A UNA DIFUNTA HERMOSA, SU ESPOSO

SONETO

   
    
    No el poder de la Parca en ti se mira,
que tu ya puesta luz (como en estrellas
se queda el Sol) en perfecciones bellas
si antes viua admiró, difunta admira.

    Mas amante, que esposo, te suspira
el que te soleniza con querellas,
que tu ceniza enbuelve sus centellas,
y en su pecho tu rostro las respira.

    Bien que se cierra el Cielo con tus ojos,
con mayor fuerza dexas a la muerte,
pues de beldad ninguna estas desierta.

    De la vida por ti goza despojos,
quedando tan equivoca la suerte,
que está vivo el amor, la muerte incierta.