BIBLIOTECA GONZALO DE BERCEO

 

   No dejemos que mueran las palabras. El tiempo, tal que a nuestras vidas, muchas veces las acaba y extermina. Pero cada palabra es un tesoro, pues nos ayuda a formular nuestras ideas, que suelen gestarse en el inconsciente nebuloso y espectral. Salvar las palabras es empresa maravillosa.
    ¿Dónde mejor que remontándonos a los albores de nuestro idioma español, que es múltiple, pues no sólo abarca al Castellano, sino también al Catalán, al Gallego, al Andaluz y al Argentino?  El idioma español guarda una inmensa riqueza de palabras arcaicas y modernas en México, Colombia, y Ecuador. Perú, Bolivia y Chile, cada uno por su lado, atesoran un riquísimo y peculiar vocabulario. Pero por todo lado, ciertos vocablos se pierden, o se ponen escuálidos en cuanto a la variedad de sus múltiples significados, hasta que fenecen.
   Una prístina fuente de nuestras lenguas hispánicas, del Español en su monumental magnitud y variedad, es  el sacerdote juglar Don Gonzalo de Berceo. La Rioja ha gestado grandes hombres en la antigüedad y modernidad de España, baste rememorar los hijos de la Casa de Borja, pero nadie tan piadoso y buen poeta como Don Gonzalo de Berceo. Al leerlo, resucitan del olvido muchas muy significantes palabras que merecen volver a nuestro discurso y expresión

D

        

 

                       Escuchemos y leamos estos “Loores a Nuestra Señora” de aquel insigne sacerdote :

 

Acorri a los vivos, ruega por los pasados,

conforta los enfermos, concerti los errados,

conceja los mezquinos, visita los cuytados,

conserva los pacíficos, reforma los yrados.

Madre, contién las órdenes, salva las clerecías,

alarga la credencia, defiende las mongías,

siempre mester te habemos las noches y los días,

que son nuestras bondades de todo bien vacías.

esfuerza los flacos, defendi los valientes,

alivia los andantes, levanta los iacientes,

sostén a los estantes, despierta los dormientes,

ordena en cada uno las mañas convenientes.

Aun merced te pido por el tu trovador,

que este romanz fizo,  fue su entendedor,

seas contra tu fijo por elli rogador,

recabdali limosna en cas del Criador.

 

(Interpretación:

 

Socorre a los vivos, ruega por los difuntos,

reconforta a los enfermos, reorienta a los errados,

aconseja a los mezquinos, visita a los sufridos,

preserva a los pacíficos, apacigua a los airados,

madre, salva a las Órdenes, preserva las clerecías,

eterniza la fe, defiende los monasterios,

te necesitamos de noche, como de día,

que de bueno tenemos las arcas vacías,

refuerza los débiles, defiende a los valientes,

alivia a los andantes, levanta a los yacentes,

sostén a los constantes, despierta a los durmientes,

dispón  en cada uno la virtud más conveniente,

y te pido tu merced para este tu trovador,

que hizo este romance y fuera su inventor,

y seas ante tu Hijo por él intercesora

y recauda para él piedad en casa del Creador. )

 

   Imaginémonos que hemos viajado a los tiempos del triunfo en la Navas de Tolosa y la reconquista de Córdoba allá entre 1212 y 1236 cuando vivía don Gonzalo de Berceo y que hubiésemos tenido que  “fablar” con él. Pues ya vemos que nos habríamos entendido bastante bien, porque nuestro idioma no se pierde tan fácilmente como le ha pasado al Inglés o al Alemán que se han transformado tan radicalmente desde la Edad media, que el retorno al pasado les llevaría a sus parlantes a la Torre de Babel. 

 

Gonzalo de Berceo y la Riqueza de la Lengua Española

Santiago Sevilla

 

 

 

 

Agradecemos a Santiago Sevilla este sentido elogio
a la Lengua Española y Gonzalo de Berceo
(Loores de Nuestra Señora est. 227-232)

 

El lienzo que ilustra esta glosa se expone en la Iglesia
Parroquial de Santa Margarita de ´Muro en Cameros´ (La Rioja-España)

 

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