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RESUMEN

     En el presente estudio planteamos la situación del viñedo riojano durante el último tercio del siglo XI. Para su mejor conocimiento dividiremos el trabajo en cuatro apartados, analizando en primer lugar la significación de la viticultura durante nuestro periodo de estudio, en segundo lugar estudiamos la localizarían de los viñedos, posteriormente nos fijamos en las referencias documentales relativas al vino que aparecen en nuestro cartularios, y finalmente en la movilidad de la tierra dedicada al viñedo.
     El viñedo se nos presenta como el cultivo más importante en La Rioja desde el punto de vista cuantitativo, observando un importante incremento de las plantaciones. Estas se localizan preferentemente en el somontano y la ribera, con una cierta especialización que nos permite hablar de «pagos» de viñedo, destacando el foco de Nájera.
     El vino aparece como un objeto cotidiano en la vida de los riojanos, independientemente de su condición social. Sin embargo, asistimos a un proceso de concentración de viñedos en manos de los monasterios a través de donaciones y compraventas, en detrimento de las pequeñas explotaciones.

Palabras clave: Viñedo, La Rioja, siglo XI.

     At the present study we are laying out the situation of the Rioja vine-yards during the last third of the XI century. For a better information we are going to divide this study in four sections and we will analyse first the meaning of viticulture (or vine-grouring) during our period of studying, second we will study the placing ofthe vine-yards, later on we will concéntrate on the documentary references relative to the wine that appears in our cartularies, and finally on the movility of the soils dedicated to the vine-yards.
     The vine-yards are presented to us as the most important motive of La Rioja, from the quantitative point of view with an important increase ofthe plantations we can situated them perfecthy on the hillside and on the bank of the river, with a such specialization that we are allowed to mention the «plottings» of vine-yard emphasizing the focal point of Nájera.
     The wine appears as a daily matter in the Riojan's life independenthy from his social status. Nevertheless, we are assisting to a process of vine-yards concentration under the monastery hands throughout donations and sale and purchase to the detriment of the explatations.

Key words: vine-yards, La Rioja, XI century.

 

1.—Objeto y Ámbito del estudio

     Debido a la importancia y calidad del vino de Rioja, el viñedo se ha convertido en la actualidad en el cultivo más conocido en nuestra región. De ahí el interés que hemos tenido en averiguar el mayor número de datos significativos sobre dicho cultivo, en un período tan remoto para nosotros como es el segundo tercio del siglo XI.
    
Las fuentes que hemos utilizado son de tipo documental, y proceden de los cartularios de los Monasterios riojanos: San Millán de la Cogolla, Santa María de Valvanera, San Martín de Albelda; o de los Monasterios limítrofes con interés en La Rioja como: Santa María de Irache, San Juan de la Peña, San Salvador de Leire, San Salvador de Oña, o San Pedro de Cárdena.
    
En este trabajo para hacer referencia a las fuentes empleadas con mayor frecuencia, usaremos un sistema de cita por siglas, consistente en posponer a la abreviatura del editor, y del cartulario, el número arábigo que corresponda según la numeración elaborada por su editor1.
    
A la hora de intentar reconstruir el funcionamiento económico de una sociedad como la riojana, aunque sea parcialmente en el aspecto vitivinícola, la utilización de fuentes monásticas nos planteará importantes problemas. Los Monasterios no conservaban toda la documentación generada, sino sólo aquellos documentos que podían interesarles que son los que hacen referencia a sus propiedades. Sólo podremos conocer las transacciones en que hayan intervenido los monasterios, o que hagan referencia a sus bienes, tanto a los que se han incorporado mediante donaciones, como a los que se han comprado o permutado por otros.
    
A pesar de que somos conscientes de que muchos aspectos que hubiéramos querido aportar como localización exacta y superficie de parcelas, o el tipo de vino y la calidad resultante quedarán sin explicar en su totalidad; sin embargo algunos otros como emplazamiento de «pagos» de cultivo, importancia o movilidad de las tierras dedicadas al viñedo si serán conocidas, con lo que el esfuerzo realizado, consideramos que puede ser positivo para avanzar en el conocimiento del pasado riojano, aunque sea en una parcela tan pequeña como ésta que estamos estudiando.
    
El marco espacial viene dado por nuestro concepto de la región. La Rioja ocupa el espacio comprendido entre los Montes Obarenes y la Sierra de Cantabria por el Norte, y el Sistema Ibérico por el Sur, atravesada por el río Ebro y sus siete afluentes riojanos: Tirón, Oja, Najerilla, Iregua, Leza, Cidacos y Alhama. Los límites, aunque un poco más amplios, prácticamente coinciden con los de la actual Comunidad Autónoma de La Rioja.
    
Cronológicamente estudiaremos el segundo tercio del siglo XI. Es decir el llamado reino de Nájera, o período riojano de la monarquía pamplonesa que se inicia en 1035, a la muerte de Sancho del Mayor, y finaliza en 1076 con el fallecimiento de su nieto Sancho denominado el de «Peñalén». Comprende por tanto los reinados de García de Nájera (1035-1054) y Sancho de «Peñalén» (1054-1076), los dos reyes de Pamplona que tienen su residencia habitual en tierras riojanas.
    
Durante este período de tiempo el viñedo riojano se presenta, tal como veremos más adelante, como un cultivo completamente establecido en unos lugares concretos e incluso con una cierta especialización. El vino se emplea como instrumento de «roboración» o confirmación en varias transacciones, lo que nos plantea la idea de que era algo habitual en la dieta y en la vida cotidiana de los riojanos del siglo XI. Al mismo tiempo a través del análisis de la movilidad de la tierra comprobaremos cómo el viñedo pasa paulatinamente de manos de los pequeños a las de los grandes propietarios, especialmente los monasterios que debido tanto al amplio número de personas que reunían como a su utilización con fines religiosos realizaban un significativo consumo.
    
Para el ordenado análisis de la expresada documentación en el período y marco cronológico señalados, aludiremos en el presente trabajo a los siguientes aspectos: significación de la viticultura, localización de los viñedos, referencias documentales al vino, y movilidad de la tierra dedicada el viñedo.

2.—Significación de la viticultura.

       Para poder evaluar la importancia del viñedo riojano durante el segundo tercio del siglo XI, con los datos disponibles recurriremos al método cuantitativo.
    
Hemos localizado 536 menciones documentales de viñas, de las cuales, 142 son directas, incluyendo 95 donaciones, 44 compraventas, y 3 permutas; y 394 son indirectas. Estos datos nos indican que, si contabilizamos el número de menciones de «terrae» y «agri» que interpretamos como expresivas de un cultivo cerealístico, que son 404, y lo comparamos con el de viñas, que es de 536, el viñedo se convierte en el cultivo más importante de La Rioja desde el punto de vista cuantitativo durante el s. XI. Ahora bien, si en este análisis tenemos en cuenta las menciones directas, entonces los cereales ostentan una ligera supremacía sobre el viñedo, 168 menciones de cereales, frente a 142 de viñas. De cualquier manera, los datos son suficientemente significativos como para indicarnos la importancia del viñedo en La Rioja en el ámbito de nuestro trabajo.
    
Observamos un importante incremento de las plantaciones de viñedo durante nuestro período de estudio. Podemos constatar documentalmente la existencia de 29 majuelos o viñas jóvenes situadas todas ellas en las proximidades de Nájera (UB.SM. 251, 291, 293, 297; MD. Leire. 34; RL.CR. 14). También tenemos documentada una donación realizada en 1074 «per vinneas creare» (RL.CR. 29).
    
Como prueba de lo que consideramos una especialización vitivinícola conviene destacar que así como en otros cultivos especialmente en los cereales, a veces resulta difícil poder precisar qué espacios se dedican a estos cultivos, y además la documentación nunca nos dice cuales son los cereales que se cultivan; por el contrario el término «vinnea» define un espacio dedicado a un tipo de cultivo concreto.
    
El panorama de la agricultura riojana en el siglo XI se nos muestra, en líneas generales, compuesto por parcelas destinadas al cultivo vitivinícola y por tierras dedicadas al cultivo de cereales. También veremos en las zonas próximas a los ríos, pequeñas huertas y algunos árboles frutales que servirían como complemento de la dieta alimenticia; así como plantaciones de fibras textiles, especialmente, el lino que se utilizarían para el vestido.

3.—Localización de los viñedos.

     La vid es una planta de tipo mediterráneo, perfectamente adaptada a las características climatológicas y edafológicas de La Rioja. Sus cielos luminosos, con inviernos no excesivamente fríos, veranos largos, otoños soleados, y con la suficiente cantidad de agua para la evaporación de la planta; así como los suelos de estructura grumosa y pedregosa, favorecen el desarrollo vitivinícola.
    
La Rioja está constituida por dos zonas de piedemonte paralelas a las dos grandes cordilleras que la ciñen: Sistema Ibérico y Montes Vasco-Cantábricos, son los llamados somontanos, y la Cubeta Central atravesada por el Ebro, y compartimentada por una serie de relieves residuales, a cuyo pie se entallan los glacis que enlazan con las terrazas que jalonan los principales ríos2.
    
De los tres dominios morfológicos existentes en la región3 glacis o rampas de erosión, colinas margosas, y vegas, serán los glacis los que demuestren una especial vocación vinícola.
    
Estos suelos de glacis de erosión, cascajos sueltos, con poca arcilla y muy ávidos de agua están especialmente dotados para el cultivo de la vid. Ocupan una superficie de unas 150.000 Hectáreas4.
    
La zona de cultivo de la vid en La Rioja es el valle, tanto en la ribera, zona baja, de vegas, próxima al Ebro, con menos de 500 metros de altitud; como en el somontano, zona de transición entre la Ribera y la Sierra, con altitudes superiores a los 1.000 metros.
    
Pues bien, como podemos comprobar, en el mapa que presentamos más adelante, la mayor parte de los núcleos de población en que tenemos localizadas viñas están situados en la ribera y en el somontano. Lo cual parece indicarnos que en el siglo XI, aunque fuese por métodos empíricos, se había llegado a una cierta especialización de cultivos.
    
Otro dato importante, y que creemos conviene destacar, es la existencia de «pagos» dedicados al viñedo, lo que parece suponer una agricultura de tipo intensivo propia de pequeñas explotaciones. Varios pagos, como hemos podido constatar a través, tanto de las menciones directas, como de las indirectas, están localizados en general en las proximidades de los afluentes del Ebro, aunque no podemos precisar su emplazamiento exacto. En el Tirón, entre Treviana, Leiva y Grañón. En el Najerilla visualizamos cuatro concentraciones de viñedos: la primera tiene como foco Nájera y se extiende desde Hormilla y Uruñuela por el Norte hasta Tricio por el Sur; la segunda utilizando como centro Cañas, se expande desde Alesanco hacia Villar de Torre y Villa Gonzalo; la tercera alrededor de Cárdenas; y la cuarta en las inmediaciones de San Millán de la Cogolla, en torno a Madriz. En la zona del Iregua, aunque las concentraciones son menores, encontramos pagos en Torrillas y Lardero. Y en la zona del Cidacos, alrededor de Calahorra.
    
De todos estos pagos de viñedo que acabamos de comentar, el foco formado por el Najerilla y el Cárdenas, es el más importante en cuanto al número de menciones documentales. Dentro del mismo señalaremos dos puntos que merecen especial atención: Cañas y Nájera con su entorno inmediato, que nos presentan una alta especialización vitivinícola.
    
Un tercer dato a señalar por la posible influencia en la localización, es la existencia de una vinculación directa entre la producción y el consumo de vino. Más evidente, si cabe, en una época como la que estudiamos, donde las dificultades del transporte tenían que ser importantes.

PECIÑA en la Sonsierra Riojana

 


    
La mayor concentración de viñedos se observa alrededor de Nájera que, convertida en residencia habitual de los reyes de Pamplona, es uno de los grandes núcleos urbanos de La Rioja durante el siglo XI. También hemos localizado «pagos» de viñedo alrededor de Grañón y Calahorra, que son otros dos núcleos importantes en este período. En el caso de Nájera es evidente que si las condiciones físicas no hubieran sido favorables para el desarrollo de la vid, su cultivo hubiera desaparecido en nuestros días. Sin embargo podemos constatar su importancia actual, ya que corresponde a una zona donde las circunstancias climatológicas y edafológicas favorecen su desarrollo. Por el contrario en la zona de Grañón encontramos en la actualidad una especialización en torno al cereal y otros cultivos, habiéndose abandonado prácticamente el cultivo de la vid, o habiendo quedado en un lugar muy secundario. Lo mismo podemos decir del núcleo de Calahorra que se ha especializado en cultivos hortofrutícolas. En estos dos últimos casos parece evidente que el desarrollo del viñedo en el siglo XI va unido a la existencia de fuertes concentraciones humanas.
    
Hay otras zonas de La Rioja, que cuentan hoy en día con una alta especialización vitivinícola, como pueden ser las de Cenicero o Haro, y que en nuestro período de estudio apenas aparecen con alguna mención aislada, que no permite hablar de «pagos» de viñedo. Como estas zonas tienen densidades muy bajas en el siglo XI y parece que predominaban las grandes explotaciones con cultivo de tipo extensivo, podemos pensar, como hemos comentado más arriba, en una relación entre concentraciones humanas y desarrollo vitivinícola.
    
En cuanto a la forma de las parcelas, aunque no sabemos su extensión superficial, parece ser que, adaptadas al terreno, eran, lo mismo que las dedicadas al cereal, relativamente regulares, rectangulares o cuadradas, puesto que habitualmente se mencionan cuatro límites o colindantes. Como el mayor número de ventas corresponden a los pequeños propietarios, y éstos tienen muy claramente delimitadas sus parcelas, se especifican sus límites indicando generalmente los nombres de los propietarios contiguos, y la dedicación agrícola correspondiente. Es muy frecuente que en la enajenación de viñedos, la mención de que las cuatro tierras colindantes también se dedican a este cultivo, lo cual nos confirma la idea expresada anteriormente de la existencia de «pagos» de viñedo.
    
Para completar los datos que hemos presentado sobre localización de viñedos incluimos a continuación una relación de núcleos de población en los que existen menciones de viñas, así como un mapa que incluye todos estos núcleos.

RELACIÓN DE NÚCLEOS DE POBLACIÓN EN LOS QUE EXISTEN MENCIONES DE VIÑAS

 
 

1.—Petroso

35.—Cannas Inferiore

2.—Villa Pun

36.—Cannas*

3.—Cerezo

37.—Cordobín

4.—Quintaniella

38.-Villar Torre

5.—Bihurco

39.—Villa Gundissalvo

6.— Trepiana*

40.—Matrice*

7.—Morico

41.—Bailes

8.— Ponticurvo*

42.—Anguidanos

9.—Brinnas

43.—Villa Nova

10.—Hatumauri

44.—Bovatella

11.— Faro

45.—Argenzana de luso

12.—Zofiuri

46.—Mahabe

13.—Nafarruri

47.—Cardines*

14.—Padulella

48.—Cardines Minore*

15.—Santa Ma de Torrentelio

49.—Trido*

16. —Herramelluri

50.—Naiara*

17.—Leiva*

51.—Sotomalo

18.—Tolmantos

52.—Uruniola*

19.—Grannione*

53.—Villa Potance

20.—Quintana

54.—Aleson

21.—Corporales

55.—Sánete Columbe

22.—Villa Abnazar

56.—Torreciella in Cambero

23.—Villa Alfovare

57.—Vicarie

24.—Castannares

58.— Soiola

25.—Cerratone

59.—Medrano

26.—Banniares

60.—Sotes

27.—Nokeruela

61.—Lardero

28.—Monte Albo

62.—Torrillas

29.—Formelia Aliam

63.—Yangua

30.—Formelia Superiora

64.—Villa Nova

31.—Fasces

65.—Okon

32.—Azofra

66.—Azekra

33.—Alesanco

67.—Resa

34.—Torreciella

68.—Calagurra*

 

 

Nota: Con * los núcleos con mayores concentraciones.

4.—Referencias documentales al vino.

     No tenemos ningún dato en la documentación que nos indique cómo eran las vides riojanas, qué tipo de técnicas se empleaban para su cultivo, ni cuál era su producción. Tampoco conocemos el proceso seguido para la elaboración del vino, ni los tipos o calidades resultantes. Aunque estimamos que no habría gran diferencia con las que consideramos técnicas tradicionales.
    
Debido a las condiciones climatológicas no es necesario en La Rioja elevar artificialmente las vides por eso ante el silencio documental podemos pensar que lo normal era que éstas fueran bajas. Sólo excepcionalmente estarían altas y serían objeto de alguna mención especial. Así conocemos la existencia de tres parrales, uno sito en Calahorra (UB. SM. 235), otro en Leza (UB. SM. 297), y el tercero en Nájera (L. BV. 44).
    
Al ser la vid una planta típicamente mediterránea que no resiste la humedad excesiva, lo habitual es que el viñedo se localice en tierras de secano. En la actualidad está penalizado el riego de viñas (Nota del editor web: sólo se permiten los riegos hasta el comienzo del mes de Agosto normalmente, dependiendo de la climatología, y según la normativa de Consejo Regulador de la Denominación Origen Rioja) sin embargo en el siglo XI encontramos una mención documental que nos indica la existencia de un regadío para viñas en Tricio «ribus unde rigantur vinee» (RL. CR. 14).
    
Como prueba de la importancia que se concedía al viñedo, tenemos documentada la existencia de guardas encargados de su custodia (UB. SM. 261).
    
En cuanto al vino, producto incluido en la dieta alimenticia de la población medieval, y resultado directo del interés vitivinícola de la región sólo aparece documentalmente en 17 ocasiones, lo que supone un 3 % con relación a las menciones de viñedos.
    
Lo vemos formando parte del precio de tres compraventas, la primera, realizada en 1037 por el Monasterio de San Millán, que compra unas casas en Soto (UB. SM. 212); la segunda, efectuada en 1063 por el Monasterio de Irache, que adquiere varias propiedades en Torrillas (RL. CR. 20); y la tercera, en 1064, por el Obispo de Nájera que compra una tierra (UB. CA. 48). Como confirmación del precio de venta se encuentra en diez ocasiones, de las cuales en siete forma parte de la «raisce», pacto de carácter arral con finalidad de confirmación de las transacciones (UB. SM. 210, 238, 248, 250, 272, 283, 284); en dos, del «albaroc», regalo que se añade en una venta al precio convenido (UB. SM. 208, 210); y en una de la «roboration», con significado similar al de «albaroc», aunque sea de origen latino (L. BV. 66). De las cuatro restantes, en la primera, se incluye en un préstamo «ad renovó» recibido por Gutier de Cerratón antes de 1051 (UB. SM. 281); en las dos siguientes, en donaciones reales, el rey dona, en 1072, el Monasterio de San Cosme y San Damián, y en 1074, el Monasterio de San Saturnino con el diezmo de la labranza de vino (UB. CA. 55; L. BV. 67); y, finalmente, en la cuarta, forma parte de las prestaciones que deben a Leire cuatro mezquinos de Resa en 1076 (MD. Leire, 101).
    
El hecho de que forme parte del débito de unos mezquinos, nos indica la cotidianidad y frecuencia de su uso en todo tipo de esferas sociales, porque no se iban a incluir cosas que estuviesen fuera de sus posibilidades. También parece confirmarnos la amplitud de su utilización, el que se incluya entre las obligaciones fiscales como parte del diezmo.
    
No conocemos el proceso de comercialización y transporte del vino, pero debemos suponer que se conservaba en cubas, y éstas a su vez en bodegas o cuevas. Hemos recogido documentalmente 13 menciones de cuevas, localizadas todas ellas en Nájera (UB. SM. 208, 282, 296, 433; MD. Leire, 38, 65; RL. CR. 14). También hemos localizado dos menciones de «troliares», uno en Torrillas (UB. SM. 297), y otro en Villa Abnazar (UB. SM. 429); y 7 menciones de «torculares», 4 en Nájera (RL. CR. 14), uno en Tricio (RL. CR. 14), otro en Resa (RL. CR. 21), y otro en Alensoncillo (MD. Leire, 37) que aunque pueden dedicarse tanto al prensado del vino como del aceite, pensamos que, dada la importancia del viñedo en nuestra región, son prensas para vino.

 

5.—Movilidad de la tierra dedicada al viñedo.

     Para conocer la movilidad de la tierra dedicada al viñedo tenemos que fijarnos en el número de transacciones que se efectúan durante nuestro período de estudio, 141 en total, distribuidas de la siguiente manera: 95 donaciones, 44 compraventas y 2 permutas. Analizaremos a continuación cada una de ellas.

5.1. Donaciones.

     Estudiando las donaciones de viñas, nos damos cuenta de que hasta 1044 sólo se efectúan 9 donaciones, 5 entre 1036 y 1039, y 4 entre 1040 y 1044. Sin embargo, entre 1045 y 1049, el número de donaciones asciende a 18. Este quinquenio es el que registra un mayor número de donaciones, seguido muy de cerca por el comprendido entre 1070 y 1074, con 17.
    
En cuanto a los donantes, el mayor número de donaciones, con un 57,89 %corresponden a los pequeños propietarios. Pero como desconocemos el tamaño de las viñas, no podemos determinar si cualitativamente eran más importantes en cuanto a superficie las donaciones efectuadas por los demás grupos sociales, aunque tendemos a pensar que las viñas donadas por los grandes propietarios fueran de mayor tamaño que las donadas por los pequeños.
    
Los donatarios son los Monasterios riojanos, o algunos de los Monasterios navarros como Irache, interesados en adquirir propiedades en La Rioja. El Monasterio con un mayor número de donaciones es San Millán, que bien directamente, o a través de sus Monasterios filiales, recibe el 56,84 % del total de donaciones de viñas.
    
Por lo que se refiere a los motivos que han inspirado las donaciones, la causa más frecuentemente aducida, en 47 casos sobre el total de 95, es la «donatio pro anima».

5.2. Compraventas.

     Las compraventas son mucho menos importantes cuantitativamente que las donaciones. Frente a las 95 donaciones documentadas sólo encontramos 44 compraventas de viñas. Sin embargo aportan mayor cantidad de información al indicarnos los precios pagados por cada una de ellos.
    
El período en que se observa mayor número de compraventas es el comprendido entre 1050 y 1054, con 14; seguido por el de 1040-1044, con 10. Durante el reinado de García de Nájera (1035-1054), se efectúan 35 de las 44 compraventas, es decir, un 79,54 %; mientras que en el de Sancho de Peñalén (1054-1076), sólo se realizan 9 compraventas, es decir, el 20,45 % del total.
    
Por lo que se refiere a los precios oscilan entre los dos «solidos» pagados por el «abbate» Ferruzu en 1047, a Sancio Gomiz, por una viña en Lequinizi (UB. SM. 250); y los 66 pagados por el prior Vital, a Jimeno Burdallo y su mujer en al año 1068 (UB. CA. 52). Sin embargo la mayor cantidad de dinero desembolsado en una venta de viñas, corresponde al monasterio de Leire que en 1043 pagó doscientos «solidos» por nueve viñas, situadas en la zona de Nájera, a Román, hijo de Pedro (MD. Leire, 34). Ahora bien, aunque la cifra total es elevada, el precio medio pagado por cada una de las viñas sería de 22,2 «solidos», cantidad no demasiado alta si tenemos en cuenta la zona en que están situadas. Es muy posible, puesto que el documento nos dice que la venta se hace por necesidad, que el monasterio aprovechase la situación por la que atravesaba el vendedor, para hacerse con un conjunto de propiedades en una zona de especialización vitivinícola, muy próxima a la residencia habitual de los reyes.
    
Sin tener en cuenta la localización de las viñas, los precios suelen fluctuar entre los doce (en seis ocasiones), y los diecisiete «solidos». De las 44 compraventas de viñas en 41 casos (93,18 %), el precio de venta se especifica en «solidos», determinando en unos casos que son «solidos» de «argento» (UB. SM. 212), y en otros sin especificar nada. De los tres casos restantes (6,18 %), en dos, las ventas se realizan en especie, y en el tercero, se hace un pago mixto.

 

 Bodegas bajo el conjunto amurallado 

 


    
En cuanto a las ventas que emplean el pago en especie, Habiel y Hatim reciben en 1047 «unum bovum et unam baccam cum unum iuvencum annalem»; «unam baccam cum filio annuale»; y «unum equum et bouem», por cada una de las tres partes que les correspondían de una viña en Lardero, siendo el comprador el abad don Munio de Irache (RL. CR. 9). También en este año, el mismo abad Munio, compra a Guelca Didacoiz una viña en Torrillas, pagando «unum cavallum» (RL. CR. 11). En ambos casos vemos un interés muy claro del monasterio de Irache por hacerse con propiedades vinícolas en la zona del curso bajo del Iregua, cerca ya de su desembocadura en el Ebro, y muy próximo al actual Logroño. El hecho de que se pague en especie, y no con moneda como es lo normal en la documentación, nos indica, o bien que los vendedores estaban necesitados de caballos, bueyes y vacas para su economía, o bien que los compradores, en ambos casos el monasterio de Irache, tienen una economía esencialmente ganadera, y pagan con aquello que les resulta más cómodo.
    
Por lo que respecta a las ventas de viñas en que se utiliza una fórmula mixta de pago, vemos como «Miliane cum uxore et filiis», reciben en 1070 del «prebiter Monnione» «uno érale et dúos carneros et solidum de argento». En esta última ocasión se emplea el ganado como instrumento de pago junto con el dinero. Como la viña objeto de la venta está situada en Anguiano (L. BV. 54) aquí vemos claramente la importancia de la ganadería en esta zona, y el potencial ganadero del monasterio de Valvanera.
    
Si hacemos el ejercicio de sumar los diferentes precios pagados por las 44 viñas llegamos al resultado de que el desembolso realizado es de 831,5 «solidos». A los que habría que añadir el precio en «solidos» de los ganados que acabamos de comentar. Pero no sabemos si todas las menciones de «solidos» que aparecen en la documentación tienen el mismo valor, o si éste se ha alterado durante los 41 años de nuestro estudio.
    
También desconocemos la extensión superficial de las viñas objeto de venta, y por tanto no podemos averiguar el precio por hectárea, o si existen zonas donde los viñedos alcanzan precios más elevados.
    
En cuanto a las motivaciones de las compraventas, solamente en tres casos se especifica que la venta se haya producido por necesidad del vendedor (MD. Leire, 34, 43; L. BV. 68), y en todos ellos, las viñas van a pasar de manos de los particulares, que posiblemente plantaron las viñas, bien ellos o sus antecesores, a ser propiedad de los monasterios. En los dos primeros casos de Leire, y en el tercero de S. Quirce y Sta. Julita, que es una dependencia en Nájera del Monasterio de Valvanera.
    
No podemos saber si hubo un aprovechamiento por parte de los monasterios de esa necesidad de los vendedores, porque los precios, como ya hemos visto al hablar de la valoración de las diferentes transacciones, no varían demasiado con relación a los otros ya analizados. Incluso en la venta que hace Ramón, hijo de Pedro, a Leire en 1043, aunque el precio es elevado, doscientos «solidos», hay que tener en cuenta que se venden nueve viñas, por lo tanto el valor de cada una de ellas, como ya hemos visto anteriormente, es de 22,22 «solidos», cifra no excesivamente importante para los valores que hemos comentado.
    
Como en la documentación no consta cual es la extensión de los viñedos, resulta muy difícil conocer el valor superficial de las plantaciones. Es decir, podemos en muchos casos localizar el término en que estaba asentada la viña, y sus linderos; también conocemos a los propietarios, y a los compradores; así como el precio pagado, pero no sabemos la extensión superficial de esas viñas, y por lo tanto no podemos averiguar el precio por metro cuadrado o, por hectárea. Quizá fuera un intento peligroso intentar llevar criterios de mercado, más propios de una sociedad urbana como es la nuestra, a la sociedad del siglo XI. Pero nos hubiera gustado haber podido constatar que el precio era más elevado cerca de los núcleos urbanos, como Nájera, que en otras zonas más alejadas. Ahora bien, es evidente, tal como vemos por la cartografía, la existencia de pagos continuos de viñedo, y uno de esos pagos por no decir el más importante, pero quizá sí, el más codiciado, como podemos deducir de estos tres casos de ventas por necesidad, es el que se desarrolla alrededor de Nájera.
    
En cuanto a la situación socioeconómica de los vendedores, observamos que los pequeños propietarios efectúan el 90,90 % de las ventas, convirtiéndose en el principal grupo vendedor. Por el contrario los miembros del clero realizan un 88,63 % de las compras, pasando a ser los mayores compradores de viñas.

5.3. Permutas.

     Con relación a las permutas, observamos que en 1066, el Monasterio de San Millán permuta una viña, con «Donno Acenari», por una tierra (UB. SM. 358). Unos pocos años antes, en 1035, el Monasterio de Valvanera había permutado, por medio de su Abad Don Ñuño, dos viñas, con Anderazo de Fortes y sus hijos, que estaban situadas en «ripa de Salomón» (L. BV. 1), Balquerna, (Nájera).
    
Observamos, por tanto, una presión por parte de los grandes Monasterios por incrementar y concentrar sus propiedades de viñedos, bien a través de donaciones, o de compraventas. En este proceso, son los pequeños propietarios quienes realizan un mayor número de enajenaciones, lo cual parece indicarnos que el viñedo, que ha sido un cultivo inicial-mente ligado a las pequeñas explotaciones, debido a toda la mano de obra que conlleva, va a pasar a manos de las grandes explotaciones, especialmente de los dominios monásticos. En el proceso de concentración de propiedades vemos cómo el Monasterio de San Millán tiende a concentrar sus viñedos alrededor de dos focos: Cañas y Nájera. En la zona de Cañas recibe 10 donaciones y efectúa 5 compras; y en la de Nájera recibe 12 donaciones y efectúa una compra. El Monasterio de Valvanera, concentra sus viñedos en la zona de Bailes, cerca de Anguiano, con 4 donaciones; y en Cañas, con 2 donaciones, y 6 compraventas. En el proceso de expansión hacia Nájera, el Monasterio de Leire, adquiere viñedos en la zona de Nájera, mediante 9 compraventas.

5.4. Representación gráfica.

     Para una mejor comprensión del fenómeno que estamos analizando incluímos a continuación una representación gráfica, distribuyendo las donaciones de viñas en períodos cronológicos de 5 años, salvo el último bienio que incluye los dos últimos años de presencia de la monarquía pamplonesa en La Rioja. De esta manera intentamos mostrar la periodicidad, y los momentos de mayor o menor intensidad en las donaciones. Igualmente estudiamos la posición social de los donantes, dividiéndolos en cuatro grupos: reyes, nobleza, clero y pequeños propietarios, constatando gráficamente los períodos de mayor o menor auge, y poniéndolos en relación con su situación socio-económica.
    
En cuanto a las viñas que son objeto de compraventa, hemos realizado un análisis similar al efectuado con las donaciones, estableciendo una representación gráfica del conjunto de viñas, que según nuestras fuentes documentales, son objeto de compraventas, dividiéndolos en períodos quinquenales. También hemos analizado la situación socioeconómica de compradores y vendedores, reflejando gráficamente las transacciones realizadas por los distintos grupos sociales en cada uno de los períodos quinquenales que hemos establecido.

 

 

 

 

 

 

 

 



 

NOTAS

1.- Alamo, Oña = Juan del ÁLAMO, Colección Diplomática de San Salvador de Oña (802-1284), .Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Escuela de Estudios Medievales, 1950, 2 vols. L.BV. = M. LUCAS ALVAREZ, Libro Becerro del Monasterio de Valvanera. Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón, Documentos IV, 1951, págs. 451-567.

MD. Leire = A. J. MARTIN DUQUE, Documentación Medieval de Leire, siglos IX al XII, Pamplona, Ed.Diputación Foral de Navarra, Institución Príncipe de Viana, 1983.

R.L.CR. = I. RODRÍGUEZ Y RODRÍGUEZ DE LAMA, Colección Medieval de La Rioja, Documentos (923-1J6S), Tomo II, Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 1976.

UB.CA. = A. UBIETO ARTETA,Cartulario de Albelda, Valencia, Ed. Anubar, 1960, 1ª Ed., Colección de Textos Medievales, nº1.

UB.Peña = A. UBIETO ARTETA,Cartulario de San Juan de la Peña, Valencia, Ed. Anubar, 1962, 2 vols.

UB.SM.= A. UBIETO ARTETA,Cartulario de San Millán de la Cogolla, Valencia, Ed. Anubar, 1976.

2.- M. de TERAN, y otros.Geografía de España y Portugal, Barcelona, Ed. Muntaner y Simón, 1967, Vol. IV, II, pág. 44.

3.- ídem, Ibidem., pág. 47.

4.- Antonio HIGUERAS ARNAL, Geodemografía de la provincia de Logroño (1900-1950), Geographica, III, n° 9-12, págs. 86-106.

 

EL VIÑEDO EN LA RIOJA DURANTE EL SIGLO XI

Mª. Concepción Fernández de la Pradilla Mayoral
Doctora en Historia. Catedrática de Geografía e Historia del I. de B. «T. Mingot» de Logroño.

 

 

 
 

Para saber más:

Trujales y lagares medievales de La Rioja                    

FERNANDO  ANDRÉS BARRIO
       Alimentación de los estamentos populares  en el Mediterráneo en Baja E.Media ANTONI RIERA MELIS
          El reino  de Nájera (1035-1076) Población,economía,sociedad y poder. Fernández de la Pradilla Mayoral

El vino y la viña en Nájera en los siglos X-XIII

FERNANDO  ANDRÉS BARRIO
 

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