Monasterio de San Millán de Suso en  La Rioja (España). Construido entre los siglos VI al XI.

 

El paso al mundo medieval  

 


 Antonino González Blanco

Mª Pilar Pascual Mayoral

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www.valleNajerilla.com

La red urbana romana de la zona de La Rioja se mantiene como referencia; pero las viejas ciudades se duplican unos kilómetros más al sur y se "trasladan" a los farallones de las crestas o colinas más cercanas al valle. 

                            RESUMEN

     Sobre el problema de la continuidad histórica, se plantea en este trabajo abordar sólo un par de puntos de la arqueología e historia de la época. Lo que se pretende resaltar en un hecho muy llamativo y cuyainterpretación es muy importante para la compresión de la vida de la época: se trata de la herencia rupestredel cristianismo altomedieval y en concreto del fenómeno de las cuevas decoradas con unos alvéolos que parecen "palomares", pero que, al menos en muchos casos, deben ser interpretados como "columbarios",siguiendo la tradición clásica del tema, pero en una nueva recreación del fenómeno, adaptándoloa la espiritualidad monacal dominante en la zona en aquellos siglos. Los restos arqueológicos tienen enLa Rioja algunas particularidades muy características, tanto iconográficas, como distribucionales que seexponen en el trabajo y que dan una luz intensa al motivo arqueológico.

 

EL PROBLEMA DE LA CONTINUIDAD HISTÓRICA

     La cultura clásica tiene unos parámetros que son, en general, bastante conocidos, sobre todo a nivel de vida material y artística. Tales modos de vida se mantienen con algunas variaciones significativas a lo largo de los siglos III-IV. Pero al comenzar el siglo V tienen lugar las devastadoras invasiones de los pueblos del Norte de Europa. Todo el valle del Ebro es sistemáticamente arruinado por una depredación devastadora de cuantos pasan por allí, incluidas las razzias militares que siguen a las sucesivas invasiones. Las ciudades de las tierras llanas son reducidas a cenizas. Desaparece la antigua Leiba, queda muy mal parada Tricio, desaparece la ciudad de Santa Ana, de Varea quedan algunos restos, pero prácticamente desaparece como ciudad. La misma Calahorra es saqueada y si logra sobrevivir es al calor de sus fuertes murallas, en una vida de castillo medieval, que poco tiene que ver con una vida urbana propiamente dicha. En la Rioja parece que las gentes del valle buscan refugio, unas en las paredes rocosas que circundan la tierra baja y otros en desbandada hacia los montes de la sierra donde resulta más difícil adentrarse a los invasores.

     En esta oleada de repliegues las gentes abandonan casi todo lo que tienen y organizan su vida con los mínimos de subsistencia, dejando a su espalda todas las construcciones de épocas más gloriosas y felices, que muy frecuentemente son pasto de las llamas que provocan los desesperados fugitivos y seguramente muchas más las que provocan, tras el saqueo, los desaprensivos invasores.

     ¿Qué queda de lo antiguo, aparte de la memoria histórica? A decir verdad muy poco. Probablemente es el monacato, ya bastante desarrollado y que florece en las nuevas circunstancias con una pujanza inimaginable, el que da la estructura de vida que va a ser como el marco en el que se sustentan las formas de vida tradicionales, reducidas, evidentemente, a la dimensión que cabe en una vida monacal. Pero la memoria histórica que queda pervive en esa pobre y estrecha estructura social.

     Se crea una nueva imagen geográfica de la tierra en la que los puntos de referencia son los establecimientos monásticos y los "hombres santos". Ahora abandonados los viejos y magníficos caminos romanos que van demasiado lejos para que puedan seguir siendo estimados; y se ponen en uso las sendas de pezuña menos amplias, pero cuyo final cercano es perfectamente conocido. Y además son suficientes. Con ellas se hace camino al andar y no necesitan de reparación.

      En esa memoria histórica el punto esencial lo constituyen unas pocas ideas esenciales: toda la humanidad viene de Dios, ha sido creada por él; está destinada a salvarse, tras del juicio final, los padecimientos de la vida presente no son relevantes. Y lo que si es relevante es la vida del culto divino. Estas ideas conforman la teoría política suficiente para poder sobrevivir. No hace falta más y, a falta de dinero y medios materiales para otro tipo de construcciones, las gentes viven en chozas poco consistentes o refugiados en cavidades de las rocas, que poco a poco van configurándose en tipos arquitectónicos que lograrán también mantener de alguna manera algo de la vieja memoria constructiva e incluso serán creativos para dar forma a recintos y cavidades funcionales según las nuevas exigencias o conveniencias de la vida: se excavarán iglesias, lugares de habitación, cuevas eremíticas para un sólo contemplativo, salas de vida común de variadas clases y lugares para pernoctar (1.Sobre si con este panorama se puede hablar de continuidad o de ruptura es algo que aquí no nos interesa mucho porque es cuestión de matices. LE GOFF, J., La civilización del Occidente Medieval, Barcelona 1999 (obra original de 1964), p. 37ss, se inclina, al parecer, por la ruptura; nosotros con los mismos puntos de reflexiónoptamos por la continuidad. Ver GONZÁLEZ BLANCO, A., "La invasión árabe ¿continuidad o ruptura ?", XXXIX Corso di cultura sull’arte ravennate e bizantina. Seminario Internazionale di Studi su: Aspetti e problemi di archeologia e storia dell’arte della Lusitania, Galizia e Asturie tra tardoantico e Medievo", Ravena 6-12 aprile 1992, Ravenna, Girasole, 1992, 371-386.)

 

LOS CENTROS DE PODER

     Sigue existiendo la referencia del poder imperial. Está muy lejos, es verdad, pero constituye un polo para el pensamiento y la mirada de la constitución política de la sociedad. Y además a veces se deja notar con la presencia de sus soldados. Siguen existiendo los centros de poder provinciales, que, de algún modo, sirven para organizar esas actuaciones militares en reivindicación del viejo orden político. Son centros inoperantes desde el punto de vista de la eficacia, pero seguramente siguen siendo puntos de referencia reales, al menos en el orden imaginario, que se mantiene en la cabeza de la corte imperial.

     Y siguen existiendo los poderes fácticos. Las ciudades han quedado destrozadas, pero los possessores, los viejos aristócratas de sangre y de dinero no han desaparecido por completo. O se han refugiado en algún lugar más o menos protegido, o se mantienen dentro de los recintos fortificados que han surgido, pero siguen manteniendo un cierto orden en la configuración ideal de la sociedad que renace de sus cenizas. En alguna ocasión se dejarán ver y dejarán oír su voz en demanda del orden  (2. Es la conocida cuestión de la misiva de los potentes de varias ciudades del valle del Ebro al papa Hilario en el año 457-465. Véase ESCRIBANO PAÑO, Mª. Vª., "La iglesia calagurritana entre ca. 457 y 465. El caso del obispo Silvano", en Calahorra. Bimilenario de su fundación, Madrid, Ministerio de Cultura 1984, 265-272). Finalmente surgirán otros centros de poder que serán los constituidos por líderes de bandas organizadas al margen de cualquier otro orden y orientadas a la pura supervivencia de los agrupados, como será el caso de los "bagaudas"

     Ahora, en La Rioja, las autoridades reales son los comandantes militares que pasan al frente de las tropas o que surgen al constituir alguna elemental guarnición, en cuyo caso se identifican con alguno de los posesores aludidos, o bien son hombres nuevos especialmente dotados para la adaptación a las nuevas condiciones de vida, lo que hoy llamaríamos "halcones". Pero estos jefes "políticos" se puede afirmar que viven en un estadio cultural precario, que es lo único que permite la situación catastrófica que se ha impuesto en todo el valle. No son, desde luego, estos centros de poder, por lo menos a nivel local, los que conservan la tradición de la civilización clásica. Las características de la situación política que podamos definir cuando las cosas se sedimenten responderána criterios radicalmente nuevos, en absoluto herencia de esquemas antiguos.

     La red urbana romana de la zona de La Rioja se mantiene como referencia; pero las viejas ciudades se duplican unos kilómetros más al sur y se "trasladan" (por así decir) a los farallones de las crestas o colinas más cercanas al valle. Alfaro se refugia en la colina que domina a la vieja Grachurris; Calahorra se repliega igualmente sobre sí misma; cobra especial importancia Arnedo, que es fácilmente defendible y no es tan atractiva para los depredadores, otro tanto ocurre con Viguera, Nájera, Grañón y Cerezo del río Tirón. Y naturalmente estos nuevos centros de importancia política dan lugar a una nueva red de caminos.

 

POR QUÉ NO INTENTAMOS RECONSTRUIR LA HISTORIA "TOTAL" DE LA ÉPOCA

     En varios otros lugares nos hemos ocupado de aspectos varios de este problema( 3. GONZÁLEZ BLANCO, A. / ESPINOSA RUIZ, U. / SÁENZ GONZÁLEZ, J. Mª, "La población de La Rioja en lossiglos oscuros", Berceo 96, 1979, 81-111; Los mismos autores, "Epigrafía cristiana en una iglesia rupestre de época visigótica en Arnedo (Logroño)", XV Congreso Nacional de Arqueología (Lugo 1977), Zaragoza 1979,81-111; GONZÁLEZ BLANCO, A., "El cristianismo en el Municipio de Calahorra del año 380 al 410", Memorias de Historia Antigua V, 1981, 355-361; Id., "Las nuevas coordenadas de la polémica pagano-cristiana a fines del siglo IV: El caso de Prudencio", en La religión romana en Hispania, Madrid, Ministerio de Cultura, 1981,419-426; GONZÁLEZ BLANCO, A., "Los orígenes cristianos de la ciudad de Calahorra", Calahorra.. Bimilenario de su fundación, Madrid, Ministerio de Cultura, 1984, 231-245 Id., "Prudencio y la historia del valle medio del Ebro. A propósito de un debate reciente", Gerion V, 1988, 359-368; Id., "El paso de la economía agrícolaa economía ganadera al final del mundo antiguo", Memorias de Historia Antigua III, 1979, 7-20; Id, "La arqueología tardoantigua en el valle del Ebro", XVIII Congreso Arqueológico Nacional (Logroño 1983), Zaragoza 1985, 51-59; Id y otros, "Interpretación inicial de los restos de una estación siderúrgica, aparecidos en el entorno del Santuario de Ntra Sra de Valvanera (La Rioja)", Revista Técnica Metalúrgica, julio-agosto 1985, 20-31; Id. y CINCA MARTÍNEZ, J. L.; "Epigrafía rupestre en una cueva-eremitorio de Santa Eulalia (La Rioja), en RODRÍGUEZ COLMENERO,A. y GASPERINI, L., (Ed.), Saxa scripta (Inscriptiones en roca). Acatas delSimposio Internacional Ibero-Itálico sobre epigrafía rupestre. Santiago de Compostela y norte de Portugal. 29 de julio a 4 de julio de 1992, Coruña 1996, 99-107; GONZÁLEZ BLANCO, A., "Antigüedad Tardía. Marco histórico general", Historia de la ciudad de Logroño, vol I, Logroño 1994, 303-313, y las notas en pp 361-365; Id.: "Entre el mundo antiguo y el medioevo", Historia de la ciudad de Logroño, vol. I, Logroño 1994, 373-382 y las notas en p 388-393; Id. "El poblamiento en La Rioja durante la Antigüedad Tardía", VII Semana de Estudios Medievales (Nájera, 28 de julio - 4 de agosto de 1996, Logroño 1997, 265-280; Id., "La Calahorra de Prudencio", Kalakorikos I, 1996, 57-69; Id. con PASCUAL MAYORAL, P., "Viguera en la alta edad media. Arqueología contextual para la ermita de San Esteban", en Las pinturas de la Ermita de San Esteban de Viguera, Logroño, Caja Rioja, 1999, p 39-114.) y no los vamos a repetir aquí. Y no siendo este trabajo para una historia de La Rioja, sino para sugerencias y problemas para una exposición he de limitarme a tratar algunos temas de interés para aclarar algunas de las representaciones de la citada exposición. Muy en particular vamos a limitarnos a tratar del problema de algunos problemas del poblamiento rupestre de estos siglos, que entendemos que son claves para la comprensión del mismo, que responden a problemas planteados antes y no solucionados y que son esenciales para un más correcto planteamiento de la historia de los siglos tardoantiguos.

     En efecto, los tres siglos que abarca el período del IV al VI d. C. son sumamente complejos, ya que mientras que por un a parte se mantienen los esquemas mentales del urbanismo romano a nivel de administración, por otra el poder se ejerce primero por los romanos y luego por los visigodos de manera absolutamente militar y como tercer elemento en juego a partir de las invasiones esos poderes no mandan casi sobre nadie, ya que las poblaciones han escapado de la vida urbana. En esta huida el punto de llegada ha sido, además del refugio en la montaña, el poblamiento rupestre primero quizá masivo y luego, residualmente, monacal.

 

EL POBLAMIENTO MONÁSTICO Y SU INTERÉS

     Hace veinticinco años, la visión que se tenía de las "cuevas" en La Rioja era de un modo general, algo muy vago que solía imaginarse como "tumbas de la Edad del Bronce" o como lo formuló la revista Chthonia, "hipogeos anhistóricos"( 4. Aparece por primera vez el 1 de julio de 1963 como órgano del Centre International de RecherchesAnhistoriques. La edita la prestigiosa editorial Herder y después del primer número no sabemos si vuelve aaparecer.). Nosotros defendimos entonces la necesidad de admitir que tales hipogeos de un modo general habían sido tallados en la Antigüedad Tardía y en su mayor parte se habían convertido en centros eremíticos( 5. GONZÁLEZ BLANCO, A. / ESPINOSA RUIZ, U. / SÁENZ GONZÁLEZ, J. Mª, "La poblaciónde La Rioja en los siglos oscuros", Berceo 96, 1979, 81-111.) Otros refugios más puntuales y pasajeros, pudieron haber servido para refugio puntual y lugar de habitación transitorio y luego habrían quedado abandonados. Sin contarevidentemente otras grutas que pudieron haber sido excavadas por razones de explotación minera o de otro tipo que no conocemos. En general había que admitir que las cuevas que presentaban formas especiales tenían que ser puestas en relación con la tardoantigüedad y en determinados casos con el poblamiento rupestre. Aquella tesis acabó imponiéndose y la investigación posterior nos ha dado la razón( 6. GONZÁLEZ BLANCO, A., "La investigación sobre las cuevas", Antigüedad y Cristianismo X, 1993, 15-40.)

     El problema que quedaba por definir en la investigación subsiguiente era el precisar el carácter de cada uno de tales oquedades rupestres, que por falta de tipologías precisas, debido a la escasa investigación sobre el tema o eran muy claramente iglesias, o no se podía decir nada en concreto. En tal situación poco habíamos avanzado con la mera enunciación de la tesis arriba indicada.

     Nosotros descubrimos una cueva que sostuvimos que era iglesia en Arnedo (7. GONZÁLEZ BLANCO, A. / ESPINOSA RUIZ, U. / SÁENZ GONZÁLEZ, J. Mª, "Epigrafía cristiana en una iglesia rupestre de época visigótica en Arnedo (Logroño)", XV Congreso Nacional de Arqueología (Lugo 1977),Zaragoza 1979, 81-111) y sugerimos en espera de poder demostrarlo más pormenorizadamente que los "columbarios" debieron haber servido para colocar reliquias para la devoción de los monjes.

     El Sr. AZKARATE(8 AZKARATE GARAI-OLAUN, A., Arqueología cristiana de la Antigüedad Tardía en Alava, Guipúzcoa y Vizcaya, Vitoria 1988.). Y el Sr. MONREAL JIMENO (9 MONREAL JIMENO, L. A., Eremitorios rupestres Altomedievales (El alto valle del Ebro).Universidad de Deusto, 1989.) se acercaron al tema cada uno por su cuenta en sendas tesis doctorales, ambos a lomos de los trabajos previos del Dr. Armando Llanos y ambos hicieron avanzar el tema. Más el Sr. AZKARATE(10 Su obra fue más ambiciosa, más concreta, visitó el terreno y encontró muchos más datos producto de su visita a los lugares y de su trabajo concienzudo, aunque haya puntos que merezcan revisión sobre todo enlas lecturas de la epigrafía tardía.). La obra del MONREAL JIMENO, no aportó casi nada ya que ni supo leer en las estructuras del terreno ni sabemos si visitó los lugares(11 Aparte del mal gusto de atacar sin ninguna razón al Sr. Azkárate, ataque con el que abre su trabajo publicado,no podemos entender como no dedica una sola línea a los eremitorios de Santa Eulalia, cuando ya el topónimo era parlante, no parece haber visitado ni la Cueva de Cantabria en Logroño, cosa que no le resultaba difícil porque no era un lugar recóndito en las montañas y no se ha enterado de cosas tan llamativas e importantes como la cueva-iglesia de Vico, en Arnedo, de que hablaremos acto seguido, a pesar de que aduce planos de cuevas que dice él estar allí mismo; y en cambio se permite el lujo de contradecir sin razones nuestra sugerencia acerca de los columbarios que pudo y debió haber comprobado porque datos no faltaban, como también mostraremos aquí. Una recensión de este libro puede verse en Antigcrist. XVI, 1999, (en prensa). Por lo demás una justificación de las posturas del Sr. Jimeno puede verse en trabajos, incluso más recientes, que tratan el tema exactamente igual que él: ver DEMENGE, Guy, "Pigeonniers et ruchiers byzantines de Cappadoce", Archéologia, n. 311,avril 1995, p. 42-51. A este autor tampoco se le ocurre la idea de que el fenómeno de los palomares pueda tener otro sentido. Y ningún dato le crea el menor problema. Inventa la historia para explicar el hecho que él cree evidente. Por lo demás el artículo tiene excelentes fotografías del fenómeno en Capadocia. Lo que si admite este autor que hay palomares en el siglo V-VI, es decir en época protobizantina. Y no ve los problemas debido al reempleo de los viejos columbarios, para palomares por habitantes más recientes de la zona, así como también a la existencia de palomares de épocas más tardías, pero con diferentes tipologías.). Luego la investigación se ha detenido y aquí queremos continuarla.

 

LA CUEVA DEL MONASTERIO DE VICO (ARNEDO). (Lám. I)

     El monasterio de Vico, punto de referencia obligado en la espiritualidad de la ciudad de Arnedo ocupa en la actualidad la cima de un promontorio rocoso, que sale en marcado por su lado oeste por el valle del río Cidacos y por su lado este por una rambla formada por la erosión del agua tras siglos de lluvias torrenciales en tierras muy arenosas.

     Precisamente en esta rambla en su margen derecha y ligeramente adelantada hacia el norte sobre la línea límite del monasterio, existe una cueva de características que interesa señalar (Lam. 2)(12. Hemos visitado la cueva un par de veces, pero la cueva está cerrada por su actual ocupante, un señor que guarda en el recinto unas cuantas ovejas. La cueva está llena de basura, no hay luz si no se abre la puerta en medida suficiente y por eso nuestra descripción es sólo aproximada. Con el dibujo esquemático que adjuntamos esperamos que pueda entenderse nuestra descripción y el hecho que denunciamos de que es necesaria una prospección meticulosa, con permiso y con luz, instrumentos de fotografía adecuados y otros medios adecuados al objetivo.)

     Es de forma rectangular, pero hay dos ambientes claramente definidos por la configuración del techo (Lám 3). Es común a ambos la planta de aproximadamente 24 por 7 m. Pero en el ámbito situado en la cabecera de la cueva, en la parte sur del recinto, que constituye un cuadrado de 7 x 7 m, que entendemos como el ábside de lo que creemos que es una iglesia; el techo es más bajo que en al ámbito de la parte norte en el que está situada la entrada de la cueva y que constituiría como la nave de la iglesia.

     Hay una cruz en la parte alta del muro que cierra la nave encima del presbiterio (Lám 4). Y a un metro aproximadamente de ese mismo muro, en el centro de la bóveda de cañón se abre una especie de chimenea de ventilación que horada el terreno que cubre la cueva hasta salir a la superficie (Lam. 5, 6 , 7).

     La importancia de esta cueva, que posteriormente y una vez secularizada parece haber sido empleada como almazara o bodega, ya que hay huellas de haber habido allí alguna prensa y en otra cueva que hay a su lado y paralela a ella, se ha construido un depósito de mampostería revocado luego con yeso y encalado, al que debió ir a parar el líquido de la prensa, o eventualmente se empleó para guardar la aceituna que luego había de ser prensada.

     Hay numerosas inscripciones, en su mayoría modernas por las paredes de la cueva, que habría que estudiar a fondo. Y da la impresión que hay también símbolos cristianos, como algún crismón.La fachada de ambas cuevas constituye un lienzo común sobre el que hay numerosos grafitos e inscripciones,modernos algunos y otros indeterminados. En ese lienzo se abren agujeros de mechinales en los que alguna vez se han alojado cabrios de madera que sin duda se sostendrían por el otro extremo en pilares o alguna pared de soporte y así ha habido otro recinto artificial delante del conjunto rupestre, aunque no podemos determinar en qué épocas de la vida del recinto.

     El conjunto tiene un paralelo interesante que publicamos hace años(13 JORDÁN MONTES, J. F. y GONZÁLEZ BLANCO, A., "Probable aportación al monacato del SE peninsular. El conjunto rupestre de la Muela del Alborajico", Antigüedad y Cristianismo II, 1985, 335-363.) y en el que hay también una gran nave, cuya cabecera está realzada por la existencia allí de un par de lechos, uno a cada lado de las paredes de la nave y que tiene en común con la cueva de Arnedo la chimenea para ventilación, sólo que en Tobarra está mucho mejor construida y es un cilindro mucho más perfecto que en Arnedo, donde la excavación se hizo de modo que, aunque se ve el cielo desde la cueva, el orificio es de muy tosca factura, pues más que un cilindro parece la bajada a una madriguera. La tipología que la acredita como iglesia es más clara en Arnedo que en Tobarra, ya que aquí no hay signo alguno cristiano que hayamos descubierto todavía, mientras que en Arnedo la configuración del ábside y la cruz hacen el hecho difícilmente discutible, amén de la cruz situada en el lugar más preeminente del recinto y de las inscripciones y los probables signos cristianos cuya investigación apenas si está algo más que intuida.

     Más complicado es en el estado actual de la investigación el definir la cronología del conjunto. Puede ser de época paleocristiana y puede muy bien ser de época árabe y no se excluye que incluso pueda ser posterior. La leyenda del monasterio de Vico, acerca de su origen en tiempos del dominio árabe o inmediatamente posteriores podría ser tenida en cuenta y apuntar por un siglo IX o X, cuando la situación de los cristianos ante el dominio islámico ha contribuido a fomentar la mística de la huida del mundo y no parece detectarse ningún tipo de temor a una eventual búsqueda y captura de los usuarios por parte de nadie. Incluso la desnudez de las paredes, y el esmerado estudio arquitectónico de la cueva-iglesia puede apuntar por una época en la que ya hay cierta tradición de arte rupestre y por la mentalidad anicónica de los siglos iconoclastas, es decir los que hemos indicado más arriba.

     El hallazgo de esta gruta para la investigación, junto a la cueva que dimos a conocer en otra ocasión de la cueva-iglesia, del "patio de los curas", en el recinto antiguo de la misma ciudad de Arnedo(14 GONZÁLEZ BLANCO, A / ESPINOSA RUIZ, U. y GONZÁLEZ SÁENZ, J. M.,, "Epigrafía cristiana en una iglesia rupestre de época visigótica en Arnedo (Logroño)", XV Congreso Nacional de Arqueología (Lugo 1977), Zaragoza 1979, 81-111; con la puntualizaciones que damos en GONZÁLEZ BLANCO, A., "El cristianismo en el Municipio de Calahorra del año 380 al 410", Memorias de Historia Antigua V, 1981, 355-361, especialmente en la nota 28.), nos hace reflexionar en letra impresa acerca de la necesidad de hacer un proyecto de investigación serio que se proponga el estudio pormenorizado de todas las cuevas de La Rioja, ya que las sorpresas que encierran son del máximo interés. Y, naturalmente, en la necesidad urgente de llevarlo a feliz término(15. Ya hemos indicado más arriba que la tesis del Sr. Monreal Jimeno, op. cit., no parece haberse basado en la visita ocular a los lugares a que alude, ya que en p. 216 dice: "Los vestigios arqueológicos parecen por su parte apuntar la existencia de vidas solitarias en época altomedieval en las inmediaciones del actual monasterio de Vico. No me refiero a las dos grandes cuevas artificiales que se encuentran al SE del santuario y que parecen haber cumplido funciones de dependencias agrarias del mismo, sino a la interesante serie de cuevecillas emplazadas al oeste del monasterio, bajo el antiguo campo de fútbol… ". Creemos que las cuevas a que nos estamos refiriendo aquí son esas dos cuevas a las que alude al autor descartando su función como lugares de poblamiento eremítico y menos aún como iglesias. Sencillamente es que no las vio.).

     Hay otras numerosas cuevas que podemos definir como "iglesias" de las que hoy no vamos a hablar por no tener completo su estudio. Se hallan en Leza, en Bilibio, en Inestrillas, en Santa Lucía de Ocón, etc. aparte de las iglesias antiguas que han seguido con culto cristiano como ermitas en Nª Sª de la Peña en San Vicente de la Sonsierra, y otras.

 

EL PROBLEMA DE LOS COLUMBARIOS

     Lo hemos afrontado en otros lugares(16. GONZÁLEZ BLANCO, A., "La función de los columbarios en la antigüedad tardía: ex oriente lux", en MOLINA MARTOS, M. y SANMARTÍN ASCASO, J., (Eds), Homenaje al Prof. Gregorio del Olmo al cumplir 65 años", Editorial Ausa, Sabadell, (en prensa); GONZÁLEZ BLANCO, A., "La cueva grande de monte Cantabria (Logroño) y el problema de los "palomares", Antigüedad y Cristianismo XVI. 1999 (en prensa)), pero no tenemos más remedio que volver a reproducir aquí las razones y los pensamientos que allí ofrecimos dado que se hace necesario explicar con pormenores no solamente las razones de por qué en la exposición aparece un muro con columbarios, sino también por el interés que los últimos hallazgos, también localizados en el entorno de Arnedo tienen para la confirmación de nuestra tesis.

     Estas "decoraciones" se parecen a palomares; pero también se parecen a los "columbarios" romanos y esto no es nuevo ya que en algún caso la investigación así lo interpretó(17. Sobre "columbarios" hay una bibliografía inmensa. Recordemos como puntos de referencia los de las grandes enciclopedias clásicas: SAGLIO, ED., "Columbarium", Dictionnaire des Antiquités grecques et romaines, Tome première. Deuxième partie, p. 1333-1338; SAMTER, "Columbarium", PW, IV,1, Stuttgart 1900, col. 593-603; GRANA, F. y MATTHIAE, G., "Columbarium", Enciclopedia dell’arte antica, Roma, p. 746-748). Toda la impresión que da es que hasta ahora de no haber sido por un pequeño artículo divulgativo publicado en una revista local (18. GONZÁLEZ BLANCO, A., "Los palomares de Nalda", El Arco de la Villa 4, agosto 1981, Nalda p. 42-43) el tema ni se hubiera planteado. Por lo que todos los testimonios que se aduzcan de autores antiguos que ni se imaginaron el problema no sirven para gran cosa.

     Pero lo mismo cabe decir de trabajos más recientes. Así en un trabajo periodístico publicado en la revista Rutas del Mundo aparece un trabajo con texto de Oriol Pugés y fotografías de Gonzalo M. Azumendi, en el que aparece una reconstrucción axonométrica de un conjunto rupestre de Capadocia, en una de las cavernas aparece la reproducción de uno de estos "palomares" con la nota: "La cría de pichones proporcionaba guano para los pequeños huertos y una reserva de comida" ( 19. ORIOL PUGÉS y AZUMENDI, G. M., "Capadocia (Turquía). El gran enigma troglodita", Rutas del Mundo n. 9, enero 1997, pp 4-21.).

     Sin pretenderlo y sin conocer estos planteamientos en 1990, la Universidad de Cambridge publica una obra importante de Andrew Palmer(20. PALMER, A., Monk and mason on the Tigris frontier. The early history of Tur ‘Abdin, University of Cambridge Oriental Publications 39, 1990), en la que, tras haber hallado una necrópolis con inscripciones en la que es claro que los "palomares" no son "columbarios" estrictamente hablando, aunque se parece mucho su función, explica que son nichos para colocar en ellos huesos (preferentemente cráneos) de monjes difuntos y da toda una serie de razones de tal uso. Naturalmente esta publicación obliga a replantear de nuevo el problema siguiendo aproximadamente las huellas de mi teoría de hace más de veinticinco años.

 

1. Las razones de sentido común.

     Es evidente que los restos arqueológicos que comentamos se parecen a palomares, pero hay diferencias de bulto que conviene destacar:

: El gran número de alvéolos o nichos. En "Los palomares de Nalda" hay mas de 2300, nichos; en la Cueva de Cantabria, en Logroño computamos 1.580; en Arnedo, en el monte de San Fruchos hay varias cuevas comunicadas que pueden abrigar varios miles de nichos. En todos los casos de conjuntos de este tipo el número es impresionante. Resulta imposible de aceptar racionalmente que tales conjuntos hayan sido ni realizados para la cría de palomas. Habría que imaginar una producción industrial cosa que no resulta fácil en los tiempos antiguos(21. Es verdad que en León hay palomares industriales hasta de 5.000 nidales (Ver DIEZ ANTA, S., Los palomares en la provincia de León, Madrid, Caja España, 1993, p. 12-13). Por lo demás sobre "palomares" desde el punto de vista etnográfico hay una abundantísima bibliografía: DIDEROT Y D’ALEMBERT, La Grande Encyclopedie t. III, artículo "Colombier"; VIOLET LE DUC, Dictionnaire raisonné d’Architecture, t. III, artículo "colombier"; MESPLÉ, P., "Pigeonniers de la terre d’Oc", Art populaire, 1930; CAYLA, A., "L’art de la pierre sèche, pigeonniers du Haut Quercy", Bull. De la Soc. des études litteraires scientifiques et artistiques du Lot, t. 75, 3, 1954; AVEILLÉ, R., "Les colombiers de la Gascogne, Agenay, Bas Quercy". Bull. De la Soc. Arquéologique de Bordeaux, t. LIX, 1954-1956; DAVID ROY, M., "Colombiers et pigeonniers", Medicine de France nº 155, 1964; LAURANS, R. y MARTEL,P., "Pigeonniers de France", Les Alpes de Lumière, nº 42, 1967; MARTEL, P., "Les pigeonniers de Haute - Provence", Les Alpes de Lumière nº 43, 1967; POLGE, H., "Hunes et colombiers de Gascogne", Archéologia, nº 26, 1968; ASTUC, H., Les pigeonniers tarnais, 1971; CAYLA, A., L’habitat et la vie paysanne en Quercy, 1979; LHUISSET, CH., L’Architecture rurale en Languedoc et Roussillon, 1980; WATTS, K., Colombiers et pigeonniers (traducido del inglés al francés por E. Cuenot), 1980; DAVID ROY, Marguerite, " "Les pigeonniers au pays du Mistral et de la Tramontane", Archeologia nº 156, 1981, 43-48.).

: La estructura de la construcción. Los alvéolos han sido excavados al construir la cueva. Hay algunos ejemplos de cuevas, como por ejemplo en una de Herce, en la que se han excavado palomares en paredes que estaban estucadas anteriormente, pero se han excavado unos cuantos, con formas muy poco cuidadosas y el espectador intuye que en tiempos de miseria aquella cueva, sin duda, antes importante, cayó en ruina y se reempleó para horadar unos cuantos huecos, seguramente para criar en ellos palomas. Pero no es el caso. Estamos hablando de cuevas construidas algunas de ellas para contener los nichos y la misma forma de las cuevas está definida por la estructura de las construcciones de los nichos. Incluso en tiempos de una civilización rupestre es difícil imaginar que los constructores, que suponemos vivieron en tiempos difíciles, tuvieran tanto afán económico y tanta imaginación como para tratar de hacer rentable artísticamente sus planteamientos domésticos. Esperaríamos construcciones más destartaladas, como es la de Herce que hemos comentado.

3º: La localización de estos conjuntos de columbarios. Los "palomares" no aparecen por doquier, sino en lugares muy definidos, siempre en contextos de cultura rupestre. Es cierto que con frecuencia están en lugares que luego han seguido teniendo habitación y que por ello han podido ser utilizados en parte por los habitantes para criar palomas y pichones, pero estudiamos su origen.

.- Su entidad. Como ya decíamos en la historia de Logroño. La construcción de los palomares es sumamente lujosa para ser algo cotidiano. Esto de un modo general es así, pero hay casos en los que el fenómeno es llamativo, como es el caso de la cueva grande del Monte Cantrabria en Logroño: Fue formada con ladrillos, se enlosó el suelo. Se construyó su entrada con piedras de sillería y poniéndole un vestíbulo perfectamente revocado con yeso y posiblemente pintado. La puerta de ingreso a las naves conpalomares es también de sillería. Como decíamos en otro lugar: sería el "palomar " mas lujoso y caro del mundo(22. GONZÁLEZ BLANCO, A., "Antigüedad Tardía. Marco histórico general", Historia de la ciudad de Logroño, vol I, Logroño 1994, 303-313, y las notas en pp 361-365; Id.: "Entre el mundo antiguo y el medioevo", Historia de la ciudad de Logroño, vol. I, Logroño 1994, 373-382 y las notas en p 388-393.).

 

2. Las nuevas aportaciones de la arqueología o el problema de los "columbarios" o "palomares" en la investigación universal(23. El párrafo siguiente lo transcribimos tal y como lo insertamos en nuestro trabajo: "La cueva grande del Monte Cantabria (Logroño) y el problema de los palomares", Antig.crist. XVI (en prensa)).

Dejando de lado ahora el tratar de los columbarios romanos porque, como hemos apuntado arriba son de sobra conocidos y hay notable bibliografía sobre los mismos, vamos a limitarnos a recoger algunos testimonios y planteamientos respecto a funciones no tópicas.

2.1. Los columbarios de Massada

Es curioso que en la cumbre del monte más famoso de la resistencia judía frente a los romanos, donde el judaísmo debió ser avasallador, aparezca este tipo de arqueología. Los estudiosos aceptan la hipótesis de que pudiera tratarse de un "palomar", pero se inclinan más por admitir que los nichos sirvieran para colocar las cenizas de los soldados y personal no judío de Herodes(24. En el folleto: El Mar Muerto (Jericó, Qumran, Ein Guedi, Masada, Sdom), Editorial Palphot, Herzlia (Israel), 1995, p. 59.).

2.2. Los columbarios monacales de Mesopotamia

Entre las pocas obras que han aportado mucho al estudio del monacato en Mesopotamia estáel trabajo de A. Palmer sobre el monacato en la frontera del Tigris, es decir en Mesopotamia del este. En este libro hay una página que vale la pena recordar aquí. Dice Palmer(25. PALMER, Andrew, Monk and Mason on the Tigris frontier. The early history of Tur ‘Abdin, University of Cambridge Oriental Publications, Cambridge 1990, p. 100ss): "Hay un gran número de tumbas en caverna en Salah, Mzizah y por todas partesen Tur’Abdin. Esto hace pensar que los anacoretas deliberadamente imitaban a la muerte por la forma de sus moradas. San Antonio debió ser el primero, pero no el único eremita en combatir a las hordas de demonios que infestaban las tumbas en las afueras de la aldea. Pero el motivo de los que por aquellos siglos construían o excavaban tal tipo de viviendas debió haber sido otro". "La meditación de la muerte era uno de los deberes del monje(26. Señala PALMER: "Procopius, Buildings, V.8 (hablando de los monjes del Monte Sinai): su vida es un ensayo para la muerte (melete thanatou). Leemos en el manuscrito siríaco de Paris nº 235, fol 80b, de un solitario que vivó en un árbol con un cráneo humano colgado frente a él"). Muchos monasterios griegos y algunos europeos tienen hueseras en las que se almacenaban los huesos de los monjes muertos y se exponían sus calvaveras, muchas veces con un icono de la resurrección(27. Dice PALMER en nota: "Yo he visto una disposición de este tipo en el monasterio de la Metamorfosis de Meteora, Tesalia, y he oído lo mismo del de Santa Catalina del Monte Sinai y de muchos monasterios de Monte Athos"). Una huesera de esta índole se menciona en la Vida de Aho: el bienhechor romano del monasterio de Bnoyel construyó una cámara sepulcral y una beth nfoso con una puerta de piedra maciza, símbolo de la eternidad.

     La significación literal de beth nfoso es una "casa de limpieza": en la Crónica del 819 y en los pasajes paralelos del Qartmin Trilogy leemos al menos de dos ocasiones históricas en las que las cámaras sepulcrales fueron cuidadosamente limpiadas y los cráneos cuidadosamente contados(28. PALMER añade en nota: "Chr. Qartmin 819, AG 756, 954 [b]; cfr. LIV,2-4,LXXXVIII, 1-2. El autor de la Trilogía probablemente no conoció otra limpieza subsiguiente a la del año 643, pero situó esta última unos pocos años más tarde para conseguir una cierta simetría con la Vida de Simeón. El número de cráneos fue de 483 en la primera ocasión (mal entendido por Cal TA, 6 Octubre) y de 82, u 800 (o más probablemente 802) en la segunda. La Trilogía pretende que en Qartmin hubo más de 400 monjes alrededor del año 400 (XIX,8), 560 en torno al año 420 (XLII,2), 708 en el año 433 (XLIX,6) y 798 en torno al año 580 (LXIII,8; cfr. LV,11). Sea cual fuere el valor de tales cifras. Su sugerencia es confirmada (si es que no está inspirada en ello) por la Crónica Qartmin del año 819, AG 756 y 954[b]: el crecimiento inenarrable de esa población al final del siglo V y comienzos del VI (el número de 483 muertos antes del año 440 es otra indicación de que el asentamiento era anterior a la fecha de la fundación "oficial"). No podemos estar seguros de que todos los recuentos de calaveras hayan sido recordados, pero si fuere así, la segunda cifra (incluso si aceptamos que sean 802 como dato original) sugiere que la comunidad disminuyó mucho en el período postcalcedoniano.). El significado de esta acción se muestra porque se narra como uno entre los acontecimientos memorables de una crónica analística. Incluso si no hay prueba arqueológica de ello, podemos asumir que en el monasterio existió un edificio especial para acomodar estos preciosos huesos".

     Tal como nos aparecen los restos arqueológicos, hay unas ruinas cerca del ángulo nordeste de la iglesia conventual que difícilmente puede ser otra cosa que una huesera (fig 32 del texto de Palmer). No tiene ventanas y fue elaborándose poco a poco en el curso de los siglos. En una de sus paredes hay un número de compartimentos construidos (41 en total) que deben haber servido para exponer las calaveras, no una en cada nicho, sino varias, sin mandíbula, apiladas una sobre otra (fig 33 del texto de Palmer). No resulta fácil determinar la historia de este edificio, a pesar de la presencia bajo sus arcos de un número de inscripciones hechas a molde sobre el yeso del enlucido (Fig. 55 del texto de Palmer)"

     Así pues lo que aquí estamos tratando de analizar, los llamados "palomares", los de la cueva del monte Cantabría, los de Nalda, los de la cueva de Ausejo y cientos de otros con las mismas características (de orden, limpieza, carencia de excremento de palomas y contexto rupestre en habitaciones bien talladas,generalmente cerradas, generalmente poco iluminadas etc.) serían la versión monacal de los "columbarios" romanos, es decir auténticas "hueseras" donde se conservarían ordenadas las calaveras y los huesos de los monjes muertos como algo sagrado y a la vez recordatorio de que la vida es preparación para la muerte.

2.3. Nuestra experiencia del Eufrates: La iglesia del monasterio de Quinesrim. 

     En la parte alta de lo que debió ser el cimborrio sobre el altar excavado en la roca, lo mismo que toda la iglesia y el claustro, hay excavados una serie de nichos, en los que se ven restos de humo, lo que parece indicar que tales nichos sirvieron para colocar en ellos lucernas con las que iluminar la iglesia. Y esta función parece que no debe ser descartada. Es interesante destacar que, aunque aquí puedan haber servido para colocar lucernas, hay "palomares en las iglesias"(29. Nosotros mismos hemos podido ver en Capadocia palomares en alguna de las iglesias de Goreme.), como bien puede verse en este caso.

 

LOS ÚLTIMOS HALLAZGOS EN LA RIOJA.

     Es el caso que en Arnedo y apenas a quinientos metros del casco urbano, en los bancales que existen a la izquierda de la antigua carretera que sale de la ciudad en dirección a Logroño subiendo por las curvas, y justamente enfrente (en dirección Oeste) de lo que hoy es el vertedero municipal hay una cueva,en lo alto de un pequeño monte, situado en dirección O a partir de la gasolinera(30. La situación exacta sería a unos 500 metros al oeste de la fábrica de Mariano González Pintado de VENTA Y REPARACIÓN DE MAQUINARIA PARA EL CALZADO. Visto desde la carretera, la cueva quedaría exactamente detrás de la fábrica a la distancia indicada), Tal cueva está casi completamente llena de alvéolos que permiten denominarla "un palomar" (Lám 8). Pero hay características muy particulares, que hasta ahora no habíamos detectado en los otros "palomares" en el territorio de la Rioja. Se trata de que varios de los alvéolos no están configurados como lo que tendrían que ser simples nidales: Están excavados en forma de negativos de calaveras s 9-10), con un hueco del negativo de la barbilla bastante pronunciado, como puede verse en las fotos que adjuntamos. Estos hechos confirman la tesis que Palmer ha defendido para los columbarios de Tur’Abdin.

     Pero por si pudieran surgir dudas acerca de la significación de estos negativos de rostros / calaveras. Hay otro número considerable de lugares que debieran haber ocupado los aparentes nidales de palomas, que están marcados con simples esbozos de caras humanas (Lám 11). Y a juzgar por la cara similar que hallamos en la cueva-iglesia del "Patio de los Curas" de la misma ciudad de Arnedo(31. GONZÁLEZ BLANCO, A., ESPINOSA RUIZ, U., Y SÁENZ GONZÁLEZ, J. M., "Epigrafia de una iglesia rupestre de época visigoda en Arnedo (Logroño),(Lám XV Congreso Arqueológico Nacional, Zaragoza 1979, 1129-1142.), estamos seguros de que estas "caras" esbozadas o estilizadas tienen la misma interpretación que la que da Palmer para la necrópolis que estudia en la cuenca del Tigris.   Lám. 9,   Lám. 10

LA DECORACIÓN DE LA CUEVA DE SANTA EULALIA.

     En otros trabajo nuestro aludido más arriba (32. GONZÁLEZ BLANCO, A. y CINCA MARTÍNEZ, J. L.,"Epigrafía rupestre en una cueva-eremitorio de Santa Eulalia (La Rioja), en RODRÍGUEZ COLMENERO, A. y GASPERINI, L., (Ed.), Saxa scripta (Inscriptiones en roca). Acatas del Simposio Internacional Ibero-Itálico sobre epigrafía rupestre. Santiago de Compostela y norte de Portugal. 29 de julio a 4 de julio de 1992, Coruña 1996, 99-107) nos ocupamos de una inscripción existente en una cueva doble existente en el municipio de Santa Eulalia. Es sumamente interesante no sólo por la inscripción, sino, probablemente y mucho más, por su decoración. La cueva más alta, en la que se halla la inscripción está decorada por nichos apenas marcados, pero si lo suficientemente claros para que se vea que tal estado no es porque el trabajo no haya sido completado, sino porque les bastaba con la decoración. En efecto de lo que suelen ser los columbarios que se encuentran por doquier y los cuadros son mucho mayoresde lo que sería necesario para excavar los alvéolos normales. Ya dijimos en el trabajo citado que la inscripción probablemente es tardía y es muy probable que también esta decoración sea ilustrativa de un momento en el que todavía existe la tradición de los columbarios, pero ya no se coloca en ellos objeto alguno y por tanto se contentan con marcarlos. Este tipo de decoración con nichos grandes también existe en otros lugares como es en Albacete en las cuevas de Alcalá del Júcar (33. Ver JORDÁN MONTES, J. F. y SÁNCHEZ FERRA, A., "Alcarra, "casa de Dios", hoy Alcalá del Júcar (Albacete ¿Nuevo eremitorio rupestre ?", Antigüedad y Cristianismo X, La Cueva de la Camareta (Agramón, Hellín, Albacete), Murcia 1993, pp 507-558, concretamente en fotos 3 (p. 523) y foto 13 (p. 536).), donde si que llegaron a excavarse, pero no necesariamente a emplearse para la función de contener calaveras. Posiblemente la mera decoración ya fuera significativa.

 

LA DIFUSIÓN DE COLUMBARIOS EN LA GEOGRAFÍA RIOJANA (Lám. 12)   

  La difusión de los columbarios por todo el ámbito de la geografía mediterránea es algo que también habrá que plantear como tema de futuras investigaciones, ya que la tesis que proponemos resulta revolucionaria en la marcha de las investigaciones sobre la arqueología monacal. De momento aquí contentémonos con aproximarnos a la geografía riojana de esta reliquia arqueológica.

Vamos a hacer el recorrido de Occidente a Oriente:

1. Lardero: Pico Malviz.

Se le da el nombre de "Sala de los Moros". Está excavada en el lado sur del monte Pico Malviz, en la parte más elevada. Su planta es de una sola galería, formando un semicírculo en el extremo norte. Sus medidas son 3’80 m. de luz en la boca de la cueva. Profundidad máxima es de ocho metros y la altura actual oscila entre los 2 y los 2’50 m. Existen veinte orificios de mala labra y cierta desproporción en sus formas y medidas, así como es irregular su distribución. Fueron picados en todo el contorno de la galería aunque de modo preferente en las paredes próximas a la boca. El acceso por el lado este quizá sea el original. Tiene una visibilidad amplia hacia el sur. En toda la cueva hay grafitos aunque parecen modernos. Por el tipo de modo de estar los alvéolos no parece pertenecer al tipo de columbario que aquí nos interesa.

2. Albelda.

Albelda ocupa hoy todavía el solar del antiguo monasterio de San Martín, de gran fama en los siglos IX-XI. Hay varias cuevas con columbarios. Unas en el conjunto del centro del antiguo monasterio. Otras en el paraje denominado "La Cantera", situado sobre la carretera comarcal LR-255 en su punto kilométrico 9.800, en el término denominado "Los Tollos". La cueva formó una galería de unos 25 m. De los que quedan en estado visitable una galería de 4 x 2m más los corredores. El resto está hundido. Los alvéolos del columbario solamente se picaron en el recinto situado en el extremo oeste. Estos columbarios son propiamente tales, a los que aquí nos referimos, y su contexto los pone evidentemente en relación con el monasterio.

3. Nalda: Los Palomares.

Están localizados en el término del mismo nombre, situado entre las villas de Albelda y Nalda, más cercanos a esta segunda y al NO de ella. Son dos estancias cuadrangulares, ambas con salida independiente hacia el exterior y comunicadas entre sí, ambas tienen una gran pilastra en el centro. Los alvéolos están excavados en las paredes, aunque queda algún espacio sin terminar la obra, en el que hay dos alvéolos marcados pero sin realizar. En total hay mas de 2.300 nichos. Los techos están trabajados como apuntando sus superficies, posiblemente para tratar de hacerlos mas firmes, pero más probablemente sólo por mayor exquisitez decorativa.

4. Logroño: La Cueva "El Aguila" o Cueva Grande del monte Cantabria (34. Remitimos al trabajo publicado sobre este lugar: GONZÁLEZ BLANCO, A., "La cueva grande de MonteCantabria (Logroño) y el problema de los "palomares", Antigüedad y Cristianismo XVI. 1999 (en prensa)).

En el mapa adjunto(fin de texto) podemos ver que no hay columbarios en la Rioja Alta. Si en cambio los hay en las cuencas del Iregua, Leza, Jubera, y Cidacos.

 

5. Cuevas de Leza de Río Leza: Cuevas de Garona.

Se localizan sobre la margen izquierda del río Leza, en un paredón formado por este río al salir violentamente sus aguas del estrechamiento del valle junto al actual pueblo de Leza y enfrente del mismo al otro lado del río. Fueron picadas a diferentes alturas en este acantilado que mide de 60 a 80 metros de altura total. En la actualidad podemos contabilizar 18 ventanas, pero sin duda hubo más a juzgar por los restos que quedan.

Se puede acceder a una de las galerías. Mide 26 m. de longitud por siete metros de profundidad máxima. El espacio se distribuye en una habitación central de 35 metros cuadrados y un pasillo a cada lado formando otros cuatro recintos más pequeños. Los cinco espacios se comunican con el exterior y la altura del conjunto es de 1’50 m. los pasillos llegando a 1’80 las salas. De los cinco recintos que componen esta galería al menos tres fueron cerrados al exterior con muros de argamasa y piedra que parecen antiguos.

La nave central y los dos recintos del este son más cómodos en su acceso, son más amplios y parece que tuvieron más contacto con el exterior pues parece que tienen incluso asientos labrados a modo de mirador. Los dos del lado oeste son más lúgubres, su pasillo más estrecho. De los recintos del oeste el más próximo a la nave central es una sala de 2 x 2 m. incluyendo el pasillo, está cerrado al exterior por un muro de obra y conserva unas ventanitas. El del extremo oeste es una especie de prolongación del pasillo ampliando tímidamente sus dimensiones. Y en esta están excavados los alvéolos a modo de nichos de palomas. Es dudoso si se tratará de columbario.

6. Murillo de río Leza: Los Agujerones.

Son un grupo de cuevas artificiales excavadas en el escarpe de la margen izquierda del río Leza, 300 metros antes de su confluencia con el río Jubera en el término municipal de Murillo de Río Leza. En la actualidad están semihundidas, pero hay una en el centro del conjunto a la que se puede acceder.

Se trata de una galería formada por un pasillo de acceso por el lado Este, con una longitud de 6 metros y una anchura variable de 1’50 a 3 metros y una nave de 9 metros de largo por 5 de ancho. Dejando de lado una descripción más pormenorizada del conjunto resaltemos que hay una sala en la que los alvéolos o "columbarios" llenan por completo las paredes. Están excavados con simetría excepto en dos casos: uno de doble tamaño situado en la pared norte y otros de tamaño menor situados entre los más regulares de tamaño general, también en el lado norte. Hay algunas otras particularidades de la sala, como son dos entrantes picados a modo de ‘capillas’ en las paredes norte y oeste, también llenos de alvéolos.

Hay una especie de ventana al sur que ocupa toda la pared sur.

7. Los palomares del Jubera.

Conocemos los de las jurisdicciones de Santa Engracia y Jubera. Ambos conjuntos rupestres conservan el topónimo "El Palomar"

7.1. Santa Engracia: El Palomar

Está situado sobre el río Jubera, en su margen izquierda. El escarpe corresponde al extremo oeste del cerro Castejón y tiene una altitud de aproximadamente diez metros. En la actualidad no se puede entrar a su interior por hallarse colmatados los accesos. Personas que entraron hace años aseguran que las paredes tenían muchos nichos. Al exterior asoman dos ventanas de diferente tamaño, una de las cuales fue arreglada con yeso.

7.2. Jubera: El Palomar

Hay cuatro puntos en los que se sitúan los palomares.

A y B) En la margen izquierda hay dos grupos de cuevas que quizá constituyeron una sola unidad, ahora rota por los desprendimientos.

C y D): en la orilla derecha son dos grupos de cuevas que por su distancia entre ellas es claro que fueron independientes.

Al igual que los palomares de Santa Engracia, los de Jubera se sitúan en la desembocadura de pequeñosríos, en este caso los ríos San Martín y el barranco de "La Mata" o el de La Aldea que vierten sus aguas al río Jubera.

En este punto la vía romana que recorre el valle cambia de margen para ascender al collado donde se construyó el castillo de Jubera y justo en este cruce y debajo de la vía es donde se construyeron los "palomares".

 

8. Ausejo. Cueva de los Moros o Los Palomares.

El lugar está situado en la ladera sur del cerro del pueblo. La planta actualmente tiene forma de U de tal manera que los dos extremos miran al sol. Una de las aberturas tiene unas dimensiones de 1’80 m. De altura, lo que permite suponer que la altura original debió ser de 2 metros o dos y medio; la anchura es de 2’50 m. y la longitud de las galerías es de 7’50 metros los lados y de 9 metros el fondo, Los alvéolos están distribuidos en cinco hileras, pero la inferior está prácticamente colmatada.

 

9. Los palomares del río Cidacos.

Constituyen un caso verdaderamente excepcional en razón de su número. No nos atrevemos a dar un número.

9.1. Los de Arnedo.

Hay decenas de ellos en Arnedo, tanto dentro del casco urbano antiguo, como también en la jurisdicción más inmediata. Los más visible desde la parte baja del pueblo, lo que fue antes la carretera de Calahorra a Soria, forman parte de lo que según la tradición fue el antiguo monasterio de San Miguel. Pero hay complejos columbarios de una magnitud muy grande y de excelente construcción, en todos los barrancos de la jurisdicción de la zona oeste del pueblo, a no excesiva distancia del antiguo casco urbano. Hemos hablado más arriba de uno de ellos, pero describirlos aquí es imposible. Quede constancia al menos del hecho.

9.2. Los de Herce.

Realmente apenas se puede decir que haya sucesión de continuidad entre Arnedo y Herce, pero alguna si que hay. En Herce también las cuevas que componen el antiguo hábitat del pueblo y que están situadas colgando sobre el actual pueblo en los escarpes de las rocas que penden sobre el mismo, tienen decenas de "palomares" que merecerían un estudio pormenorizado.

Aquí ya hemos dicho que en alguna cueva hay nichos picados de manera pobre, en número escaso y con mala traza sobre algunas paredes, lo que indica que ha habido una etapa en la que se han excavado alvéolos para palomares y posiblemente algunos antiguos han sido reutilizados con el mismo fin.

 

9.3. Los de Santa Eulalia.

Ya en menor cantidad, pero todavía merecería la pena un estudio sistemático y pormenorizado. Ya hemos hablado de la decoración en forma de "columbario" de una de las cuevas, pero hay varias más con auténticos alvéolos de los que aquí consideramos.

 

10. La distribución en La Rioja y el problema de la espiritualidad monástica.

Es de gran interés una reflexión acerca de la agrupación y situación de los "palomares" en la geografía riojana. Si fueran producto o exigencia de un problema económico, sin duda existirían en lugares de contextura similar en la misma geografía, por ejemplo en Nájera o el valle del Najerilla y, que sepamos, no los hay. No los hay, que sepamos, tampoco en el resto de la Rioja Baja. Podemos decir que se agrupan y concentran en la Rioja Media. Se reducen a las cuencas de los ríos Iregua, Leza, Jubera y Cidacos. Y a pesar de que no podemos asegurarlo por no conocer suficientemente las zonas de la rioja Alavesa pasado el puerto de Herrera, tampoco parece que allí existan porque no han sido puestos de relieve. El problema es pequeño porque posiblemente la investigación dará nuevas luces a este planteamiento, pero de momento y con los datos que tenemos nos preguntamos: ¿Son resultado de una determinada forma de espiritualidad que tienen que ver con áreas de difusión de tal forma de concepción y de vida ? Es lo que proponemos(35. Es claro que se investigaran a la vez otro tipo de cuestiones complementarias. Por ejemplo la difusión por el valle medio del Ebro del culto a San Bábilas, santo mártir oriental natural de y martirizado n Antioquía, cuyas alabanzas predicó San Juan Crisóstomo. Lo mismo que ocurre la difusión de este culto puede haber ocurrido la difusión de otros motivos de la vida espiritual.).

La progresiva investigación sobre los eremitorios rupestres y de los, posiblemente, documentados en la toponimia, amen de los que se van descubriendo arqueológicamente plantea interrogantes muy numerosos a la historia del monacato en la antigüedad. Se ha dado por supuesto que el monacato y sus formas son más o menos similares en el Occidente, y se contrapone esta homogeneidad al aparente caos de formas de vida monacal que se constata en el Oriente. Es un tema que hay que reconsiderar debido a constataciones como las que con el presente trabajo abrimos.

 

CONCLUSIÓN

El interés del tema que aquí estudiamos está fuera de toda duda; y cualquier ponderación del mismo será insuficiente. Lo que se vislumbra a través de estos pocos hechos aquí recogidos sin una investigación exhaustiva es la posibilidad de hacer una historia de los siglos "oscuros" con una luz hasta ahora insospechada. Lo que para el mundo clásico son las ciudades romanas, son para el mundo altomedieval la unión de la red de ciudades que aún queden y en la situación en que se hallen; y la determinación de los monasterios que hacen las veces de puntos de referencia claves en la geografía histórica de esos siglos. No cabe duda de que para tal determinación, el hecho arqueológico de los columbarios puede ser importantísimo.

Aunque no descartamos que pueda haber algunos palomares que han sido elaborados en estas cuevas monacales en siglos posteriores, como es el caso de una cueva en Herce, que en su día estuvo estucada con pintura de color y que luego fue horadada con alvéolos muy mal realizados y sin orden ni concierto alguno. Y mucho menos negamos que en el mundo antiguo hubiera "palomares", cosa que aceptamos sin discusión.

Incluso es posible que los viejos columbarios hayan sido parcialmente utilizados como palomares por campesinos que hayan pensado en rentabilizar una cosa que parecía hecha para tal menester.

Menos aún pretendemos defender que la tradición de columbarios como decoración y utilización para el fin de colocar en ellos calaveras de monjes difuntos haya sido general y que haya durado más o menos siglos. Imaginamos que en un momento determinado, probablemente ya en siglos de la alta Edad Media (36. De hecho los hallados por Palmer en Mesopotamia los data en los siglos VII-VIII de nuestra era.) surgiría este modo de proceder en aras de un fervor poderoso; que tal uso tendría un momento de efervescencia y daría lugar a que la "moda" se extendiese. Más tarde quedaría de tal uso solo la decoración hasta, quizá no tardando siglos, desaparecer. Es incluso probable que tal fervor tuviera alguna coyuntura histórica que los propiciase y que no podemos determinar, pero que puede haber sido algún acontecimiento político de los que suscitan siempre posturas escatológicas y que se pueden constatar en el mundo visigodo y comienzos de la época árabe.

Pero parece imponerse la tesis de que estos aparentes "palomares" deben ser cuidadosamente analizados y contextualizados y en algunos casos, probablemente muchos a lo largo de toda la cuenca Mediterránea y más allá, han sido indicios de espiritualidad y usos monacales, relacionados normalmente con el problema de la muerte y de los muertos, canonizados y convertidos en reliquias o simplemente huesos de monjes difuntos que tenían la función de acompañar, con su situación, de quienes ya vivieron la prueba de la vida y ahora están junto a Dios, a los hermanos vivos y ayudarles así a prepararse para la muerte y para la gloria.

El problema de la espiritualidad de los monjes de la Antigüedad Tardía, a pesar de lo mucho que se ha escrito está todavía a falta de muchas aclaraciones, pero creemos que el tema de los "palomares" nos ayuda a adentrarnos seriamente en aquel mundo, a pesar de que de momento tengamos que ir con pies de plomo.

Y hay otros datos que podrán ser puestos en relación con la difusión de los columbarios por la geografía de La Rioja, así por ejemplo, la línea occidental de la aparición de columbarios (el valle del Iregua) coincide con la línea oriental de la desaparición del uso de los "mayos" o costumbre de plantar un árbol en la plaza del pueblo en la noche que da paso al primer día de mayo. Como este uso es evidentemente reliquia de los antiguos cultos paganos a la fertilidad, la no aparición de los "mayos" junto a los palomares es un primer indicio que permite hacer una hipótesis para tratar de explicar el fenómeno, ya que es perfectamente imaginable que no sean fenómenos compatibles (37. El hecho de la distribución de los "mayos" es uno de los enigmas más curiosos de la etnografía histórica riojana. Los "mayos" se plantan (plantaban) en todos los pueblos de la Rioja Alta y en ninguno de la Rioja Baja ¿Por qué ? ¿Posiblemente porque la espiritualidad concomitante con los columbarios los barrió del mapa ? He aquí una hipótesis a tener en cuenta, pero que aquí no podemos continuar investigando.). Es de todas formas algo que invita que invita a un estudio meticuloso, ya que los últimos hallazgos en Arnedo, que por otra parte no se apartan un ápice de la tradición de los viejos columbarios de época clásica, dan mucho más que probabilidad a la tesis que defendemos.

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El paso al mundo medieval 
 Antonio González Blanco
Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Murcia
Mª Pilar Pascual Mayoral
Licenciada en Filosofía y Letras. Investigadora Agregada del IER

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Las fotografías de estas láminas pertenecen al estudio "El paso medieval"