Historia

   En uno de los valles, recoleto y exhuberante, de las estribaciones de la Sierra de la Demanda, no lejos del pico de San Lorenzo, a mil metros de altura sobre el nivel del mar, se levanta el antiguo Monasterio de Valvanera, testigo de once siglos de historia riojana. 
El nombre de Valvanera parece derivarse de la expresión latina "Vallis Venaria", que significa Valle de las Venas de agua, o sea, valle en el que abundan las fuentes, arroyos, cascadas. El nombre de Valvanera (Vallis Venaria) aparece escrito por primera vez en un documento del año 1016 en el que Don Sancho Mayor de Navarra y su suegro, el conde de Castilla Don Sancho, "convienen y concuerdan" los límites de sus respectivos reinos. 

   Los historiadores modernos de Valvanera vinculan los orígenes del Santurio con el hallazgo de la imagen de Santa María por Nuño Oñez, que pudo tener lugar hacia el último tercio del siglo noveno. En torno a la imagen se reunieron un grupo de ermitaños que con el paso del tiempo y ya entrado el siglo X, fueron adoptando una vida regular más estricta inspirada en la Regla de San Benito. 

   Se ha conservado el texto y un comentario de la Regla benedictina en un manuscrito llamado "Esmaragdo" fechado en el año 954 (era 992). En una de las notas de este manuscrito se dice "que fue escrito para Valvanera". El primer Abad que gobernó el monasterio fue Don Sancho, a partir del año 990. En relación al posible "Scriptorium" hay huellas documentales de una importante "Biblia Políglota de Valvanera", que Felipe II llevó a El Escorial y que desapareció en un incendio del año 1761. 

   Con el paso de los siglos, se han ido sucediendo las construcciones. Actualmente, los edificios más antiguos son la torre románica y la iglesia, de estilo gótico, que es la cuarta. Sucedió a la iglesia románica que fue dedicada por el Obispo de Calahorra, Don Rodrigo, el 16 de Septiembre de 1183. A su vez, este templo sucedía a otro pre-románico que consagró el Obispo Fortunio, "que lo era de Alava", el año 1073, reinando Don Sancho en Nájera. Esta iglesia sucedería a otra visigótica en torno a la que se estableció la primera vida cenobítica en el siglo X. 

   Si la cultura ha brillado en algunos momentos, los monjes de Valvanera han cultivado la devoción a la Madre de Dios de forma constante a lo largo de diez siglos, excepto el paréntesis provocado por la Exclaustración de Mendizábal (1853-1883). 

   Hoy, la patrona de los riojanos, sigue siendo venerada por multitud de fieles y peregrinos.

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