Estudio de las huellas
![]() |
Las icnitas aportan a los científicos información en dos líneas diferentes. La primera proporciona diversos datos sobre la anatomía de los dinosaurios, completando así la información obtenida gracias a los restos óseos encontrados. La segunda, y quizá más interesante por ser el único elemento de estudio en este sentido que disponemos en la actualidad, nos brinda la oportunidad de conocer algunos aspectos de la actividad y el comportamiento de estos animales. Lo primero que se realiza es observar su forma. Las huellas tridáctilas (de 3 dedos) las más corrientes corresponden generalmente a dinosaurios bípedos (que caminan sobre dos patas). Son de muy variados tamaños y pertenecen a dos grupos de dinosaurios diferentes: los ornitópodos, hervíboros y los saurópodos, carnívoros. Las huellas redondeadas, de cinco dedos que a veces se pueden observar., pertenecen a saurópodos cuatrúpedos hervíboros en ocasiones de gran tamaño. Las marcas de las patas delanteras o manos suelen suele ser de menor tamaño. Por su tamaño y profundidad se puede calcular con cierta aproximación el tamaño del animal correspondiente. Otro tema de estudio por parte de los paleontólogos es el rastro del que se estudian diferentes parámetros. Así la zancada, que es la distancia existente entre dos icnitas consecutivas producidas por el mismo pie que nos proporciona importantes datos sobre la velocidad de marcha. También se estudia el ángulo de paso, que es el formado por tres icinitas consecutivas producidas por el mismo pie, y que nos orienta sobre la forma de avanzar. La relación entre ambos datos nos indica si el animal caminaba a su paso o corría. |