Marfil de la arqueta de San Millán, s.XI.  Recrea el segundo milagro donde se  relata la historia de un diácono poseido por el demonio que es llevado ante el Santo para que le cure. Éste le ordenó abandonar el cuerpo del diácono  y al instante le obedeció.


 

El mundo espiritual  de Gonzalo de Berceo


el diablo medieval 

 

 

Marfil de la arqueta de San Millán, s.XI. Los endemoniados tratan de quemar a San Millán en su cama. No sólo no lo conseguirán sino que inician una pelea entre ellos lo que provoca que el Santo se despierte y se ría de ellos.

volver a obras completas de Gonzalo de Berceo

www.valleNajerilla.com

 

"non te riepto, ca eres una cativa bestia" 

 

A. INTRODUCCIÓN

     El hombre medieval es consciente de que en su status viae, en su peregrinar terrestre, no se encuentra solo. Poderes sobrenaturales de carácter positivo le ayudan a salvarse y le otorgan bienes materiales mientras que, antagónicamente, el diablo, el "enemigo antiguo de la humanidad", trata que el hombre muera en pecado mortal para que así se condene, además de ser el responsable de todas las catástrofes y cataclismos que, periódicamente o de manera imprevista, destrozan los esfuerzos humanos 658.
     La concepción que sobre el diablo predomina en el siglo XIII está bastante elaborada y aunque sus orígenes son remotos (el Antiguo Testamento), conoce aportaciones importantes en los siglos plenomedievales. Podemos sintetizarlas en los siguientes hitos:
     -La tradición bíblica. El diablo se encuentra citado desde el Génesis, hasta el Apocalipsis. Es el causante de que la humanidad caiga en el Pecado Original, episodio nombrado por Gonzalo de Berceo más de quince veces a lo largo de sus obras 659, porque supone el origen del mal sobre la Tierra. Afortunadamente Cristo nos redime al hacerse hombre y sufrir pasión.
     En el Nuevo Testamento aparece tentando a Jesús (episodio recogido en Santo Domingo660 y Loores661).
     -La situación social. El demonio es el causante del mal, de la violencia, de la inseguridad imperante. Concepción que se puede remontar a la Patrística, por ejemplo en la obra de Prudencio, estando también recogida en el pensamiento carolingio de Alcuino, y que conocerá su auge desde los siglos X al XIII. La vida religiosa y moral responderá al deseo de que el Bien triunfe sobre el Mal662.
     Las tensiones de la sociedad feudal influirán, por lo tanto, en un interés por la figura del diablo663. Ser que quiere matar, mientras que Dios lo que pretende es que vivamos664. Muerte y vida que no solamente tienen un claro significado físico sino también espiritual. El diablo desea que caigamos en el Infierno, seamos condenados eternamente. Cristo, con su redención, espera que el ser humano consiga la salvación eterna.
     En estas luchas entre el mal y bien no sólo hay una causa social, sino la presencia de una espiritualidad nueva donde están muy presentes la obra de Joaquín de Fiore y la confrontación pecado-redención665, tema que se encuentra claramente en la obra de Gonzalo de Berceo, un Compendium Historia Salutis666.
     El mal se ha adueñado de manera ilegítima de la posibilidad de actuar en la Tierra, idea recogida por San Bernardo de Claraval667: "El derecho de Satán sobre"el hombre no ha sido adquirido legítimamente, sino con maldad y violencia, aunque Dios lo permita".
     Esta idea de lucha se encuentra en la obra de nuestro autor. A manera de ejemplo, citaremos el caso de San Millán668, al que el diablo reta: "Dezirt' hé una cosa ca téngola asmada, / qe la luchemos ambos quál terrá la posada".
     -El IV Concilio Lateranense de 1215, en su canon I, se plantea el tema del diablo uniéndolo al del pecado ya la redención de Cristo669.
     Toda esta formulación se encuentra perfectamente recogida en la obra de Berceo, el cual nos dice en San Millán670 que la envidia ha sido la causa por la que el demonio cayó del Cielo al Infierno: "Mas en los clergos ovo envidia a nacer, / la qe fizo a Lúcifer en infierno caer". Idea que se encuentra ya documentada en el siglo VI en los escritos de San Basilio y San Cirilo y que de Oriente pasará a Occidente estando, en el siglo XII, en la obra de San Bernardo y, en el XIII, en diversos autores como Santo Tomás de Aquino671 (posterior a nuestro autor).
     ¿Qué sentido tiene la presencia del diablo en la obra del clérigo riojano? Sin duda alguna responde a un claro afán catequético. Gonzalo de Berceo pretende que su público lector-oyente viva y muera en gracia de Dios y alcance la salvación. En esto conecta con la intención de los predicadores y confesores medievales para los cuales Satanás es, paradójicamente, un auxiliar cómodo, convirtiéndose en el antagonista de la gracia en los exempla morales672. Exempla compuestos por una élite culta para intentar atraer a un vastísimo auditorio inculto. Exempla en los que se describen al diablo y al fuego infernal porque estas historias son eficaces contra el pecado. Entre otros autores, en cuyos sermones aparece el maligno, podemos citar a Gregorio Magno, Aefric, Cesáreo de Heisterbach673.
     El diablo berceano refleja una doble condición, en parte ambivalente:
     -La de un gran señor, digno de respetar y temer, que en el Infierno nos inflige durísimas penas, cuyo aspecto nos atemoriza en la Tierra.
     -El ser cómico, incapaz. Elementos que reflejan una concepción mucho más popular del diablo. Como botón de muestra tomamos el caso en el que los demonios tratan de quemar el lecho de San Millán674, volviéndose las llamas contra ellos: "Por qemar al sant'omne, todos bien avenidos. /... / tornáronse las flamas atrás como punzones; / qemávanlis las barbas abueltas los griñones".
     La verdad es que, desde el siglo XII al XV, se está pasando de la idea de un diablo aterrador a la de un diablo cómico675. Las descripciones para el Infierno y para el diablo llegan a ser más vivas y gráficas bajo el arte de Berceo, en contraste con las fuentes latinas en prosa. Frecuentemente se pierden el miedo y el desprecio, normalmente asociados con el diablo por el humor socarrón y sutil676. La presencia de un demonio incapaz, torpe, además de reflejarnos el sentido del humor de Berceo677, responde a su objetivo de no hacer una teología del miedo, y muestra una concepción apacible y liberadora de la religión, en consonancia con el optimismo plenomedieval. En Berceo no se llega a situaciones tan extremas como la de las Cantigas, donde tenemos el caso de un clérigo que hace chantaje a los demonios, para que él pueda poseer a una doncella. diablos que, sin duda alguna, lo que inspiran es lástima678.
     ¿ Varía de alguna manera la imagen que el medievo nos transmite sobre el diablo? Es evidente que hay una clarísima evolución, sin olvidar la gran cantidad de símbolos que representan a este ser, que puede mudar de aspecto. Existen diferencias fundamentales, por su propia naturaleza, entre las artes plásticas y la literatura. En el arte del Románico el diablo se encuentra perfectamente representado, por ejemplo en la arqueta-relicario de San Millán de la Cogolla, en el episodio titulado De demone expulso a domo Honorii Senatoriis Parpalinensis, o en las refinadas figuras del maestro Mateo, del arco de la nave de la Epístola, de la Catedral de Santiago679.
     En la literatura todo es distinto. La Chanson de Roland, los Nibelungos o El Poema del Cid, tratan únicamente al diablo como metáfora de los vicios o del mal en general680. El diablo no juega ningún papel temático inscribiéndose únicamente en lo maravilloso681. Paulatinamente el maligno va consiguiendo rasgos definidores, tanto psíquicos como físicos, presentes, por ejemplo, en la literatura castellana del siglo XIII no sólo en Berceo sino también en otras obras como El Poema de Fernán González o Las Cantigas.
    El maligno se convierte muchas veces, en la obra del clérigo riojano, en el coprotagonista de la situación, por ejemplo en Milagros, actuando como el poder antagónico de María, disputándose el favor del género humano.


B. PODER DEL DIABLO


     El diablo, aunque posee un poder limitado, puede inclinar la voluntad de hombres y mujeres682, Ya actuó con nuestros primeros padres lo cual, según la mentalidad medieval, supuso la entrada del mal sobre la Tierra y la pérdida del Paraíso. San Anselmo de Canterbury en el siglo IX escribirá, respecto a esto, lo siguiente683: "Dios ha creado a la humanidad para que conviva en armonía con el universo y con Él. Tal armonía comporta la adhesión de los hombres al plan de Dios. El pecado es el abandono voluntario del designio divino del universo. El pecado original introduce en el universo ruptura, disonancia, desequilibrio y aleja al género humano de Dios. Como consecuencia del pecado original el diablo tiene poder limitado para tentar y castigar a la humanidad".
     El demonio será, por tanto, el responsable del sufrimiento que azota al hombre684.
     El malvado será conceptuado como un seguidor de Satanás. Ciertos crímenes eran considerados especialmente nefandos y fruto de la particular inspiración diabólica: hurtos, crímenes sexuales, homicidios, magia negra685.
     En nuestro autor aparece esto perfectamente documentado. A título de ejemplos citaremos tres casos: En Milagros686, se nos habla de varias personas que pecan sexualmente como el monje fornicario: "Tanto pudió bullir el sotil aversario / que corrompió al monge, fízolo fornicario". También tenemos el caso de un judío que, aconsejado por Satanás, hace magia negra687: "Avié y un judío en essa judería: / sabié él cosa mala, toda alevosía, / .../ Savié encantamientos e muchos maleficios; / fazié el malo cercos e otros arteficios, / Belzebud lo guïava en todos sus oficios".
     En Santo Domingo688 se nos cuenta cómo Garçi Muñoz roba las mieses de sus vecinos: "Furtávalis las miesses al tiempo del segar, / no lis podrié el falso peor guerra buscar".
     Estos pecados suelen conllevar una inmediata reacción divina y, así, Garçi Muñoz perderá la fuerza y la memoria689: "Fo la ira de Dios en el barón venida, / ovo en un ratiello la memoria perdida, / e la fuerça del cuerpo fue toda amortida". También podemos citar el episodio narrado en Milagros, en el que tres caballeros cometen homicidio dentro de una iglesia y María les manda un castigo690: "La reína de Gloria tóvose por pendrada, / .../ Embïó Dios en ellos un fuego infernal, / non ardié e quemava com el de San Marzal".
     El diablo utilizará su poder contra el género humano planteándose una continua lucha. En ella el hombre debe escoger entre acompañar al orgullo (que hizo caer a Satán) o seguir a la humildad. La salvación es el motivo de dicho combate. Al igual que en el mundo terrenal el armamento sirve para la lucha, la contienda se planteará en el mundo sobrenatural y el preciado botín que se disputan es el alma. El espectador medieval se alegrará si en este combate sobrenatural triunfa la Virgen o las fuerzas del bien. Nada entusiasma más que ver al diablo derrotado. El maligno puede ganar batallas pero, en la mentalidad optimista plenomedieval, nunca ganará la guerra691.
     El diablo en la Tierra se enfrentará con todos los hombres, incluso los santos. Este tema obtendrá siempre en las hagiografías una presencia latente692. La violencia del diablo contra la persona será proporcional a su grado de santidad693. Glaber, monje cluniaciense del siglo XI, siguiendo a San Gregorio, dirá que la acción del diablo se presenta ambigua, puesto que se aparece a ciertos seres para su daño pero a otros para su perfección694.
     El diablo aparece en la obra de Berceo contínuamente hostigando a los santos. A San Millán695: "Guerreávalo mucho por muchas de maneras, I a qual parte que iva teniéli las fronteras; I dávali a menudo salto por las carreras, / mas no li valió tanto commo tres cañaveras".
     Nuestro autor, en cualquier caso, minimiza el poder del diablo, y en San Millán lo ridiculiza, convirtiéndole en una especie de torpe guerrero, que para lavar la humillación propone un duelo, saliendo mal parado ante las oraciones del santo. El demonio en este caso, como en la fuente berceana, aparece como un agresor más que como un tentador. Esta lucha entre el diablo y San Millán, según la fuente que sigue nuestro autor (Vita Sancti Emiliani de San Braulio de Zaragoza), está inspirada en la pugna que Jacob tuvo con el ángel696. Gonzalo de Berceo no establece esta analogía en San Millán, tal vez porque no le parece procedente el mezclar la lucha divina con la lucha demoníaca. Sin embargo, en Santa Oria697, versifica el pasaje: "Quando durmié Jacob cerca de la carrera, / vído subir los ángeles por una escalera, / .../ estonz perdió la pierna, en essa lit vezera"698.
     Un episodio de similares características, en el que el diablo queda totalmente vencido y humillado por el santo emilianense, es el que narra la expulsión del demonio de casa del noble Honorio. El maligno presentará ahora las características de tentador, agresor, perturbador699. Todo es tremendamente edificante y paradójicamente cómico. El diablo se liará a pedradas con el santo, éste contraatacará con salmos700.
     El tema del demonio enfrentándose a los santos, y en general a los monjes, está muy presente en los tratados de educación medieval. Casiano, por ejemplo, dirá que el monje al que hay que educar no está solo sino que es contínuamente tentado por los diablos701. Hay que tener presente que el monje tiene una relación tanto con Dios como con el diablo, de quien es la presa preferida. Especialista en la agresión satánica protegerá a los demás hombres del "antiguo enemigo"702. El monasterio realizará así la función considerada como fundamental para el interés colectivo, adorará a Dios, obtendrá su favor y su gracia pero, fundamentalmente, combatirá la permanente presencia entre los hombres del maligno703.
     El diablo, a pesar de las humillaciones que recibe de San Millán, nunca se da por vencido y así lo acusará de estar con mujeres704: "Solaçar con las dueñas de noche e de día". El santo se enfrentará dialécticamente al diablo y en su defensa, además de increparlo, pone por testigo a Jesucristo705: "Mientes, traïdor falso, e non dices verdad: /... / El qe me dio derecho de vos tantas vegadas, / .../ Essi será custodia d'estas carnes lazdradas". Estas palabras tendrán un claro efecto y, una vez más, el eterno perdedor, el diablo, quedará impotente706: "Fue con estas palabras el demon confondido, / nunqa en tal porfaço cueidó seer caído".
     El diablo también intentará vencer a otros santos berceanos. Utiliza al rey Don García de Nájera707 para dañar a Santo Domingo708: "El diablo en esto de balde nos estido, / ovo un mal consejo aína bastecido, / demostróli al rey un sendero podrido, / por vengar el despecho que avié concebido".
     Turba la paz de Santa Oria Silense 709 al aparecerse en su clásica forma de serpiente maligna, aspecto muy natural en medio de aquel agro castellano710: "Prendié forma de sierpe el traidor provado, / poniésseli delante el pescueço alçado, / oras se facie chico, oras grand desguisado, / a las veces bien gruesso, a las veces delgado". El diablo tienta y hostiga a la reclusa porque odia toda santidad y, sobre todo, la que se expresa a través de la castidad711. Agrede e incluso apalea a quienes aspiran a la perfección712 (esto último se encuentra en diversas hagiografías pero no en las berceanas), tal vez porque lo que intenta es desposeer, bajo la coacción y el miedo, al hombre de la gracia de Dios para someterlo a su propio dominio713.
     Afortunadamente Santa Oria Silense reaccionará con prontitud ante los ataques del maligno. Mandará llamar a Santo Domingo, el cual la hará confesar, comulgar y echará agua bendita por "el casar", espantando al diablo para siempre.
     Numerosos serán los enfrentamientos que el demonio tendrá con Santa María, en alguno de ellos acaban insultándose mutuamente como el que se nos cuenta en Milagros714, donde la Virgen exclama: "Fablas-diz la Gloriosa-a guis de cosa nescia; / non terriepto, ca eres una cativa bestia". Esta dura disputa tiene lugar en el mundo sobrenatural, siendo el motivo de la misma la posesión de un alma. Sin embargo en la Tierra sólo encontramos un enfrentamiento, narrado en Milagros, entre María y el diablo. Es el caso del clérigo embriagado. El monje será atacado tres veces por el diablo bajo las formas de toro, perro y león, siendo en todas las ocasiones librado por la Virgen715. Este episodio, que se encuentra en otras colecciones de milagros marianos, por ejemplo en Herolt, Gautier de Coincy, Adgar, Gil de Zamora y las Cantigas716, es bastante significativo para estudiar el polimorfismo del diablo.
     María en esta disputa actuará de diversas maneras. En un primer momento se colocará entre el toro y el monje y amenazará con la falda del manto al diablo en una especie de lance taurino717: "Menazóli la dueña con la falda del manto, ! esto fo pora elli un mucho mal quebranto;! fusso e desterrósse faziendo muy grand planto".
     Cuando el diablo se convierte en can también es fácilmente espantado por María. Al convertirse en león718 María reaccionará de una forma mucho más contundente y, además de insultarlo719: "Don falso alevoso, non vós escarmentades", no duda en apalearlo duramente720: "Empezóli a dar de grandes palancadas, / non podién las menudas escuchar las granadas".
     El hecho de que María apalee al diablo debería divertir muchísimo al público berceano, pues vemos cómo el demonio es vencido y obtiene lo que merece, además tendrá gran trascendencia en las artes plásticas, por ejemplo en el tema de la Virgen del Socorro donde María golpeará al maligno. La intervención de la Virgen será siempre expresión de la piedad. En la psicología de María, y así se expresa en algunas obras plenomedievales como en el Milagro de Teófilo de Rutebeuf, la Virgen acusará al demonio de sorprender a la buena gente (y en el caso del clérigo embriagado está bastante claro). La potencia: de la Virgen frente al poder del Infierno y del diablo es indiscutible721. María, como buena Señora, protege a sus leales vasallos del "príncipe infernal".
     El demonio también se enfrentará con Jesucristo al tentarlo en el desierto, siendo también vencido como nos cuenta Berceo en Loores 722: "Assaz fiço ensayos, mas non falsó el muro; / cuidó seer artero, provós por fadeduro / .../ el malo fue vencido por el su mismo fecho"723.
     Esta continua intervención de los demonios en los asuntos humanos se explica fácilmente, en el siglo XIII, al sostenerse que el mundo de los hombres no está cerrado sino que comunica con el de los diablos724. Hay una clara interrelación entre el mundo sobrenatural, superior e inferior, y el mundo terrenal, indiscutíblemente presente en la obra berceana. Lo sobrenatural irrumpe en la vida cotidiana en todo momento. No hay líneas divisorias, menos aún una barrera entre este mundo y el más allá. La aparición atemoriza pero no sorprende725.
     El poder del diablo no debe verse únicamente en el hecho de que consigue que cometamos pecados mortales o que se enfrenta con seres importantes. El diablo actúa de una manera mucho más sutil. Es el causante de las enfermedades físicas y psíquicas, según la mentalidad medieval. Por eso el enfermo deberá acudir a un santuario, para que un santo o María intercedan ante Cristo y el doliente sea curado. Esta idea queda perfectamente expresada en Santo Domingo726: "Todas aquestas femmas eran demonïadas, / .../ Guarir non las podieron ningunas maestrías, / nin cartas nin escantos nin otras eresías, / nin vigilias nin lágremas nin luengas romerías, / si non Sancto Domingo, padrón de las mongías".
     El demonio entrará en el cuerpo de los hombres atravesando cualquier orificio, especialmente la boca o la nariz727. Surge así la figura de los endemoniados, grupo marginal de personas de cuyo cuerpo, en vida, se han apoderado uno o más demonios. En San Millón y Santo Domingo tenemos mencionados algunos 728 siendo, sin duda, uno de los casos más interesantes el de Proserpina y su marido, contado en San Millán, porque los demonios son juguetones y se dedican a hacerse señas, en una complicidad que, como el propio Berceo nos dice, recuerda a la de los hermanos729: "Todos estos demonios avién unas maneras, / semejavan ermanos, fazién unas señeras; / prendién en una guisa, tenién oras vezeras, / todas sues capte.., -" nenclas pareclen companeras .
     El diablo actúa a través de los malos consejeros, como el judío en el caso de Teófilo. Estos malos consejeros llevan al hombre a la avaricia, lujuria y vanagloria 730, acercando a la humanidad a las redes del maligno.
     Nuestro personaje emplea su poder en fomentar la discordia, en intentar disgregar a la asamblea, sobre todo si ésta se encuentra en oración731. Numerosos son los casos en la obra Berceana en los que el diablo consigue este objetivo. Así, San Millán será acusado falsamente de gastarse los bienes comunales de la parroquia de Santa Eulalia. Acusación motivada por la envidia inspirada por el diablo732: "Mas en los clergos ovo envidia a nacer, / la qe fizo a Lúcifer en infierno caer. / Fueron alguantos d'ellos de envidia tañidos, / .../ Blasmáronlo qe era omne galeador, / qe era de los bienes del común gastador".
     La comunidad de Santo Domingo733 también será dividida por hostigación del diablo y el santo silense tendrá que marcharse del reino de Navarra y acudir al de Fernando I de Castilla.
     Aunque el poder del diablo ha sido prácticamente destruido, gracias a la encarnación y pasión de Cristo, el hombre tiene los medios de resistir al mal a condición que él lo quiera 734. Posee una serie de aliados contra el demonio:
     -La oración. Produce la huida del maligno. En San Millán735, escribe nuestro autor: "Luego qe Millán ovo la oración finida, / ovo toda la fuerça el dïablo perdida; / fue la sue grand sobervia en el polvo caída, / .../ fusso mal crebrantado diziendo: "¡Ay mesquino!"".
     -La señal de la cruz: por eso, en Milagros, el judío aconseja a Teófilo que no se santigüe736: "Disso'l: "non te sanctigües nin temas de nada"". El diablo no puede soportar este signo porque con él se le rechaza al buscarse a Jesucristo737. La señal de la cruz es el signo de la redención del género humano y se emplea en los exorcismos y sacramentales de la Iglesia, por lo que es muy temida por el diablo738. Los exorcismos vinieron a ser el arma primera e infalible, que la Iglesia podía poner en práctica para liberar a todo aquél que quería ingresar en su seno de todo vestigio de posesión demoniaca. Para algunos el bautismo es un acto de verdadero exorcismo739.
     -Los sacramentos: favorecen la vuelta o la especial presencia de la gracia de Dios y vencen al diablo.
     -Santa María: la Virgen vence al diablo. Es la protección contra el maligno. Su propio nombre servirá como arma para que los demonios se dispersen 740: "Luego que esti nomne de la sancta Reína / udieron los dïablos, cogieron's ad ahína; / derramáronse todos como una neblina".
     El poder del diablo será siempre vencido por la potencia de Dios, la cual protege al justo como en el caso de San Millán741. Aunque el diablo tienda a encadenar al hombre no basta el haberle dicho sí un día, siempre, hasta en el momento de la muerte, queda una salida airosa742.




C. POLIMORFISMO


     El diablo no anda nunca escaso de apariencias743. El polimorfismo es su principal cualidad. Puede manifestarse en cualquiera de las formas que el hombre alcanzaba a ver, sentir, o presentir. Puede introducirse en cualquier animal, en cualquier persona, y también en las alucinaciones de las imaginaciones febriles y corrompidas744. Es el artífice de sueños tentadores y pemiciosos745. Visita al agonizante debilitado746. Precisamente en el delirio de Santa Oria. sus acompañantes temen que pueda estar el demonio747: "Vedién que murmurava, mas no la entendién; I por una maravilla esta cosa avién, I estavan en grant dubda si era malo bien". El acudir junto al lecho del enfermo no es sólo característico del diablo sino también de la Virgen, como se nos cuenta en Milagros748: "Enfermó esti clérigo de muy fuerte manera, /... / Apareció'lla Madre del Rel celestial". De ahí que la duda que le asalta a los acompañantes de Santa Oria sea bastante razonable.
     El diablo se presenta muy a menudo, en la literatura y la predicación medievales, en forma de varios animales, y Gonzalo de Berceo sigue fielmente esta tradición749. No olvidemos que el hombre medieval ve los vicios bajo forma de animales simbólicos, de amenazadoras alegorías750. El poeta riojano tiene una actitud desfavorable hacia los animales, considerando al diablo una bestia más 751. Así aparece en diversas obras como San Millán752: "Fizo muchos ensayos la bestia maleíta". En Milagros753: "Non te riepto, ca eres una cativa bestia". Este concepto que asocia al diablo con una alimaña tiene un claro precedente bíblico. Se encuentra en el Apocalipsis754 en repetidas ocasiones, por ejemplo, en el capítulo decimocuarto donde se escribe755: "Quien venere a la bestia ya su estatua y reciba su marca en la frente o en la mano, ése beberá del vino del furor de Dios".
     El primer aspecto con el que se nos presenta el diablo en el Génesis es el de serpiente 756. En Santo Domingo757 escribe nuestro autor: "Prendié forma de sierpe el traídor provado /... / En essa misma forma, cosa es verdadera, I acometió a Eva, de Adam compañera". Esta serpiente del Génesis va a simbolizar la seducción dialéctica del más alto nivel, pero también es la hipocresía, la injusticia, el pecado mortal, el demonio 758.
     La serpiente presenta un significado muy negativo y maldito, en la Edad Media, siendo el símbolo de la muerte 759 pues por su causa el género humano ha perdido no sólo el Paraíso sino incluso la vida, como se nos dice en Duelo760: "De quál guisa pecaron los parientes primeros, /... / Perdieron Paraíso e perdieron la vida". Se creará la hostilidad entre la serpiente y la mujer {Génesis 3, 15), convirtiéndose María, segunda Eva, en la figura antagónica del diablo.
     El Infierno estará lleno de serpientes que asustarán a los condenados761: "Cómo tienen abiertas las bocas las serpientes / cómo sacan las lenguas e aguzan los dientes".
     El diablo, en su forma de serpiente, también se aparecerá a Santa Orla Silense. Nosotros no estamos en absoluto de acuerdo con la opinión de que en esta aparición del diablo a la emparedada existan claras connotaciones eróticas y que Berceo refuerce el elemento sexual de la descripción de la serpiente, siendo explícitamente fálica 762. La amplificación que realiza nuestro autor, y que no se encuentra en su fuente763, lo que hace es recalcar el hecho del polimorfismo del diablo, incluso cuando tiene forma de serpiente 764: "Oras se facié chico, oras grand desguisado, / a las veces bien gruesso, a las veces delgado". Las únicas posibles connotaciones eróticas las podemos encontrar en la fuente berceana, concretamente en Grimaldo, quien usa para este episodio palabras como lascivia y deseos carnales, que no son utilizadas por Berceo para ninguno de sus santos.
     La serpiente aparece asociada siempre, en Berceo, a otros animales dañinos como los escorpiones, que también están en el Infierno asustando a los pecadores, escribiendo nuestro autor en Signos765: "Comer los han las sierpes e los escorpiones / que han amargos dientes, agudos aguijones".
     En Misa766 será, en una curiosa amplificación de Berceo, el diablo en forma de lobo el que engañará a Eva 767: "Debatió el mal lobo, pleno de falsedad, / al que echó a Eva en grant captividad".
     La sustitución de la serpiente por el lobo está en función de establecer una analogía pues ambos son animales dañinos. El simbolismo del lobo encierra un aspecto feroz y satánic0768. La voracidad del animal se expresa por la relación del lobo con el pecado. En Dante, posterior a nuestro autor, el lobo tomará las dimensiones de la bestia del Apocalipsis.
     Paradójicamente, en la obra berceana, la serpiente no tendrá siempre un valor negativo. En San Millán, el santo, en su menosprecio del mundo yen su deseo de vida eremítica, prefiere vivir en soledad aunque todo esté lleno de serpientes 769: "Qerié de mejor grado vevir con las serpientes, I maguer son enjonosas, aven amargos dientes".
     Íntimamente relacionada con la figura de la serpiente encontramos la del dragón, otra forma de polimorfismo diabólico. Su origen es también bíblico escribiéndose, por ejemplo, en' el capítulo decimosegundo del Apocalipsis lo siguiente 770: "En el Cielo se trabó una batalla. Miguel y sus ángeles declararon guerra al dragón. Lucharon el dragón y sus ángeles, pero no vencieron y desaparecieron del Cielo definitivamente".
     Esta presencia del dragón la encontramos en Santo Domingo771: "Fue mal escarmentado el draco traIdor". Es importante señalar que mientras que Grimaldo utiliza la palabra serpiente, Berceo usa dragón, tal vez porque se establece una fácil analogía entre ambos animales. LoS dos, desde el punto de vista simbólico, tienen claras connotaciones demoníacas 772. Las cabezas de dragones rotas, las serpientes destruidas, prueban la victoria de Cristo sobre el mal. En la Edad Media, el dragón será el obstáculo que hay que superar para alcanzar el plano de lo sagrado. Es la bestia que el buen cristiano debe esforzarse en matar en él, a imitación de San Jorge y de San Miguel.
     El diablo puede presentar el aspecto del toro, del perro y del león. De estas tres formas se le aparecerá al clérigo embriagado de Milagros. Esta triple asociación, que se encuentra en la fuente berceana, tiene una base bíblica773. Está en el salmo vigésimosegund0774: "Me acorrala un tropel de novillos, me cercan toros de Basán, I abren contra mí las fauces leones que descuartizan y rugen I. ..I me acorrala una jauría de mastines" .
     En la descripción de estos animales, Berceo amplía su fuente. Sobre el toro nos dice775: "En figura de toro que es escalentado, I cavando con los piedes, el cejo demudado, I con fiera comadura, sañoso e irado, I paróseli delante el traIdor provado. I Faciéli gestos malos la cosa dlablada, I que li metrié los cuernos por media la corada". Obsérvese lo dramático de la descripciÓn. El toro enojado, escarbando, con la mirada temible y con fieros cuernos, ha hecho su aparición en el improvisado ruedo del convento del monje. Descripción por otra parte hispánica, demasiado hispánica. Este toro diabólico se convertirá, gracias a la acción de María, quien le hará un quite, en un animal manso776: "El toro tan superbio fue luego amansado". El toro simboliza la violencia 777, rasgo que es característico del demonio. También tiene relación con el becerro de oro que adoraron los judíos en el Antiguo Testamento. apartándose del camino que Dios les marcaba.
     El perro se aparecerá al monje de la siguiente forma 778: "En manera de can firiendo colmelladas. I Vinié de mala guisa, los dientes regañados, I el cejo mucho turbio, los ojos remellados". También en Santo Domingo779 hay referencias a este aspecto del diablo: "Tú nos defende délli ca es can traIdor. / Padre, bien lo sabemos que te quiso morder, / mas no fo poderoso del dient en ti poner".
     Hemos de decir que la presencia del perro refleja un doble aspecto:
     -El desprecio que nuestro autor siente por éste. Un animal que no es nada limpio y para colmo huele mal, así, en Santo Domingo780: "Que facie continencias más suzias que un can". En Milagros781: "Yo, mesquino fediondo, que fiedo más que can". (Aunque en el verso siguiente aclarará que el que huele mal es el perro vagabundo, el que "yace podrido" y no al que se cuida, el que "come pan"). En Duelo se nos mostrará cómo este animal es rabioso, carnicero y hambrient0782: "Que sedién más rabiosos que carniceros canes, / .../ Que andavan raviosos como famnientos canes". En esta última obra se está refiriendo a los soldados que martirizan a Cristo y que posteriormente guardarán su sepulcro, versos que tienen un claro antecedente bíblico. Obsérvese la triple relación que se establece en la obra de nuestro autor: malvados-perros-demonios. Realmente, de los malvados se ha apoderado el diablo e inspirados por el maligno se produce su actuación.
     -El perro presenta un claro valor injurios0783. Nuestro autor, en Milagros, al referirse al judío que manda quemar a su hijo, en un rasgo más de su antisemitism0784, escribe785: "Avié dentro en cassa esti can traidor". El valor injurioso también se encuentra en otras muchas obras de la literatura medieval castellana, por ejemplo en el Poema del Mío Cid, refiriéndose a los infantes de Carrión se nos dirá786: "Quando las non queriedes, ya canes traidores".
     La forma de perro, como característica del diablo, goza de un gran éxito en todo el medievo occidental787. Incluso San Agustín se la había otorgado, al escribir sobre el maligno lo siguiente 788: "Dios le ha atado con la cadena, como a un perro, que sólo puede morder al que irreflexivamente se le acerca demasiado". En su descripción sobre el diablo, el monje cluniaciense, del siglo XI, Raúl Glaber nos dice que tiene dientes de perr0789, tal vez porque así daña más a su víctima, y lleva las almas con la misma virulencia con que los canes transportan sus presas.
     Por otra parte, sólo decir que el perro siempre ha estado asociado a la muerte, a los infiernos, al diablo790.
     El último aspecto con el que el maligno se le aparecerá al clérigo embriagado, será el de león791: "En forma de león, una bestia dubdada, / que trayé tal fereza que non serié asmada. / .../ lazraba el león a buenas dinaradas".
     Aunque el león puede tener un significado positivo, asociándose a San Marcos, prefiguración que tiene su origen en el capítulo primero de Ezequiel792, versificado por Berceo en Loores793: "Marcho diz'sobre todo de la resurrectión, / por essa fortaleza riñe como león"794. El león también va a ser el símbolo de Cristo, por ejemplo en Signos795: "Quand el Rey de gloria viniere a judgar / bravo como león que se quiere cebar". Se asocia también con el trono de Salomón, los reyes de Francia o los obispos medievales 796.
     Antagónicamente el león también tendrá un significado negativo. Su astucia puede dañar al género humano. Aparece, por ejemplo, en los Salmos797: "Estoy echado entre leones que devoran hombres / .../ quiebra, Señor, los colmillos a los leones". Daniel también se salvará del foso de los leones798. En el capítulo quinto de la I Carta de San Pedro799: "Despejaos, espabilaos, que vuestro adversario el diablo, rugiendo como un león, ronda buscando a quien tragarse". Obsérvese la similitud con el episodio berceano. El texto será leído en la liturgia, concretamente en la Lectio Brevis de Completas8oo.
     En su polimorfismo el demonio no sólo adquiere el aspecto de animales. Puede transformarse, como nos dice San Pablo801, en un "ángel de la luz". Berceo, en Milagros802, recoge esta idea: "El diablo antigo siempre fo traidor, / es de toda nemiga maestro sabidor; / semeja a las vezes ángel del Criador". El diablo -a manera de salteador de caminosusurpa la figura del apóstol Santiago, para que el romero muera en pecado mortal803. Incluso se identificará con este falso aspecto, tanto de palabra como al enseñarle los símbolos del apóstoI804: "Recudió'l: "Yo só Jácobo, fijo de Zebedeo; / .../ si tú no li dissiesses que Santiago eras, / tú no li demostrasses señal de mis veneras"". El propio santo protesta quejándose de esta usurpación805: "Tengo que la mi forma es de vós escarnida".
     Serpiente, dragón, toro, perro, león, apóstol Santiago, bestia,..., son los diversos aspectos que toma el diablo berceano, tratando que el hombre caiga en pecado y su alma se condene; por eso nuestro autor escribirá, pidiéndole a María, en Milagros806: "Líbranos del diablo de la su çancajada, / que bien a las almas siempre mala celada".


D. EPITETOS


     Aunque el tema del epíteto en Gonzalo de Berceo ha sido ya estudiado por la historiografía 8O7, nos disponemos a tratar monográficamente los epítetos que el clérigo riojano aplica al diablo, trabajo que completa, sin duda, otros que ya hemos realizado sobre los epítetos de Cristo y María808, y sobre los santos. Estudios que permiten conocer la mentalidad del momento.
     Al maligno nuestro autor le aplica aproximadamente 35 epítetos distintos, incluidos los de diablo y demonio, que son los que más utiliza, estando prácticamente en todas las obras berceanas.
     El término diablo se utiliza unas 53 veces lo que representa el 28'64% del total. Un contemporáneo de Berceo, Barthelerni el Inglés809, sostiene que diablo significa personaje bajo porque por su orgullo cayó de lo alto a lo bajo y se perdió. Es el que desune, denigra, calumnia. Hemos de decir que no existe relación entre ambos autores (Berceo y Barthelemi), aunque indican el sentir del siglo XIII y los dos tienen una formación común en la que la Patrística constituye su base esencial.
     Casi siempre el término diablo aparece unido con el de felón, traidor, engañador. En San Millán810 escribe Berceo: "Fueron con estas cosas los diablos fellones". En Santo Domingo811: "El diablo lo urde que trae grand engaño". Hay que decir que los epítetos de traidor, felón, falso perjurado, se emplearán al menos en 9 ocasiones, un 4'8% del total, por ejemplo es el utilizado por la Virgen en Milagros812: "Dicié'lla buena dueña: "Don falso traIdor, / que siempre en mal andas, eres de mal señor"". Obsérvese la antítesis buena dueña-falso traidor, una vez más, ahora a través de los epítetos, se establece el antagonismo María-diablo. Prácticamente similares serán las palabras que San Millán813 utilizará contra el demonio: "Mientes, traidor falso, e non dices verdad". Recuérdese la importancia de la fidelidad para esta sociedad, por lo que el epíteto de traidor tiene un matiz importante. Su presencia responderá a las siguientes razones:
     -El diablo traicionó al Señor. Pecó de orgullo y fue expulsado hacia el Infierno.
     -El diablo engañó al género humano, por su culpa nuestros primeros padres perdieron el Paraíso y el mal hizo su presencia en la Tierra. Es pérfido con sus vasallos y como dice Berceo en Signos814: "Que da a sus amigos amargos gualardones". En esto es una vez más la antítesis de María, que a los buenos da trigo, aunque a los malos diera avena815.
     El término demonio se utiliza, aproximadamente, 29 veces, lo que supone un 15% del total. En las Etimologías de San Isidoro, se hace similar a sabio, aunque en un sentido peyorativo. Para San Isidoro el demonio sabe mucho del porvenir y este conocimiento le viene a causa de la sutileza, de su naturaleza y de su experiencia, proveniente tanto de la larga vida como del entendimiento de las Escrituras. El demonio utilizará su sabiduría para hacer el mal 816.
     Nuestro autor utiliza la palabra demonio, sin calificativos, por ejemplo en San Millán817: "Fuxieron los demonios, dessaron el logar". En Santo Domingo818: "Eranli estas nuevas al diablo pesadas". También los adjetivos pueden modificar el concepto, así en San Millán819 se nos dice de los endemoniados: "Qe avién los demonios raviosos e irados", tal vez por todo lo que padecen los poseídos por el maligno.
     Quince veces utiliza el epíteto enemigo, lo que supone un 8% del total. Es el mal enemigo, en San Millán820: "Qe del mal enemigo non fuessen engañadas. / .../ fue el mal enemigo fuera de la posada". También es el mortal enemigo"en Santo Domingo821: "El mortal enemigo, pleno de travesura". En Milagros822: "Plegarla que nos libre de mortal enemigo". Este epíteto enlaza con el concepto de lucha, íntimamente vinculado al significado de la vida para el hombre medieval. Lucha física y psíquica que lleva a los antagonismos pecado-gracia, condena-salvación, diablo-Dios o María. Esta última oposición se encuentra versificada en Himnos823 cuando al referirse al Espíritu Santo escribe: "Del mortal enemigo tu gracia nos defienda".
     Sinónimo del epíteto enemigo es adversario, versificado en Müagros824: "Tanto pudió bullir el sotil aversario". Utilizado una vez, el 0'5% del total.
     Íntimamente relacionados con los anteriores epítetos tenemos, empleados todos sólo en 5 ocasiones, el 2'6%, los siguientes: Guerrero, Hueste Antigua y Caudillo.
     Guerrero aparece en San Millán825: "De fuertes temporales e del mortal guerrero". También en Müagros826: "Que me libró de manos de los malos guerreros / .../ Prisiéronlo por tienllas los guerreros antigos, / los que siempre nos fueron mortales enemigos". La idea es siempre la misma: el demonio combate mediante la tentación por conseguir el alma de los hombres. Es el enemigo del género humano desde el mismo momento de la creación, de ahí lo remoto de su origen. Forma por lo tanto un ejército, mandado por el diablo, convirtiéndose éste en caudillo de los malvados, como se nos dice en Müagros827: "La carta que fecisti con el tu mal cabdiello". Formando, tanto los diablos como sus secuaces, una hueste antigua, un ejército armado. Idea que también está en Müagros828: "Ca con la uestantigua avié su cofradría".
     El epíteto de Pecado, aplicado al demonio, se emplea en 9 ocasiones, lo que supone el 4'8% del total. Está en San Millán829: "Avié muy grand despecho por esto el Pecado". También en Santa Oria830: "Si non te lo quitare consejo del pecado, / el que fizo a Eva comer el mal bocado". Esta concepción del diablo no sólo enlaza con la idea del maligno como tentador, que intenta que el ser humano peque, sino que, además, le da a nuestro personaje rasgos abstractos. El diablo será considerado como metáfora de los vicios o del mal en general, imagen que perdura en nuestro autor e incluso hoy día, aunque cuando Gonzalo de Berceo escribe la imagen física y psíquica del diablo ya está claramente formada. Obsérvese, además, cómo el pecado no es considerado, en estos casos concretos, como algo inanimado sino que es un ser y por eso es clara la asociación con el diablo, dinámico y activo, quien puede dar malos consejos, sentirse despechado, ...
     El diablo tiene nombres propios, así: Belzebup, Lucifer, Satanás, Smirna, ...
Belzebup se emplea en 4 ocasiones, un 2% del total. En San Millán831: "Belzebup, el qe ovo ad Adám decevido". Lucifer y Satanás se utilizan cada uno en dos ocasiones, el l% del total. En Signos832: "Pora vos, e a Lúzifer e a todo su fonsado". En Milagros833: "Non entendién que todo Satanás lo gui:ava". Los epítetos de Lucifer y Satanás gozan de gran importancia en la patrística. San Gregorio escribe: "Lucifer es el portador de la luz. Era el más claro de todos. Estaba cubierto de piedras preciosas. Sin embargo, por su malicia no pudo sostener la luz, por su apostasía y por su pecado perdió su luz y su claridad". San Juan Damasceno escribe: "Y el que por su creador había sido creado en Luz, se convirtió en tiniebla por su propia voluntad"834.
     Satanás significa, según San Juan Crisóstomo, el adversario de Dios. San Isidoro reafirmará dicha acepción al decirnos que esta palabra proviene directamente del hebreo, es sinónima de acusador, adversari0835. No cabe duda que Berceo, hombre con grandes conocimientos provenientes de la patrística, sabe ambos significados, sin embargo no se molesta en aclarárselos a su público lector-oyente, porque lo que le interesa es recalcar el peligro que supone el diablo, Hemos de decir que el diablo berceano y el Infierno aparecerán ligados a la obscuridad.
     El nombre de Smirna aparece en una ocasión, el 0'5%, nombrado en Milagros836: "El príncep de la tierra Smirna era clamado". En Berceo está totalmente ligado al Purgatori0837. Este epíteto es una alusión al Apocalipsis y proviene de la sinagoga de Esmirna caracterizada bajo el poder de Satanás838.
     Por último hay otra denominación del diablo que más que teológica es puramente coloquial. Se trata de Don Bildur, utilizada en Milagros839: "Non levava de miedo la voluntat vazía; / non irié tan apriesa yendo en romería; / don Bildur lo levaba !por la cabeza mía!". Aunque bildur significa miedo en vascuence y aquí se emplea como personificación popular840, también puede ser una personificación humorística del demonio que correspondería a la expresión castellana: "Corría como alma que lleva el diablo". La verdad es que la situación se prestaba para salir huyendo, ya que se nos está contando cómo un pobre sacristán escucha la voz de un prior, ya fallecido, desde el mundo de ultratumba. También el diablo es un personaje que mete miedo. El miedo colectivo ante los males queda personificado en este personaje concreto.
     Los epítetos de el mal, el malo, los malos se utilizan en 7 ocasiones, aproximadamente un 3'7% del total. En San Millán841: "Queriénlo muchas vezes los malos escarnir". Todo responde a una concepción bipartita de la sociedad: los buenos, que son los que ayudan a los cristianos a salvarse, y los malos, que intentan que todos se condenen y que se apartaron para siempre del recto camino. Esta idea no sólo está presente en Berceo, sino también en todos sus contemporáneos, incluso de otras latitudes geográficas, así Gautier de Coincy dirá que el diablo es aquél que: "Ama el mal y odia el bien"842.
     No es sólo el mal en un sentido abstracto sino que tiene características físicas, como el mal olor, así, en Santo Domingo843: "Tolló Dios a la dueña la mala pestilencia".
     Este sentido peyorativo, desde el punto de vista del olfato, se ve completado, en el caso de Berceo, con otros epítetos como sucio enconado, sucio alevoso, sucio malo, usados una vez, aproximadamente en conjunto ell '6% del total. Por ejemplo en San Millán844: "El sucio alevoso, quand' se vío cueitado".
     Obsérvese cómo los epítetos se van poco a poco completando unos con otros, del concepto de sucio pasamos al de alevoso, traidor. Una característica física se une con otra psíquica. Sin embargo, los dos tienen un sentido peyorativo y un significado similar, a fin de cuentas el traidor es aquel que ha ensuciado su honra al cometer alevosía. Precisamente el epíteto de falso se utiliza en 4 ocasiones, aproximadamente (JI 2% del total. Es incluso, en Milagros845, puesto en boca de María: "Don falso alevoso, non vós escarmentades".
     Epítetos que muestran el polimorfismo del diablo son: bestia, serpiente, can, toro, lobo, dragón, falso Santiago. El que más aparece es el de bestia (o bien su aumentativo bestión), que se emplea en 6 ocasiones, aproximadamente el 3'2% del total. Se halla acompañado de adjetivos tales como maleita, enconada (venenosa), fuerte, percodida (oscura, sucia). En San Millán846: "Fizo muchos ensayos la bestia maleíta / .../ tú me defendi oy d'esti tan fuert' bestiÓn". En Santo Domingo847: "Prendiéla a menudo la bestia percodida".
     Serpiente unido a mortal aparece citado 2 veces, el 1% del total. Las serpientes producen en este caso no sólo la muerte física sino también la condena eterna. Jesucristo, como se nos dice en Santa Oria848, nos salva de ellas: "Jesu Christo fue papa, éstos los cardenales, / que sacaron del mundo las serpientes mortales".
     Can, toro, lobo, dragón, se emplean, todos juntos, en 7 ocasiones, un 3'5%. Nos fijaremos especialmente en que son animales dañinos. Además, el lobo es un animal que aparece como epíteto del diablo, por una doble razón:
     -Económica: el lobo es un animal dañino para la ganadería. Ocupación primordial en esta zona.
     -Teológica: la contraposición entre Cristo-Cordero y diablo-Lobo. Al menos así aparece en Duelo849: "Prisieron al Cordero essa falsa cruzada, / guiándolos el lobo que priso la soldada". Contraposición que tiene un claro origen bíblico, recordemos la parábola del Buen Pastor850.
     Estos animales llevan a sus presas entre los dientes, de la misma manera que el maligno llevará el alma de los condenados, de ahí que en una ocasión se le aplique el epíteto de "malditos dientes". En Milagros851: "Cómo lo quitó Dios de maleítos dientes".
     Epítetos característicos de la organización feudal, que es totalmente asumida por los diablos, son: Concejo, Rey, Príncipe, Señor. El término concejo aparece unido con los adjetivos vano, suzuelo y enconado. Se emplea en 3 ocasiones, aproximadamente ell '62%.
     Rey se utiliza también en 3 ocasiones. Príncipe I vez (0'5% ). Ambos hacen referencia a que el diablo posee un espacio físico concreto sobre el que gobierna: el Infierno. La sociedad medieval del mundo terrenal se proyecta una vez más en el mundo sobrenatural.
     El epíteto de Rey aparece, con un claro contenido teológico, en Himnos852: "Non consienta la carne al rey de los pecados".
El epíteto de Señor se utiliza 2 veces (1% ). En Milagros853: "Díssoli el judío: Señor rey coronado". Resulta interesante la comparación entre el epíteto de Señor aplicado a Cristo, el buen Señor, el Señor divino, el que da buena soldada854 y el diablo que es el mal señor.
     La verdad es que cada Señor da a sus vasallos lo que estima oportuno, así en Signos855: "Pora vos, e a Lúzifer e a todo su fonsado; / .../ a qual señor serbiestes recivredes tal grado".
     Otros epítetos característicos de la mentalidad medieval, aplicados al diablo, son los de maestro, adelantado, aquél que Dios maldiga. En Signos856: "Id con vuestro maestro, vuestro adelantado". En Santo Domingo857: "Guerreávala mucho aquel que Dios maldiga". El epíteto de maestro también se aplica a Cristo. Pero aquí la idea del clérigo riojano es la de decirnos que el hombre tiene plena libertad para elegir entre seguir al bien o al mal. El concepto de adelantado lo que hace una vez más es proyectarnos las instituciones terrenales-sobrenaturales.
     El demonio es nombrado con los epítetos de huésped, en 5 ocasiones, un 2'7%; y de vecino, 2 veces, ell %. Ambos epítetos hacen referencias a los casos en los que el diablo, con su presencia, importuna y agrede a diversas personas, como el santo emilianense o el senador Honorio. En San Millán, escribe nuestro autor858: "El uésped alevoso, maguer yazié cerrado / .../ issió el vezín malo, ovo de ir sue vía". Sin embargo, hemos de tener en cuenta que el concepto de considerar vecino malo al diablo, respecto de las gentes de bien, tiene la correspondencia inversa; así, Berceo, en un rasgo de humor859 y de conocimiento de la mentalidad popular, pone en boca del demonio el siguiente refrán, aplicado a San Millán860: "Qe mal día I'amasco al qi ha mal vezino". (Mal día le amanece al que tiene un mal vecino).
     Para concluir este apartado diremos que hay epítetos que se emplean sólo una o dos veces como: engañador, revolvedor, mal antiguo, rencoroso, mal invasor. De ahí la petición que le hace Berceo a Cristo, en Himnos861 para que haga huir al diablo que es un mal invasor, tal vez porque se apodera de la voluntad del justo, con el único objetivo de que éste se condene: "Refieri al diablo, un mal envaIdor".




E. RASGOS FÍSICOS y PSÍQUICOS

1. Rasgos físicos

     Resulta curioso el comprobar cómo, mientras que en el arte Románico la imagen física del diablo está perfectamente definida, en las obras literarias todo va muchísimo más lento. La obra de Berceo nos proporciona pocos datos sobre los rasgos físicos del diablo. Nos estamos refiriendo a la concepción de un diablo con forma humanoide, olvidando el tema del polimorfismo, del que ya nos hemos ocupado. Aunque los datos son escasos, al menos son las primeras descripciones que, sobre el maligno, aporta la literatura castellana.
     Empezaremos recogiendo tres descripciones plenomedievales francesas, que podrían indicar la concepción que sobre el diablo hay en este momento. Por otra parte no olvidemos la arqueta-relicario de San Millán, en la que el demonio está representado, arqueta que conoce nuestro autor:
     -El monje cluniaciense Raoul Glaber, quien afirma haber visto al diablo lo describe, en el siglo XI, de la siguiente manera862: "Pequeño, delgado, mirada esparcida, ojos negros, frente fruncida, narices coloradas, boca torcida, mentón puntiagudo, barba de chivo, orejas puntiagudas, cabello erizado en desorden, dientes de perro, cráneo prominente, pecho hinchado, encorvado, vestido de harapos. El hedor es una característica esencial". Ninguno de los rasgos que Raúl Glaber aplica al maligno son utilizados por Berceo, si exceptuamos el tema del mal olor.
     -En El Milagro de Teófilo de Rutebeuf, practicarnente contemporáneo a la obra de nuestro autor, se nos dice que el diablo es deforme, está casi desnudo, es bajo y posee cuemos863.
     -En una hagiografía francesa del siglo XIII, sobre San Bartolomé, se nos dice que el diablo es un: "hombre negro más que ninguna criatura, con barba larga y cabellos largos hasta los pies"864. La característica de la barba y los cabellos largos son coincidentes con la descripción del clérigo riojano.
     Gonzalo de Berceo nos señala como rasgo genérico de los diablos su fealdad, concretamente en Milagros865: "Con su rei: en medio, feos ca non luzientes / ya querrié don Teófilo seer con sus parientes". El hecho de que haya perdido la luz enlaza con el nombre de Lucifer, que estudiarnos en el apartado de los epítetos. La fealdad del diablo es una imagen tópica, que en Berceo se encuentra claramente presente y que es aceptada por todos.
     La posible explicación sobre esta fealdad no se localiza en la obra del clérigo riojano, aunque sí en otras obras como las Cantigas, en la que el diablo pide explicaciones a un pintor866: "Por que me tees en desden, / ou por que me fazes tan mal pareçer / .../ A quantos me veen?E el diss enton: I Esto que ch'eu faço é con gran razon, I ca tu sempre mal fazes, e do ben non te queres per nulla ren entrameter.I...1 Pois est' ouvre dit'o demo ss'assannou e o pintor ferament' ameaçou de o matar, e carreira lle busca per que o fezesse mui çedo morrer".
     Nuestro autor nos aporta la mayoría de rasgos físicos sobre los diablos, concretamente en San Millán867, al contarnos el episodio en el que las llamas en vez de quemar el lecho del santo se vuelven contra ellos: "Qemávanlis las barbas abueltas los griñones /... / Los juegos de las flamas a los dientes plegavan /... / trayén las sobrecejas sangrientas e quemadas, Ilas fruentes mal batidas, las barbas socarradas". Se nos dice que los diablos tienen barbas, cabellos, sobrecejas, frente, dientes. Sin embargo no se nos describe ningún otro órgano en este episodio.
     Por otros versos berceanos sabemos que los diablos tienen extremidades, tanto brazos como piernas. Las piernas, ¿o será mejor decir patas dado el carácter de bestia de nuestro ser? , le sirven para maltratar el alma de los condenados a los que tratan como a una pelota y le dan contínuas coces. En Milagros868: "Mientras que los diablos la trayén com a pella, /... / rastrávanlo por tienllas, de cozes bien sovado". Por otra parte, a los pies del diablo caen los malvados rindiéndole pleitesía: "Por esso es venido a tos piedes caer"869.
     Los demonios tienen también brazos y manos con las que hacen sogas para llevar el alma como un rico botín, como una presa cazada, así en Milagros870: "En soga de diablos fue luego cativado 1...1 que libró esta alma de manos de traidores". Con las manos llevan objetos materiales como por ejemplo cirios, para la procesión que tiene lugar ante la mirada aterrorizada de Teófilo871: "Con ciriales en manos e con cirios ardientes".
     El diablo utiliza sus manos para intentar vencer físicamente a los santos, por ejemplo en San Millán872, al que trata de tirar al suelo, en una lucha por el dominio del terreno: "Quiso en el sant'omne meter mano irada, 1 abraçarse con elli, pararli çancajada, / mas no li valió todo una nuez foradada". Con sus mismas manos, el maligno se dedicará a lanzarle piedras al santo emilianense873: "Empeçó echar piedras al confessor preciado".
     El diablo intentará adueñarse del alma de los justos, tratará de llevárselos con sus propias manos, de ahí la petición de Berceo en Loores 874: "De cuya mano curie Dios a tod'rni amigo", Con sus patas intentará poner la zancadilla a los justos, bien en forma real y física, como en el caso del clérigo embriagado de Milagros875: "Quísoli el diablo zanca jada poner", bien en forma espiritual buscando que las almas caigan en el pecado y, como consecuencia, en el Infierno876: "Líbranos del diablo, de la su çancajada, 1 que tiene a las almas siempre mala celada",


2. Rasgos psíquicos

     El retrato psíquico del demonio presenta rasgos interesantísimos, aunque su psicología responde a la del eterno perdedor. La mayoría de sus acciones son frustradas porque todo tiene que acabar bien. Esta característica es típica del optimismo plenomedieval, y el feliz final exige que "los malos" sean vencidos.
     En San Millán877 se nos plantea este concepto: "Belzebup, el qe ovo ad Adám decevido, / teniése d'est proomne mucho por escarnido, / ca muchas de vegadas lo avié cometido, / mas siempre se partié del so pleite vencido".
     El diablo en bastantes ocasiones se percata de que su derrota está próxima y trata de evitarla. Irrisoria para el lector actual resulta su actitud. Por ejemplo en San Millán878, donde el maligno, cuando ve que lo pueden expulsar de la casa de Honorio, decide esconderse y esperar la marcha del santo para posteriormente dar rienda suelta a sus instintos vengativos: "Entendió el demonio que todo est'roído / era por su lazerio e por su mal venido. / .../ avié con estas nuevas grand pesar el Pecado. / Asmava esconderse en qualque socarrena, / non fer ningún enojo a yantar nin a cena; / irié Millán sue vía tener su qarentena, / prendrié depués derecho, doblarle yé la pena ".
     En Santo Domingo879 el demonio se comporta con la misma psicología in madura. Cuando ve que lo van a expulsar del cuerpo de una endemoniada: "Ovo muy grant despecho, pésol de coraçón, / ca contava que era fuera de la maisón. / En medio de los labros púsoli un pedaço / de un englut muy negro, semejava pemaço". Ante lo inevitable trata de reaccionar, pero al "pobre" le saldrán mal todas las jugadas.
     Aún en el caso de haber sido vencido, el diablo tiene que dejar una huella, hacer un gesto para que todos noten su presencia. Será como el ejecutar la última rabieta, ejercitar el "derecho al pataleo". En San Millán880: "Levantó un grand polvo, un fiero torbellino / .../ fizo a la essida una grand villanía, / dezir non vos la quiero ca vergüença avría".
     Sólamente ante la presencia de María o de su nombre el diablo es dócil, desapareciendo sin hacerse notar. En Milagros881: "Derramáronse todos commo una neblina / .../ Desfizo la figura, empezó a foír".
     El destino psíquico del diablo es el sentirse apesadumbrado, deprimido. Todo este estado anímico se acentúa cuando ve las buenas acciones de los santos. Las de San Millán882 le causan dolores: "Ond'avié el diablo puntas e torcejones". Lo mismo le sucede con Santo Domingo883: "Éranli estas nuevas al diablo pesadas. / .../ destas aflictIones avié él grand despecho. / .../ non tenién los demonios sanos los coraçones ". Siente despecho ante las oraciones que dice un monje en Milagros884: "Dizié todas sus oras como monge derecho, / .../ aviéli el diablo por ello grand despecho".
     Ante las afrentas que sufren, los diablos se sienten psíquicamente hundidos, teniéndose por muertos y por descabezados, queriendo permanecer escondidos con el deseo de que nadie los vea. En San Millán885: "Dizién que est' serrano los avié afontados, I ond'se tenién por muertos e por descabeçados. /... / si de tan rehez omne fincassen escarnidos, /... / El úesped de Onorio qe fue mal segudado / ...I dizié qe de vergüença non istrié a poblado". Ante las continuas derrotas, en este caso concreto producidas por el santo emilianense, los diablos se sienten deprimidos. Su depresión no les deja pasivos sino que, impulsados por el rencor, planearán vengarse886: "Levantóse en medio un de los rencurosos / .../ cueidó aver derecho, vengarse de sue saña". La venganza consistirá en quemar el lecho del santo pero todo quedará, una vez más, en tentativa frustrada.
     ¿Podemos por tanto hacemos la idea de que el demonio, para Gonzalo de Berceo, es un ser totalmente sombrío y triste? Nada más lejos de la realidad. El diablo aparece muchísimas veces como un ser juguetón y travieso887. Por ejemplo, en San Millán888, le encanta maltratar a Honorio: "Quando qerié Onorio tajar sue assadura, / o comer sos conduchos de qualquiera natura, / .../ echávali en ello estiércor e orrura. / Quando qerié bever la agua o el vino, / vertiégelo delante el traidor vezino; / fazié pudir la casa peor qe mal venino". Ya se nos había dicho anteriormente, en la misma obra, que el demonio era889: "La bestia maledicta, plena de travessura".
     También en San Millán890 los diablos aprovechan el cuerpo de los endemoniados para hacerse señas y juegos: "Todos estos demonios avién unas maneras, / semejavan ermanos, fazién unas señeras; / prendién en una guisa, tenién oras vezeras, / todas sues captenencias parecién compañeras".
     De la misma manera que las obras buenas causaban pesar al diablo, los pecados le harán reir. Existe una alegría satánica cuando el hombre peca, también cuando consigue llevarse las almas camino del Infierno891. El caso más claro de esta alegría es el de la abadesa preñada de Milagros892: "Vidieron que non era cosa de encobrir, / si non podrié de todas el dlablo reír". En este hecho concreto no sólo el diablo se reiría de la preñez de la abadesa, las risas alcanzarán a todos893: "Que podrié tod el mundo siempre de mí reir / .../ de todas las mugieres serié riso sobejo".
     El demonio, a veces, no puede irse riendo, por ejemplo en el caso del romero de Santiago894: "Guirald finó en orden, vida buena faciendo, / en dichos e en fechos al Criador sirviendo, / en bien perseverando, del mal se repidiendo, / el enemigo malo non se fo d'él ridiendo".
     El diablo tiene una elocuencia pérfida y seductora895. Su capacidad de persuasión fue el arma que utilizó para hacer caer a nuestros primeros padres en el pecado original896. En Loores897: "Quand'engañó la sierpe los parientes primeros, / e los sacó de seso con sermones arteros".
     Su brillante oratoria le anima a discutir con todos: con San Millán en la Tierra, con Santiago y la Virgen María en el otro mundo. Incluso se permite la osadía de acusar a la Gloriosa de ser una "falseadora" de las Sagradas Escrituras. En Milagros898: "Si esti tal decreto por ti fuere falssado, / el pleit del Evangelio todo es descuajado".
     El diablo no es un ser inculto pues en sus discusiones, con los santos y con la Virgen, vemos que domina la Teología aunque, eso sí, manipulándola en su propio interés. El maligno también conoce el derecho, concretamente el derecho civil, el ius commune, así en el contrato de compraventa del alma que hace con Teófilo sabe la exacta forma de la validatio del document0899. El diablo es consciente de que tiene estos conocimientos, y por eso recrimina duramente a San Millán900 el hecho de que lo tome por estúpido: "¡Bien me ten por babieca si yo te lo consiento!".


F. ORGANIZACIÓN DIABÓLICA

     Los demonios están totalmente al tanto de la organización feudal y, según la mentalidad del siglo XIII, copiarán las instituciones terrestres901, volviéndose a producir la clara proyección mundo terrenal-mundo sobrenatural.
     Su forma de gobierno es la monarquía. Una monarquía cuya cabeza visible es un rey o un príncipe. En Milagros902: "El príncep de la tierra Smirna era clamado. / .../ con su reI en medio, feos ca non luzientes / .../ recibiólo el rey asaz a grand onor, / sí fizieron los príncipes que'l sedién derredor". En Misa903: "Christo fue, que destruxo el príncep infernal". Esta idea parte del hecho de que el diablo posee un espacio físico concreto sobre el que gobierna. Al igual que Cristo es el Señor, el Rey de los Cielos así, Lucifer tendrá la potestad en el Infierno. Lucifer es el Señor de las Tinieblas. Los demonios o ángeles caídos son el brazo armado de Lucifer, como los santos lo son de Crist0904.
     Berceo considera rey al diablo pero no emperador, condición que otorgaba a Cristo y María905. Lo que se debe a la mayor jerarquía de estos últimos y al hecho de que el diablo es siempre vencido por la fuerza del bien.
     Se establecerá por lo tanto una corte diabólica, que no permanece estática en el Infierno, sino que se trasladará, en misión bélica, al mundo terrenal. Episodio perfectamente explicado en el caso de Teófilo. El rey de los diablos se encuentra en una tienda, rodeado de su corte, y allí concede audiencia al judío. Berceo escribe en Milagros906: "Levólo a la tienda do sedié el señor / recibiólo el rey asaz a grand onor, / sí fizieron los príncipes que'l sedién derredor. / Dísso'lluego el rey: Don fulán ¿qué buscades?".
     El mismo diablo estará al tanto del derecho medieval y de la forma de organización feudal y así, cuando el judío pretende que Teófilo se convierta en vasallo del maligno, el diablo se niega a admitirlo si antes no rompe su vínculo con Cristo y María. Le exigirá incluso que le firme un documento con su propio sello907: "Díssoli el diablo: Non serié buen derecho / a bassallo ageno yo buscar tal provecho; / mas deniegue a Christo, que nos faz muy despecho, / facerli he que torne en todo so bienfecho. / Deniegue al so Christo e a Sancta María, / fágame carta firme a mi placentería, / ponga y su seyello a la postremería, / tornará en su grado con muy grand mejoría".
     Mediante el sacramento del bautismo, el género humano se convierte en vasallo de cristo y de María y ellos nos conceden todo lo bueno. Cuando Teófilo pretende encomendarse al diablo debe romper su vínculo con su antiguo Señor. Al ser vasallo del maligno recibirá como beneficium el cargo de vicario, que había perdido con la elección del nuevo obispo. La relación señor-vasallo queda perfectamente clara908: "Que li fagas cobrar lo que solié aver; I él fágate servicio a todo so poder, I avrás en él bassallo bueno, a mi creer".
     En contraposición, cuando Teófilo decide volver bajo la jurisdicción de la Virgen, ésta le acusa de felonía y le pide que reniegue del diablo909: "A Nós as denegados, busquest otro señor / deniega al diablo, confirma tu creencia". Todos, tanto el diablo como María, son conscientes de que hay que respetar las leyes y que no se puede ser vasallo de dos señores simultáneamente.
     El diablo es un mal señor910: "Que da a sus amigos amargos gualardones", y sus vasallos han sido traidores que a veces obran peor que el demonio. Esto es lo que se desprende del judío que aconseja a Teófilo, en un rasgo más del antisemitismo de nuestro autor911, quien escribe912: "Matava muchas almas el falsso traIdor; I como era basallo de mucho mal señor, I si él mallo mandava, él faziélo peor". El diablo se permitirá, incluso, la licencia de acusar injustamente a San Millán913 de no cumplir la "pleitesía" que le debe a Cristo, y de no ser un buen caballero, por supuesto tomando este ordine en un sentido espiritual: "En algo es tornada toda tue pleitesía /... / en la fin yaz'el precio de la cavallería, / la qual has tú tornada en pura garzonía".
     En esta organización feudal el diablo cuenta con su propio ejército formado por otros ángeles caídos. En Milagros914: "Que pesó al diablo, a toda su mesnada, /... / Ca con la vestantigua avié su cofradría". Todo enlaza con el sentido de lucha por la posesión de las almas que se plantea tanto en este mundo, como en el momento de la muerte.
     Por otra parte, como el rey de los diablos no puede controlar todos los espacios físicos, debe encomendar sus funciones a otros y, así, aparece la figura del adelantado, similar al delegado del monarca terrestre en las fronteras. En Signos915: "Id con vuestro maestro, vuestro adelantado".
     Existe también la figura del vocero, que actúa en las disputas por conseguir las almas, siendo un ser con mucha cultura y habilidad dialéctica. En Milagros916: "De la otra partida recudió el vozero, I un savidor diablo, sotil e muy puntero".
     El demonio asumirá la organización característica del municipio formando el concejo. Concejo demoniaco, al que Berceo otorga habitualmente un epíteto peyorativo. En San Millán917: "Issió mal confondido el concejuelo vano, /... / fue luego departido el suziuelo concejo". En Milagros918: "Tornó a los diablos, concejo enconado". Curiosamente en este concejo no se distingue una jerarquía sino que todos gozan de similar rango, tal vez porque se trata de demonios vencidos por el santo emilianense, plenos de rencor y que pretenden vengarse de las afrentas recibidas.
     No sólo las instituciones sociales laicas serán las características de los diablos sino también las religiosas. Así, el maligno es ayudado por un vicario. Escribe nuestro autor en Milagros919: "El enemigo malo, del Belzebud vicario".
     Los demonios para solucionar sus problemas convocarán concilios. En San Millán920: "Fizieron so concilio las malas crlazones, / por levantar capítulos e constitucIones, / por destruír est' santo con algunas razones. / Trataron de sue regla quando fueron juntados, / de reformar los vicios qe avién oblidados, / por decebir las almas de los buenos christianos". Obsérvese cómo los demonios levantan capítulos y constituciones, tienen su propia regla, al estilo de las monásticas. No sabemos si aquí lo que subyace, una vez más, es el sentido del humor de Berce0921 pues todo este episodio es un divertimento de nuestro autor. En cualquier caso, vemos la importancia de la regla escrita y cómo los demonios lo que pretenden, además de vengarse del santo, es reformar los vicios, algunos de ellos ya olvidados, con objeto de que los cristianos se condenen, y poderse llevar su alma, rico y anhelado botín.


G. EL PACTO SATÁNICO

     El tema de la alianza, del pacto, es vital en la Edad Media. Nos encontramos en una sociedad donde existen vínculos entre soberanos y vasallos, entre los distintos señores.
     Según la mentalidad medieval, el pacto ha existido desde el mismo momento de la creación del hombre. Adán y Eva son vasallos de Dios y reciben como feudo el Paraíso Terrenal, sin embargo, al cometer el pecado original, al obedecer al demonio, el mal señor, se produce una violación de la justicia, siendo el castigo ante la rebelión contra el propio señor, el exilio, la condena a vagar sin protección922.
     Yaveh, en el Antiguo Testamento, realizará dos grandes alianzas con su pueblo, concretamente la que hará con Noé y sobre todo la alianza del Sinaí, que se plasma en las Tablas del Decálog0923.
     La definitiva y total alianza, entre Dios y la humanidad, quedará plasmada en la Encarnación y Pasión de Cristo. Gracias a ellas, y mediante el sacramento del bautismo, todos se convierten en vasallos de Dios y de la Gloriosa. Los lazos feudo-vasalláticos se establecen no sólo en el mundo político-social, sino también en la mentalidad religiosa. Sin embargo el enemigo natural de este vínculo será el diablo, quien tratará de convertirse en el Mal Señor. El diablo ejercerá todo su poder tentando al hombre y conseguirá, a veces, vencer mediante dos posibilidades :
     -Haciendo pecar al género humano.
     -Estableciendo de forma nítida un pacto. Éste será por lo tanto la contraposición del bautismo924. Todo debe ajustarse al rito contractual. El hombre, con rigor formalista, se sintió empujado a estampar su firma en el documento que sellaba el pacto. Se produce una compraventa perjudicial en la que el ser humano, a cambio de conseguir un bien material en la Tierra, paga siempre el mismo precio: su alma925.
     Durante la Edad Media corrieron con profusión libros de ejemplos, entre los que aparecían siempre historias de pactos satánicos, donde sólo la intercesión de la Virgen María salvaba al pecador de su ceguera. Uno de estos casos, y que mereció ser contado por Gonzalo de Berceo, fue el pacto de Teófilo. Esta leyenda, como otras muchas parecidas, fue recogida por Entiquio, en el siglo VI, con el fin de fomentar el culto marian0926. Se vincula también con San Basili0927 (precisamente, en la Leyenda Dorada928, será éste quien recuperará del Infierno el documento de Teófilo).
     Esta leyenda se traduce al latín en el siglo IX929. En el X, la monja Rosvita escribirá su Teófil0930. Será divulgada en lengua romance, estando, por ejemplo, en francés en la obra de Gautier de Coincy y Rutebeuf (prácticamente contemporáneos a nuestro autor, aunque no hay conexión directa entre ellos), y en España, además de en el clérigo riojano, se encuentra en Alfonso X, Gil de Zamora (Liber Mariae) y Sánchez de Vercial (Libro de los Exemplos)931.
     Refiriéndonos concretamente a Berceo, hay que aclarar que el milagro de Teófilo ha sido perfectamente estudiado por la historiografía932. Este episodio aparece narrado a lo largo de más de 160 estrofas. Teófilo al morir el obispo, y tras rechazar convertirse en el sucesor, pierde su cargo de vicario, a pesar de que lo había desempeñado de manera óptima. Entonces, según se nos cuenta en Milagros933: "Cambióse en Caín, el que fuera Avel. / .../ aviélo la envidia de su siesto sacado. / .../ cegó con grand despecho e fo mal trastornado, / asmó fiera locura, yerro grand desguisado". Aconsejado por un judío decide entrevistarse con el diablo. El judío se convierte en el mediador, el intercesor, será el único que hable con el diablo. No olvidemos que la costumbre medieval es el presentar las peticiones a través de un intennediario 934.
     Teófilo realizará su carta con el diablo 935: "Al placer del diablo ovo a consintir; / fizo con él su carta e fízola guarnir, / de su seeyo misme que no'l podié mentir". Obsérvese cómo el maligno obtiene placer ante este hecho, tema que enlaza con la alegría satánica. El demonio está feliz porque Teófilo ha renegado de su fe y se ha autoexcluido voluntariamente de la salvación936. El sello que Teófilo pone en el documento es, como es lógico, su propia sangre. Resulta curioso el hecho de que este dato nos sea suministrado por Berceo en otro milagro, y no en el propio de Teófil0937: "Acorrist a Theóphilo, que era desperado, / que de su sangre fizo carta con el Pecado". En la gota de sangre estará la realidad misteriosa del pacto. Sangre generadora de vida y de ideas938. La sangre vertida por el pecador en el pacto diabólico es la antítesis de la sangre que derramó Cristo en la cruz. Esta última libera y da vida al género humano, la que recibe el diablo es sinónima de muerte eterna.
     Tras sellar la carta Teófilo recuperará su vicaría. Se ha producido el triunfo del mal sobre el bien. Triunfo que en el cristiano no es admisible porque el mal fue vencido definitivamente939. Pero, como estamos en un momento de religiosidad apacible, optimista y liberadora940, idea perfectamente expresada en este episodi0941: "El Señor, que non quiere muerte de pecadores", hace que Teófilo se arrepienta, realice penitencia y sea salvado por María, la gran intercesora, aliada del género humano y enemiga poderosa del diablo.
     La historia de Teófilo no aparece, dentro de los escritos de Berceo, sólo en Milagros, sino que está en todas las obras marianas de nuestro autor en forma de breve referencia, de síntesis, que hace recordar al lector-oyente todo el pasaje, o al menos logra despertar su curiosidad. Así, en Loores942: "Bien lo sabe Teófilo el que fue renegado". En Duelo943: "Madre que a Teófilo que era desperado". Es una historia que se vincula a diversas fiestas como la Natividad de la Virgen o la de la Asunción944. La grandeza, la bondad y la intercesión de María contrastan una vez más con la maldad del diablo.
     Es posible encontrar un elemento alegórico en esta narración en la que se establece el pacto con el diablo. El propio nombre de Teófilo, el amigo de Dios, ya es significativo. Este milagro no puede asignarse a un hombre concreto, sino a la situación humana, tentada desde el principio. Es el "sereis como dioses" de la narración genesíaca. Es la vuelta a la situación primitiva a través de una serie de mediaciones. Es, a fin de cuentas, la debilidad humana que cede a la tentación945, al diablo que contínuamente acecha y, por eso, todos deben contar con la Gloriosa, idea reiterativamente expresada por Berceo. Así, en Duelo946: "Madre que a Teófilo, que era desperado, / Tú li ganest' la gracia del tu santo Criado, / Tú aguisa, Señora, pora mí tal mercado, / por que nunqua me vea en premia del pecado".


H. CONCLUSIÓN

     A manera de conclusiones enumeraremos los siguientes puntos sobre el diablo, que hemos ido desarrollando en el presente capítulo:
     -Es el enemigo antiguo del género humano. Trata que el hombre muera en pecado mortal, para que así se condene y obtener el preciado botín de su alma.
     -Es el responsable del mal, de la violencia, de la inseguridad, enfermedades, discordia.
     -Es el destructor de los esfuerzos de los hombres. Produce las catástrofes, los cataclismos.
     -Puede introducirse en cualquier animal o persona, en el sueño, en la fiebre, en la imaginación. Entra en el cuerpo de los hombres atravesando cualquier orificio.
     -La envidia lo hizo caer en el Infierno. Cometió felonía, uno de los mayores crímenes según la mentalidad medieval.
     -Su presencia en la obra de nuestro autor es puramente catequética.
     -Es el tentador y agresor. Se enfrenta tanto con los poderes sobrenaturales como con el género humano. La violencia del diablo contra las personas es proporcional a su grado de santidad.
     -El mundo de los diablos comunica con el de los hombres.
     -Actúa a través de los malos consejeros, fundamentalmente, a través de los judíos.
     -Hace pactos ya cambio de bienes materiales trata de conseguir el alma de los cristianos.
     -Se organiza siguiendo el esquema feudo-vasallático.
     -Es un gran señor, digno de respetar, que inflige durísimas penas en el Infierno.
     -Es un ser cómico, incapaz, torpe.
     -Ante las derrotas se siente apesadumbrado y perdido.
     -Aunque es el eterno perdedor, persevera, nunca se da por vencido.
     -Es juguetón y travieso.
     -Quiere hacerse notar.
     -Es sutil, elocuente, conoce el Derecho y la Teología.
     -Se manifiesta polimórficamente, asume el aspecto de diversos animales, pero puede usurpar la figura de algún santo.
     -Es feo. Posee barbas y cabellos. Con sus patas trata de ponernos la zancadilla (que no sólo es física sino que puede ser espiritual), además de maltratar las almas de los condenados.
     -Es sucio y mal oliente.
     -Contra él los hombres poseen la oración, la señal de la cruz, los sacramentos y sobre todo Santa María, figura antagónica del diablo, la protección contra el maligno.

volver a principal de Berceo 

 

Juan Antonio Ruiz Domínguez
El mundo espiritual  de Gonzalo de Berceo
Gobierno de La Rioja
Instituto de Estudios Riojanos
Logroño 1999

Capítulo quinto (págs.115-142)