Mosaico de los hermanos Atienza realizado en 1961 en la iglesia del Monasterio de Valvanera en La Rioja. Santo Domingo de Silos que visitó este monasterio, según Grimalodo.  

Biblioteca Gonzalo de Berceo      

 

     Debido en parte a la escasez de datos biográficos, la personalidad de Gonzalo de Berceo ha sido objeto de interpretaciones muy diversas. Se ha visto en él desdé un poeta ingenuo, espontáneo, sin demasiadas letras, hasta el personaje astuto de un notario que sublima fines propagandísticos revistiéndolos de un piadoso lirismo. Generalmente hoy se admite, partiendo de la exégesis de su obra, que Berceo ostentaba con justicia el título de maestro, pues no sólo tradujo sus fuentes latinas, sino que fue más allá, ofreciendo una recreación poética sencilla, pero no exenta de lirismo, a pesar de la rigidez de la lengua romance.


    
Si consideramos la cantidad de datos que maneja el poeta riojano, las ocasiones en que resuelve dentro de una correcta ortodoxia el planteamiento de temas escabrosos, el uso fluido de tópicos literarios, y consideramos además que todo ello toma forma en una expresión sencilla, natural, podría afirmarse que Berceo representa la máxima que Lope anunciaría siglos más tarde: «la poesía ha de costar grande trabajo al que la escribiese y poco al que la leyese»1.

 

 

     La obra del maestro Gonzalo es de expresión sencilla, pero muy elaborada, por lo que no parece conveniente interpretar a primera vista esa sencillez como carencia de sistematización. Afirma Joél Saugnieux que los poemas de Berceo son teológicamente incoherentes y que deben interpretarse más bien estudiando el contexto de la época2. Respecto a los relatos hagiográficos advierte que, si se analizan desde un punto de vista histórico o teológico, se corre el riesgo de dejar escapar lo esencial: su significado como documentos sociológicos3.

     La obra de Berceo no es un tratado culto y conceptual de teología, pero sí un intento de divulgación teológica. Por la finalidad divulgativa (se dirige al mayor número posible de receptores) y por el carácter doctrinal, las perspectivas sociológicas y teológicas no se excluyen, sino que se complementan. La obra de Berceo, sobre todo las Vidas de santos y los Milagros, debe estudiarse considerando los rasgos de la religión popular medieval, y al mismo tiempo ésta no puede entenderse si se soslayan los puntos de partida teológicos.

     Desde este punto de vista, los poemas de Berceo podrían clasificarse según las diversas partes de la teología, como ha expuesto Jesús Menéndez Peláez:

     «Es un vulgarizador (...). Y ¿qué es lo que divulga? Una dogmática, una moral y una liturgia»4.

     «Enseña, pues, no una teología conceptualista sino existencialista. Pero detrás de este aparente ropaje de sencillez se ve muy clara la mente culta del teólogo que conoce perfectamente los tres aspectos que ha de desarrollar una divulgación teológica: una teología moral, una teología dogmática y una catequesis litúrgica»5.

     Las hagiografías constituyen la teología moral, que trata de regular las aspiraciones y el comportamiento del individuo. El tema litúrgico lo desarrolla Berceo en su obra Del sacrificio de la missa. También trata el aspecto escatológico de la religión, el de la vida futura, imprescindible en todo sistema teológico, en De los signos que aparecerán antes del juicio. En cuanto a las verdades que forman el credo del cristianismo, Berceo expone en los Loores de Nuestra Señora un resumen de teología dogmática.

     Desde un punto de vista sociológico, es conveniente profundizar en la finalidad de cada una de estas partes. Puede decirse que todos los poemas son didácticos, pero habría que precisar qué fin didáctico concreto persigue cada obra: la ejemplaridad, la alabanza, la divulgación de dogmas, etc. Así podría apreciarse en la obra de Berceo, además de una distribución teológica, un reparto paralelo de funciones sociales dentro del ámbito religioso. A este respecto interesan algunas opiniones vertidas acerca de la diferencia funcional entre los milagros hagio-gráficos y los milagros de las colecciones, extrahagiográficos. Más adelante las comentaremos.

     Uno de los elementos esenciales de este didactismo religioso es el componente sobrenatural, cuyas formas y funciones estudiaremos en la Vida de Santo Domingo de Silos. El presente trabajo podría servir como primer exponente de un proyecto mucho más amplio: el análisis de lo sobrenatural en la obra de Berceo, o incluso en el corpus hagiográfico producido durante la Edad Media en Castilla.

     Para el estudio de lo sobrenatural en la Vida de Santo Domingo hemos de considerar los dos puntos de vista comentados más arriba: se parte de un concepto teológico de lo sobrenatural. No obstante, tal concepto toma forma en la narración de las hazañas de un personaje, con una expresión sencilla que obedece a la divulgación, por lo que debe estudiarse lo sobrenatural en la V.S.D. en el ámbito del contexto social, de la religión popular de la Edad Media.

     La narración de hechos maravillosos ha estado presente en la literatura de todos los tiempos y civilizaciones. Puede decirse que esa atracción por lo esotérico es algo inherente al hombre, y más en la Edad Media, pues el hombre medieval carecía de los planteamientos racionalistas que se adoptarían más tarde. Ahora bien, lo sobrenatural recibe diferente interpretación en los géneros profanos y en los religiosos. Tanto en el cuento como en la literatura piadosa nos encontramos con hechos prodigiosos, que son perfectamente aceptados por los receptores, pero en las Vidas de santos, pongamos por caso, se parte de la fe religiosa. Desde este punto de vista, no puede estudiarse lo sobrenatural en la V.S.D. (o en otras obras de Berceo) considerándolo desde una perspectiva exclusivamente literaria, como ficción, o sociológica, como mecanismo de defensa ante las frustraciones del individuo o la colectividad. Hay que partir del concepto teológico de lo sobrenatural, que designa un orden de realidad no sólo distinto del orden de la naturaleza, sino también superior. A. Michel define lo sobrenatural como «lo que con relación a la naturaleza trasciende de sus elementos esenciales, de sus actividades y pasividades naturales, de sus exigencias, de su mérito natural, pero no de su capacidad obedencial y perfectible»6. Por lo tanto lo sobrenatural puede perfeccionar lo natural, y este concepto se diferencia radicalmente del que aparece en los relatos profanos, donde lo maravilloso es una evasión de la realidad. Tomando como base la fe religiosa, que proporciona unas claves comunes a los fíeles, Berceo de forma a lo sobrenatural presentándolo en diversos episodios, pero cuidando siempre la ortodoxia. Un ejemplo: el maestro Gonzalo constata frecuentemente que Santo Domingo es un valedor, un intermediario de doble dirección entre los fieles y Dios, que tan sólo propicia los milagros. El poder sobrenatural de realizar los prodigios únicamente lo ostenta el Creador. Este rigor teológico demuestra que, por muy simplificados que se presenten los contenidos, el poeta no pierde de vista los presupuestos de la doctrina.

     En definitiva, la diferencia entre este concepto de lo sobrenatural y el concepto profano estriba en que el cuento crea una realidad distinta, donde algunos sucesos transgreden las leyes naturales. Estos fenómenos se aceptan como producto de la fantasía, como evasión de la realidad cotidiana. Por el contrario, en las Vidas de santos no se pierden de vista las leyes naturales. La realidad sigue existiendo, y los prodigios cobran sentido como efecto de la intervención divina que viene a mejorar el orden natural. Desde la fe religiosa se cree que Dios tiene a bien trastocar el orden por El creado, respondiendo a la mediación de la Virgen o de un santo7.

     Desde el punto de vista sociológico-histórico, sólo podremos entender adecuadamente la Vida de Santo Domingo (o cualquier otra hagiografía) partiendo del desarrollo del culto a los santos como fenómeno fundamental de la religión popular medieval. Sobre el origen de la devoción a los santos se ha discutido mucho, y no parece que pueda afirmarse con seguridad si el origen es culto o popular. En todo caso, lo cierto es que la devoción a los santos arraiga profundamente en el pueblo. En la Edad Media el concepto de Dios era el de un juez lejano y severo, omnipotente. No es de extrañar que surgiera la necesidad de unos intermediarios, más cercanos por su naturaleza humana. Y es aquí donde entra en juego el concepto religioso de lo sobrenatural, pues el creyente medieval reconoce a los santos fundamentalmente mediante el poder taumatúrgico. La fe del pueblo cree en un santo, como tal, hace milagros.

     Dejando a un lado la religión popular y considerando el punto de vista de la Iglesia, el milagro no se admite como presupuesto, como parte de una expectativa, sino que es la prueba histórica de la efectiva santidad del personaje en cuestión. Raoul Manselli lo expresa en las siguientes palabras:

     «Nous avons ainsi une double interprétation du miracle: d'une part, la foi populaire croit que le saint fait des miracles parce qu'il est saint et cela est recu comme tel par la conscience commune; d'autre part, sur le plan ecclésiastique, le miracle devient le témoignage historique par lequel Dieu atteste la sainteté qui ne pourrait pas étre établie autrement. Ces considérations nous permettent de situer parfaitement la mentalité populaire et la mentalité savante dans leurs dif-férences et leurs oppositions»8.

     Por otro lado, la Iglesia, aunque primeramente consideró los relatos hagio-gráficos peligrosos9, vio en ellos un instrumento pedagógico eficaz. Es evidente que resulta mucho más amena y asequible una enseñanza existencial, compuesta de admirables ejemplos, que el consejo o la admonición abstractos. Por ello ya en la Alta Edad Media se introdujo en la predicación la costumbre de contar hazañas de algunos santos con el fin de dejar maravillados a los oyentes10.

     Teniendo presentes como telón de fondo los aspectos teológicos y sociológicos que se han comentado, veamos qué formas y qué funciones cobra lo sobrenatural en la Vida de Santo Domingo.

 

     FORMAS DE LO SOBRENATURAL EN LA  VIDA DE SANTO DOMINGO.

     La primera parte de la obra responde a un proceso de perfeccionamiento, que se expresa, además de en la intensificación de los encomios, en la sucesión de cargos: pastor (lugar común de la hagiografía), clérigo, ermitaño, monje, prior y finalmende abad. Este último cargo, el de abad de Silos, es un puesto de gran dignidad, que honra a quien lo desempeña. Tanto es así que Berceo lo interpreta como un premio de Dios a la santidad del protagonista".

     Lo que debe interpretarse inequívocamente como retribución a la rectitud de Santo Domingo son los hechos de carácter sobrenatural, que vienen a consagrar definitivamente al protagonista: la visión, la profecía y los milagros. Así lo demuestran las siguientes cuadernas:

«En cabo el bon omne,      pleno de santidad,
porque fosse complido           de toda dignidad,
quísolo Dios que fuesse      electo en abad (...)

Sin todas estas onras      que avié recebidas,
dióli Dios otras gracias,      onradas e complidas,
de veer visiones, (...)

Aún sin esta toda,      tan luenga ledanía,
diéronle otro precio12      Dios e Santa María:
pusieron en su lengua      virtud de profecía».
(cc. 258 - 260)

     Los dones que Santo Domingo recibe como premio, una vez alcanzada la santidad, son distintas manifestaciones de lo sobrenatural:

     1.- El prodigio de una visión. En este episodio el protagonista tiene una función pasiva. El agente es nada menos que el mismo Dios, quien, aunque fugazmente y en estilo indirecto, se convierte así en personaje de la obra. El «Rey de los reyes», compadeciéndose de Domingo, que se encontraba agotado por la vida de sacrificios, decide reconfortarlo mediante la visión de las tres coronas:

«El Rey de los reyes      por qui tanto sufrié,
bin gelo condesava      cuanto elli facié,
por darle buen confuerto      de lo que merecié,
quísole demostrar      cuál galardón avrié». (c. 225)

     Dos emisarios divinos le prometen tres galardones, si persevera en el mismo virtuoso camino: una corona por sus virtudes como monje; otra por su labor en St. María de Cañas, y la última por sus méritos como abad de Silos. De este modo Dios infunde al protagonista un renovado vigor.

     2.- El don de la profecía es otra manifestación de lo sobrenatural. Santo Domingo participa en el traslado de los restos de los mártires Vicencio, Sabina y Cristeta, desde Avila al monasterio de San Pedro de Arlanza. Todos llevan reliquias a sus conventos excepto Santo Domingo. Los monjes de Silos se quejan de esto, pero el protagonista los tranquiliza profetizando que en días futuros el monasterio será envididado por sus reliquias. Está refiriéndose a sus propios restos mortales.

     Santo Domingo profetiza también el día y las circunstancias de su muerte (cc. 504 - 505).

     3.- El don de la taumaturgia. Aunque es únicamente Dios el que ostenta el poder de realizar milagros, concede a Santo Domingo la capacidad de propiciarlos. La mayor parte de la Vida de Santo Domingo está dedicada a la narración de milagros: trece durante su vida (libro segundo), y veintiséis después de su muerte (libro tercero). Los milagros constituyen episodios narrativos autónomos; es decir, cada uno de ellos posee una estructura y un asunto propios, que empiezan y terminan en sí mismos, aunque el esquema se repite frecuentemente. Esta estructura guarda cierta analogía con las colecciones medievales de cuentos que se enlazaban mediante la técnica del retablo: episodios narrativos autónomos unidos al menos por el narrador.

     Conviene constatar, por lo que más adelante se dirá, que la gran mayoría de los milagros narrados benefician a terceros. Santo Domingo cura paralíticos, devuelve la vista a ciegos, exorciza endemoniados, libera cautivos, etc.

 

     FUNCIONES DE LO SOBRENATURAL EN LA  VIDA DE SANTO DOMINGO

     Algo se ha dicho sobre la importancia y el sentido que Berceo confiere a los hechos prodigiosos. Podría estudiarse lo sobrenatural desde un punto de vista inmanente; o sea, qué finalidad desempeñan dentro del relato mismo. Algunos son premios; otros le sirven de consuelo o información; muchos nacen de la compasión del santo, que intercede por alguien ante Dios, etc. No obstante, en esta ocasión analizaremos las funciones de lo sobrenatural desde la perspectiva de la recepción: Dicho de otro modo: qué efectos provocaba o pretendía provocar en los lectores u oyentes la narración de los prodigios. La percepción de una obra literaria no es totalmente subjetiva, sino que se fundamenta en una realidad social, sobre todo en el caso de obras que responden tan sistemáticamente como la V.S.D. a las características de un género literario. Cuando se presenta la V.S.D. al público, éste, conocedor del género, percibe la obra partiendo ya de una expectativa, de unas claves de interpretación13.

     1.- De acuerdo con esto, podría señalarse como primera y más obvia función de lo maravilloso la de caracterizar la obra como hagiografía. En la V.S.D., Berceo satisface la expectativa de los receptores narrando por extenso o de modo conciso una serie de prodigios. Es de suponer que el público se sentiría defraudado si la V.S.D. no relatara maravillas. Pero trascendiendo el mero convencionalismo literario, lo sobrenatural es también un modo de ponderar y amenizar el relato mismo. Aunque la fórmula sea muy usada y los esquemas se repitan, lo sobrenatural mantiene su valor como componente esotérico que embelesa al oyente. La voluntad de amenizar se hace patente en el humorismo de ciertos milagros, como el de los ladrones que intentan robar en el huerto, y lo único que consiguen es labrar la tierra (cc. 376 - 383); o el de los peregrinos que tratan de engañar al protagonista para conseguir nuevas vestimentas, y es Santo Domingo quien los engaña dándoles los mismos hábitos que ellos habían escondido (cc. 480 - 486).

     2.- La finalidad primordial de los hechos sobrenaturales es servir como prueba de la santidad del protagonista, y, por consiguiente, demostrar que éste es digno de imitación. De esto se deduce que la narración de prodigios es fundamental para lograr el fin didáctico de la Vida de Santo Domingo. La visión, la profecía y los milagros convencen al público de la santidad de Domingo Manso, y éste se convierte así en modelo de cristianismo. El mismo Berceo, refiriéndose a un hecho sobrenatural, la profecía, afirma su calidad de prueba de santidad:

«Por amor que creades      que vos digo verdad,
quiérovos dar a esto una auctoridad,
como fo é
     l profeta,      fabló certanedad,
por ond fo afirmada      la su grand santidad»
     (c.261)

     A propósito de los rasgos y finalidad de los milagros interesa comentar la oposición que realiza Uda Ebel14 entre el milagro de las colecciones y el milagro hagiográfico, y las conclusiones que de esta oposición deduce Jesús Montoya15. La profesora Uda Ebel llamó la atención sobre la autonomía de las colecciones de milagros, sobre todo tal como aparecen en Gautier, diferenciándolo del milagro de la hagiografía.

     a) En opinión de Ebel, el protagonista del milagro hagiográfico es un santo, cuya vida ha sido consagrada a la virtud, y recibe la intervención divina como consecuencia de su recto proceder. Por el contrario, el protagonista del otro tipo de milagro es un simple pecador, que recibe la ayuda divina por pura misericordia, no como gratificación.

     b) El milagro de las colecciones aparece como único e irrepetible en la vida del protagonista, mientras que el hagiográfico, como manifiesta Ebel, entra en la dinámica de la vida del santo16. Dios, al conceder al santo el poder taumatúrgico, muestra su complacencia en la trayectoria vital del mismo.

     c) En el «milagro literario», como lo denomina Montoya, por lo general se plantea la dialéctica posesión de Dios / posesión del diablo, mientras que en la hagiografía la salvación del santo no ofrece duda.

     Cabe hacer una objeción al planteamiento de Uda Ebel: tal oposición es cierta si consideramos el milagro hagiográfico desde el punto de vista del santo, pero sucede que en obras como la Vida de Santo Domingo la gran mayoría de los milagros beneficia a terceros, a simples pecadores, para los cuales el prodigio es único, y en algunos casos ronda el diablo persiguiendo su alma. Puede afirmarse entonces que los milagros de la Vida de Santo Domingo poseen dos funciones distintas, según se observen como parte de la unidad de la obra o como episodios autónomos.

     Considerados globalmente, la oposición que expone Ebel es cierta, y la finalidad de los milagros la señalada más arriba: son la prueba de que la búsqueda de la perfección cristiana puede acabar con éxito. Domingo Manso logra alcanzar la santidad.

     3.- Consideremos como relatos autónomos, muchos de los milagros de la V.S.D. son semejantes a los milagros de las colecciones, puesto que son propiciados por Santo Domingo, sí, pero en beneficio de un tercero: cura a un ciego (cc. 35-350); libra a un cristiano de las cárceles de los moros (cc. 351-375); cura la mano de un muchacho (c. 443); cura a un leproso purificándolo con agua bendita (cc. 475-479), a un niño paralítico (cc. 538-548); una mujer recupera el oído y la voz (cc. 557-571); exorciza endemoniados (cc. 612-643); etc. El protagonista de todos estos milagros es Santo Domingo, pero en cada uno de los episodios existe un personaje sobre el que se centra la atención. Estos milagros benefician, por un lado al santo, pues lo distinguen como tal, erigiéndolo en taumaturgo, por otro lado, benefician a un simple pecador, liberándolo de alguna enfermedad o mal espiritual. Pues bien, si consideramos estos milagros desde el punto de vista del pecador beneficiado, podemos aplicarles las mismas conclusiones a que llegan Uda Ebel y Jesús Montoya respecto al milagro de las colecciones:

     «(...) incluye un elemento netamente medieval como es el valimiento de una tercera persona, el santo o la Virgen, en cuya alabanza redunda el hecho milagroso»17.

     Quizás sea conveniente analizar un milagro de la Vida de Santo Domingo que muestre cómo, además de prueba de santidad, los milagros provocan la alabanza de la misericordia divina y la admiración por el intercesor Santo Domingo, a quien se dirigirán las súplicas y (lo que es más importante para los monjes de Silos) también las ofrendas.

     Un buen ejemplo es el milagro narrado en las cuadernas 679-699 de la Vida de Santo Domingo. Los siguientes fragmentos servirán como resumen:

«De Peña Alba era           una demoniada,
era por sus pecados
     duramientre lazrada:
de la grand malatía
      muda era tornada,
era de su memoria
     
     mucho menoscabada.

Prendiéla a menudo          la bestia percodida
andava en radío
     como cosa tollida,
non trobavan consejo
     por ond fuese guarida. (...)

díxole la imagen:
          «Fija, non temas nada (...)

«Si tú guarescer quieres           desta tu malatía,
«vé a Santo Domingo
          de Silos, la mongía (...)

fo a Santo Domingo                bien lazrada romera (...)

Tomóla el demonio           a la Missa estando,
dio con ella en tierra,
     trayóla mal menando:
la boca li torciendo,
        las espumas echando,
faziendo gestos feos,
      
     feos dichos fablando.

Començóli un monge,           siempre lo solié fer,
los Santo Exorzismos
          de suso a leer; (...)

Cató al leedor           essa vípera mala,
dixo: «Non me afinques,
      Fraire, si Dios te vala,
«otros de ti mejores
     
     me afincan que sala;
 (...)

Díxoli el demonio:      «Non lo quiero negar:
«veo a Sant Martín      cerca de mí estar,
«con él Santo Domingo,      padrón desti logar,
«ambos vienen, bien sepas,      pora mí guerrear.

 «Por ellos he, bien sepas,      sin grado a salir,
«por manera ninguna      non lis puedo guarir,
(...)

exió el suxio mal      más pudient que ciguda;
nunca tomó en ella,           con Dios e su ayuda
(...)

Fo sana la enferma,      del demonio librada,
cobró toda su fabla,      de que era menguada,
tornó en su estado,      ond era despojada,
fo para Peña Alba      de mal, bien terminada».

     Si consideramos este episodio aislado de su contexto; es decir, centrándonos en el pecador beneficiado, es posible atribuirle las características que Uda Ebel señala para el milagro de las colecciones, en oposición al hagiográfico:

     a) El personaje en cuyo beneficio redunda el milagro es una simple pecadora. Así se dice claramente en 679 b.

     b) El milagro es un hecho inusitado y único en la vida de la pecadora. Una vez que el diablo es vencido, la mujer queda definitivamente libre de él. Es lo que parece desprenderse de la cuaderna 698: «nunca tornó en ella, con Dios e su ayuda». Al deshacerse de la posesión maligna, la mujer recobra el habla y todas sus facultades mentales (c. 699). Aunque no se dice explícitamente en la narración, es de suponer la admiración de la mujer y la consiguiente alabanza de Dios y del Valedor, Santo Domingo.

     c) Dialéctica posesión de Dios / posesión del diablo. Como resulta lógico, en los milagros donde se narran casos de endemoniados, la disputa entre Dios y el diablo es particularmente explícita, y adquiere rasgos de auténtico dramatismo. El ejemplo seleccionado constituye una buena muestra de la tensión entre las fuerzas del Bien y del Mal, aunque los cortes disminuyen el colorismo de la situación. El diablo está firmemente aposentado en el cuerpo de la víctima. Se describe, incluso con elementos escatológicos, los efectos que el Mal produce en ella. Cuando parece que ya no existe remedio, San Miguel guía a la pecadora al convento de Santo Domingo. Un fraile comienza los exorcismos, y entabla un diálogo con el diablo. Se crea una tensión de fuerzas: el exorcista y el diablo miden sus poderes, pero el maligno se da por vencido cuando ve aparecer a Santo Domingo y a San Martín. En resumen, el relato se estructura como un combate, con refuerzos incluidos.

     De estas tres características Montoya deduce el objetivo social del milagro de las colecciones: la alabanza. Es lógico pensar entonces que este tipo de milagro hagiográfico participa de la misma función, pues comparte iguales características. Veamos: el hecho de que la beneficiada sea una simple pecadora, aproxima la posibilidad de un milagro a la mayoría de los fieles. Segundo: en la vida de la pecadora es un suceso inusitado y sorprendente. Tercero: la admiración del receptor es aún mayor cuando la salvación se produce en una situación límite. Pues bien, partiendo de una fe común que origina la esperanza, se produce la admiración por un hecho sobrenatural que Dios ha concedido gracias a un valedor, con la consiguiente alabanza de Dios y del valedor.

     Desde este punto de vista, la auténtica diferencia entre el milagro de las colecciones y el hagiográfico, es que éste responde a una doble finalidad didáctica (el demostrar la santidad del protagonista modelo y cantar las alabanzas de Dios y del valedor), mientras que aquél no propone un modelo, no apunta a la ejemplaridad.

     4.- Es cierto que de una finalidad tan piadosa como la alabanza puede derivarse otra que no lo es tanto, como la propaganda del monasterio de Silos. Es innegable que cuanto más numerosos fuesen los prodigios propiciados por Santo Domingo, mayor sería su fama y más intensa la admiración por él, y cuanto mayor fuera su celebridad, más peregrinos visitarían el monasterio y más ofrendas se recibirían allí. Algunos textos de la Vida de Santo Domingo dejan ver una clara propaganda de las excelencias del monasterio. Es el caso de las relaciones de ofrendas que llevan los agradecidos y suplicantes peregrinos: c. 396 a, 544, 553 b, 587 c, d. Y en el milagro transcrito más arriba:

     «vé a Santo Domingo      de Silos, la mongía,
y trabarás consejo      a tu plazentería,
nunqua des un dinero      en otra maestría (684 b, c, d).

     Tras leer textos como éste, hay que admitir cierta intención propagandística en los milagros de la Vida de Santo Domingo18, pero es por lo menos imprudente afirmar que esa sea la única o siquiera la primordial finalidad de la obra19.

     Recapitulando sobre lo dicho, se pueden destacar las siguientes conclusiones:

     -Para interpretar correctamente lo sobrenatural en la V.S.D. , hay que partir de la fe religiosa, que considera los prodigios como testimonios de la intervención divina. Es un concepto y un uso teológico de lo sobrenatural, que se aleja de los elementos maravillosos de ficción que aparecen en el cuento.

     -En la obra comentada lo sobrenatural toma forma de visión, de profecía y de numerosos milagros.

     -Una de las funciones de la narración de prodigios es caracterizar el relato como obra hagiográfica, satisfacer la expectativa captando así la benevolencia del público.

     -La función primordial de lo maravilloso es demostrar que el protagonista triunfa en su búsqueda de la santidad. De este modo aparece como digno modelo de imitación.

     - Los hechos sobrenaturales producen la admiración de los fíeles, y ía consiguiente alabanza del valedor.

     -Por último, la celebridad de Santo Domingo muy probablemente redunda en beneficio del monasterio de Silos.

 


 

     NOTAS

     1 LOPE DE VEGA: «Respuesta a un papel que escribió un señor de estos reinos en razón de la nueva poesía», en La Filomena, 1621, p. 935.

     2 SAUGNIEUX, JOEL: «Culture populaire et culture savante dans l'oeuvre de Berceo (Problémes de méthode)», en Berceo, II Jornadas de Estudios Berceanos, Instituto de Estudios Riojanos, n° 94-95, Logroño, enero -diciembre, 1978, p. 68.

     3 Ibidem, p. 80.

     4 MENÉNDEZ PELAEZ, JESÚS: «La tradición mariológica en Berceo», en Separata de las Actas de las III Jornadas de Estudios Berceanos, Centro de Estudios Gonzalo de Berceo, 1981, p. 113.

     5 Ibidem, p. 114.

     6 MICHEL, A.: «Surnaturel», en Dictionnaire de théologie catholique, Vacant-Mangenot-Amann, t. XIV, 2, col. 2849-2859.

     7 Ver JOLLDX, A.: Formes simples, París, 1972, pp. 188-189.

     8 MANSELLI: La religión populaire au Moyen Age. Problémes de méthode et d'histoire, Institud d'Etudes Medievales, París, 1975, p. 59.

     9 Afirma Saugnieux: «Considérée des l'origine comme douteuse et dangereuse elle fut récusée par les clercs au titre des erreurs relevant de la superstition ou de l'ignorance populaire alors quélle était l'oeuvre de ces mêmes clercs. (...) La censure ecclésiale a done tout naturellement condamné les vies de saints, au nom d'une norme d'ailleurs variable, tantôt liturgique ou dogmatique, tantôt historique ou morale. Parallèlement, ces écrits étaient tolérés, voire encouragés á cause de leur caractère exemplaire et didactique», en art. cit. p. 80.

     10 Para las cuestiones de religión popular, ver también MALDONADO, L.: Génesis del catolicismo popular. El inconsciente colectivo de un proceso histórico, Ediciones Cristiandad, Madrid, 1979, pp. 63-78; 149-152; PLONGERON, PANNET y otros: Le christianisme populaire. Les dossiers de l'histoire, Le Centurión, Mayenne, 1976.

     11 Sobre el perfeccionamiento progresivo, ver GIMENO CASALDUERO: La creación literaria de la Edad Media y del Renacimiento. (Su forma y significado), Porrúa, Madrid, 1977.

     12 precio, premio.

     13 Es lo que JAUSS expresa en los siguientes términos: «L'oeuvre d'art, même en tant que puré expression de l'individuale (...) est cependant conditionné par l'«altérite», c'est -á- diré para la relation avec l'autre comme conscience compréhensive (...). Dans cette mesure, toute oeuvre littéraire appartient á un genre, ce qui revient á affirmer purement et simplement que toute oeuvre suppose l'horizon d'une attente, c'est -á- diré d'un ensemble de regles préexistant pour orienter la compréhension du lecteur (du publie) et lui permettre une réception appréciative», en «Littérature médiévale et théorie de genres» en Poétique, I (1970) pp. 81-82.

     14 EBEL, UDA: Das altromanische Mirakel. Ursprung und Geschichte einer liierarischen Gattung, Heidelberg, 1965.

     15 MONTOYA MARTÍNEZ: Las colecciones de milagros de la Virgen en la Edad Media. (El milagro literario), Colección filológica XXIX, Universidad de Granada, 1981.

     16 Op. cit. pp. 58 y ss. 28

     17 MONTOYA: op. cit. p. 27.

     18 Sobre este aspecto, ver un interesante artículo de Aldo RUFFINATTO: «Berceo agiografo e il suo pubblico» en Studi de letteratura Spagnola, Facoltá di Magisterio e di lettere dell'Universitá di Roma. Facoltá di lettere dell'Universitá di Torino, Societa Filológica Romana, Roma, 1968-70.

     19 Brian DUTTON llega a defender que la propaganda es el fin que perseguía el autor cuando comenzó a redactar. Ver «Vida de San Millán de la Cogolla» de Gonzalo de Berceo. Tercera parte: Estudios de las obras de Berceo. Támesis Books, Londres, 1967.

 

     *L0 SOBRENATURAL EN LA VIDA DE SANTO DOMINGO

     Fernando BAÑOS VALLEJO
     Universidad de Oviedo

     * Extracto de la memoria de licenciatura defendida en la Facultad de Filología de la Universidad de Oviedo. Tribunal compuesto por Dr. José Miguel Caso González, la Dra. Isabel Uría Maqua y el director del trabajo Dr. Jesús Menéndez Peláez.

 

 

 

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