Naira

Moneda acuñada por Alfonso VII, emperador de León, entre los años 1134 y 1136, reinando en Navarra García IV el Restaurador como vasallo del Emperador. Este único ejemplar, conservavado en el Museo Arqueológico de Madrid, es considerado por los especialistas como una de las piezas más representativas de la numismática riojana.

Valor:Dinero.Material:Vellón. Diámetro:19mm.Peso:1,04gr.Anverso: Cabeza masculina mirando a la izquierda y con ppeinado ondulado. Debajo dos filas de perlas que pudieran ser un collar o el borde de la túnica. Rodeada de dos circunferencias de puntos entre las cuales va la leyenda IMPERATOR. Reverso:Cruz patada (aquella cuyos extremos se ensanchan un poco) sobre vástagos franqueado de volutas dobles casi simétricas a modo de ramas.Cruzando en horizontal y a ambos lados del vástago, la leyenda NAI-ARA. Grafía de puntos

 

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A partir del siglo XI, la Península Ibérica ve modificadas sus bases económico-sociales: las actividades rurales van dejando paso a otras artesanales y mercantiles, es decir, el mundo urbano gana espacio al ámbito rural. En efecto, a la luz de este desarrollo se produce un aumento del número de mercados locales y de ferias, sobre todo en los nucleos urbanos asentados junto al Camino de San tiago. Además con la extinción del Califato de Córdoba (1031), entra en circulación una mayor cantidad de metal amonedado debido al régimen de parias. Estos factores incrementaron los intercambios comerciales, de especial significación alo largo del siglo XII, y haran necesaria la acuñación de moneda propia, que vendrá a acompañar y, poco a poco, a sustituir a los dinares de oro y a los dirhenes de plata de procedencia musulmana, así como a las monedas de plata carolingias.

Ahora bien, los cristianos peninsulares se limitaran, en general, a acuñar monedas de aleacción de plata y cobre. En este sentido, hay que recordar que el monarca castellano-leones Alfonso VI (1065-1109) fue el primero en emitir dinero en vellón, circustancia que favoreció la expansión de la moneda y el retroceso del trueque, y provocó el acceso de un mayor número de particulares a la compra de bienes esenciales. Este dinero se basaba en la libra, que a la vez se dividía en 20 sueldos, y cada uno de éstos en 12 dineros. Así, mientras los primeros se venían utilizando como medida de valor, el dinero de vellón se utilizaba como medio de pago.

Pues bien, precisamente presentamos en este momento un dinero de vellón, es decir una moneda de plata y cobre, tenida secularmente por acuñación de Sancho III el Mayor de Pamplona (992-1035) o de Alfonso I el Batallador, rey de Aragón y Pamplona (1073-1134), pero que en la actualidad algunos especialistas atribuyen a Alfonso VI el Emperador (1126-1157), soberano de León y Castilla, territorios bajo cuya jurisdición se encontraba La Rioja desde el año 1076, al dejar de pertenecer al reino de Pamplona.

Tal vez acuñada hacia 1134-1136, lleva en el anverso la leyenda IMPERATOR, denominación que solía utilizarse para designar a los monarcas que eran reyes de León, y en el reverso, la NAIARA (Navarra,para otros autores) en clara alusión al lugar de procedencia, Najera, en donde existió una ceca de producción notable. Asimismo el anverso, en su parte central, se completa con una figura de rey con el atuendo característico de las piezas navarro-aragonesas de los siglos XI y XII, y en reverso se ve una cruz patada sobre el vástago con volutas, motivo frecuentemente repetido en las monedas de estas centurias.

Esta pieza, en la actualidad en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, por su entidad histórica y por ser única en su género, resulta de un extraordinario valor para el estudio de la numismática septentrional hispanica y, por lo tanto, para el conocimiento de la economía de la plena edad media.

FRANCISCO JAVIER GARCÍA TURZA