Basílica paleocristiana de Nuestra Señora de los Arcos en Tricio (La Rioja).- La Basílica de la Virgen de los Arcos es el monumento religioso más antiguo de La Rioja . Su particularidad estriba en que fue edificado con materiales reutilizados procedentes de la antigua ciudad romana de Tritium Megallum, Tricio la Grande, que comprendía el Tricio actual, Nájera y otras localidades próximas.
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Biblioteca Gonzalo de Berceo

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    El Libro de Alexandre ha engendrado varios estudios de índole lingüística en años recientes, siendo los más notables y detallados los de Dana A. Nelson, que ha llevado a cabo una comparación minuciosa de varios factores en cuanto a la métrica, la morfología y las fórmulas empleadas en el Alexandre. Estos últimos van encaminados hacia la comprobación de su conocida tesis sobre la autoría berceana del Alexandre, sacando a la vista muchos puntos de contacto y hasta esquemas paralelos entre el corpus del poeta riojano y el texto del desconocido poeta de la vida del Alejandro Magno. La trayectoria crítica de Nelson se concretizó hace pocos años en una edición calificada con rigurosa exactitud y modestia como "reconstrucción crítica", titulada el Libro de Alixandre [sic] (1979) y bajo el nombre de Gonzalo de Berceo como autor.

    Una animada discusión ha aparecido en las reseñas de la edición y en otros estudios de tema anejo adelantando diversos juicios sin llegar a conformarse por completo en una reacción unánime, pero quizás no sea demasiado aventurado afirmar que si Berceo no ha sido reconocido universalmente como autor del Alexandre, - aun sin rechazar definitivamente la posibilidad de tal postura - sí hay una creciente admisión de la edición de Nelson para fines de estudio y comentario literarios. Claro que todos somos conscientes de que cualquier' estudio lingüístico tendrá que basarse en los dos manuscritos existentes, el uno con sus rasgos leoneses y el otro de aspecto aragonés, pero también está claro que comprenden copias bastante posteriores que traicionan el original en casi cada verso y que raramente concuerdan exactamente entre sí. La edición confeccionada por el professor Nelson quizás represente mejor el perdido texto castellano de la primera mitad del siglo trece que cualquiera de los dos manuscritos, por lo menos para algunos fines críticos.

    Todo lo anterior no resuelve la cuestión de la autoría del poema. A pesar de lo parecidos que son los aspectos de la cuaderna vía berceana y la alejandrina estudiados por Nelson, no faltan importantes diferencias. Las obras de Berceo son de carácter religioso con motivos piadosos - pretenden inspirar al pueblo una devoción más intensa. El Alexandre es puramente laico, hasta el punto de aceptar varios dioses clásicos y figuras alegóricas como personajes de la narración. Los toques cristianos que se encuentran de paso en el Alexandre son breves y corresponden a lugares comunes o a la fraseología del pueblo entero. Los poemas berceanos son normalmente de una sola fuente latina, mientras que el Alexandre combina hábilmente varias fuentes eruditas en latín y francés y uno u otro trozo del castellano popular de la época (como la canción de mayo y las contadas frases que encierran refranes populares). Los dos poetas - si es que son dos - muestran un debido orgullo en su maestría, o sea en su oficio de poeta, Berceo más bien como partidario de fines religiosos, y el poeta del Alexandre como culto profesor de la historia clásica organizada para ciertos propósitos didácticos y cuidadosamente matizada con explicaciones y comentarios intercalados. Berceo se dirigió al gran mundo de creyentes de todo rango social; el poeta del Alexandre más bien a un círculo reducido de versados en asuntos académicos.

    Lo más atrayente de todo la crítica general sobre el Alexandre y su posición relativa a las demás obras de la temprana cuaderna vía es la posibilidad - elaborada de una manera muy convincente por Alan Deyermond, Brian Dutton y ahora otros - de que esta nueva maestría culta hubiera tenido su origen entre un círculo de eruditos de la entonces recién fundada universidad de Patencia. En tal cuna y en contacto bastante estrecho entre los participantes, por lo menos por un período suficiente para concretizar la estructura formal y desarrollar una lengua literaria adecuada para el nuevo género, las pautas generales del "movimiento" habrían podido consolidarse. Tal escuela supondría un número - quizás bastante reducido - de exponentes de esta compartida maestría nueva pero seguramente no había un solo poeta, iniciador del género, creándolo a solas sin las aportaciones creativas de compañeros activos en la tarea común.

    Para algunos estudiosos la gran diferencia de tema basta para explicar las otras disimilitudes tomándolas como consecuencia natural. Esta interpretación parece algo presuntuosa tomada sin matizarse con otras indicaciones o especulaciones teóricas, pero podría ser sostenida si adjudicamos a distantes épocas en la vida del mismo autor la composición del Alexandre y la de las obras piadosas. Efectivamente se ha supuesto que el Alexandre pertenece a un momento temprano en la carrera poética de Berceo mientras que el corpus de textos religiosos corresponden a otra etapa posterior, de mayor compromiso personal a su vida como monje. Dedicando así sus esfuerzos al servicio de su monasterio a labores pastorales y devocionales, habría abandonado los intereses más mundanos de su juventud.

    No hay pocos reparos - igualmente teóricos - que uno podría oponer a esta línea de argumentación, algunos de los cuales mencionaré al final de esta ponencia, pero tenemos que insistir en la necesidad de reunir y analizar más datos concretos para probar la propuesta autoría berceana del Alexandre, más aun de los que los considerables esfuerzos de Nelson - por sugestivos que sean - nos han brindado hasta ahora.

    Así es que yo quisiera sugerir que tendremos que buscar otros factores concretamente estilísticos y más estrechamente ligados a la práctica personal de un autor individual para poder precisar en casos dudosos la autoría de obras anónimas dentro de la misma época, escuela y género.

    En este breve papel espero esbozar una iniciativa para comparar el estilo del autor del Alexandre con el de Gonzalo de Berceo. Lo más ideal, claro está, sería manejar todo el corpus de cada uno. Por eso, en otro estudio más amplio presentaré todos los detalles y pormenores convenientes para que otros investigadores puedan comprobar los datos ofrecidos y llegar a sus propias conclusiones. Por el momento, me limitaré a un repaso de una muestra reducida, tomando sólo los Milagros por una parte y un fragmento de igual tamaño (las primeras novecientas once estrofas) del Alexandre. Escogí los Milagros por ser la obra más estudiada de Berceo y porque, con sus veinticinco historias distintas, compagina mejor con el carácter episódico del Alexandre.

    Y quisiera enfocar la atención en las cláusulas condicionales a fin de ver si existen diferencias entre las dos obras.

    Los varios estudios que han aparecido sobre las cláusulas condicionales en el español medieval se han concentrado, como es lógico, casi exclusivamente en la morfología de los verbos, a fin de indicar su evolución desde los esquemas del latín clásico hasta su consolidación en el uso del español moderno. Recurrir a la lingüística histórica para proporcionar una base científica a nuestro trabajo no sería lo más oportuno en el caso del Alexandre porque la transmisión textual se ha apartado notablemente del original castellano. Nelson opina en la introducción a su reconstrucción que "las oraciones condicionales, con toda su variedad morfémica, invitan al desastre en la transmisión; y no obstante se conservan pasablemente bien en el poema, quizás porque los esquemas condicionales de Berceo eran casi clásicos en su simplicidad" (Gonzalo de Berceo 1979: 134). Sean o no de Berceo - y sean o no simples, algo que las aportaciones de Rojo y Montero (1983) desmienten - no tuvo Nelson que ajustar mucho las formas para encuadrarlas dentro de una métrica vuelta a su regularidad original. Pero las formas verbales en sí no indican el estilo de un autor o de otro; ha de suponerse que todos los poetas de la escuela creadora de la cuaderna vía empleaban más o menos el mismo esquema de posibilidades - dentro de ciertos límites flexibles. Lo puramente morfológico no sirve para indicarnos variaciones personales, pero puede ser que las variaciones sintácticas revelen preferencias en la expresión individual.

    En la estrofa de la cuaderna vía las dos partes de una expresión condicional, la prótasis y la apódosis, suelen colocarse o en versos seguidos o en sendos hemistiquios o en otras combinaciones basadas según unidades métricas en los versos alejandrinos. Una vez aisladas las cláusulas condicionales podemos comenzar a ver las tendencias y diferencias a pesar de que se trata de una muestra reducida (Para hacer las comparaciones que nos interesan aquí, he dividido cada verso (a, b, c y d) en dos partes, 1 y 2).1

    Cada cláusula condicional suele obedecer a ciertas presiones de lógica interna. Normalmente, como en el habla común, la prótasis se presenta primero seguida, a continuación, por la apódosis; un porcentaje muy elevado - un 76 % para los Milagros y un 69 % en el Alexandre - está organizado así. Además, hay una clara tendencia de comenzar la estrofa planteando una situación o suceso y luego comentando éste con una expresión condicional. Esta distribución se presenta tanto en la narración como en el discurso directo de los personajes de los Milagros y del Alexandre. Se encuentra un elevado número de ejemplos en los dos hemistiquios de d o en los versos c y d. Ejemplos de esto en múltiples variaciones se ofrecen frecuentemente en ambas composiciones.

Díssoli el buen omne, "Sennor, por caridat,
si disiesse qe non, dizría falsedat".
(Milagros 224 cd)2  

"mas si tú lo vi[di]eres'por cosa aguisada,
contra Poro e Darío iré una vegada."
(Alexandre 47 cd)

    Esto es igualmente verdad si la apódosis aparece en primer lugar, como en Milagros 522 y Alexandre 2411. Esta lógica interna también se sustrae a ciertas formulaciones, tales como con una apódosis intercalada (difícil de concebir sintácticamente), u otras opciones con la apódosis en primer lugar, como se ve claramente en los números y espacios en blanco del cuadro final.

    Pero basta sólo con mirar las cifras sacadas de nuestro corpus para empezar a dudar de que se trate de los mismos hábitos poéticos y expresivos de un solo talento creador. Aunque en varias de las categorías u organizaciones estilísticas hay cifras parecidas, como para las oraciones condicionales de tipo prótasis/apódosís en al/a2 o en b/c, la mayoría de las categorías, al comparar los Milagros y el Alexandre, son bastante impares.

    El Alexandre favorece un contraste en bl/b2, como en 481b o 733b, mientras que en los Milagros esta disposición de cláusulas no aparece con tanta frecuencia. Caso inverso con cl/c2, representado en los Milagros en repetidas estrofas como en 390c, 621c y 652c, caso relativamente insólito en el Alexandre.

    Pero creo que hay dos categorías que muestra claramente una diferencia en cuanto al estilo personal. La primera es, a todas luces, un arreglo sintáctico preferido por el poeta del Alexandre, pues lo emplea en casi el 11 % de los casos de oraciones condicionales mientras que en los Milagros lo utiliza una sola vez. Se trata de una disposición de la expresión condicional con la prótasis intercalada en medio de la apódosis, como se ve a continuación.

asmava si podies[s]e sem[n]ar su mala cisma,
meter algún destorvo en e[ss]a confradría
(Alexandre 339cd)

 fuera, si lo fizies[s]e, la cosa deliberada
(Alexandre 587c)

     A pesar de un aspecto algo culto, estos versos no resultan nada raros desde el punto de vista sintáctico y, de hecho, son bastante naturales. Berceo podía escribir oraciones condicionales de este modo también pero sólo un ejemplo aparece en los Milagros.

De lo qe avien priso non se podién quitar,
ya lo quemen de grado, si podiessen, dexar,
dexarlo ién de grado, no lo querrién levar,
(Milagros 721 (885) abc)  

    Este hecho adquiere mayor relieve cuando lo comparamos con la segunda categoría que quisiera subrayar, la que no hace sino enfatizar el más amplio alcance expresivo del poeta riojano. Se trata de la categoría que he indicado en el cuadro final simplemente como "otros esquemas". Un gran número de las expresiones condicionales en Berceo no caben netamente dentro de las sencillas disposiciones que figuran en la hoja. Al contrario, se destacan por lo innovadoras que son y por la libertad con la que escamotean las secas formas de siempre. La estrofa 70 de los Milagros da una idea de la flexibilidad que se ve en Berceo, ofreciendo dos prótasis en a y b y contestando con la apódosis en c.

Si non fuesse Sïagrio tan adelante ido,
si oviesse su lengua un poco retenido,
non serié enna ira del Crïador caído,
ond dubdamos qe es !mal peccado! perdido.
(Milagros 70)

    O bien en la estrofa 567 que tiene la prótasis en b y dos apódosis en c y d.

disso: "Duenna, si esto puede seer provado,
veré don Iesu Christo qe es vuestro pagado,
yo mientre fuero vivo faré vuestro mandado."
(Milagros 567 bcd)

    Lo cual no niega al autor del Alexandre sus propios aciertos y lindezas sintácticas, como en la 784 (prótasis en a y sendas apódosis en b y c), o en la estrofa 46, donde hay dos apódosis en c y prótasis en d.

"Mas si en tu porfidia quisieres aturar,
non porná en. ti mano nul omne de prestar:
fer-t-he a mis rapazes prender e enforcar"
(Alexandre 784 abe)

"mas vivré con rencura, morré con repentencia,
si de premia de Darío non saco yo a Grecia."
(Alexandre 46 cd)

    Y mencionaré aquí, sólo para terminar con la lista ofrecida en el cuadro final, una última categoría señalada como "sin contraste verbal" en la que aparece la palabra "si" pero sólo con la opción de "si o no", tipo "Si lo era o non tod el pueblo peccava" (Alexandre 19d). (Prescindo por exigencias de espacio de las complejas e interesantes subeategorías - concesivas, casos de elipsis, condicionalidad por parataxis, etcétera - no incluidas aquí [cf Harris 1986]).

    Sin embargo, el poeta del Alexandre nunca alcanza la variedad sintáctica ni el nivel de expresividad que brotan tan espontáneamente de las oraciones condicionales de Berceo. Y mirando las altas frecuencias para las categorías con la colocación al final de la estrofa, en los versos c y d, podríamos decir que el autor del Alexandre - a pesar de su segura voz poética en tantos otros aspectos - casi se deja llevar por lo que la estructura estrófica le sugiere.

    Ahora bien. No pretendo sacar pruebas contundentes de este breve ejercicio, ni mucho menos. Lo que ofrezco en este informe es solamente una muestra de otro estudio mucho más completo que se publicará en una forma más elaborada con un corpus más amplio de Berceo, todo el Alexandre y otras fuentes de la cuaderna vía para servir de contraste y control, lo que multiplicará los ejemplos sin cambiar - según los cálculos efectuados hasta la fecha - los porcentajes o relaciones básicas. Y debo resaltar aquí que hay motivo para creer que el índice de oraciones condicionales del Alexandre es extraordinariamente alto en las primeras mil estrofas, porque abarcan los consejos de Aristóteles al joven príncipe y las numerosas discusiones de guerra en la sección que narra la Guerra de Troya. No obstante, las diferencias de expresión que veo como pertenecientes a obras de autores distintos permanecerán en pie.

    Evidentemente todavía hay mucho más que deberíamos estudiar, además de comparar las variaciones sintácticas de las cláusulas condicionales, aunque sólo nos limitemos a éstas. Sabemos ahora por las investigaciones de Rojo y Montero (1983) que la expresión de condicionalidad en español se basa no sólo en la morfología sino también en las relaciones temporales de los verbos con la realidad exterior al discurso. En términos de un análisis del discurso mismo, el uso de toda expresión condicional implica una toma de postura por parte del autor de alejarse de la realidad proyectada al lector u oyente y proponerle otro universo posible, ío que los lingüistas de la gramática generativa tildan de "world creating verbs", o sea verbos (o expresiones) creadores de universos (María Luisa Rivero 1979: 89-110).

    Para terminar entonces, vuelvo a la edición de Nelson. Sospecho que el trabajo de muchos investigadores en diversas facetas de la cuaderna vía y de la historia de las literaturas castellana y latina de las primeras décadas del siglo trece tienden a desaconsejar el atribuir el Alexandre a Gonzalo de Berceo. ¿Debemos, como consecuencia lógica, abandonar la reconstrucción crítica de Nelson por errónea? Quizás no; Ya hemos hablado de lo que tendrían en común los participantes del grupo que creó la cuaderna vía en el norte de Castilla en los albores del siglo trece y Nelson, acudiendo a la lengua de Berceo para ayudar en la selección de variantes morfémicas, a lo mejor no yerra mucho. Lo más audaz de su reconstrucción es la proclamación de su tesis berceana. Cambia el texto P, su manuscrito principal, sólo cautelosamente: restaura versos métricamente estropeados, prefiere formas que sí pertenecían al momento histórico de la composición, deja que la rima recupere su regularidad cuando el manuscrito en su totalidad lo apoya, reimpone nombres y términos que se encuentran textualmente en las fuentes del poeta español, etcétera.

    Es decir, sólo corrige el texto según criterios claros y defendibles. Esperamos futuras ediciones realizadas por otros estudiosos según otros criterios lingüísticos y literarios, y bien puede ser que superen en su totalidad la que Nelson nos ha ofrecido. No obstante, por el momento creo que podemos continuar citando la reconstrucción de él y considerando al Alexandre como obra todavía anónima.  

 

Cuadro de Frecuencias

 

 

NOTAS

1 Para dejar la más amplia libertad para hacer resaltar la tesis berceana, derivo mis cifras y cito de la edición de Dana A. Nelson (1979).
2 Para el texto de los Milagros cito siempre de la edición de Brian Dutton (1971).

 

BIBLIOGRAFÍA

   Gonzalo de Berceo
1979 El libro de Alixandre. Reconstrucción crítica. Ed. de Dana A. Nelson. Madrid.
1971 Los milagros de Nuestra Señora. Ed. de Brian Dutton.

   Harris, Martin B.
1986 "The Historical Development of Conditional Sentences in Romance". En Romance Philology, 39: 405-436. Berkeley, California.

   Rivero, María Luisa
1979 Estudios de gramática generativa del español. Madrid.

   Rojo, Guillermo, y Emilio Montero Cartelle
1983 La evolución de los esquemas condicionales (Potenciales e irreales desde el poema del Cid hasta 1400). Santiago de Compostela. 222

 

¿Berceo, autor del "Alixandre"? Investigaciones lingüísticas.
GEORGE D. GREENIA

AIH. Actas IX (1986).
College of William and Mary, Williamsburg

    George Greenia, Professor of Modern Languages and Literatures, has been at the College since 1982 (A.B. Marquette Univ., M.A. and Ph.D. Univ. of Michigan 1984). George D. Greenia specializes in the Spanish Middle Ages, its literature, language, art and social history. He is Editor of the journal La corónica, devoted to medieval Iberia, and Editor of American Pilgrim, a magazine of public scholarship on pilgrimage studies, and author of the textbook Generaciones. Composición y conversación en español with parallel versions in French and German. He is co-Editor of a 3-vol. encyclopedia of Castilian Writers, 1200-1500. Prof. Greenia served for ten years as Director of William and Mary's Program in Medieval and Renaissance Studies. His courses include Love & Prostitution in Medieval Spain, Spanish Language, Epic and Nationalism, Medieval Pilgrimage, The Medieval Book, and a summer Apprenticeship in Archival Skills for Medieval and Renaissance Studies taught at St. John's University in Minnesota.

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