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Abundantes son los estudios que la crítica ha dedicado a los Milagros de Nuestra Señora, y no pocos de estos trabajos se han ocupado específicamente del Prólogo1 de esta obra, tanto en los aspectos relativos a sus posibles fuentes como en los referidos a imágenes, alegorías o estructuración de sus cuarenta y seis estrofas. Críticos como Carlos Foresti Serrano, Brian Dutton, Alejandro Uli Ballaz, James Burke, Elizabeth Drayson, Juan Manuel Cacho Blecua o más recientemente Fernando Baños Vallejo han contribuido a precisar las fuentes2 que Berceo pudo haber manejado en la redacción del prólogo de los Milagros; aspecto este de especial atractivo, puesto que del prólogo y del milagro titulado La iglesia despojada no se han encontrado las fuentes directas que sirvieron al poeta castellano de inspiración. Asimismo, los aspectos literarios han sido profusamente analizados por investigadores como Agustín del Campo, Carlos Foresti Serrano, Germán Orduna, Carmelo Gariano, Jesús Montoya Martínez o Michael Gerli, entre otros3.

No vamos a ahondar en cuestiones referidas a las imágenes o a la alegoría, ni en el tema de las fuentes, pero sí queremos destacar la fuerte unidad formal y semántica que posee el prólogo al libro de los Milagros, unidad conseguida en buena medida por el empleo de la iteración4 en la organización artística de este singular fragmento poético.

Pero antes vamos a ocuparnos de la división del texto, para poder trabajar con mayor precisión. Se han hecho diversos intentos de segmentar el texto, sin que se llegue a una división unánimemente aceptada. Así, Carlos Foresti Serrano5, dentro de lo que califica como dos fases bien definidas, el esquema retórico del locus amoenus y la glosa de Berceo, propone una división en cinco partes: la estrofa primera sería el exordio; las estrofas comprendidas desde la número dos hasta la número quince, el lugar ameno; la estrofa dieciséis serviría de nexo; de la estrofa diecisiete a la cuarenta y tres, comprendería la explicación del lugar ameno; mientras que las cuatro últimas estrofas servirían de enlace entre los versos de la introducción y los milagros. Por otro lado Germán Orduna6 establece una primera división en cuatro partes: estrofas una a quince, que enmarcan el suceso ejemplar narrado en primer término; estrofas dieciséis a cuarenta y uno, la exposición alegórica; de la estrofa cuarenta y dos a la cuarenta y cuatro se resumen los elementos alegóricos; mientras que las tres últimas estrofas sirven de introducción efectiva a la serie de milagros. Posteriormente matiza esta estructuración en la conclusión de su artículo y se inclina por estas cuatro partes: I enigma, II exposición, III nombres de María, IV introducción real (c. 45-47). Jesús Montoya Martínez7 distingue tres bloques de quince estrofas cada uno: el primero compuesto por la narrado; el segundo por la expositio allegorica; y el tercero por la disgressio sobre los nombres de María, más la propositio; la estrofa cuarenta y seis, súplica a María, sirve de cierre.

Por nuestra parte, sostenemos que el prólogo está formado por cinco partes bien diferenciadas, identificables con claridad tras el análisis del texto8:

1) ESTROFA 1:                    EXORDIO

2) ESTROFAS 2-15:             ALEGORÍA

3) ESTROFAS 16-31            EXPLICACIÓN DE LA ALEGORÍA

4) ESTROFAS 32-41            EXCURSO -Nombres de María-

5) ESTROFAS 42-46:           EPÍLOGO

 

Llevar a cabo esta división supone aceptar que el prólogo constituye en sí mismo una unidad narrativa perfecta en su estructuración, con un principio, un desarrollo y un final claramente delimitados, sin que por ello deje de ser, a su vez, el exordio de una obra más amplia, los Milagros de Nuestra Señora, en la que se incluye9.

Además de la división del texto, que acabamos de proponer, existe otro elemento que redunda en la cohesión del prólogo, y es precisamente el recurso de la iteración, recurso que actúa sobre distintos niveles del texto10.

En primer lugar, debemos tener en cuenta que la propia naturaleza formal del verso empleado implica, en el nivel de mayor abstracción, un proceso recurrente marcado por la repetición de versos de catorce sílabas, agrupados en estrofas de cuatro versos, que a su vez reiteran la misma rima consonántica. El verso, por su parte, está formado por dos hemistiquios heptasílabos, lo cual supone el primer indicio de iteración binaria del texto.

Hasta el momento hemos llevado a cabo una mera descripción formal de aspectos consustanciales a la estrofa poética llamada cuaderna vía11. Pero en el texto hay además numerosas figuras iterativas. Algunas son morfológicas, otras sintácticas: la anadiplosis, la anáfora, la epanalepsis, la reduplicación, el isocolon, el poliptoton, la paronomasia, la aliteración y el quiasmo12.

Comenzaremos por la alegoría, estrofas 2-15, parte segunda del Prólogo, según la división que hemos establecido. Son muy abundantes en esta segunda parte los procedimientos de iteración; podemos encontrar varios ejemplos.

 

 

Anáfora:

nin sombra tan temprada,               ni olor tan sabroso (6b)

Non serié organista,                       nin serié violero,

nin giga, nin salterio,                   nin mano de rotero,

nin estrument, nin lengua,           nin tan claro vocero (9abc)

 

que avié de noblezas                      tantas diversidades

que no las contarién                       priores ni abades (10cd)

 

por calor nin por frío                        non perdié su beltat,

siempre estava verde                      en su entegredat,

non perdié la verdura                    por nulla tempestat (11bcd)

 

Epanalepsis-Reduplicación:

verde e bien sencido,                     de flores bien poblado (2c)

Unas tenién la quinta                      e las otras doblavan,

otras tenién el punto,                     errar no las dexavan (8ab)

 

En la estrofa 12 aparece una llamativa forma de reiteración, los términos reiterados se encuentran en el último lugar de un hemistiquio y en el primer lugar del segundo hemistiquio del verso siguiente:

Manamano que fui                        en tierra acostado,

de todo el lazerio                         fuï luego folgado;

oblidé toda cuita,                          el lazerio passado (12abc)

 

Aliteración-Paronomasia :

manavan cada canto                    fuentes claras, corrientes (3c)

en qui Dios tan grand gracia,      tan grant bendición miso (14b)

 

Isocolon:

en verano bien frías,                    en ivierno calientes (3d)

La verdura del prado,              la olor de las flores,

las sombras de los arbores      de temprados savores (5ab)

 

En la tercera parte del prólogo, la explicación de la alegoría (c. 16-31), encontramos diversas figuras iterativas.

Anáfora:

Todos quantos vevimos              que en piedes andamos,

siquiere en presón                      o en lecho yagamos,

todos somos romeos                 que camino pasamos (17abc)

 

Poliptoton:

los cuatro evangelios,               esso significavan,

ca los evangelistas,                  cuatro que los dictavan (21bc)

 

El roseñor que canta                 por fina maestría,

siquiere la calandria                   que faz grand melodía,

mucho cantó mejor                   el barón Isaía

e los otros profetas,                   onrada compañía. (28)

 

Cantaron los apostólos            muedo muy natural,

confessores e mártires              facién bien otro tal;

las vírgines siguieron                 la grand Madre caudal,

cantan delante d'ella                canto vien festival. (29)

 

Por todas las eglesias,             esto es cada día,

cantan laudes ant'ella              toda la clerecía (30ab)

 

Epanalepsis-Reduplicación:

Las cuatro fuentes claras        que del prado manavan,

los cuatro evangelios,             esso significavan,

ca los evangelistas,                cuatro que los dictavan (21abc)

 

Cuanto escrivién ellos             ella lo emendava,

esso era bien firme                 lo que ella lauda va;

pareze que el riego                 todo d'ella manava,

quando a menos d'ella           nada non se guiava (22)

 

allí corremos todos,               vassallos e señores,

todos a la su sombra             irnos coger las flores (24cd)

 

Estos avien con ella             amor e atenencia,

en laudar los sos fechos        metién toda femencia;

todos fablavan d'ella             cascuno su sentencia (27abc)

 

Isocolon:

Los árbores que facen        sombra dulz e donosa

son los santos miráculos     que faz la Gloriosa,

ca son mucho más dulzes   que azúcar sabrosa,

la que dan al enfermo         en la cuita raviosa (25)

 

El roseñor que canta          por fina maestría,

siquiere la calandria            que faz grand melodía (28ab)

 

Tornemos ennas flores       que componen el prado,

que lo facen fermoso,      apuesto e temprado;

las flores son los nomnes   que li da el dictado (31abc)

 

Quiasmo:

prendamos lo de dentro,     lo de fuera dessemos (16d)

 

La cuarta parte (c. 32-41), formada por el excurso en el que se suceden las diversas denominaciones de la Virgen, presenta, igualmente, variadas reiteraciones.

Anáforas:

Ella es dicha fuent           de qui todos bevemos,

ella nos dio el cevo          de qui todos comemos;

ella es dicha puerto         a qui todos corremos (35abc)

 

Anadiplosis:

ella es dicha trono           del reÿ Salomón,

reÿ de grand justicia,       sabio por mirazón (37cd)

 

Isocolon:

nin Sancho nin Domingo,  nin Sancha ni Domenga (38d)

 

Dentro del excurso que estamos analizando, conviene destacar el paralelismo existente entre las estructuras de las dos últimas estrofas, como podemos comprobar:

El fust que Moisés              enna mano portava,

que confondió los sabios     que faraón preciava,

el que abrió los mares         e después los cerrava,

sinon a la Gloriosa              ál non significava. (40)

 

Si metiéremos mientes       en ell otro bastón,

que partió la contienda        que fue por Aarón,

ál non significava,               como diz la lectión,

sinon a la Gloriosa, e          sto bien con razón (41)

 

Además, resulta igualmente interesante observar cómo en tres estrofas de esta cuarta parte se produce la siguiente reiteración formal en cada una de las cuadernas: en los versos a y c se nos refiere un atributo de la Virgen, con anáfora del término ella, mientras que los versos b y d complementan, respectivamente, el verso anterior:

 

Ella es vellocino                  que fue de Gedeón,

en qui vino la pluvia,            una grand vissión;

ella es dicha fonda              de David el varón,

con la cual confondió          al gigant tan fellón (34)

 

Ella es dicha puerta            en sí bien encerrada,

pora nos es abierta             por darnos la entrada;

ella es la palomba              de fiel bien esmerada,

en qui non cae ira,              siempre está pagada. (36)

 

Ella con grand derecho       es clamada Sión,

ca es nuestra talaya,          nuetra defensión;

ella es dicha trono              del reÿ Salomón,

rey de grand justicia,          sabio por mirazón (37)

 

En el epílogo (c. 42-46), quinta y última parte del prólogo, encontramos nuevas muestras de los recursos iterativos que venimos destacando.

 

Anáfora:

 

Quiero dexar con tanto      las aves cantadores,

las sombras e las aguas,    las devant dichas flores;

quiero d'estos fructales      tan plenos de dulzores

fer unos pocos viessos,      amigos e señores. (44)

 

Quiero en estos árbores    un ratiello sobir (45a)

 

Poliptoton:

 

De suso lo dissiemos            que eran los fructales,

en qui facién las aves            los cantos generales,

los sus sanctos miráculos,    grandes e principales,

los cuales organamos        ennas fiestas caubdales (43)

 

Finalmente, es interesante señalar una repetición (estructura de quiasmo), con alteración del orden de los dos términos empleados y de la situación en el verso y en la estrofa:

Señores e amigos,            en vano contendemos (42a)

fer unos pocos viessos,       amigos e señores (44d)

Podría argumentarse que muchos de los procedimientos de iteración que hemos señalado pueden considerarse, al igual que las estrofas, el cómputo silábico o la rima, propios de la cuaderna vía13, argumento que compartimos, por cuanto que en este artículo pretendemos destacar la relevancia que adquiere un determinado procedimiento retórico, habitual, por otra parte, en la escuela poética del Mester de Clerecía. Por ello, sin haber pretendido agotar los recursos iterativos, morfológicos y sintácticos que presenta el prólogo de los Milagros, vamos, a continuación, a analizar un nuevo tipo de repetición, en este caso en el nivel semántico, que se puede observar tanto en los dos hemistiquios de un mismo verso, como dentro de un mismo hemistiquio.

Esta nueva iteración, que se da entre los dos hemistiquios de un mismo verso, presenta formalmente una estructura binaria unida por la conjunción e, y semánticamente incide en la reiteración de una idea:

refrescáronme todo,          e perdí los sudores (5c)

Unas tenién la quinta        e las otras doblavan (8a)

el que abrió los mares      e depués los cerrava (40c)

Los ejemplos no son, en esta ocasión, muy numerosos; tres de ellos se concentran en la segunda parte del prólogo (la alegoría), y uno en la cuarta parte, el excurso.

En cambio sí son muy numerosas las estructuras binarias unidas por la conjunción e dentro de un mismo hemistiquio. En este caso la repetición de la estructura sirve para destacar semánticamente, en casi todos los hemistiquios14, la idea bien de pluralidad, bien de totalidad15:

Amigos e vassallos

de Dios omnipotent (1a)

refrescavan en omne

las caras e las mientes (3b)

milgranos e Agüeras,

peros e mazanedas (4b)

odí sonos de aves

dulces e modulados (7b)

Los omnes e las aves,

cuantas acaecién (13a)

por una que levavan

tres e cuatro nazién (13d)

El fructo de los árbores

era dulz e sabrido (15a)

Señores e amigos,

lo que dicho avernos (16a)

que por los pecadores

ruega noche e día (23d)

Cuantos que son en mundo,

justos e pecadores,

coronados e legos,

reys e emperadores,

allí corremos todos,

vassallos e señores (24abc)

Los árbores que facen

sombra dulz e donosa (25a)

confessores e mártires

facién bien otro tal (29b)

que lo facen fermoso,

apuesto e temprado (31b)

de cuerpos e de almas

salud e medicina (33d)

Señores e amigos,

en vano contendemos (42a)

los sus sanctos miráculos,

grandes e principales (43c)

las sombras e las aguas,

las devant dichas flores (44b)

fer unos pocos viessos,

amigos e señores (44d)

Únicamente encontramos un caso de estructura tripartita en un mismo hemistiquio, en la estrofa 23, ya que el otro caso de utilización de tres elementos, en la estrofa 31, aparece dividido por el hemistiquio:

La sombra de los árbores,          buena, dulz e sanía (23a)

que lo facen fermoso,                 apuesto e temprado (31b)

Tras este análisis observamos con claridad que la reiteración en las ideas de pluralidad o totalidad están acompañadas de términos en plural16: "milgranos e figueras"(4b), "justos e pecadores" (24a). Pero, igualmente, llama poderosamente la atención que esta iteración semántica, plasmada mediante la estructura binaria "N e N" en un mismo hemistiquio, prácticamente no aparezca en la cuarta parte del prólogo, el excurso, en donde se enumeran los nombres de María, mientras que en el resto de las partes tiene una presencia muy notable. Así en el exordio, de tan solo una estrofa, aparece en una ocasión esta estructura; se encuentra en el epílogo, compuesto de cinco cuadernas, en cuatro ocasiones; en la alegoría se repite ocho veces, mientras que en la explicación aparece en nueve ocasiones. Frente a esto, en el Excurso, compuesto de diez estrofas, únicamente, la encontramos dos veces. Este hecho, que a simple vista podría resultar extraño, tiene una clara explicación relacionada con el contenido semántico de esta estructura. La idea de pluralidad o totalidad, presente en la estructura binaria, se acomoda perfectamente al exordio, la alegoría, la explicación de la alegoría y al epílogo, porque precisamente ese es el concepto que interesa al narrador destacar, y por ello la mayoría de los términos empleados aparecen en plural. En cambio en el pasaje dedicado a enumerar atributos de la Virgen, lo que se procura es subrayar su individualidad y esta es la razón, en oposición a las otras cuatro partes, de la ausencia casi total de esta estructura binaria, al tiempo que queda, igualmente, justificada la presencia de términos en singular. Las dos únicas veces que dentro del excurso aparece esta estructura no afecta a la individualidad de la Virgen, sino a la totalidad de la humanidad que tanto espiritual como materialmente puede, gracias a ella, "sanar", en vida o después de la muerte:

de cuerpos e de almas             salud e medicina (33d)

Precisamente, para que aparezca sin la menor sombra de duda la individualidad de la Virgen, el sujeto lírico recurre, en el excurso, a una simple construcción atributiva que se repite constantemente17 siguiendo el esquema Sujeto-Cópula-Atributo:

La benedicta Virgen                 es estrella clamada,

estrella de los mares,               guiona deseada;

es de los marineros                  en las cuitas guardada,

ca quando éssa veden,             es la nave guiada. (32)

 

Es clamada, e eslo,                 de los cielos, reina,

tiemplo de Jesu Cristo,             estrella matutina,

señora natural,                         piadosa vezina,

de cuerpos e de almas             salud e medicina. (33)

 

Ella es vellocino                       que fue de Gedeón,

en qui vino la pluvia,                  una grand vissión;

ella es dicha fonda                   de David el varón,

con la cual confondió                al gigant tan fellón. (34)

 

Ella es dicha fuent                   de qui todos bevemos,

ella nos dio el cevo                  de qui todos comemos;

ella es dicha puerto                 a qui todos corremos,

e puerta por la cual                  entrada atendemos. (35)

 

Ella es dicha puerta                 en sí bien encerrada,

pora nos es abierta                  por darnos la entrada;

ella es la palomba                   de fiel bien esmerada,

en qui non cae ira,                   siempre está pagada. (36)

 

Ella con grand derecho            es clamada Sión,

ca es nuestra talaya,               nuestra defensión;

ella es dicha trono                   del rey Salomón,

rey de grand justicia,               sabio por mirazón (37)

 

A esta larga enumeración sucede una estrofa de transición que sirve para preparar el climax de la cuaderna treinta y nueve, en la que se acumulan, siempre en singular, los atributos:

 

Es dicha vid, es uva,               almendra, malgranada,

que de granos de gracia          está toda calcada,

oliva, cedro, bálsamo,             palma bien ajumada,

piértega en que sovo               la serpiente alzada (39)

 

Las dos últimas estrofas del excurso son anticlimáticas y sirven de transición al epílogo.

Después del análisis realizado, creemos que se constata el hecho de que la iteración se constituye en el elemento organizador que contribuye a dar cohesión al prólogo de los Milagros de Nuestra Señora. Los mecanismos iterativos, como hemos tenido ocasión de comprobar, afectan, en el plano más general, a los recursos formales propios de la cuaderna vía, a las estructuras morfológicas y sintácticas, y llegan, también, hasta el ámbito de la significación18.

Una vez comprobado el rendimiento de este procedimiento retórico en el prólogo de los Milagros de Berceo, habría que analizar el resto de la obra, lo cual sobrepasa ampliamente los límites materiales de este trabajo, para comprobar si la iteración aparece, igualmente, en los milagros, y si se repite la forma de marcar la individualidad frente a la totalidad o pluralidad. En el caso de que se constate su utilización tendría que analizarse la obra de Berceo e incluso otros poemas del mester de clerecía, por si se tratase de unos procedimientos consustanciales al autor o al género, en lugar de un procedimiento estilístico empleado únicamente en un determinado contexto.

 

 

 

 

NOTAS

1 Preferimos el término "prólogo" antes que el de "introducción", ya que Berceo utiliza ese vocablo en el Poema de Santa Oria: "Avernos en el prólogo nos mucho detardado" (10a), en tanto que no aparece en ninguna de sus obras el término "introducción", como señala Jesús Montoya Martínez en su artículo "El prólogo de Gonzalo de Berceo al libro de los Milagros de Nuestra Señora", La Corónica, XIII, 2 (1985), p. 177.

2 Vid. Carlos Foresti Serrano, "Sobre la Introducción en los Milagros de Nuestra Señora" de Gonzalo de Berceo, Anales de la Universidad de Chile, CVII (1957), pp. 361-367; Brian Dutton (ed.), Gonzalo de Berceo, Los milagros de Nuestra Señora, en Obras Completas, II, Tamesis Books, Londres, 1971; Alejandro Uli Ballaz, "¿Es original de Berceo la Introducción a los Milagros de Nuestra Señora?", Berceo, LXXXVI (1974), pp. 93-117; James Burke, "The Ideal of Perfection: the Image of the Garden-Monastery in Gonzalo de Berceo's Milagros de Nuestra Señora", en Medieval, Renaissance and Folklore Studies in Honor of John Estén Keller, J. R. Jones (ed.), Juan de la Cuesta, Newark-Delaware, 1980, pp. 29-38; Elizabeth Drayson, "Some Possible Sources for the Introduction to Berceo's Milagros de Nuestra Señora", Médium Aevum, L, 2 (1981), pp. 274-283; Juan Manuel Cacho Blecua, "Género y composición de los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo", en Homenaje a José María Lacarra, Príncipe de Viana, Diputación Foral de Navarra, Pamplona, 1986, pp. 49-66; Fernando Baños Vallejo, "La invención de Berceo en la Introducción de los Milagros", en Homenaje al Dr. D. José María Martínez Cachero, Universidad de Oviedo, Oviedo [en prensa). Quiero expresar mi agradecimiento al Dr. Baños Vallejo por permitirme consultar su artículo inédito, así como su edición de los Milagros de Nuestra Señora, obra también inédita en el momento de mi consulta, que sigo en este trabajo: Fernando Baños Vallejo (ed.), Gonzalo de Berceo, Milagros de Nuestra Señora, Crítica, Barcelona, 1997.

3 Vid. Agustín del Campo, "La técnica alegórica en la Introducción de los Milagros de Nuestra Señora", Revista de Filología Española, XXVIII (1944), pp. 15-57; Carlos Foresti Serrano, "Sobre la Introducción", op. cit.; Germán Orduna, "La Introducción a los Milagros de Nuestra Señora. El análisis estructural aplicado a la comprensión de la intencionalidad de un texto literario", en Actas del Segundo Congreso Internacional de Hispanistas, J. Sánchez Romeralo y N. Poulussen (eds.), Asociación Internacional de Hispanistas-Instituto Español de la Universidad de Nimega, Nimega, 1967, pp. 447-456; Carmelo Gariano, Análisis estilístico de los "Milagros de Nuestra Señora" de Berceo, Gredos, Madrid, 1971; Jesús Montoya Martínez, "El prólogo de Gonzalo de Berceo", op. cit., pp. 175-189; Michael Gerli (ed.), Gonzalo de Berceo, Milagros de Nuestra Señora, Cátedra, Madrid, 1987 (1985), pp. 33-48; Juan Manuel Rozas López (ed.), Gonzalo de Berceo, Milagros de Nuestra Señora, Plaza y Janes, Barcelona, 1986, pp. 31-36.

4 "La repetición o iteración es uno de los procedimientos retóricos más antiguos, cumpliéndose en ella el mecanismo de la adiectio, de la suma de un término a otro (...) La iteración es, pues, más que una figura, puesto que abarca diferentes modalidades estilísticas"; todas las definiciones que aparecen en este trabajo están tomadas de la obra de Angelo Márchese y Joaquín Forradellas, Diccionario de retórica, crítica y terminología literaria, Ariel, Barcelona, 1994 (1986).

5 Carlos Foresti Serrano, "Sobre la Introducción", op. cit., p. 361.

6 Germán Orduna, "La Introducción", op. cit., pp. 448 y 453-

7 Jesús Montoya Martínez, "El prólogo de Gonzalo de Berceo", op. cit., p. 180.

8 Seguimos la edición de Fernando Baños Vallejo, Milagros, op. cit.

9 Así, Carlos Foresti Serrano sostiene que "la Introducción a los Milagros de Nuestra Señora, debe considerarse, en su totalidad, como un exordio, pues prepara el ánimo del oyente o lector para las futuras narraciones en que intervendrá la Virgen", "Sobre la Introducción", op. cit.

10 Ya Joaquín Artiles destacó la importancia de este procedimiento retórico: "Reiteración de una misma construcción sintáctica, de una misma función gramatical, de un mismo término verbal (...) Y, muchas veces, por reiteración de un mismo contenido de concepto", Los recursos literarios de Berceo, Gredos, Madrid, 1968, p. 70.

11 "Estrofa formada por cuatro versos alejandrinos que riman entre sí con el mismo consonante", Angelo Márchese y Joaquín Forradellas, Diccionario de retórica, op. cit.

12 "Anadiplosis: Es una figura retórica que consiste en repetir al principio de un verso o de una frase, una palabra que estaba al final del verso o de la frase anterior". "Anáfora: Es una figura que consiste en la repetición de una o más palabras al principio de versos o enunciados sucesivos, subrayando enfáticamente el elemento iterado". "Epanalepsis: Como figura sintáctica, la epanalepsis consiste en la repetición de una o varias palabras para reforzar la idea que se quiere expresar (...) Si la repetición es de una sola palabra se denomina Reduplicación". "Isocolon: Es una figura sintáctica que consiste en la correspondencia entre dos o más miembros de un conjunto (frases o grupos de versos). El isocolon es una forma de paralelismo". "Poliptoton: El poliptoton o polipote es una figura sintáctica que consiste en emplear una misma palabra en un enunciado breve en distintas funciones o formas". "Aliteración: Es una figura retórica de tipo morfológico que consiste en la reiteración de sonidos semejantes -con frecuencia consonánticos, alguna vez silábicos- al comienzo de dos o más palabras o en el interior de ellas (...) El efecto de paralelismo fónico que se deriva de la aliteración puede tener efectos sobre el significado". "Paronomasia: Paronomasia en una figura morfológica que se produce al colocar próximas en el texto dos palabras fonéticamente parecidas la una a la otra". "Quiasmo: Es una figura de tipo sintáctico que consiste en la disposición en cruz de los elementos que constituyen dos sintagmas o dos proposiciones ligadas entre sí", Angelo Márchese y Joaquín Forradellas, Diccionario de retórica, op. cit.

13 Isabel Uría Maqua en su edición del Poema de Santa Oria sostiene que "lo normal es que [en la narrativa de Berceo y de todo el Mester de Clerecía] el enlace entre las distintas oraciones y períodos se realice por medios estilísticos, tales como anáforas, paronomasias, repeticiones de palabras, sintagmas, construcciones, ideas, etcétera"; Gonzalo de Berceo, Poema de Santa Oria, Castalia, Madrid, 1981, p. 30. En esta cita Uría Maqua se refiere exclusivamente al enlace estrófico, pero, como hemos visto, los procedimientos iterativos aquí señalados, y otros más, son empleados por Berceo dentro de una misma estrofa.

14 En los versos 2c, 8c y 25a, la estructura binaria parece incidir en la reiteración de una idea, como veíamos en los casos en que la misma estructura aparecía en los dos hemistiquios de un mismo verso. En algún otro caso se pueden superponer, en su contexto determinado, la reiteración de una idea con la noción de pluralidad o totalidad, p. e.: "dulz e sabrido" (15a) o "dulz e donosa" (25a).

15 En los casos en los que se destaca la idea de totalidad suele aparecer en el segundo hemistiquio una expansión o bien una matización de lo que se afirma en el primero.

16 Existe algún caso en donde los términos aparecen en singular como "noch e día" (23d).

17 Estamos ante una figura retórica de tipo sintáctico, la enumeración.- "Es una forma de organización del discurso afín a la acumulación, de la que se diferencia por ser un modo de definición propio de los conjuntos: consiste en reseñar los elementos que los componen", Angelo Márchese y Joaquín Forradellas, Diccionario de retórica, op. cit.

18 María del Carmen Bobes Naves señala que "en el texto literario los mecanismos de cohesión pueden ser temáticos, lógicos, sintácticos, métricos, etc.", La semiología, Síntesis, Madrid, 1989, p. 111.

 

BIBLIOGRAFÍA

Artiles, Joaquín, Los recursos literarios de Berceo, Gredos, Madrid, 1968.

Baños Vallejo, Fernando (ed.), Gonzalo de Berceo, Milagros de Nuestra Señora, Crítica, Barcelona, 1997.

— "La invención de Berceo en la Introducción de los Milagros", en Homenaje al Dr. D. José María Martínez Cachero, Universidad de Oviedo, Oviedo [En prensa].

Bobes Naves, María del Carmen, La semiología, Síntesis, Madrid, 1989-

Burke, James, "The Ideal of Perfection: the Image of the Garden-Monastery in Gonzalo de Berceo's Milagros de Nuestra Señora", en Medieval, Renaissance and Folklore Studies in Honor of John Esten Keller, J. R. Jones (ed.), Juan de la Cuesta, Newark-Delaware, 1980, pp. 29-38.

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La iteración como elemento organizador
del prólogo de los Milagros de Nuestra Señora

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Universidad de
Oviedo