lugar El «campo de Lorto» (p. 474, n.° 15) debe ser un «campo de l'Orto (='huerto')»; si el texto dice Fonte Putia (p. 499, n.° 52) no hay por qué decir en el encabezamiento «Fuente putea» (< f o n t e putida; las formas evolucionadas sonAmpudia o Fompudia en la toponimia); las diversas veces en que aparece «fogea de Ferramel» da lugar a variadas interpretaciones: «cueva de F.» (p. 521, n.° 86), «escarpada de F.» (p. 522, n.° 81, y 551, n.° 125); creo que se debe pensar en  f o v e a  'hoya' para explicar la voz y foiahabrá que leer el «fola Ferrarnelle». del doc. 171, p. 584, si no ha habido error de copista o de editor 7. Del mismo modo, pueden inducir a equivocación las diversas formas bajo las que se transcribe otro topónimo: Fascias (p. 542, números 113 y 114, según los textos: Fascias); Fazos (p. 564, n.° 143, t: Fazas, pero una página después se pone Fazas cuando el texto da Fascias); Foxas (error por Faxas, en la p. 596, n.° 186, como en la carta correspondiente); la forma castellana pertinente es Hazas,pero antes de modernizar la voz habría que indagar, a ser posible, si hay y cuál es la designación moderna del lugar. El «Felectar» de la p. 595, n.° 185, puede transcribirse por Helechar (como se hace en el índice, p. 168 b) y el «Vallego» (texto Valleggo) de la p. 579, n.° 164, por Vallejo (es el mismo lugar que el doc. n.° 162, p. 578, se llama «uallego de Padul»). Por último, en la p. 495, n.° 46, aparece un «campo de Landas» (t: Laudas, como el índice, p. 170 b), habrá que corregir en Laudas a la vista de Lodas (au>o) en las págs. 530, n.° 96, y 604, n.° 197.

Alguna vez la transcripción de los encabezamientos es algo ligera: antenato(p. 524, n.° 89) no es 'primogénito', sino 'hijastro'; en la p. 490, n.° 38, se ha leído Urraca donde el texto dice Onneca; congermanos no es, simplemente, 'hermano' (p. 497, n.° 49).

Todas estas observaciones debía hacerlas porque me interesaba depurar la edición tanto como fuera posible para emprender con garantía el trabajo que sigue. Este trabajo que ahora inicio acredita suficientemente mi interés por la edición y por las transcripciones de D. Manuel Lucas Alvarez. Su labor se completa —siguiendo una excelente costumbre de los Estudios— con unos minuciosos índices de lugares y personas y una tabla de correspondencias.

II

LOS DOCUMENTOS DE VALBANERA

3. El monasterio de Valbanera (o Valvanera) está emplazado en el término municipal de Anguiano, prov. de Logroño (vid. mapa adjunto), no lejos del famoso claustro de San Millán de la Cogolla. La sierra de Cameros Altos que accidenta la región está coronada por el monasterio 8.

Don Ramón Menéndez Pidal publicó, en 1919, la «concordia entre el convento de Valbanera y el concejo de Matute, sobre los linderos de ciertas heredades»9 y cuando el P. Luciano Serrano, abad de Silos, dio a la estampa su Cartulario de San Millán de la Cogolla, viendo la diferencia que había entre las dos colecciones de documentos, escribió: «El Cartulario de Valvanera, monasterio vecino al de San Millán, presenta una redacción en general más vulgar y donde aparecen casi en mayor número las expresiones romances. No tiene grande importancia histórica, pues aquel cenobio [Valbanera] la tuvo bastante menguada en relación con la del nuestro [San Millán]»10.

El becerro había permanecido inédito para los estudios lingüísticos, pues Navarro Tomás, que visitó «los principales archivos de la Rioja» en 1912, no llegó a Valvanera 11 y el P. Serrano no vio cumplidos sus deseos de publicar el cartulario como había anunciado12: dio unas muestras de la lengua en que está escrito, pero de ahí no pasó13. Al intentar el análisis lingüístico de las páginas que siguen trabajo sobre unos materiales rigurosamente inéditos; sin embargo, gracias a los estudios de Menéndez Pidal, no será difícil articular el dialecto del texto dentro de la historia lingüística de la Rioja: las glosasemilianenses, los documentos de Nájera y los de San Millán que el maestro incorporó a sus Orígenes del español14 y los textos incluidos en sus Documentos lingüísticos15 permitirán un estudio comparativo. Hay que insistir en la antigüedad de las cartas encerradas en el becerro (segunda mitad del siglo XI) y en la localización geográfica del monasterio (Rioja Alta). Citaré por las siguientes abreviaturas:

B. Gramática y Vocabulario de las obras de Gonzalo de Berceo, por R. Lanchetas. Madrid, 1900.

C. Documento de Cellórigo (partido de Haro) publicado en DL. Cog. Cartulario de San Millán de la Cogolla (vid. nota 10).

DL. Documentos lingüísticos (vid. nota 9).

Or. Orígenes del español (vid. nota 14).

SM. Documento de San Millán de la Cogolla publicado en DL.

En las referencias que acompañan a mis citas de Valbanera, la primera cifra se refiere al año del documento; la segunda a la página del texto de Manuel Lucas Alvarez.

 

4. Las vocales tónicas sufren la evolución castellana, aunque en ocasiones se documentan estados arcaizantes respecto al dialecto central. Así Guttiar (1.076, 513)16 mantiene un diptongo ia < ĕ que habrá que estimar como importación o como riojanismo ya que el castellano no documenta la forma17.

Diptongo popular lo hay en Cristuebale (1069, 496, y 1070?, 500). En Campó se recoge Cristuebalo (Or., p. 116).

5. La ĕ del sufijo - ĕ l l u diptonga normalmente y la reducción (>illo)no se ha cumplido. Recojo los siguientes casos, casi todos nombres de lugar:Fontiçiella (1078, 517; 1078, 518, y 1079, 536), Fonteziella (1080, 549), Hucturiellos (1075, 510), Ibriellos (1073, 509, y 1089, 593), Kanniellas (1065-1066, 485), Lombiello (1070?, 500),Morie-llez (1073, 509), nobiello (1079, 544; 1081, 560, y 1081, 562), nóbiella (1081, 566), Pareadiello (1100-1117, 607), Pratiello (1068, 492), Riotor-tiello (1081, 566), Scannielos (1081, 573), Torquiella (1082, 581), Torriçiella (1035, 406, y 1064, 485), Trascastiello (108.1, 165) y Uobatiella (posterior a 1085?, 590). Cfr. Quintaniella (Cog. 1003, p. 80), Valdielles (ib. 1007, p. 82), Aramondiello (ib. 1009, p. 84), ripiella (1009, p. 87) y otros muchos casos; ualleziello (DL, SM, 1044, p. 115), Pratiella, Losiellas (ib), Moliniella (DL, C, 1181, p. 118), vid. B, pp. 46-47. A finales del siglo XI o comienzos del XII otras regiones castellanas manifiestan ya el neolologismo -illo, cuya proporción permite establecer el siguiente orden: Castilla del Norte, Burgos, Campó, la Montaña y Rioja (Or.,p. 154).

6. El diptongo (<ĕ) en posición Iniciad adopta la grafía ge-: Genneco (1072, 503, y así unas 30 veces) aunque es más frecuente la deié- (Ienneco, 1050, 475, y en otras 120 ocasiones). Esta g- en posición inicial acaso indique un valor africado, y, propio del énfasis inicial(Or., págs. 48-49, § 31 y 4).

7. Los diptongos que se leen en Lopeiz (1068, 494, y 1073, 507) yGarceiç (1080, 550, y 1088-1117, 608) creo que deberán explicarse así: el primero por adición directa del sufijo -ici (Lope + i c i; el segundo por formación normal: Garcea + -ici > Garceiz. Acaso se pueda pensar en un cruce de formas en -ez con las en -iz.

8. He recogido diptongo decreciente en meirino (1078, 530) < m a j (o) r i n u . En el. siglo XI, aparecía la forma en Santoña, San Juan de la Peña y en regiones leonesas, pero «en los DL de Castilla no aparece este diptongo ya» (Or., p. 80, § 145 y n. 1). De nuevo, mi colección manifiesta arcaísmo respecto a la norma castellana.

También el nombre propio Vigila ofrece con frecuencia el diptongo ei: Beila(1079, 547, y en otros ocho casos con esta misma grafía y un noveno bajo la forma Veila, 1072, 506). La conservación del diptongo se explica por presión culta; bien entrado el siglo XII, la Rioja atestiguaba Ueilez (Or.,p. 79, § 142); menos extraña es la presencia de ei en los primeros años del XI: «Beila Albaroz», «Beila Gutier» (ambos en Cog. 1003, 81), «Beila Ovecoz» (Cog. 1012, p. 91); «Beila Didaco» (Cog. 1029, p. 113), «Beila Albaroz» (1052, p. 164) y otras muchas veces a partir de este año.

9. Hay aféresis de e- inicial en ¿AEmilianu > Miliane (1070?, 500), Genneko Milianez (1072, 504, y otras cuatro veces), Ienneko Milian (1079, 539, y en trece ocasiones más).

10. Las vocales inacentuadas se pierden en posición contrafinal, aunque en algún caso se conservan, alterado ya su timbre latino: semetero (1079, 544). En una ocasión, hay cruce de la forma evolucionada, sendero, con la originaria, semitariu, obteniéndose el híbrido semendero (1081, 558).

También se pierde la postónica en robro (1073, 508), < r o b ŏ r o .

En posición final, las vocales inacentuadas tienen suerte diversa: se cambian en otras de timbre más cerrado: e>i: alkaldi (1037, 468). La terminación -i de los pronombres personales y demostrativos obedece a causas distintas, vid. abajo § 2518.

Sé conserva la -e final de almute (1079, 533, y .1079, 534), arabismo antiguo19 al-mudd. Pero la forma de Valbanera, se encuentra también en el becerro de Cogolla, según Neuvonen, loe. cit. La voz —salvo error— no aparece en los documentos de Ramiro I, ni en los de Sancho Ramírez (I-II), ni en los del valle del Ebro (I-II); es decir, en una época antigua del aragonés escrito (1035-1134 aproximadamente).

11. La apócope de -o final se produce en los casos, siguientes:

a) en el sustantivo dŏminu de uso político: «duen Kilame alkalde» (1078, 517), «duen Sançio Bueno» (1081, 557, y 1081, 558), «duen Enneco de Palacio» (post. 1085?, 590) y «duen Sançio de Varrio» (en el mismo documento). Cfr. «Duen Eggavita de S. Clementi» (Gog. 1079, 247) yOr., § 23, donde hay un ejemplo leonés; § 232, con ejemplos de Silos; § 246 n., con una referencia a la mozarabía de Tudela, y § 391 2, con testimonios de San Juan de la Peña y León.

b) en el topónimo Poz («una peza nostra in Poz»)<pŭtĕu (1077, 515), cfr.: en un doc. de Sahagún de 1060 aparece la denominación «Poz de Naba» y en un derivado de altariu: Otherer ruuio (1100-1117, 606), vid. Or.,p. 408, § 853: hay un Oter en la toponimia de Guadalajara.

c) en un caso se apocopa todo>_tod (1264, 614, pero es un documento añadido muy tardíamente).

d) los nombres seguidos de apellidos apocopan su -o final: «Ennec Lopeiz» (1068, 494), «Albar Hanniz» (1110, 603), «Dat.Fortuniones» (113, 606), etc., etc.

e) más abundantes son los casos con pérdida de -o en nombres propios no seguidos de apellido: «domno Ferrim» (1052, 476, y en otro doc. del mismo año), «domno Zorrakin» (1066?, 487), «ego Sarracín» (1068?, 493, y 1088-1117, 607)20, vid. B, p. 53. Estos mismos nombres usados como apellido también se apocopan: Johannes Ferrin» (1066?, 487), «Gómez Zorrakim»(1077, 515), «Iohannes Sarrazin» (1108, 599).

12. La apócope de -e final puede estudiarse siguiendo el mismo esquema que nos ha guiado en el caso de -o:

a) en el topónimo Matut (1080, 553).

b) en el nombre seguido de patronímico: «Gutier de Kannas» (1070, 499).

c) en los nombres propios no seguidos de apellido: «Guttiar tertis» (1076, 5.15), «domno Gutier» (1077, 515), «domna Yolant (1264, 613, es un doc. añadido tardíamente).

d) en el apellido Farag (1088-1117, 608).

13. Epéntesis de -i- se atestigua en «Blasco della Maiestra»(1078, 531) y «Garçía Magiestro» (1049-1054?, 474). Esta última forma me parece una solución de compromiso entre magistro y maiestro. La epéntesis de -y- es rara en Castilla, más frecuente en León y más todavía en Navarra y Aragón, de donde —en opinión de Menéndez Pidal—se propagaría a tierra de Medinaceli 21. ¿Se podrá pensar en un aragonesismo en el dialecto riojano?

 

CONSONANTISMO

14. La F inicial.

Habitualmente—y no olvidemos la pretensión de escribir latín— la F- inicial latina se conserva. Sin embargo, unos cuantos casos nos permiten asegurar su pérdida en el habla de Valbanera del siglo XI. Hay un ejemplo de pérdida: Ortiz (1068, 494)22, y lo que es más importante: las ultracorreeciones. En un doc. de 1079, p. 545, se lee: «Ego Enneco Tellu et uxor mea duenna Aia uendimus...»; en otras ocasiones el nombre no se singulariza, sino que se conserva como tratamiento: «Ego Sancio Scemeno et Martin meo nepto et haia Huenneka...» (1081, p. 571), «haia Urraka» (1081, p. 575); pues bien, en este mismo documento aparece el «faia Urraka» objeto de estas líneas. Para mí la voz es un derivado del latín avia; el paso a fórmula de tratamiento me parece muy fácil: en el cartulario de Valbanera hay eita oaita 'padre' y anaya 'hermano' con este mismo sentido. Tampoco la conversión del apelativo en nombre propio encierra mayores dificultades: recuérdense los Minaya (= 'mi hermano') que como antropónimos recogió Menéndez Pidal 23. Creo que es éste el momento de hablar del apellido Navarro. El becerro de Valbanera documenta Nabarro en 1081, p. 577,Naharro en 1113 (página 605, dos veces en el mismo documento)24 y Nafarro en 1075, p. 51.1, y 1081, p. 557 25. Los casos con -f- son falsas regresiones, ya que las documentaciones más antiguas de la voz son con v y sea cual fuere la etimología de Navarra (nava o Navar-Napar)26,el fonema labiodental sordo sólo se podría explicar por una errónea reconstrucción del nombre. Naharro se puede explicar por pérdida de -v- entre dos aes 27, ya que su documentación es tan antigua como la de Nafarro y es poco creíble, por otra parte, que desde una falsa regresión se pudiera seguir una evolución fonética normal en época muy antigua. Según esto, creo preferible -v- > - a -v- > -f- > -. En un doc. de 1108 (p. 599), Calaforra28 parece remontarse a Calaorra29, se produjo la falsa regresión. Menéndez Pidal (Or., p. 209) considera como «efecto de la confusión entonces reinante entre f y la grafíaFerrameliz y tiene como forma correcta Herramelliz; en Valbanera caben estas mismas consideraciones: ultracorrección en Ferramel o Ferramelle 30 y forma etimológica en Harramelluri (1073, 506, y 1110, 602)31.

15. Grupos iniciales.

Aunque es general la conservación de PL- incluso en voces de aspecto románico («in loco que dicitur la Plana», 1103, p. 597), algún otro caso atestigua el paso a ll: «et dedimus tibi pro illa media in cambio in lano de Sancta María» (1081, 563), «Ita offero una serna que est iuxta sancta Cecilia et una uinea que est in Lahno» (1091, 593). La grafía l por ll no extraña: se usó mucho en todo el dominio peninsular (Or., p. 54, § 57) y es la que, en posición inicial, atestigua el cantar del Mío Cid, «pues Per Abbat jamás escribe ll»32. En otras documentos de Rioja Alta,lano (DL, SM, 1156, p. .117).

La FL- debía perder su F-, según permite suponer Laine (1078, 517), frente a Flagin (1061, 484). La pronunciación de esta L- sería la actual.

 

16. -Las consonantes simples intervocálicas.

Se pierden la -D- (Fonte Putia, 1070, 499 33 y la -V- uacías, 1080, 550, y .1080, 555), aunque el proceso no tiene un rigor absoluto: la -D- se conserva en Anguidanos, hoy «Anguiano» (part. Nájera, prov. Logroño)34, oditores (1078, 531).

Sonoriza la -K- intervocálica: Ennegones (1071, 501). Enegoz (1075, 512). Las ultracorrecciones abundan en este mismo criterio y aun permiten asegurar el paso -T- > d: Ankidanos: (1081, 566), luenko (1081, 573), <lŏngus 35, Letesma (1080, 555) <Ledĭsama 36, Socouia (1100-1117, 606, dos veces en el mismo documento) <celta sego 'fortaleza'3'7. Lo normal es, sin embargo, la conservación de toda clase de oclusivas sordas, incluso en voces que presentan ya fenómenos románicos: «pozuelo cupierto» (1071, 501), ripera (1079, 533), caprera(1091, 393), trico (1079, 533, y otras cuatro veces), cocullar (1081, 558, y 1082, 581)38, trico, noceras o nokeras y Subnokeras (1081, 561, y 1081, 571)39, Posatueros (1088-1117, 609). El arabismo almutes (1080, 121), incorporado ya a la morfología romance, tiene t tanto en el singular40 como en el plural acabado de transcribir.

17. El grupo -SCY-.

En una palabra encuentro el grupo, en fascia. Sus derivados interesan, únicamente, por las grafías:

El mantenimiento del grupo latino es lo más frecuente: Fascias (1079, 542; y así en otros tres textos).

Se conservan las dos consonantes en Fascas (1079,. 541, y 1080, 550).

La z representa un fonema alveolar sordo (ŝ), que, a finales del siglo XV y durante todo el XVI, abocaba en (θ): Fazas (1081, 564).

Una doble c tiene el mismo valor que las grafías antes consignadas: Faccas(1082, 585), vid. Or., p. 67, § 94, y p. 308, § 572.

Por último, Faxas (1102, 596) parece presentar la solución aragonesa al grupo -SCY-. Sin embargo, y a la vista de todos los casos anteriores, me molino por creer esta x grafía de ŝ.

 

18. La conservación de -MB-.

Los derivados de cambiar mantienen siempre el grupo latino:

cambeata (1081, 563)41, cambiamus (1035, 466), cambio (1100-1117, 607), kambiot (1065-1066, 485); lo mantienen también los continuadores de lŭmbu: lombo (1109, 600), lombiello (1070?, 500),traslombo (1089, 593) y se conserva en la denominación eclesiástica «Sancta Columba» (1079, 534). Todos estos ejemplos apoyan la doctrina de Menéndez Pidal, Or., p. 286, y aun adelantan la fecha de las simplificaciones, si se excluye el «poco expresivo» ambas de las Glosas Emilianenses. Más documentación riojana en los siguientes ejemplos: lomba (Cog. 1007, p. 83), lumbo (ib., 1014, p. 94), Lombanas (ib., 1037, p. 126), cambium (1048, p. 143), «Sancta Columba» (1062. p. 185) y otros casos: lombo (DL, SM, 1109, p. 116), cambium (DL, SM, h. 1150, p. 117). En B, p. 77 hay vacilación (mb o m).

 

19. Las palatales ll y z.

1) La doble -LL- latina da normalmente ll. (Į) en castellano, la Alta Rioja, en la que se localiza Valbanera, sigue esta misma evolución. Si aduzco un proceso tan trivial y sabido es sólo porque el fonema palatalizado se representa por una sola l: Uales (1069, 494), Ibelos (1075, 512; cfr. Ibriellos del § 5), Scannielos (1081, 573). Grafía ésta que coincide con lo dicho en el § 15 a propósito de PL- inicial; vid. también Or., p. § 4, § 57, y Alvar, Grafías que representan fonemas palatales en los documentos navarro aragoneses (Rev. «Argensola», n.° 11, pp. 241-243).

2) Ly, c'l y g'l ofrecen todavía casos de Į. Menéndez Pidal, al estudiar en los Orígenes (p. 275, § 50x) la evolución fonética de estos grupos, señalaba la falta de documentación para el siglo XI y el castellanismo del siglo siguiente42; mi cartulario viene a llenar un vacío de medio siglo: Apellia (1047, 473) <apicula, annollio (1072, 503) o annolios (ib., y otras cuatro veces más) o anolia (1078, 518) o anolio (1081, 557) <*annuculu Golpeliares (1075?, 512) o Ulpellares (1074, 514) <* vulpecula, Cocullar (1079, 539, y .1081, 558) o Cucullar (1082, 581) o Cocollar (1088-1117, p. 609) y malleolum(1080, 554) < m a l e o l u m . Todas estas voces, exceptuando las designaciones del 'añojo', se documentan en la toponimia; pienso si no habrá que considerar esa Į como un arcaísmo en la segunda mitad del siglo XI43. Sobre todo si se tienen en cuenta los ejemplos que voy a aducir: Teggares (1063, 484), maguelo (1080, 551),anogos (1080, 553, y otros tres casos más), ovega (1081, 566), uallego (1081, 578) o Valleggo (doc. de ese mismo año, p. 579), Castegon (1081, 580), concego (1109?, 600) y maiuelo (en el tardío doc. de 1264, 612). En los documentos de Cog.: «Viadevallego» (1003, p. 80).

3) Las grafías de Į son: lli (Apellia, vid. 2 en este mismo párrafo). La grafía debió ser poco frecuente. Menéndez Pidal en los Or., p. 55, § 53, cita el ejemplo único de tolliot (Glosas Silenses); en Aragón se encuentra en tiempos de Ramiro I (1036), Castellion, como documentación más antigua (vid. mis Grafías recién aducidas).

li (Golpeliares, vid. líneas más arriba) se atestigua en toda la Península(Or,, págs. 52-53, § 51).

II es la grafía más abundante, corno lo es, también, en otras regiones (Or.,p. 54, § 56).

Fuera de los casos .(ly, c´l g'l) estudiados en este párrafo, en el nombre propio 'Tello' se encuentra la grafía il: Teilo (1081, 573).

Otras grafías de Į, en los §.§ 15 y 19.

4) Las grafías de ž son:

gg (Teggares, Valleggo), vid. Or., p. 59, § 73. En mis documentos la doble g puede ser, también, signo de š: Iraggi 'Irache', Navarra (1069, 997), Eggavitaz (1078, 530), cfr.: peggare (DL, SM, 1044, p. 116).

g (maguelo, ango, etc.), vid. gg.

i en un doc. tardío, añadido al cartulario.

 

20. Tratamiento de ALT-.

La solución propia del becerro es la monoptongación (ALT-> aut >ot); Sotomaiore (1042, 469, y 1046, 471) < saltu, Val Ota (1047, 472) <altu44, Hucturiellos (1075, 510) y Otherer runio  (1100-1117, 606) <altariu. En otros textos riojanos: «Sotello cluso» (Cog., 1042, p. 130), «campum e r u m » (Cog. 1049, p. 150), «alia terra in Sotello»(1064, 190), «alia terra in monte Oto» (1065, 195), «Sénior Lope Sanxoz de Ripaota» (ib., 1095, 287). Por estos tiempos Castilla había asegurado el triunfo de esta norma lingüística, aunque hubiera algún esporádico au (Or.,p. 102, § 203).

 

21. Leredma.

El pueblo 'Ledesma de la Rioja', part. Nájera, prov. Logroño, se transcribe una vez como Letesma (1080, 555) y otra por Leredma (1100-1117, 606). De ser cierta la etimología Ledisama, el primero de estos casos debería ser interpretado como ultracorreicción (vid. § 16) y el segundo valdría para probarnos—a través, también, de una falsa regresión—que el grupo secundario tm, dm se pronunciaba ya sm. La errónea interpretación del escriba trata de reconstruir el hipotético dm. R = d es una equivalencia no difícil de explicar, vid. Menéndez Pidal, Manual de Gram. Hist., 7.ª edición, p. 201, § 5b

 

22. Epéntesis y falsos análisis.

En el grupo secundario -M'N- se produce la epéntesis de p: dompna (1110, 603). El rasgo era conocido ya en el latín vulgar y frecuente en los romances. De él trato por extenso  en mis Documentos lingüísticos de los siglosXIV y XV (inéditos); me remito a aquellas consideraciones.

En otros puntos, §§ 14, 16 y 2.1, he tenido ocasión de comentar erróneas interpretaciones. Para acabar estos apuntes al consonantismo del becerro de Valbanera, voy a recoger el error fogea (1078, 521, y otras cuatro veces más) que ha nacido al pretender reconstruir una forma latina, f o v e a  en este caso.

 

 

MORFOLOGÍA

23. El artículo.

Las formas romances del artículo que se documentan en Valbanera son:

masculino singular: lo: «lo espino» (1035, 466), «lo prato» (1053, 477, y 1067, 488), «lo laco» (1079, 513, y 1080, 552), «lo abbate» (1079, 545), «lo Caluo» (1102, 596). No recojo ningún caso de apócope de -o final, por enclisis del artículo, pues el «campo de Lorto» de un doc. de 1049?, p. 474, se puede interpretar, creo, como «lo orto».

femenino singular: Laguardia (1052, 476), «La Cruce» (1113, 605). Unido a la preposición de, tiene la forma della: «Blasco dellaMaistra» (1078, 531), «agro della mugier de Brasko Román» (1081, 569). El mismo arcaísmo, (e)lla, queda atestiguado en casos regidos por sub : «in loco que dicitur ennos Folos solla uinea» (1073, 509). Cfr.: «solla carrera de Mercado» (DL, SM, 1109, p. 116)45.

masculino plural : «los Pozos» (1042, 469, y 1067, 488), «los Berkoretos» (1066, 486), «Los Peros» (1113, 605).

Interesa llamar la atención sobre las formas del masculino singular: los derivados altoriojanos proceden de illu y no de ille, como los de Castilla. Excepto «lo Caluo»,» apellido, todos los demás casos van precedidos de preposición («de lo espino», «so lo prato», «in lo laco», etc.); pero no creo que esto determine el uso illu en vez del de i l l e: seríararo nohaber encontrado nuncael, caso de ser la forma corriente.

Hay un caso digno de consideración: «Habet de oriente uinea de don Laco del Gronio» (1110, 603). Creo que se trata de un vecino «de Logroño» y por falso análisis del nombre de la ciudad se ha prescindido del artículo que, enclítico, ha perdido la -o final al apoyarse en la preposición anterior.

 

24. Asimilación del artículo.

en + lo, los: «ennos Folos» (1073, 509), «ennos Posatueros» (1088-1117, 609), Cfr.: «ennos Foios» (DL, SM,. 1109, p. 116). . en + la, las: «ennas Eras» (1080, 551, y 1085, 589), «enna Guardia» (1080, 551), «inna Morcuera» (1100, 1117, 606). Cfr.: «una vinea innas Planas» (Cog. 1020, p. 101), «enna villa» (Cog. 1044, p. 133); «ennaplana... inna solana... enna foce» (1058, 170) y otras veces;«enna uilla» (DL, SM, 1044, p. 116), «ennaSerna» (DL, SM, 1109, p. 116);B, p. 324, s. v., y Or., §§ 62-64.

25. Otros fenómenos morfológicos.

1) Los demostrativos tienen su terminación en -i: desi (1264, 612), desti (ib), esti (ib). Todos estos ejemplos proceden del documento de 1264 incorporado al becerro. Para mi objeto—estudio del riojano en el siglo XI—no sirven; si los incluyo aquí es por respetar la integridad de la colección, aun a sabiendas de su anacronismo 46.

2) El pronombre posesivo de tercera persona. En una sola ocasión recojo derivados de illorum : «duas bakas con lures annolios» (1078, 529). El posesivo, relativamente abundante en Aragón (Or., pp. 316-347), debió extenderse desde allí hasta la Rioja.

3) El pronombre -enclítico de tercera persona es -lis: damoslis (en el doc. anterior a 1264. Me remito a las palabras recién escritas en el n.° 1).

4) El verbo. Señalo los perfectos analógicos vendiui (1035, 465, y 1083, 586), uendiuimus (1092, 594) y misot (1073, 506) y el presente de indicativo femos (pero esta forma, en el doc. de 1264. no interesa a nuestro objeto actual).

 

26. Partículas.

Se mantiene sin disimilar la forma etimológica en denante (1065-1066, 485, y 1042, 470) <de + in + ante ; (Cir. addenantato, 1080, 555, dos veces en el mismo documento); deorsum da iuso (1066, 487, y 1081, 575); sub >so (1053, 477, y 1073, 509); su r s u n > suso(1081, 575); ibi>y (1264, 162).

27. Sufijación.

En el índice que sigue voy a incluir sólo aquellos sufijos que puedan tener algún interés: sea por los tratamientos fonéticos, sea por su significado. Haré grupo independiente con los gentilicios. La ordenación es alfabética:

-arro 'despectivo'. «De una pars pieza de Makarro» (1081, 568). En vasco actual makar es 'delgaducho, legañoso', cualquiera de estos sentidos valdría para crear el apellido, fácilmente explicable desde el apodo. Si esta etimología es válida, el sufijo tendría el valor despectivo que señalo o algún otro próximo a él, acaso abundancial.

-edo 'conjunto de árboles'< ē t u . Incluyo aquí las formas con el sufijo latino sin sonorizar: Ahdrinedo 'sitio poblado de endrinos' (1075, 506);Roboreta 'robledo' (1061, 483, y 1071, 500); no sé si será designación arbórea Berkoretos (1066, 486). Cfr. mazaneto (Cog. 1020, p. 101).

-eña designa también 'conjunto de árboles' <-ĭgnu Frescenenga 'Fresneña', part. Belorado, prov. de Burgos (1078, 532) <fraxinus.

-ero, -a 'derivativo locativo' <ariu: custiera (1073, 506) <cŏsta; semitero (1054-1061, 481, y 1071, 538), semendero (1081, 558) <*semitariu;karrera (1054-1061, 481, y otras veces); ripera (1079, 533) // 'oficio': Ferrero (1064, 485) // 'lugar de': Cervera (1070, 499),Caprera (1091, 593) // 'árbol de': nokera (1079, 539; 1079, 541, y otros).

-eta, -o, vid. -eda.

-iello, vid. § 5.

-tuero indica 'lugar' <-toriu: Posatueros (1088-1117, 609).

-uelo 'diminutivo' <ŏlu : pozuelo (1071, 501), Foluelo (1070?, 500).

 

28. Gentilicios47.

-az: es la forma más escasa (sólo seis veces): Didaz (3), Garciaz

(1), Eggauitaz (1) y Hegillaz (1).

-ez: aparece en 181 casos distribuidos de la siguiente forma:

 

Adrianez:

1

Garciez:

14

Moriellez:

1

Albarez:

5

Gómez:

5.

Nunnez:

44

Amatez:

1

Gutiérrez:

2

Oriuelez:

3

Aznarez:

1

Haperrez:

1

Romaneç:

3

Bellitez:

1

Iontez:

1

Sanchez:

2

Bermudez:

1

Iulianez:

1

Sarracinez:

1

Cristobalez:

2

Lopez:

34

Sebastianez:

47

Fortunez:

1

Milianez:

1

Stefanez:

1

Galindez:

1

-iz, vid. -es. Aparece en 220 ocasiones que se distribuyen así:

Albariz:

4

Hanniz:

1

Petriz:

3

Citiz:

11

Iontiz:

8

Ranimiriz:

1

Fortuniz:

1

Lopeiz:

5

Rendariç:

1

Garceiz:

44

Moniz:

3

Sangiç:

6

Gomiz о Gomi-

Nunniz:

50

Veliz:

1

ce:

75

Ortiz:

1

Vicentiz:

5

(De los cuales 50 como nombre, no como apellido).

-on Como gentilicio aparecen -en Lopaton (< Lope + Ato), una vez, y Sanzion, dos, y declinado en Ennecones (una vez), Fortuniones (cuatro veces) y Scemenonis (cinco). En otros documentos riojanos: Ennecones (Cog. 1101, p. 80; 1020, p. 100, y otras muchas veces; DL, SM, 1150, p. 117); Fortuniones (Cog. 1010, p. 89).

-oz: Su presencia se ordena así:

Albaroz:

 1

Galindoz:

2

Sandoz-Sangoz:

36

Belascoz, Blascoz:

20

Godistioz-Gudistioz :

9

Scemenoz:

19

Bitakoz:

10

Hordonioz:

4

Teilloz:

1

Domingoz-Dominicoz:

 2

Munioç:

50

Ennecoz:

 7

Nunnoç:

3

El conjunto forma un total de 164.

De las 583 formaciones con alguno de los sufijos estudiados en este punto se puede extraer la siguiente proporción relativa:

-az un   0' 80 %

-ez un  31' 04 %

-iz un   37' 73 %

-cm un   2' 23 %

-oz un  28' 13 %

Naturalmente, estas cifras no tienen un valor absoluto. Pero interesan para ver en qué proporción coexistían en una época remota. De la lucha de entonces se obtuvieron unos resultados que hoy duran todavía. La relatividad es válida, pues si apellidos frecuentes se reiteran abundantemente, cada uno de los grupos principales ofrece unas posibilidades semejantes: tres apellidos se repiten con mayor frecuencia en los diferentes conjuntos (López, Núñez y Sebastiánez; Garceiz, Gomiz y Nuñiz; Blascoz, Muñoz y Sanchoz) y de esta repetición acaso deriva la diferencia señalada en los porcentajes. Como resumen podríamos concluir: en el siglo XI en la Alta Rioja se empleaban los sufijos gentilicios -ez, -iz, -oz; la lucha está indecisa y su proporción relativa no señalaba grandes diferencias. Entre los apellidos más frecuentes figuraban algunos de dos que alcanzaron más próspera fortuna en España (López, Núñez y Muñoz); otros se olvidaron y entre los llamados a desaparecer estaban los en -iz (Garceiz, Gomiz y Nuñiz) que en el siglo XI se manifestaban con la mayor insistencia48.

 

LEXICOGRAFÍA

29. Eita y Andrea.

Menéndez Pidal ha tratado brillantemente de las formas medievales que derivan del vasco Eita o Aita 'padre'49. Los documentos de Valbanera atestiguan abundantemente la voz; no olvidemos su situación dentro o aledaña al vascuence por el año 950 50: un siglo más tarde por mucho que hubieran cambiado las cosas, las supervivencias preromanas habían de ser muy abundantes. En mis materiales documento las formas siguientes:

«Acta Santio» (.1081, 570, y 1081, 572; ultracorrecciones por it; Se

piensa en la evolución -KT > it > ch)51.

«Agga Sango» (1081, 569; gg = ch)52.

«Aita Gomiz» (1068, 494).

«Ecta Albaro» (1073, 508, y 1081, 563; para estas utracorrecciones vid. Acta).

«Eggauitaz» (1078,530)53.

«Eita Fabiri» (1070, 499), «Eita Gomiz» (1067, 490; 1068, 492, y 1069, 497), «Eita Gomiz Zorraquin» (1077, 515), «Eita Iohannes» (1037, 467), «Eita Masciacon» (1035, 466)54.

«Eta Masciacon» (es una errata de la última de estas referencias; el cartulario la trae corregida en el margen).

La voz vasca se usó «como título de respeto o de amor» y de allí pasó a convertirse en nombre propio. En una ocasión, la encuentro soldada al nombre siguiente: «Vermude Eggauitaz» (1078, 530)55.

La correlación femenina de eita, es en mis documentos anderazo56.Las referencias que he recogido son:

«Anderazo de Fortes» (1035, 465), «Anderazo de Clernenti» (1071, 500, y 1076, 513), «Anderazo Scemeno» (1079, 536), «Ego Anderazo de Blasco Roman» (1081, 562), «Ego Munnio Genneco et uxor mea Anderazo» (1081, 566), «Scemen Luenko, meo kognato et sua cormana Anderazo» (1081, 573), «Uendiuimus a ti Nunno Garciez et uxor tua Anderazo» (1092 594), «ego domne Sancia et soror mea Anderazo» 1100-1117, 606 y 607). «Nunno Garcie et uxor tua Aderazo» (1073, 509; es de presumir la falta del escriba o del editor).

La voz es la misma con la que hoy se designa a la 'señorita' en bajo navarro y suletino (andere) y a la 'señora' en el resto del dominio lingüístico vasco (andra en Vizcaya, andre en las otras provincias)57. En los textos del siglo XVI las formas normales eran andera y anderau.Caro Baroja58 ha señalado la presencia de la voz en varios textos medievales. Indudablemente, la voz equivalía en su origen al tratamiento romance de «domna»59 y aun creo que significó el de «uxor»: entre las págs. 568-569 de la edición del Becerro de Valbanera se encuentra la referencia que sigue: «et de alia pars agro della mugier de Brasko Roman» (año 1081), pues bien, esta «mugier de Brasko Roman» es la «anderazo de B. R.» que he citado anteriormente.

Si con todo esto queda claro el sentido de andera, todavía ignoramos el valor de la terminación. Para mí se trata de azo, voz que estaría emparejada con el vasco moderno atso, que en la lengua común significa 'anciana' y en bajo navarro 'abuela'60. Mi hipótesis se encuentra reforzada en el becerro: «[damus] duas eras: una in uallego de Padul, circa eras de sancta María de Azo» (1081, 578). La advocación mariana que aquí se cita es un híbrido que valdría tanto como Santa María la Antigua, tan abundante en España61. Y, concluyendo, Anderazo es, en su origen, una fórmula de tratamiento respetuoso en la que entran dos elementos (andrea 'señora' + azo 'anciana') con el mismo valor, semántico y etimológico, que nuestro señora doña. Después, como eita, se convierte en nombre propio y si no lo encontramos formando apellidos es por la preponderancia familiar del varón (el vasco eita sí que sirve para la derivación; Aitaz, Eytaz).

 

30. Algunos elementos prerromanos.

Aparte eita, andrea que merecían consideración especial por su abundancia, no trato tampoco nombres como García  que se han hecho triviales en el español actual. Recojo una documentación no escasa de elementos prerromanos. La lista no es completa: muchas de estas voces quedan por explicar; las que comento son:

ama: «de alia pars pieça de ama Urraka» (1079, 543), cfr. vasco ama 'madre'62. En Cog.: «Ama Nafarra»(1069, p. 204).

amuña: «Saluator et Amunna Flagin auditores» (1061, 484), cfr. vasco actual: amona, amuna,amona y amuña, todas con el valor de 'abuela'63.

anaya: «Annaya Ferrero» (1073, 506), Cfr. con los dialectos vascos actuales: guipuzcoano y vizcaíno, anai, anaia; vizcaíno y suletino, anaie; vizcaíno de Tsorierri, anaje; en bajo navarro, añase.En vizcaíno, exceptuando Ondarroa, anae significa 'hermano de varón', pues 'hermano de hembra' es neba64. Para la voz en textos medievales, vid. Menéndez Pídal, Cantar de Mio Cid, sobre todo la p. 12.16; RFE, XXXV, p. 6, y Or., § 673 65.

Vitako: «iuxta limite de terrade Munnio Vitako» (1078, 516). Señalo el sufijo -ko («genitivo relativo», según Bonaparte)67, cuya función para crear gentilicios es la misma que -iz (en los Orígenes del español,p. 74, § 142, se cita un «Beila Vitiz» de un doc. riojano de 1058). El nombre sobre el que se ha incorporado el sufijo es el frecuentísimo Vita.Esta mezcla de elementos de dos estructuras lingüísticas diferentes es muy frecuente en la época antigua (Minaya, Eggauita, etcétera). Recuérdese que junto a Valbanera se hablaba vascuence en el siglo XI68.

Se pueden aducir antropónimos vascos o relacionados con palabras vascas (Elhurdo< u r d e 'jabalí', Makarro, Haperrez me parecen indudables), pero que por dificultad en la interpretación no  estudio aquí: en las líneas que preceden he considerado, sólo, aquellas voces cuya filiación era incuestionable.

31. léxico latino y árabe.

Queda muy lejos de mi intento pretender un vocabulario exhaustivo. Mi propósito se reduce a ordenar aquellas palabras que pueden tener un interés lexicográfico, bien para el estudio de la geografía lingüística medieval o bien por su entronque con distribuciones dialectales de hoy.

açuteiçi: «El accepi... pretio un eral et açuteiçi de trico et tres arençatas de uino» (1081, 558); «pretio uno eral et tres solidos et açuteiçide ordio» (1081, 559). En Cog. azudeiz (1086,. 264).

coto: «Si port hodie die... aliquis homo de aliqua generatione, qui pro ipsa alinea uoce adduxerit, aut retento fecerit, ipso homine que paret ipsa uinea duplata uel meliorata in tale loco ad tibi domno Ferrin; et coto LX solidos ad rex» (1052, 476; y en la p. 478, año 1053, y otras muchas veces69. El significado de la voz es 'multa, pena pecuniaria señalada por la ley'. La voz ha sido ampliamente documentada por Tilander en sus Fueros de Aragón, Voc, s. v. y de la Novenera, ib., y por Gorosch en el Fuero de Teruel, ib, En latín, cautu.

eral: «et debisti nobis in resce uno eral» (1078, 522); «et accepi pretio de tibi domino Ienneco quanto mici placui, uno eral et tres solidos» (1079, 540, y otras veces). El sentido es: 'novillo que no pasa de dos años'. De a g r u.

ero: «placuit nobis... ut uenderemus... uno ero nostro,, proprio in Villanoba» (1077, 516). La voz ero 'campo cultivado' tuvo fortuna en antiguo castellano, según atestiguó Américo Castro en la «Rev. Fil. Esp.», IX, págs. 328-329. Dispongo de estas otras referencias: «alia terra in via de Campo iuxta ero de Urraka» (1062, p. .184), «uno ero iuxta via que pergit ad Alava» (ib., 1070, 207); «tres romas de eros deorsum via de San Micael, una iuxta ero de Monnio Sarraciniz» (ib. 1077, 231), «una divisa et uno ero iuxta calzata» (ib. 1084, 259) y otros casos en el Fuero de Sepúlveda (§§ 107 y 127). Creo convincente la etimología agru.

feta: «et accepimus pretio... quanto nobis bene complaeuit, id est, pretio baka feta por colore rubia» (1078, 517), «accepi pretio... quanto mici placuit, id est, pretio una bakafeta cum sua anolia» (1078, 518), «et accepi pretio... duas bakas fetas» (.1080, 550; y otras veces). La voz significa 'preñada, parida' (de fetare 'parir') y con éste sentido se localizaba en los docs. de Santander y Norte de Burgos70, para los dialectos modernos de Asturias y la Montaña, vid. García de Diego, Contrib. dice. hisp. etim.,n.° 249. Con mis testimonios se aumenta el área de la antigua expansión de la voz.

folo: «illa ninea est in illo folo de illas eras» (1046, 472), «in loco que dicitur ennos folos solla uinea» (1073, 509, y otras veces); el femenino también se documenta: «in territorio de Villenobe in fola Ferramene» (1082, 584); el diminutivo aparece en .1070 (?) (p. 500): «in loco que nocitant foluelo». Creo que todas estas son lecturas erróneas por foio, foia, foiuelo, acaso la i alta visigótica ha inducido a error.  En un documento casi contemporáneo de éstos, y como ellos de la Rioja Alta, hay foios, que hoy conserva su nombre como Hoyos (término de Berceo): «Et ego domino Fannj de Sotello dono ad Sancti Emiliani pro me (me) anime una terra ennos Foios, alia terra ennos eros Longares, alia terra enna serna de solla carrera de Mercado...»70. A la vista de este testimonio y los aducidos en la nota anterior, no parecen extraños los derivadosde fovea71 en la región donde se encuentra Valbanera; los docs. recién aducidos tal vez apoyen la denuncia de falsa lectura, que se convierte en certidumbre al encontrar Iegione por Legione en la edición que manejo (p. 552, n.° 125).

foramen: «offero tibi, abbati Enneconi... meas hereditates cum diuisa quae sunt in ipsa Villoríaad via quae uadit ad Veliforamen» (1088, 592). Se trata de 'Belorado' (Burgos); es más frecuente la latinización Beliforato, creo que nos encontramos ante una pretendida corrección para evitar el término más vulgar73.

Morcuera: «Et una aldea inna Morcuera cum suis kasis et terris» (1100-1117, 606). El Diccionario de la Academia recoge morcuero 'montón de cantos sueltos que se forman en las tierras de labor o en las encrucijadas y división de los términos'. La voz vive hoy en los dialectos (Álava, por ejemplo). La etimología es Mercurius, el dios protector de las carreteras a quien los viandantes honraban arrojando estas piedras a la orilla del camino. Corominas, que ha fijado la etimología, ha estudiado con su saber habitual la difusión de los derivados del nombre del dios romano73

noualio: «Ego Iohannes Enari placuit michi et uendiui ab tibi domno abbati Enneconi de Vallisuenarie una pieza cum suo noualio in lombo de Cerezo» (1109, 600). La voz es la que aparece en tantosnoualis como se documentan en una época primitiva (vid. índice de Or., s. v. noval, etc., Sanoval, etc.) con el valor de 'barbecho, tierra nuevamente abierta con el arado'.

ordio: «Et accepi... pretio uno eral et tres solidos et acuteici de ordio»(1081, 559)73. Es voz del oriente peninsular. El significado latino de 'cebada' no siempre se ha mantenido : con frecuencia, ordio es 'avena' yavena 'cebada'. Badía en su Contrib. voc. arag. mod., s. v. ordi, ordio documenta la voz. Las citas bibliográficas allí aducidas pueden hoy ampliarse: KuHN, Der Bocharag. Dial, págs. 13 y 92, Rohlfs, Le Gascón, § 283; Alvar, Jaca, § 19 a; Aézcoa, § 21, y Voc, s. v.; en una encuesta que realicé en el E. de Navarra obtuve estos datos: ordio'cebada' (Isaba y Garde), 'avena' (Roncal).

padul: «[damus] duas eras: una in uallego de Padul» (1081, 578), «Ita confirmo cum tota sua hereditate ad eam domum pertinentem cum suis terris, ortis et pomiferis... cum montes et fontes et padulibus..(1091, 594). La forma metatizada (padul por palude) ha sido estudiada por P. Aebischer76, ha aducido nuevas documentaciones F. Ynduráin77 y sus testimonios se aumentan con el conocimiento del habla viva (pagul, Alvar, Jaca, § 25) y de la toponimia (ib., § 102, y Top. alto valle río Aragón, §§ 39, 128 y 134)76.

Tormos: «uendiui... una pieça in campo de Petrosa iuxta limite pieça de Sançio Garçeiç et de alia pars uia de illos Tormos» 1082, 583). Si incluyo aquí este nombre de lugar lo hago precavido de su interés lexicográfico; como apelativo común es normal en el oriente peninsular. La voz aparece en vasco, según atestigua Gavel79, que la cita para los dialectos salacenco y roncalés. En el habla viva es 'terrón' (Borao, Pardo).

uacia: «et accepi pretio... duas bakas fetas et duas uacias» (1080, 550); «Dedisti nobis pretium quantum nobis placuit, id est, pretium quatuor bacas paritas et quator bacias» (1080, 555). El contexto significa 'vacas que no crían'; la familia románica de vacivus es muy abundante en. derivados con éste o con otro valor próximo, según acredita el REW, 9113. Sin embargo, la voz no debió abundar mucho en la prehistoria lingüística de España, pues no figura en los Or. Hoy se recoge en el habla viva. De mis encuestas en el E. de Navarra y N. de Zaragoza proceden las siguientes ejemplificaciones: vacia 'vaca que no tiene leche' (Ochagavía), 'oveja que no cría' (Igal, Isaba, Izal, Navascués, Salvatierra, Sigues, Uztárroz), vaciva(s) 'las borregas que no se cargan' (Burgui), 'las corderas de enero a junio, porque no crían' (Vidángoz), rebaño vacivo'ovejas malparidas o que ya no crían' (Uztárroz), 'ganado sin crías' (Esparza, Ibilcieta, Roncal, Salvatierra). Cfr. Schmitt, Terminologie pastorale dans les Pyrénées Centrales, p. 64.

 

32. Apellidos.

Ofrece interés la formación de apellidos por medio de apodos o la presencia de éstos en su función original. Al hablar de apodos pienso en una motivación de sentido amplio: defecto físico, oficio, circunstancias extrapersonales o condiciones sociales. Todas estas cuestiones las agrupo conjuntamente en la siguiente lista:

Agudo: «Garçie Acuto» (1079, 537).

Bueno: «Sancio Bueno de Matut» (1078, 522).

Calvo: «Sango Lupe lo Calvo» (1102, 596).

Cojo: «Petro Coscio» (1037, 468) y «Petro Coscio de Billare» (1042, 469).

emparedada: «Urraka Imparetata» (h. 1067, 491), no sé si será buena la lectura siguiente: «Ego Anderazo de Portes in paritatu 80de Kardenas, ex propria uoluntate uendiui una vinea» (1035, 465).

esperagrano: Cito aquí esta voz, si bien no va referida a persona. La motivación está en la misma línea psicológica que buena parte de los apodos «uendiui... una uice de molino de Speragrano» (1068, 492).

falquero: «domno Falkero hic testis». Creo que este apellido deriva de una denominación de oficio 'el constructor de falcas'. El árabefalaka dejó en arag. un derivado, falca, 'cuña', de gran vitalidad. Hasta hoy llega la voz: parte del arado, fiador de las ruedas, cuña para desgajar troncos, etc.

Fierro: «Domingo Fierro» (1110, 604).

izquierdo: «García Scierdo» (1110, 604).

luengo: «Seemen Luenko» (1081, 573).

Moriellez: «Petro Moriellez» (1074, 509).

Zankato: «Dominico Zankato» (1075, 511).

 

CONCLUSIONES

33. Si tratáramos de definir el habla de los documentos estudiados, pensaríamos inmediatamente en su carácter de transición. La Rioja Alta estuvo vinculada a Castilla desde una época muy antigua: en los siglos VIII y IX combatieron allí los primeros reyes de Asturias y León81; Fernán González poseyó Cihuri, Grañón, Pazuengos y Canales de la Sierra82 e incorporada a Castilla estuvo de 1076 a 1109; de 1135 a 1162 y, definitivamente, a partir de 1176 83. Entre tanto, duró una larga ocupación navarra, empezada por el año 922 81. Además, San Millán, como se sabe83, aunque pertenecía a Navarra, fué lugar de peregrinación para los castellanos: en 1074, Sancho de Navarra da una carta autorizando la entrada en su reino a las gentes de Lara que hacen peregrinación a San Millán de la Cogolla («contigit ut magna parte plebibus de Lara venirent causa devotionis ad atrium beati Emiliani») siempre que lleven «sportella vel ferrone»; al mismo tiempo, amenaza severamente a los que lo impidan.

Teniendo en cuenta todos estos hechos no debe extrañarnos el acentuado castellanismo de muchas soluciones fonéticas y gráficas. Así, por ejemplo, la pérdida de F- inicial (§ 14), la sonorización de las oclusivas sordas intervocálicas (§ 16), rastreables por unos tratamientos directos o por unas, abundantes, ultracorrecciones, la grafía de Į (§ 15), la solución de ž a los grupos LY, C'L (§ 19), la mo-noptongación del diptongo au procedente de L + consonante (ALT, § 20) o el tratamiento -SCY- >z(§17).

Pero si todo esto hace pensar, incuestionablemente, en Castilla, hay otros muchos rasgos que o no son castellanos o que en el siglo XI eran ya antiguallas en el dialecto central. Tal es la situación del diptongo (§ 4), del sufijo -iello (§ 5), del diptongo decreciente ei (§ 8), de la solución Į a los grupos LY, C'L y G'L, que los hemos visto dar también ž (§ 19) o las asimilaciones del artículo a la preposición anterior (§ 24). Para algunos de estos rasgos habrá que pensar en la influencia de Navarra. Si aceptamos, con Menéndez Pidal, que en el siglo X tal influjo se percibía en San Millán (Or.,p. 274, § 501), habremos de pensar en una motivación semejante para nuestro cenobio de Valbanera; sobre todo en evoluciones como las de LY, C'L, G'L > ll > ž que tenían ya ž en la Castilla del siglo X y en la Rioja del siglo XII (Or., p. 275, § 50x) y que en Valbanera mantenía bastantes casos de ll en el XI. Un criterio semejante habrá que seguir para la identificación del diptongo (§ 4), del posesivo lur (§ 25,,) y del grupo -MB-, tan característico del dialecto rio ja-no (íf 18)86.

Al lado de todas estas peculiaridades romances, hay que tener en cuenta  los abundantes elementos pre-romanos del cartulario. Según él mapa que edita Menéndez Pidal en sus-Or. (frente a la p. 464), el río Najerilla fué el limite del vascuence hacia los siglosIX y X; Valbanera, a la izquierda del río, estaría incluso en el área no románica, Esto, sin pensar en relaciones a lo largo del tiempo, es bastante ya para explicarnos los numerosos elementos extrarrománicos que aparecen y de los cuales doy muestra en los §§ 29 y 30. Pero los estudios de J. J. Merino87 han venido a demostrar cómo el vascuence llegó muy al Sur de la provincia de Logroño (hasta una línea con hitos en Villavelayo-Mansilla-Viniegra de Arriba-Brieva de Cameros-Villa-nueva de Cameros-Laguna de Cameros y Enciso88. Teniendo en cuenta todas estas consideraciones quedan explicadas las voces, de posible relación euskérica, que yo he aducido y que no son otra cosa que eslabones dentro de una cadena que nos llega hasta hoy en los testimonios de la onomástica.

Después de las notas que he expuesto en estas Conclusiones se nos plantea el problema más importante de todos. ¿Existe el dialecto riojano? De una parte Castilla, de otra Navarra, de otra Vasconia, han ido eliminando factores y disolviendo una entidad que los documentos nos han ofrecido. La lingüística, como la Historia, nos muestra una región de tránsito: la Rioja Alta gravita hacia Castilla; la Baja hacia Navarra y Aragón; en una época primitiva, berones y autrigones debieron poseer, con los várdulos, el vascuence, y todavía este mosaico se enriqueció con un cuarto elemento, los francos, cuya presencia no se atestigua en el becerro de Valbanera, pero muy importante si nos atenemos a su trascendencia jurídica89. Pues bien, la personalidad lingüística de la región (Alta Rioja) reside precisamente en su multiplicidad. Y personalidad es también el mantenimiento de unas normas dispares con las que unos hablantes han creado un vehículo homólogo. Aquí está, creo, la afirmación de la existencia del dialecto riojano: ecléctico en cuanto a sus elementos; pero sin posibilidad de desunir la fusión. Los cientos de documentos redactados en el habla local lo atestiguan y lo atestigua el dialecto; también, local, convertido en plástico instrumento, de Gonzalo de Berceo, poeta entre los poetas de nuestra Historia.

 

NOTAS

1. La transcripción aparece en los Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón (Sección de Zaragoza), volumen IV, págs. 451-617. Hay también tirada aparte: "(Escuela de Estudios Medievales" (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Mis referencias, se harán a la paginación del volumen, que figura también en la separata.

2. José María Lacarra, Documentos para el estudio de la reconquista y repoblación del valle del Ebro (primera serie). Est. Edad Media Corona Arag., t. II, 1946; segunda serie, t. III, 1949.

3. Donde el confusionismo es mayor es en el nombre "Urraka Elhurdo" (así en la p. 491, núm. 41), transcrito "Urraca Eilliurdo" en el encabezamiento y "Urraka Elhardo" en el índice (p. 645 b).

4. Añado entre corchetes [ ] las partes suplidas por mí.

5. Creo que cuando no se oponga otra cosa habrá que pensar en añojo 'cordero'.

6. En la p. 547, núm. 120, se habla de argenzos, ¿por qué? El texto dicearienços, término bien conocido y sin las dificultades' fonéticas del anterior.

7. Creo que el Villanoua de los textos es Villanueva de Cameros, próxima a Valbanera; tiene un anejo, El Hoyo, que no sé si se podría relacionar con. los topónimos, de estos textos (vid. Madoz, Dic. Geográfico,s. v.). De todos modos, hoyo como nombre de lugar es frecuente en los textos riojanos; vid., abajo, § 31, p. ...

8. Don A. Uecey Pardo escribió la. historia de su cenoíbio (Historia de Valvanera, Logroño, 1932, 562 págs. + 9 láminas).

9. Documentos lingüísticos de España, I. Reino de Castilla. Este doc. lleva el núm. 92 y figura en las págs. 133-134. En el Archivo Histórico Nacional se guardan quince documentos de Nuestra Señora de Valbanera (años 1074-1818), de donde (procede el núm. 92 de la colección de Menéndez Pidal.

10. Madrid, 1930, p. XIV. Allí, nota 8, se copian unas cuantas locuciones romances que aparecen en escrituras fechadas entre 1042 y 1082.

11. Vid. Menéndez Pidal, Docs. Ling., págs. 113-114. Los archivos investigados fueron el de la catedral de Santo Domingo de la Calzada, San Millán de ia Cogolla, Catedral de Calahorra y Parroquia de San Miguel de Alfaro.

12. Loc. cit.

13. Vid. mi nota 10.

14. Mis referencias irán por la 3.ª edic, Madrid, 1950.

15. Págs. 115-151 (Rioja Alta) y 151-173 (Rioja Baja). Sin embargo, cuando se trata, como es mi objeto, de caracterizar sincrónicamente el dialecto riojano del siglo XI, estos documentos no nos sirven de mucho, ya que el documento más antiguo de la Rioja Alta que figura en la colección es de 1044 (único texto del siglo XI); hay diez documentos del siglo XII y veintisiete del XIII. La Rioja Baja está representada con documentos del siglo XII (cuatro), del XIII (diecinueve) y XIV (dos). En los Orígenes del español se emplearon cartas de Nájera (Santa María la Real) y San Millán (docs. del Archivo Histórico Nacional y del Cartulario de L. Serrano), pero muchos de los fenómenos que anoto en las páginas que siguen faltan en los Orígenes, lo que hace pensar en el carácter muy vulgar de los docs. de Valbanera, como ya pensó el P. Serrano. Mi estudio viene a ser como el nexo entre una época arcaica (glosas emilianenses) y otra (siglos XII y XIII) en que los materiales ya no escasean.

16. En Cog. hay también Gutiar (1068, 201) y Gutiarrez (1079, 248).

17. "En Castilla, ya en el siglo x, las formas que luchan son sólo la diptongadaie- y la culta sin diptongo, e; se desconoce la variedad ia" (Or., p. 152, § 265).

18. En el texto (p. 512, núm. 69), se cita un "iudice Fortu Enegoz", pero en el índice onomástico se lee "Fortun- Enegoz" (p. 635 a).

19. Vid. E. K. Neuvonen, Los arabismos del español en el siglo XIII. Helsinki, 1941, págs. 39-40.

20. Hay formas plenas: "domno Sarrazino presbiter" (1068, 492), "Ego Sarrazino de Balquerna" (1068 ?, 492), y otras con la o>e: "Ego quidem Zorraquine" (1069, 494).

21. Cantar de Mio Cid, I, p. 165. Para el carácter de esta epéntesis, vid. B. Pottier, "Arch. Filol. Arag.", II, págs. 124-144.

22. Sobre Ortiz escribí, y edité un documento, en mi trabajo Más sobre pérdida de F- inicial. Zaragoza, 1949 (Publicaciones del Instituto de Estudios Pirenaicos) .

23. Vid. las Adiciones al Cantar de Mió Cid, p. 1211.

24. Naharro aparece en otros textos de la Rioja Alta (DL, SM, h. 1150, p. 117). 26. Nafarra lo recojo en Cog., 1069, 204, y en un topónimo con la misma base aparece en Cog., 1070, 208: Nafarruri. -Hoy existe todavía un Nafarrete- en Álava, un Nafarrena en Guipúzcoa y un Nafarroa en Vizcaya (Madoz).

26. Para el nombre de Navarra pueden verse las ponderadas notas de J. Caro Baroja en los Materiales para una historia de la lengua vasca en su relación con la latina. Salamanca, 1946, págs. 220-223.

27. El tratamiento de -v- intervocálica en español no es muy uniforme; vid. Menéndez Pidal, Manual de Gram. Hist., 7.ª edic, § 432.

28. El topónimo se documenta bajo las formas Calagurra (años 1074, 1083, 1088 y 1089) y Kalaorra (1085).

29„ Dauzat daba para el término la etimología prerromanacala 'piedra' + gorri 'rojo' (La toponimie française, París, 1939, págs. 91 y ss.). Menéndez Pidal, RFE, V, 231-232, prefiere ver un compuesto de uri 'pueblo'.

30. Hay diez casos en mis docs.: entre los años 1078-1082 (vid. el índice, página 168 b).

31. El "Albar Hanniz" de 1110, p. 603, es forma etimológica; vid. Or.,p. 209, núm. 4. Como nombre de persona se emplea también Harramelli (Cog., 1065, p. ,191; 1070, p. 207; 1078, p. 243); el topónimo en su forma Harramellori aparece en Cog., 1067, 196; 1080, 250.

32. § 58, p. 228. Para esta l por ll en posición medial, vid. alba-jo, § 191

33. El mismo adjetivo en Cog., 1049, p. 191: "lacuna putia".

34. En el índice, págs. 164 b -165 a hay veintidós casos—sin excepción— de este conservadurismo.

35. Cfr.: Loncares (Cog., 1083, 254).

36. Así, Letesma, en un doc. de 1010 (Cog., p. 89); en otro de 1014 (ib., p. 94); en otro de 1076 (ib., p. 236), y en otro de 1086 (ib., p. 264).

37. Cfr. Secobia (Cog., 1086, 266).

38. En Cog. Cuculla (1016, p. 99).

39. Cfr. Nokeruela (Coig., 1070, 210).

40. Vid. docs, de 1079 en las págs. 533 y 534.

41. El texto impreso cambata, para la corrección, vid. § 3.

42. "No conozco ejemplos altorriojanos del siglo XI —son las palabras a que me refiero en el texto—; pero en los del XII ya sólo hallo las formas comunes con Castilla."

43- En Cog., de vez en cuando también aparece la solución l en toponimia:Ballelio (,10i68, 200).

44. En un doc. coetáneo de Cog. se lee "valle Auta" (1048, p. 143). El Cartulario de San Millán tiene menos rasgos romances que el de Valbanera, según indicó el P. Luciano Serrano ; esta reiteración en formas antiguas (abundan también los saucto) hay que interpretarla como un pretendido arcaísmo.

45. En Cog. hay una forma semejante: alla < ,ad  illa(m): "de una parte semita que exiit ad Villa Paterna et yadit ad illa Carrera et alla lomba, et ex alia..." (1007, págs. 82-83).

46. Véase de todos modos G. Tilander, La terminación "-i" por "-e" en los poemas de Berceo, "Rev. Filol. Esp.", XXIV, 1937, págs. 1-10.

47. Los inventarios de los sufijos empleados para formar apellidos los he hecho según los índices —al parecer completos— de la edición de M. Lucas Alvarez.

48. A propósito de los sufijos -az, -ez, -iz, -oz trató Caro Baroja en los Materiales para una historia de la lengua vasca en su relación con la latina..Salamanca, 1946, págs. 102-116.

49. "Rey. Filol. Esp.", XXXV, 1951, págs. 1-7.

50. Vid. el mapa de Orígenes, frente a la p. 488; el de los Materialesde Caro Baroja, frente a la 18, y el mío de la p.  ...., en el que señalo fronteras según el más reciente estudio de J. Merino Urrutia.

51. Cfr. "Acta Fanni" (Cog., 1035, p. 121).

52. Cfr. "Acha Vita" (Cog., 1022, p. 102).

53- Vid. nota 55 y los casos "Egga Lacine" (Cog., 1077, 238); "Eggade Millan" (1083, 255). En Cog. documento una extraña grafía: "Eigiga don Nunnu" (1048, 146).

54. Otros textos de la Rioja Alta: "Eita Alarize" (Cog., 100'9, p. 85);"Eita Gomiz" (ib., 1020, p. 99); "Eitavita Fortuniz" (ib., 1063, págs. 186 y 187); "Eita Obecoz" (ifb., p. 187); "Eitavita, Galindez" (ib., 1078, 244).

55. En otros textos riojanos: "Eggabita, Moriellez" (Cog., 1065, p. 195); "Duen Eggavita de S. Clementis" (Cog., 1079, 247).

56. Del primer elemento, existió una variante fonética con e-: endregoto (Docs. Ramiro I, año 1052, p. 97).

57. Vid. j. Caro Baroja, Materiales, p. 157. -

58. Ib., p. 159.

59. En la p. 160 de la obra citada en las dos notas anteriores, se habla de "donnaAndregoto", repetición tautológica del mismo tratamiento. En ocasiones aparece "domna Goto". Un documento  de mi cartulario usa juntos los nombres de Goto y Anderazo, pero el primero sin el tratamiento: "Et proinde damus nos, suas filas: Goto et Anderazo et Urraka" (1092, 595).

60. Según el Diccionario vasco-español-francés de Azkue, s. v., acepciones 1.ª y 5.ª

61.. En Gog. aparece un "Bal de Azu" (1078, 242), que en el encabezamiento puesto por el editor es valdaza. A mí me hace creer en el actual Valdazo por la localización de los otros pueblos que se citan.

62. Azkue,Dicc, s. v.

63. Caro Baroja, op. cit., p.158.

64. Azkue,Dicc, s. v.

65. Cfr.: "Annaia Monnioz" (Cog., 1042, 130); "Annaia Moriellez" (ib., 1065, 19,5); "Annaia Sarracimez" (ib., 1083, 299); "Garcia Annaiaz della Nave" (ib., 1083, 256); "Semeno Annaiaz" (ib.,1090, 280).

67. Vid., el Dicc, de Azkue, s. v.

68. Sobre los sufijos -iz, -ez y su relación con-ko, vid. Caro Baroja,op. cit., páginas 102-109.

69. En Cog.: "Si quis uero de nostriis consanguineis inquietare voluerit, parietcauto centum dex solidos" (1070, p. 118); "cauto retentu, sexaginta solidos" (1048, p. 143), y otras veces.

70. Or., p. 396, § 841

71. DL, p. 116, núm. 72. En una donación hecha a San Félix de Oca se recoge foios (Cog., 1007, p. 83), y en otra cesión a San Millán "foiosde Arto" (Cog., 1042, p. 130).

72. En el becerro de Valbanera existen estos mismos derivados; vid. § 22.

73. El topónimo falta en el índice de la edición.

74. Espigueo de latín vulgar, "Anales Inst. Ling.", Cuyo, 1944, II, páginas 143-145. Vid. también M. García Blanco, Contr. a la top.. arag. medieval. Actas primera reunión de top. pir., Zaragoza, 1949, págs. 130-131.

75. En otros docs. de la Rioja Alta: "septem carros de cevera inter tritico etordio" (Cog., 1009, p. 84); "azudeiz de tritico et azudeiz de ordio"(ib., 1086, 264).

76. La forme métathétique "palude" dans les largues romanes, "Homenaje a Rubio", I, p. 173.

77. "Archivo Fil. Arag.", II, págs. 165-166. En. otros textos de la Rioja Alta se documenta, también, la voz: "in ómnibus montibus et fontibus, in padulibus..."(Cog., 1006, 81); "'Concedimus una decania... cum ribulis, molinis, padulibus..." (1049, p. 151); "et in no agro in padule el medio" (1062, 179), y otras veces (en 1062, 182; en 1063, 189; en ,1070, 208; en 1075, 229; en 1076, 237; etc., etc.).

78. En este trabajo aduje abundantes textos medievales; vid. la p. 45, donde doy las formas metatizadas.

79. Elementos de Phonétique Basque, "Rev. Int. Est. Vascos", XII, 1921, 439.

80. Ha podido confundirse la -a final visigótica con una -u. Amlerazoparece nombre de mujer, según se desprende de mis referencias en el § 29.

81. DL, p. 106.

82. DL, p. 108.

83. DL, p. 110.

84. DL, p. 109.(En 924 el rey de Navarra se titulaba rey de Nájera (ib., p. 108).

85. Cog., págs. 221-222.

86. -MB- es rasgo navarro, según A. Alonso, La subagrupación románica del catalán, RFE,. XIII, págs. 8 y 21, y F. Ynduráin-, Contribución al estudio del dialecto navarro-aragonés antiguo, Zaragoza, 1945, p. 43.

87. El vascuence hablado en Rioja y Burgos, "Rev. Int. Est. Vascos", XXVI, 1935, págs. 624-626; El vascuence en el valle de Ojacastro (Rioja Alta), "Boletín Soc. Geográfica", LXXXI, 1931, págs. 254-264; Más sobre el vascuence en el valle de Ojacastro (Rioja Alta), ib,, LXXII, 1932, págs. 451-473, y El vascuence en la Rioja y Burgos, "Rev. Dial, y Tradic. Pop.", V, 1949, págs. 370-405.

88. Vid. el mapa (frente a la p. 378) del último de los estudios citados -en la nota anterior, que nos ha servido para establecer el límite de la toponimia vasca en el nuestro.

89. Vid. Ramos y Loscertales, El derecho de los francos de Logroño en  1095. "Berceo", II.

 

 

 
 

 

 

 

EL BECERRO DE VALBANERA
Y EL DIALECTO RIOJANO DEL SIGLO xi

Manuel Alvar
(Universidad de Granada)
Al Prof. Gerhard Rohlfs en su 60 aniversario (14-7-52)

 

 

Archivo de filología aragonesa,
ISSN 0210-5624, Vol. 4, 1952 , pags. 153-185