A LA ESPADA QUE A DE GANAR A HIERUSALEM
PRESUPONIENDO QUE LA DE SU MAGEST AD

   
   

    Sacro metal que en fraguas celestiales
iras te dan de rayo los cercanos
spiritus a Dios, de cuias manos
has de mostrar en el herir señales.

    Teman, sientan los Monstruos infernales
tu virtud, tus efectos soberanos
no hallando sus Plutones y Bulcanos
contra tu fuerça escudos en metales.

    Vaja a la tierra, ven, que ia te espera
Rey 'Español  a quien el çielo a dado
por destino fatal tan alta gloria.

    Mas ya llegaste, ya, pues reueruera
en la que çiñe el celestial cuydado,
assi como en su zelo la victoria.