Restos de acueducto en Alcanadre. Hilario Pascual González descubrió a principios de los años 80, el trazado que desde los manantiales de Sierra Lahez surtía de agua a Calagurris a través de esta conducción de 30 kilómetros (mayor que el de Segovia con 18 kms).

Biblioteca Gonzalo de Berceo

 

 

     Resumen

El artículo trata de poner al día la bibliografía actual sobre la importante novela picaresca de Gregorio González. Apunta también los macro-temas que un estudio más profundo debe abordar de forma inexorable en el estudio del Guitón Honofre.


     Resumen

Cet article essaie de mettre en rélief la bibliographie actuelle à mopus de l’important roman picaresque de Gregorio González.On regarde les thèmes plus importants pour e’ étude plus profond sur le Guitón Honofre.
 

 

 

 

1.- CALAHORRA Y EL ÚLTIMO RENACIMIENTO ESPAÑOL.


    
Ya en el número inaugural de esta revista, advertí, hace unos años, de la importancia de la ciudad en relación con la vida cultural de los finales del Renacimiento español y los primeros años del XVII. Es más, llegué a subrayar su vitalidad en el mundo de las letras contemporáneas.Y a este respecto incorporé un estudio sobre una poetisa del Carmelo calahorrano, sor Ana de la Trinidad, excelente ejemplo de escritora mística de la que conservamos una colección de sonetos hasta hace pocos años atribuidos a Santa Teresa1.
Cité también y vuelvo a este propósito a recordar la presencia en la ciudad de su Obispo D. Pedro Portocarrero, de 1589 a 1594, el gran amigo y destinatario de los poemas de Fray Luis de León2.
     Otro hito importante es sin duda la figura de D. Gregorio González, de Rincón de Soto - entonces “lugar de Calahorra”- autor de una de las pocas novelas picarescas de nuestra literatura, el Guitón Honofre, cuyo manuscrito se descubrió en la primera mitad de este siglo y que en la actualidad figura entre los textos más importantes del género. Autor por cierto muy relacionado con los padres de sor Ana de la Trinidad, de los que era su “gobernador”, una suerte de administrador de sus tierras

 


2.- HISTORIA DE UN DESCUBRIMIENTO.APOYATURA BIBLIOGRÁFICA.


     Suele ser en muchas ocasiones la pura casualidad la aliada de las letras, y en el caso de la novela que nos ocupa encontramos un ejemplo digno de nota. Se sabía de la existencia de esta obra, no publicada y por tanto manuscrita, a través de la Bibliotheca Hispana Nova de Nicolás Antonio, quien en 1672 citaba en estos términos al autor riojano y a su obra:


“GREGORIUS GONZALEZ, domo ex oppido / Rincón de Soto Calagurritani territorii scripsit / Primera parte de Onofre Caballero Guitón.M.S. in 4/ Vidit D.Thomas Tamaius”.


     En efecto, el eminente bibliófilo D.Tomás Tamayo de Vargas, Cronista de su Majestad, ya en su Junta de libros (la mayor que España ha visto en su lengua hasta el año de 1624) citaba autor y obra de esta forma:


“GREGORIO GONZÁLEZ de Rincón de Soto Jurisdicción de Calahorra/ 1ª parte de Honofre Caballero Gritón [sic] M-S 4º”

     A partir de entonces perdemos la pista del manuscrito del cual no volvemos a saber nada hasta el siglo XVIII. Según Paul Langeard 3, pasó a la Biblioteca Pública de Lima después de avatares desconocidos y finalmente a la casa de un comerciante parisino donde él mismo pudo encontrarlo por pura casualidad. Langeard finalmente lo deposita en la Smith College Library de Massachussets,U.S.A., en 1936 donde en la actualidad se encuentra. Está formado por ciento ochenta y cinco páginas numeradas de 200 X 147 milímetros. Puede leerse todavía la marca de su procedencia: BIBLIOTECA PÚBLICA DE LIMA.
     La primera edición de la obra la debemos al profesor de la University of North Carolina, Hazel Genéreux Carrasco, con excelente introducción y notas, en Valencia, Estudios de Hispanófila, 1973.Trabajo por cierto distribuido hace más de veinticinco años por Editorial Castalia. Se trata de un texto bien anotado, no obstante en inglés y por tanto no demasiado manejable por el lector español medio. Sin embargo la edición del texto, respetando la grafía original y con presentación cuasi-paleográfica, es excelente.
     Abundan las notas a pie de página, aunque hay una obsesión por el elemento refranísitico y paremiológico. A este respecto incluye un apéndice final con una lista extraída del libro de refranes y frases hechas aparecidos en el texto.
     Como fruto del interés que despertó la aparición de la edición comenzamos a encontrar estudios y citas a la obra y a su autor a partir de aquel momento. Por ejemplo Manuel Criado de Val publica un artículo en 1979, “El Guitón Honofre: Un eslabón entre “celestinesca y picaresca”, en La picaresca. Orígenes, textos y estructuras. Actas del I Congreso Internacional sobre la Picaresca 4.Tengo noticias de que el mismo investigador llegó a escribir una obra de teatro de temática picaresca titulada precisamente El Guitón Honofre que llegó a representarse en Alcalá de Henares.
     El probablemente mejor investigador del género, Francisco Rico, paró mientes sobre la obra y escribió un breve artículo titulado “Guitonerías” en 1982 sobre el origen de la onomástica textual 5.
     Desde un punto de vista más local Manuel Fernández-Galiano se hace eco de la estancia de Gregorio González en Sigüenza y escribe un artículo, breve, en 1985, en una revista local de investigación 6. No obstante, en dichos años se destaca entre los estudiosos de la obra Emilio Moratilla García con diversos trabajos. El primero, titulado “Celestinesca en El Guitón Honofre”, en Boletín de la Biblioteca Menéndez Pelayo,LXV, (1989), pp. 50-70 insiste en los orígenes y fuentes de la obra. El segundo,“El Guitón Honofre en la configuración de la picaresca”, Insula 503, (1988),pp. 14-15 trata de reivindicar la importancia en la tradición del pícaro al uso. Artículo que amplía en otro de similar título en el Homenaje a Manuel Criado de Val en 1989. Y finalmente lleva a cabo en 1990 un extenso estudio sobre la estructura del texto en “La disposición narrativa de El Guitón Honofre”, Ibero-Romania, 31, (1990), pp. 82-104. Línea por cierto ésta última en la que ya había trabajado el profesor de la Universidad de Zaragoza José Miguel Oltra: “Los modelos narrativos de El Guitón Honofre de Gregorio González”, Cuadernos de Investigación Filológica, X, (1984), pp. 55-76.
     Pero probablemente el más extenso investigador sobre el escritor riojano es Fernando Cabo Aseguinolaza, profesor de la Universidad de Santiago de Compostela, autor de diversos estudios y dos ediciones de la obra. La primera en Salamanca, Almar, 1988.Y luego una, según sus palabras” “revisión completa” tras cotejar con mayor cuidado el texto, en 1994. Es autor también del trabajo “El Guitón Honofre y el modelo picaresco”, Revista de Literatura, XLVIII (1986),pp. 367-386. Recogido parcialmente en Francisco Rico, Historia y crítica de la literatura española, 3/1. Siglos de Oro: Barroco.Primer suplemento, por Aurora Egido y otros, Barcelona, Crítica, 1992, pp. 282-287. Y opiniones sobre la obra las vierte el propio autor en su trabajo sobre el género: El concepto de género y la literatura picaresca, Santiago de Compostela, Servicio de Publicaciones da Universidade de Santiago de Compostela, 1992.
     Contamos con otra edición de la obra, esta vez riojana, por el I.E.R., publicada por la profesora de la Universidad de La Rioja, excelente investigadora sobre el XVII español, María Teresa González de Garay.

 


3.- NOTICIAS SOBRE GREGORIO GONZÁLEZ.


     No son muchas las noticias que tenemos sobre este interesante escritor, a no ser lo que él mismo nos cuenta en su obra que, por cierto, no es sin embargo poca cosa. Así sabemos de sus orígenes en Rincón de Soto -entonces lugar de Calahorra- y de la naturaleza de sus estudios que le confieren el grado de Licenciado. Sus estudios nos llevarían con seguridad a Salamanca,Valladolid y Alcalá de Henares, lugares que aparecen citados repetidamente en su obra y que conoce con detalle según demuestra en la novela.
     En la dedicatoria que dirige en carta “A Don Carlos de Arellano y Navarra” incluye la fecha de 1604 por lo cual el texto es, con total seguridad de dicha fecha o anterior. Elogio que luego continúa “in extenso” en una composición poética en octosílabos que viene más tarde. La familia a la que sirve y de la que es su “gobernador” es sin ningún margen de duda la más importante en aquellos años en La Rioja y lo seguirá siendo hasta el siguiente siglo. Los Ramírez de Arellano, señores de las villas de Alcanadre, Ausejo y Murillo de Río Leza son importantes propietarios, una de cuyas hijas fue la citada sor Ana de la Trinidad 7. El entonces jefe de la casa es D. Juan, quien da la bienvenida a la obra dirigiéndole un soneto que copia el propio Gregorio González. Su hijo, Carlos, es sin embargo a quien dirige sus versos el escritor de Rincón de Soto con quien parece le une una buena amistad y probablemente una semejanza en años.
     Es muy probable que Gregorio González estudiara Derecho o Leyes en las citadas universidades del país porque en la propia obra aparecen repetidas muestras léxicas de su dominio de aquel campo del saber contemporáneo. No es vano dar noticia de cómo los Ramírez de Arellano, propietarios de extensísimas posesiones en La Rioja y Navarra mantienen continuos pleitos con el cabildo catedralicio calahorrano, por ejemplo, o con los diversos consistorios donde se asientan sus tierras 8. Sin duda el escritor de Rincón tendría ocasión de poner a prueba sus conocimientos como “gobernador o administrador” de tan amplias propiedades. La prueba la da el propio Juan Ramírez de Arellano cuando en los versos citados que le dedica concluye:


“Que si como jurista ( que sabemos
eres de nuestro tiempo el más notable)
subieras con tu pluma en grande alteza.”


     Sabemos también que, como he dicho con anterioridad, estudió en Alcalá de Henares y fue colegial del conocidísimo Colegio Trilingüe. En una composición así lo reconoce, dirigida ésta al “Licenciado Espinosa” compañero suyo en la ciudad complutense. El mismo soneto da noticia también, al citar junto al río Henares al río Tormes, de que estudió en Salamanca:


“Lloraba Tormes y lloraba Henares,
Escucha Apolo con su sacro coro.
Una misma es la queja, un mismo el lloro,
Y aljofares que envían a los mares.
Nunca te hurto yo los que tú pares.
En mis riberas con mis hijos moro.
No me robes mi hijo y mi tesoro
(Así llorando muestran sus pesares)
González, palmas son estas querellas
Y gloria es vuestra que uno y otro os pidan
Y cada queja os sube más arriba.
Apolo manda que sus musas bellas
Tormes y Henares entre sí os dividan,
Y él dice que tal lengua viva, viva”.


    De este modo hemos de mirar a Gregorio González como un hombre formado en los más importantes centros educativos del país, como una suerte de humanista del Renacimiento dotado de una interesante formación cultural y no sólo en las leyes.
     A este respecto son abundantísimas las muestras que da en su obra de su vasta cultura y educación. Por ejemplo la cita de autores clásicos es muy abundante.Ya en su “Prólogo al lector” cita entre otras autoridades de las que luego en el libro da muestras de conocer intensamente a Cicerón, Demóstenes, Horacio,Verino, Ennio, Marcial, Plauto, Terencio, Fausto Andrelino. Pero no se trata de pólvora gastada en salvas.A lo largo de toda la novela son abundantísimas las citas clásicas de carácter culto siempre o casi siempre mezcladas con otras notas de carácter popular. Porque, siguiendo a Mal Lara o a Erasmo en sus Adagia, no pierde ocasión el escritor riojano de ofrecernos una abundantísima muestra de saber popular, de refranes, frases hechas, “dicta et facta” o “memorabilia”.
Saber paremiológico a que tan aficionados se muestran los escritores renacentistas y, también, la literatura picaresca. Por eso un amigo logroñés de Gregorio González, D. Pedro Jiménez de Porres, le dedica un soneto en el que insiste en esa doble naturaleza de la obra, en la corteza que cubre debajo un fruto dulce, ameno y culto:


“Aunque cubrió con rústica corteza
el discreto ateniense sus silenos,
por la parte interior estaban llenos
de admirable primor y sutileza.
Era imposible verse su riqueza
sin descubrirles los ocultos senos,
que cual prados dulcísimos y amenos
daba notable gusto su belleza.
Así ( con no menor ingenio y arte)
. . . . . bra su guitón González cubre
. . . . . ado pincel de su agudeza
Pero para mostrar alguna parte
del oro puro que el sayal encubre
es menester quitarle la corteza”.


     Sin duda el principio horaciano del “utile dulci”-según Menéndez Pelayo resucitado con extraordinario vigor en España a partir del XVI- tiene mucho que ver con el propósito del escritor riojano.
     En efecto, su obra está llena de propósito moralizante. De este modo se convierte en una clara muestra de literatura didáctica con predominio de la sentencia y, junto a ella, de la “digresio” y el discurso o la “paideia”. Pero hay todavía algo más.Me refiero a la facilidad con que encontramos multitud de pasajes llenos de sátira rabiosa, de crítica al más puro estilo barroco del XVII en el marco de la estructura tradicional de la literatura picaresca. ¿Fue acaso esta nota de sátira y de cierta irreverencia la que dificultó la publicación de la obra?. Porque en la obra los clérigos no salen demasiado bien parados.
Y tampoco otras esferas del poder de aquella época. No olvidemos que el propio Lazarillo salió de la imprenta ocultando a su autor.
     ¿Escribiría tal vez su obra el buen jurista con la única intención de pasar un rato entretenido o planeó tal vez la publicación de la novela?. Esto último es lo más probable. No puede explicarse de otra forma la propia disposición del manuscrito, con las preliminares dedicatorias a amigos y dignidades y los parabienes de aquéllos. Pero en el último momento no llegó la licencia oportuna. La causa sin duda: el contenido cáustico de la novela. Debemos inferir que su autor, en razón a muchas de las cosas que dice en su obra, está claramente en la órbita erasmista que encontramos, como ha dicho Américo Castro, en el propio Miguel de Cervantes y en lo más granado de nuestra intelectualidad del Siglo de Oro.
     No tenemos en este breve espacio ocasión de dar noticia de las abundantes notas erasmistas que podemos encontrar en el Guitón Honofre, que son sin duda muchas. Desde la sátira anticlerical, la utilización de las técnicas del discurso erasmista, la censura contra las supersticiones, la exaltación de la cultura popular (refranes, dicta et facta, etc.)... Sin olvidar que el propio género picaresco siguió desde sus orígenes aquella veta europeísta del autor del Enchiridion, los Adagia, Colloquia, Institutio principis christiani, etc.
     Otra caracaterística notable de la obra es la propia conciencia de Gregorio González de estar sometiéndose deliberadamente a determinados covencionalismos del género. Hay en su mente un deseo muy claro de seguir la estructura de una obra emblemática y fuente principal de su libro: el Pícaro Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán. Por ello tiene interés el soneto que incluye, de Doña Leonor Juana de Arellano y Navarra, sobre el libro donde se alude al carácter entre real e imaginario de la obra:


“Inmaterial Guitón, que no has podido
ser engendrado acá de algún viviente
porque tu sutileza no consiente
corpóreo ser jamás, sin haberlo sido,
Cómo nos representas al sentido
tu figura tan viva y tan patente
que cada cual parece que te siente,
te mira, te toca y halla engrandecido?.
¿Cómo, teniendo estado bajo y pobre,
al más subido excede tu concepto
tan rico de sentencias y elegancias?
¿Cómo destila miel un ... robre?
y ¿cómo, finalmente en un ... o
concurren tan diversas repugnancias?”.


     En efecto, en la obra el uso de la primera persona según el convencionalismo de la picaresca le obligaba a romper el “decoro lingüístico”. Por ello el calificativo de “inmaterial”, excelente prenda para definir el concepto de metaliteratura que encontramos en la obra. Inmaterial como irreal en el sentido, viene a decir doña Leonor, de que no existen “guitones” en aquella España del Siglo de Oro ni pueden existir. El protagonista es en el más puro sentido irreal e inverosímil y rompe por tanto en mil pedazos lo expresado por Aristóteles en su Poética.
     Son en fin tantas las vías para poder expurgar el sentido de la obra y tan breve el espacio actual de que disponemos que me permito trasladar la cita a otro trabajo de mayor extensión. En él debería insistirse en lo que vengo diciendo: el erasmismo del texto picaresco de Gregorio González; la mezcla de referencias cultas y populares; la influencia de dos autores capitales en la obra: Horacio y Mateo Alemán; las referencias locales y el juego con el espacio y el tiempo. La sátira, en fin, anticlerical, social y política y las consecuentes dificultades para la publicación de la obra.
     No quiero concluir esta breve introducción sin copiar un breve texto del párroco de la iglesia de Murillo de Río Leza, quien dedica una breve composición en latín al escritor refiriéndose a la grandeza de su espíritu y de sus orígenes, a sus conocimientos en las leyes y a su relación con los poderosos:


“Gundisalve, tui merito fulsere priores,
Punica dum mali stemmate grana suo,
Insimul et iunctis virtutum semina granis
Ingeminant: cursu sic properante pari.
Quid sibi grana volunt permixta incortice cavo?.
Nempe est quod celebris nobilitatis honos:
Sunt et nervosis coiunctae virilus ultra,
Virtutes pulchrae, nobile stemma tuum.
Nam Charites sequeris, sequeris quoque munera Martis
Hoc tamen ut iudex candidus atque pius.
Illi coeperunt: tu perficis acta priorum:
Mordax te rabies nulla nocere potest.
Quondam sic genuit Calagurris Quintilianum;
Membra alii, sed tu Quintilianae caput.
En paruum membrum: magnum ... ondere rerum:
Per lege, nam parvus multaque g...... ocet.”

 

 

 

 

NOTAS

1. “La poesía mística de sor Ana de la Trinidad”, Kalakorikos,I, (1996),pp. 85-94).
2. Sobre la relación del Obispo y el escritor con Calahorra ha escrito Alberto Acereda un artículo excelente: “Fray Luis de León y Pedro Portocarrero:Tres odas del agustino al Obispo de Calahorra”, Logroño, Berceo, (1993),pp.9-19.
3.“Un roman picaresque inédit: El Guitón Honofre (1604) de Gregorio Gonçalez”, LXXX, (1930),pp.718-722.
4. Madrid, Fundación Universitaria Española, 1979, pp. 539-546.
5. Apud Primera Cuarentena y Tratado general de literatura, Barcelona, Edicions dels Quaderns Crema, Barcelona, 1982, pp. 77-79.
6. “El Guitón Honofre en Sigüenza”, Anales Saguntinos, I,(1985),pp. 199-212.
7. Un descendiente de esta familia ha escrito un interesante trabajo titulado Señorío de Cameros y condado de Aguilar. Cuatro siglos de régimen señorial en La Rioja (1366-1733), Logroño, I.E.R.,1992.
8. En el extracto cronológico que recoge Pedro Gutiérrez en su Historia de la muy noble, antigua y leal ciudad de Calahorra, Logroño, Editorial Ochoa, 1981 (2ª edic.) se encuentran diversas notas sobre los pleitos de la familia contra el consistorio calahorrano o contra el Cabildo de la catedral.

 
 GUITÓN ONOFRE
versión completa  F. Cabo Aseguinolaza

INTRODUCCIÓN
 F. Cabo Aseguinolaza

 

 

Jesús Fernando Cáseda Teresa
Doctor en Filología Hispánica. Profesor de la Universidad de La Rioja. Profesor del I.E.S.Valle del Cidacos

Kalakorikos, 4. 1999, pp.: 281-288

 

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