NOTA INTRODUCTORIA 

 

 

    El Martirio de San Lorenzo es la única obra de Berceo incompleta, pues sólo 105 estrofas de la misma han llegado hasta nosotros. El P. Sarmiento (1695-1771) es el primero en dar noticia de dos antiguos manuscritos existentes en el monasterio benedictino de San Millán de la Cogolla, que contenían las obras de Gonzalo de Berceo: el más antiguo, «en cuarto», con evidentes rasgos lingüísticos navarro- aragoneses 1, y otro «en folio» con características castellanas; éste, posterior al primero, modernizaba las palabras más antiguas que se encontraban en aquél 2. Ambos manuscritos desaparecieron más tarde del archivo emilianense, y el códice «en cuarto» no ha vuelto a aparecer.

    El hispanista C. Marden, en la primavera de 1925, compró a un librero de Madrid un manuscrito incompleto de las obras de Berceo, que el mismo estudioso publicó luego, en 1928. Otro manuscrito que también contenía otras obras de Berceo fue adquirido por Marden, en 1926, en Santo Domingo de la Calzada, a los herederos de Ignacio Alonso Martínez y publicado en 1929 3. Marden donó ambos manuscritos a la Real Academia Española, que poseía un manuscrito de la Vida de Santo Domingo de Silos del mismo Berceo, adquirido hacia el año 1900. Un atento estudio de Marden 4 demuestra que tanto los dos manuscritos adquiridos por él como el de la Vida de Santo Domingo de Silos, propiedad de la RAE, son partes del manuscrito «en folio». Antes de que desaparecieran del archivo emilianense los dos manuscritos, el benedictino Domingo Ibarreta (1710-1785) se sirvió de ellos para compilar un manuscrito de las obras de Berceo. Este manuscrito, conocido con la sigla I, se conserva en el archivo del monasterio de Santo Domingo de Silos con la signatura ms. 93; el Martirio ocupa los folios 45r-51v.

Otra copia del Martirio de San Lorenzo se halla en el volumen 36 del archivo del mismo monasterio (estuvo en la iglesia benedictina de San Martín, de Madrid, hasta el año 1881) y se le denomina S, de Silos, publicado por Marden 5. El padre Pérez de Urbel 6 lo denomina V (de Valladolid) porque perteneció a la Congregación benedictina de dicha ciudad; el Martirio ocupa los folios 139r-145v.

La escritura del ms. I es poco clara y, a veces, indescifrable, porque los folios están escritos por ambas caras y la tinta se ha filtrado, produciendo manchas. Por el contrario, la escritura del ms. S es clara y pertenece al siglo XVIII. El análisis de los manuscritos demuestra, a través de las variantes y de las correcciones, el sucesivo desenvolvimiento de la lengua. Mientras Berceo, en sus originales, probablemente transmitía gráficamente la pronunciación de su tiempo, los copistas modernizaban el texto según sus propias interpretaciones y su propia pronunciación que, naturalmente, era distinta de la del autor. Por otra parte, ellos, a pesar de su buena voluntad, no conocían las exigencias críticas de la paleografia y no siempre lograban una exacta reproducción; nos transmitieron sencillamente los fonemas de su tiempo y los que el azar les sugería, pues su objetivo principal era transmitir el contenido más que la forma. Entre los dos manuscritos elegimos el de Ibarreta por la autoridad y los conocimientos paleográficos de aquel estudioso.

Ambos manuscritos advierten en la última página la falta del resto del poema, que Berceo probablemente escribiría: falta la conclusio mientras se dan, como para las otras hagiografías, la invocatio y la narratio (patria, vida, virtudes y milagros ). En las estrofas presumiblemente perdidas se trataría del culto y de los milagros del mártir post mortem. Difícilmente hubiera podido terminar el poema con la escena de Lorenzo que, tendido sobre una parrilla al rojo y sufriendo sin duda tormentos indecibles, era capaz de morir pronunciando palabras tan sarcásticas como las de las estrofas 104 y 105.

Podría sostenerse también otra hipótesis: que el Martirio terminara con la sepultura del santo 7 en la vía Tiburtina, en una propiedad de la viuda Ciriaca. Hasta hoy este problema sigue en pie.

Berceo se sintió inducido a escribir el Martirio probablemente por alguna visita que hizo al santuario de Sant Lorent que, como dice el mismo autor en La Vida de San MiIlán, en 3b, se halla en la montaña homónima, cerca del monasterio de San Millán de la Cogolla. El culto del mártir pudo ser puesto en relación con dicho santuario. Podría también pensarse que lo compusiera para ser leído a los peregrinos en el portaleio donde él escribía.

Los santos Millán y Domingo eran del mismo valle riojano y se conservan específicos documentos de sus vidas, por lo que es fácil hacer un cotejo entre las fuentes y el texto berceano. Esto no es posible en lo que se refiere al Martirio.

El culto a San Lorenzo se difundió por toda la Cristiandad inmediatamente después de su muerte. Los escritores medievales, que se interesaban especialmente por los motivos religiosos, ampliaban los temas de su predilección, a veces haciendo caso omiso o modificando la realidad histórica. En el caso del Martirio es incierta la ciudad de origen de San Lorenzo, y el emperador Valeriano es confundido con su predecesor Decio 8.

El patrimonio literario de San Millán era suficientemente rico para que Berceo dispusiera de las mismas fuentes que tuvieron otros escritores; por tanto, aunque se decidiera por una determinada vida del mártir, ello no quiere decir que no pudiera disponer también de otras, seleccionando los elementos que más se ajustaran a su composición. La «escriptura» a que hace referencia (2b ), y que en todo caso es posterior al siglo VI (ya que sólo en la época de las Pasiones amplificadoras se atribuye al mártir la nacionalidad española y se le relaciona con el obispo de Huesca, San Valerio), podría ser un breviario antiguo de la iglesia de Jaca, en que se habla de los santos Orencio y Paciencia, nacidos en Loret, a dos millas de Huesca, los cuales tuvieron allí dos gemelos, llamados Lorenzo y Orencio 9.

Haciendo un cotejo con otras diversas obras que hemos consultado 10, observamos que la Passio Polychronii es la que más aproximaciones tiene al Martirio. Suponemos, por tanto, que el autor consultó probablemente algún manuscrito emparentado más o menos directamente con dicho Pasionario. 

 

 

 

NOTAS

 

1  Marden, Cuatro poemas de Berceo, págs. 7 y 30.

2  Sarmiento, Memorias, pág. 258.

  3 Marden, Veintitrés milagros .

  4 Cuatro poemas de Berceo, págs. 25-26.

  5 «Berceo's Martirio de San Lorenzo»,

  6 «Manuscritos de Berceo».

  7 Como se lee en la Passio Polychronii, Analecta Bollandiana, LI (1933), pág.93.

  8.Cfr. Acta Sanctorum, agosto, t. II,1867, págs. 507-509.

  9 .Ibíd., págs. 501 y sigs.

 10 Véase Gonzalo de Berceo, Martirio de San Lorenzo, P. Tesauro (ed.), págs. 19-21.

 

 

 

 

 

 

 

Gonzalo de Berceo
OBRA COMPLETA
Edición y estudios de varios autores
Coordinado por Isabel Uría

CLÁSICOS CASTELLANOS
ESPASA-CALPE
MADRID 1992
Edición patrocinada por el Gobierno de La Rioja  

 

 

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